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Ajustar cuentas con la dependencia universitaria: el papel del movimiento estudiantil frente a las megamineras

Hace casi un año, el 30 de junio de 2015, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de La Rioja, mediante resolución 168, se posicionaba a favor de rechazar los fondos mineros que la universidad recibía hasta ese momento. Sin embargo, en la actualidad, desde la misma universidad se invita a un “debate” sobre la megamineria “sostenible y sustentable” deslegitimando casi de forma paralela a las Primeras Jornadas sobre Megamineria, Bienes Comunes y el rol de la Universidad Pública, que desde la Asamblea Riojana Capital de la Unión de Asambleas Ciudadanas y el Foro Ambiental Universitario, vienen organizando para los días 1, 2 y 3 de junio de 2016 en la Universidad Nacional de La Rioja y en la Biblioteca Popular Mariano Moreno de la provincia de La Rioja, en Argentina.

¿Pobreza o dependencia?

El desembarco de las transnacionales promueve, lo que Theotonio dos Santos señala como el inicio de una formación de estructuras internas que están sujetas a la situación internacional de dependencia. En sus palabras esta dependencia implica “una situación en que un cierto grupo de países tienen su economía condicionada por el desarrollo y la expansión de otra economía”. Cabe preguntarnos por qué La Rioja, Catamarca, Jujuy, Salta, Mendoza, San Juan, entre otras provincias cordilleranas tienen que ser el soporte de las desmesuras de los capitales depredadores contaminantes. Qué canadiense o suizo conoce nuestra situación histórica de humillación. Qué tipo de autonomía construimos –nos construyen nuestros representantes- para nuestras decisiones económicas y políticas. Hacia qué caminos nos llevan las propuestas de “atraer inversiones, expandir la economía, desarrollar regiones y provincias, de crecer, ofrecer trabajo y generar nuevas alternativas de desarrollo posterior o simultáneo”.

La situación de condicionamiento económico y político nos obliga a repensar la actualidad de las palabras de Felipe Varela sobre la situación de humillación del provinciano de Argentina por parte de los poderes concentrados. Varela afirma que “ser provinciano, es ser mendigo sin patria, sin libertad, sin derechos”, entonces, ¿somos dueños de los bienes comunes que explota Bajo La Alumbrera? Hoy los explotadores transnacionales de Bajo La Alumbrera, están en proceso de cierre de la mina, que según ellos implica transitar las etapas finales de la explotación ya que las reservas disminuyen hasta agotarse.

¿Somos dueños de nuestra “patria argentina” o lo son las transnacionales? Si lo fuéramos como pueblo ¿cómo destruimos sus relaciones de producción y superexplotación? ¿Qué alternativas manejamos desde nuestras experiencias concretas?  ¿Cómo valorizamos el buen vivir en base a las luchas de los pueblos andinos y del movimiento indígena-campesino en reemplazo de las joyas de oro que no nos sirven para comer? ¿Qué modelo de desarrollo anteponemos? Entre otras preguntas sobre el cómo comenzar y desde qué estructuras y formas partir.

La ofensiva del capital está compuesta por sus tácticas coloniales que tienen un cierto patrón homogéneo, como crear las reglas del debate, revivir criminalizaciones, discriminaciones y reforzar los términos o valores de la civilización, la evolución, el progreso y el desarrollo capitalista justificando a partir de “la creación de fuentes de trabajo y prosperidad para salirse de la pobreza” de la mano de emprendimientos mineros exportadores. Es decir, poseen tácticas de una misma estrategia global que va de la mano de grandes inversionistas y corporaciones transnacionales que profundizan no sólo la dependencia de las clases populares en el plano económico y político sino también en el plano intelectual dentro de las universidades.

No queremos decir que exista con exclusividad un plano intelectual dentro de ellas, pero las universidades capitalistas como la Universidad Nacional de La Rioja poseen la base material de producción de –entre otras opresiones- la hegemonía neoliberal para el avance del imperialismo depredador, difundiendo sus dominaciones coloniales, dentro de las aulas, al beneficio del capitalismo como sistema de producción y al imperialismo como sistema mundial.

Desde las fronteras o márgenes del capitalismo, las clases dominantes del norte argentino, del centro-sur boliviano, del centro-norte chileno, de los pueblos de la Cordillera Andina han atacado sistemáticamente a los de abajo, buscando el despojo total de nuestros bienes comunes como el agua o creando la Organización Federal de Estados Mineros. Anhelan la difusión de permisos ideológicos para una economía política del saqueo, de la contaminación y explotación de la vida de los negros, inmigrantes, campesinos, originarios, mujeres, estudiantes y obreros, entre otros, que sólo tienen la fuerza de su trabajo, y dependen de la tierra y agua para vivir. Ejemplos sobran, incluso en diversos puntos geográficos. Ejemplos de lo perjudicial que puede resultar en términos económicos, sociales y políticos, por ejemplo, la localidad de Andalgalá, Belén, Tinogasta, Jachal (Argentina) como en Potosí (Bolivia), Cajamarca (Perú) y más distante en Mariana (Brasil). Los conflictos socio-ambientales son una constante en los territorios de Nuestramérica.

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Tenemos la tarea de ajustar cuentas con la estructura de la dependencia en las universidades latinoamericanas, y no puede simplificarse en rechazar discursivamente los proyectos económicos y políticos preparados desde el capital-financiero en búsqueda de intelectuales que simplifiquen las relaciones de dominación o que desvíen el debate sobre el desarrollo de fuerzas productivas para la región, como sucedió en el rechazo discursivo a los fondos megamineros por el Consejo Superior hace casi un año.  Tiene que implicar un revés, una subversión de las estructuras en perjuicio del capital, una verdadera y real quiebra con el capital, y cumplir ese desafío, no puede realizarse sino es aliándose políticamente a la resistencia contra las mineras.

Debemos dar una batalla a los cómplices locales de estos proyectos de muerte. Esos cómplices que usan sus conocimientos o formación profesional para justificar lo injustificable, o que callan omitiendo verdades que salvarían a muchos pueblos de futuros desastres.

 Universidad capitalista dependiente del neoliberalismo

Estamos a casi cien años de las críticas del movimiento de la Reforma Universitaria del 18, con sus orígenes en Córdoba y, luego en otros países de Nuestramérica. Hoy los estudiantes seguimos ampliando las bases de resistencias. Sostenemos que tenemos diversas prioridades, como la tarea revolucionaria de trizar los preceptos dominantes de la dependencia agrominera, que los capitalistas promueven a que sea bienvenida por sus beneficios de civilización y progreso dentro de las aulas, de la bibliografía obligatoria, de la complementaria, de las líneas de investigación y extensión (cuando las hay).

A esta altura del partido, sin que los preceptos económicos-jurídicos de la Ley de Educación Superior de Menem se hayan abrogados o interpelados internamente en la universidad, no debería sorprendernos que la dirección de las universidades  opte por darle la mano a los explotadores y soltársela a los oprimidos.

Las megamineras poseen varias estrategias para legitimarse, construyendo escuelas, hospitales, rutas, etc. Respecto a las universidades, operan buscando retroalimentarse de esas instituciones mediante la creación de carreras como ingeniería en minas, para garantizarse la mano de obra cualificada que sus proyectos necesitan y para formar a sus defensores dentro de las universidades. Como también, para no olvidar el eje de discusión de este escrito: los fondos provenientes del grupo YMAD. La Universidad Nacional de La Rioja fue participe de estas dinámicas ejecutadas por las mineras, recibiendo los fondos YMAD y además en 2008 creando la carrera de ingeniería de minas.

El grupo YMAD envía dinero a las universidades argentinas, luego de que el Consejo Interuniversitario Nacional efectue los Acuerdos Plenarios n°672 del 27 de mayo de 2008 y n°699 del 18 de mayo de 2009. YMAD es una asociación capitalista formada por la participación del Estado subnacional de Catamarca, el Estado Nación argentino, más las Universidades Nacionales de Tucumán y Catamarca. En una nota periodística del 12 de julio de 2012, Darío Aranda explicó para Página 12 que Yacimientos Metalíferos de Aguas de Dionisio, “tiene bajo su concesión el yacimiento Bajo La Alumbrera, explotado por el consorcio suizo-candiense Xstrata (50 por ciento), Goldcorp (37,5) y Yamana Gold (12,5), que extraen oro y cobre”.

Los capitales que concentra YMAD se reparten para las universidades argentinas para la especialización de la técnica o de lo que disponga utilizar, mediante financiamiento de áreas científicas que terminan beneficiando a las clases dominantes locales, generando una especie de puente de legitimación mutua y represiva que ataca a las clases populares gracias a los permisos -o silencios- concedidos desde de las universidades públicas. Es por eso que el capitalista Alfredo Caddeo, de la Cámara Minera Riojana, el 26 de mayo, en el marco de la visita del Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, Sergio Bergman designado por la derecha de Mauricio Macri, dijo que “coincidimos en buscar el diálogo en todas las instituciones educativas como las universidades que son formadores de profesionales en la actividad minera y también en aspecto ambiental. Es desde ahí donde debemos encontrar el acuerdo para el desarrollo de la economía regional y está dado con la actividad minera”.

Los resultados de este “diálogo” se resumen en la dependencia intelectual y eliminación de la autonomía universitaria de la educación pública. En otras palabras es lo que Cecilia Matta de la Asamblea Riojana Capital nos dice que desde el gobierno macrista quieren imponer como una tercera posición, a la que la Universidad Nacional adhiere: “El gobierno provincial habla de “consenso social” -las comillas son de ella- en lugar de licencia social, esta tercera posición impone la megaminería pero con controles, cuando sabemos que es incontrolable”.

Cuando los de arriba, saben que La Rioja en movilizaciones masivas les hizo saber que no les darían licencia social para destruir nuestros bienes comunes, el propio Ministro de la derecha, Bergman, dijo al diario provincial El Independiente que se buscará el “consenso social”. Bergman sostuvo que: “La minería no sólo es una actividad legal e lícita sino que va a ser una política de Estado de desarrollo de nuestra economía de manera sustentable y responsable”, sin señalar a qué costos sociales y ambientales se dará ese desarrollo megaminero.

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Resistencia, estudiantes y universidad: rechazo a los fondos mineros y los debates paralelos

¿Cuál fue la postura de la UNLAR, comandada en ese entonces por el tellismo, respecto a las movilizaciones contra la instalación de mineras en La Rioja? Ninguna. Nada se dijo desde el interior de los claustros universitarios neoliberales que en ese entonces cerraban las puertas a las problemáticas provinciales.

En estos días se estará librando unos de los debates cruciales para la economía política de la región del noroeste argentino sobre el modelo minero extractivista. Se realizarán las Primeras Jornadas sobre Megaminería, Bienes Comunes y el rol de la Universidad Pública, los días 1, 2 y 3 de junio de 2016 en la Universidad Nacional de La Rioja y en la Biblioteca Popular Mariano Moreno, de provincia de La Rioja, en Argentina, por iniciativa popular de la Unión de Asambleas Ciudadanas.

Llama la atención que meses después que el Consejo Superior mediante resolución 168, el 30 de junio de 2015, se proclamará a favor del rechazo de los fondos mineros del grupo YMAD, en la misma universidad se está debatiendo dos posturas antagónicas respecto a la megaminería. Una a favor del desarrollo minero en la provincia, un ciclo de debate titulado: “La minería y las alternativas para el desarrollo sostenible y sustentable de la región”, los días 13 y 14 de junio, días intencionalmente descoordinados de las jornadas de las organizaciones populares. En las palabras de Cecilia Matta están justificando la actitud ambigua de la universidad. Desde la institucionalidad de la Universidad Nacional de La Rioja, proponen un ciclo de debate que según ellos mismos es “neutral y plural”. Si pensamos nuevamente en el nombre que pusieron a las jornadas, podemos preguntarnos ¿Por qué el Comité Organizador del ciclo necesita visibilizar la sostenibilidad y sustentabilidad de la megaminería? Lo único que buscan sostener es el modelo extractivista que se encuentra en crisis. Porque la base material de nuestra universidad capitalista es difundir la aceptación del extractivismo como única y exclusiva vía de desarrollo.

El increíble “reglamento de debate” del  ciclo, en su artículo 17, expresa que “la audiencia deberá permanecer en silencio. No está permitido aplaudir, silbar o abuchear durante el debate, caso contrario se solicitará a aquellos que infrinjan este artículo que se retiren”, lo que demuestra una vez más la vocación de distanciarse de las problemáticas y denuncias de las organizaciones populares del interior y de la capital de La Rioja, despolitizando la discusión. Además existe un “reglamento de exposiciones” que menciona en su artículo 14 que “en ningún caso será permitido el exponer material o fijar carteles, marcas o indicaciones en las columnas ni paredes internas y externas del lugar”. Otra vez la academia pidiendo silencio, orden y progreso. “Civilización si, barbarie no”.

También puede conocerse un tercer reglamento, el “de ponencias”, que puntualiza en su artículo 8 que las preguntas del público “deberán ser entregadas por escrito al moderador quien se encargará de seleccionar equitativamente qué preguntas se leerán y deberán responder los expositores. Se deberá mantener siempre la igualdad entre las dos posturas en cuanto a las preguntas seleccionadas”. Cabe interpelar ¿quién hace ese juicio previo? ¿Cómo ha desarrollado una subjetividad de igualación entre las dos posturas? Igualdad… ¿Para quién? ¿Para las voces de denuncia? Sin lugar a duda, estos reglamentos están propulsados por la dominación epistémica de lo científico: buscan la objetividad de las corporaciones transnacionales y el alejamiento de la subjetividad de los reclamos masivos del pueblo riojano.

Los promotores locales de este ciclo están faltando el respecto a los compañeros y compañeras que salieron a las calles para decir ¡El Famatina no se toca! Muchos pusieron su vida para resistir frente a las mineras, y lo menos que esperan, es que la universidad no borre con la mano, lo que con los pies marchando escribieron en el interior y en la capital de La Rioja como en otras partes de Argentina y Nuestramérica: una historia de luchas sociales definida como experiencia concreta de desarrollo sin las megamineras. Contrariamente a esto el gobernador Casas sostuvo que “no tenemos posibilidades de sembrar soja o trigo, por eso tenemos que buscar alguna vez una actividad -en referencia a la megaminería- que le dé sustentabilidad a esta provincia”.

Sin embargo, la tendencia de la universidad es depender económica y políticamente de cualquiera que sea el que detente las arcas del estado nación –y en su ausencia al mejor postor- siendo la autonomía universitaria algo imperceptible o nula. La dirección de la universidad no plantea una postura clara de rechazo a la megaminería. Por ejemplo, en la campaña electoral nacional de 2015, el candidato burgués Daniel Scioli –que era el candidato apoyado localmente por el gobierno provincial y universitario-, ya prometía en su plataforma de balotaje del 2015-19 que “somos capaces de idear una firme plataforma de trabajo, que genere un adecuado marco legal, ambiental, técnico y económico para el desenvolvimiento de las inversiones” ¿y el marco social y político? El documento continúa en el mismo tono sobre el apoyo al desarrollo de nuevas tecnologías durante la explotación, desde el acompañamiento a investigadores y científicos, mediante programas de “producción más limpia” (Irónicamente, las comillas son del propio documento).

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En el plano de la Universidad Nacional, a pocos días de terminarse la toma histórica, los estudiantes fuimos callados en el edificio del rectorado, el 16 de octubre de 2013, cuando los cánticos encendían en llamas las figuras de los burócratas del estado nacional y provincial que protegían los privilegios de los saqueadores que intentaron desembarcar cuatro veces con transnacionales como de los violadores de los derechos humanos del tellismo.

La respuesta del pueblo riojano, frente a los intentos de las mineras, fue su rechazo total, no en términos discursivos sino en términos de presentar otro desarrollo de relaciones de producción. Es una de las pocas experiencias latinoamericanas, de no haber dejado desembarcar a Barrid Gold, Osisko Minig Corporation, Shandong Gold y Midais, más el intento de la Comisión Nacional de Energía Atómica de “explorar uranio” a menos de 15 kilómetros de la ciudad capital de La Rioja. Ininterrumpidamente se han realizado cortes de ruta, acampes de resistencia, asambleas masivas, organizaciones populares, combates en las plazas y se ha diseminado una conciencia revolucionaria del uso de los bienes comunes que se cristaliza en un modelo de desarrollo que a los capitalistas les resulta una piedra en el zapato.

El oficialismo universitario hoy tiene la estrategia de primero rechazar los fondos mineros discursivamente, y luego difundir el cómo desarrollar megaminería sustentable, rentable para las economías “subdesarrolladas”, invitando a voceros del saqueo que aquí ni vale la pena darles difusión, a intelectuales transgénicos –los orgánicos están del lado de los pueblo-, a disertar sobre los aspectos técnicos y científicos que la sociedad “ignora”, elitizando y despolitizando la discusión.

Al mismo tiempo que las condiciones siempre son precarias para las voces insurgentes que interpelan los procesos de dependencia y extranjerización de los bienes comunes como el agua, al punto de negar infraestructura universitaria para las jornadas críticas organizadas desde abajo.

Sin embargo, y aunque los panoramas sean poco optimistas, siempre que haya razones para luchar, hay que seguir andando. En la vereda del frente, organizada por los que luchan y lucharon contra esos discursos edulcorados sobre “sustentabilidad y sostenibilidad de la megaminería”. La resistencia popular del noroeste argentino tiene una cita de encuentro en las Primeras Jornadas sobre la Megaminería, Bienes Comunes, y el rol de la Universidad Pública, durante los días 1, 2  y 3 de junio, que tiene a sus aliados y denunciantes de ésta economía del saqueo y explotación como Jenny Luján (UNDeC), Horacio Machado Araoz (UNCa), Carina Joffre (UNSJ / UNLaR), Alfredo Carbonell (UNT), Mirian Genisans (UNT), Marcos Pastrana, Mirta Antonelli (UNC), Marcelo Giraud (UNCuyo), Candela de la Vega  (UCC), Débora Cerutti (UCC), entre otros.

Desde el Foro Ambiental Universitario y la Asamblea Riojana Capital de la Unión de Asambleas Ciudadanas no puede dejarse de convocar a debatir públicamente el lugar que ocupa la universidad pública frente a la megaminería y su articulación con quienes defienden los bienes comunes. Invitar a discutir la dependencia o autonomía universitaria, el ajuste y la desfinanciación de la educación pública, la mercantilización de los saberes científicos y la desvalorización sistemática de los saberes populares, como así también la visión andina y latinoamericana de la universidad, la financiación a líneas críticas de investigación sobre los proyectos contaminantes y sus impactos en la salud y en las formas de producción no hegemónicas, la formación en pensamiento crítico de los profesores, el rol de los estudiantes como intelectuales no de escritorio y aliados a los movimientos sociales.

Entre otras interpelaciones necesarias y urgentes. Hoy tenemos un movimiento estudiantil riojano que combate en las calles frente a los pactos entre empresarios y gobiernos que frenan la gratuidad y la universalidad del boleto educativo. En ese contexto de movilizaciones, tenemos una misma extensión de esa resistencia revolucionaria: el frente al avance de las megamineras. El debate no termina con el rechazo a los fondos mineros. El debate, recién comienza.

 

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