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Apuntes sobre socialismo desde abajo y poder popular

Ante el cuadro de crisis revolucionaria, NOSOTROS DECIMOS:

Se impone un debate profundo, estratégico, objetivo y responsable pero descarnado a la vez si queremos salvar el proyecto histórico bolivariano. Nos encontramos ante un cuadro sumamente crítico, los cimientos sobre los que se ha montado el proceso revolucionario se estremecen o ya no están como el liderazgo histórico, se tambalea el apoyo del pueblo, la correlación de fuerza a favor a nivel latinoamericano comienza a cambiar y los precios petroleros altos no son los mismos. Es así que la ofensiva está en manos del enemigo imperial y con la victoria que obtuvo del 6D ha cerrado el cerco sobre nuestras posiciones. Prepara el asalto.

El cuadro actual del proceso es la combinación perfecta de la acción planificada del imperialismo, la contrarrevolución interna y las contradicciones, las desviaciones burocráticas y éticas dentro de la propia revolución. Aproximarnos a un balance objetivo pasa por abordar estos dos elementos. No hacerlo sería abordar el asunto de forma parcial y sesgada lo que nos puede llevar conclusiones erradas para definir la acción revolucionaria.

Pese que una parte mayoritaria voto por la contrarrevolución nosotros somos de la premisa que el pueblo no ha abandonado la revolución, siente que la revolución lo ha abandonado el, ha perdido las expectativas, las esperanzas, el entusiasmo y la credibilidad en un proceso que si bien lo ha llenado de conquistas y lo visibilizo, hoy luce desdibujado por la corrupción, el nepotismo, el autoritarismo y la soberbia de una buena parte de la dirigencia. Muchas de las propuestas banderas con la que logró convocarlo como el poder popular, mandar obedeciendo, economía socialista productiva, ética socialista se quedaron cortas o reducidas a consignas y eslóganes de la propaganda institucional, esto ha provocado que esas expectativas populares se hayan ido diluyendo en la medida que el proceso se ha ido burocratizando.

El pueblo es sabio y paciente. Esto último también se olvidó en medio de una borrachera de poder y privilegios que obnubilo una buena parte de la “vanguardia política”.La democracia protagónica y participativa se transformó en cosa menos que un cliché. Los pilares de la oxidada pero altamente eficientes democracia representativa volvieron a erigirse como lógica todopoderosa. Con ella, el clientelismo, el paternalismo, el verticalismo, el autoritarismo y todos aquellos “ismos” perversos de la racionalidad capitalista se impusieron triunfantes en la batalla ideológica.

Se rompió la ecuación chavista pueblo consciente, pueblo movilizado, pueblo organizado y representación política, pasando esta última a suplantar las demandas, las expectativas, las propuestas, el protagonismo de un Poder Popular que no llegó a madurar y realizarse extendidamente porque la lógica burocrática teme ser suplanta por el pueblo empoderado.

Hay que oír o ver a chavistas decir casi con lágrimas en los ojos que votaron por la MUD porque así el gobierno y la dirigencia reaccionaría. Es decir, ante la inexistencia de canales, de mecanismo de interpelación permanente, el pueblo encontró en el voto, un mecanismo o la forma para expresarse o más bien de gritarle a la casta burocrática. Y vaya grito que ha pegado el pueblo el 6D. No podemos cuestionarlo por eso, si no hacer un esfuerzo, que en el liderazgo revolucionario debe ser una actitud cotidiana y normal,  interpretar ese mensaje con la mayor responsabilidad del mundo y actuar en consecuencia rectificando y construyendo las acciones para responder a eso que el pueblo está diciendo. Tanto daño y devastación ha causado en el estado de animo de las masas la lógica burocrática y vertical de gobernar y hacer política que se instituyo, como la acción del enemigo;  la guerra económica, por ejemplo.

No podemos achacarle toda la responsabilidad a la dirección actual ciertamente pero tampoco se puede evadir del debate estos  aspectos que son fundamentales para poder comprender como llegamos al cuadro actual del proceso y lo que es más importante, como retomamos una senda trasformadora, que pasa por retomar los códigos del chavismo originario, esos que descubrió y practico el comandante Chávez.

La acción enemiga encuadrada en un plan de guerra no convencional ha logrado sus objetivos porque ha encontrado un terreno abonado con los errores de la propia revolución, de su dirección formal y en general de todas las fueras chavistas que hemos dejado de hacer lo debíamos hacer. No hemos sido capaces de contraponer a la estrategia imperialista y de la derecha venezolana una eficaz repuesta integral. Hemos sido reactivos, incapaces de retomar la iniciativa táctica y menos estratégica.

Es más, creemos que no tenemos una compresión verdadera y profunda de los planes estratégicos y del diseño táctico de la acción sediciosa enemiga. Esta se ha ido desarrollando por fases cada una milimétricamente planificada. El imperio una vez superada la desorientación en un nuevo contexto de disputa por la hegemonía global, con sus adversarios, principalmente China y Rusia y también la disputa estratégica por el Medio Oriente que distrajo por un rato a las fuerzas Imperiales, tomo el pulso a los procesos progresistas que le había perforado su control hegemónico en América Latina  y diseño sobre ellos un plan de Guerra no convencional para derrocarlos y tomar de nuevo el control de un área vital para su  estrategia global de dominación. Más allá de la retórica y la consigna no hemos sabido descifrar en profundidad cuales han sido los ejes, los escenarios, el curso de acción de los planes imperialistas si no que casi mansamente hemos dejado que estos avancen. Y aquí estamos hoy.

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En todo caso el debate debe partir colocando sobre la mesa todos los elementos que influyen o han influido en la configuración de una situación estratégica casi catastrófica para la revolución.  Este ejercicio nos permitirá tener una visión completa del cuadro, visualizar las opciones y alternativas que tenemos, prever el curso de acción del enemigo y de los escenarios de lucha a los que en adelante eventualmente enfrentemos.

Pero es clave que cunda una profunda autocrítica, revisión y rectificación de toda la dirigencia y también de todas las fuerzas del chavismo. Por supuesto que las grandes responsabilidades están en quienes tienen responsabilidad de dirección en los distintos niveles del gobierno y de la conducción política, pero cada fuerza, cada colectivo, cada dirigente, cada cuadro tiene que asumir con profunda coherencia la responsabilidad que se tiene en toda esta situación.  Cada eslabón o factor cumple una función dentro del bloque revolucionario, unos de gobierno, otros políticos, pero todo tenemos responsabilidad y debemos asumirla.

La unidad popular, patriótica nacional debe ser resguardad a toda costa. El balance, la crítica y la reflexión no pueden ser autoflajelantes ni inquisidora. Se requiere estar estratégicamente, tácticamente, ideológicamente, espiritualmente juntos y afectivamente unidos.  El papel de compañero presidente, su esfuerzo, dedicación, la lealtad al comandante Chávez y al pueblo debe ser reconocido, lo que no debe a su vez eximirlo de la responsabilidad que le corresponde. Pero toda crítica debe hacerse insistimos, resguardando la unidad patriótica, buscando fortalecer la unidad estratégica y construir un camino táctico único para que todas las fuerzas chavistas junten sus voluntades y capacidades en función de hacer frente al enemigo estratégico, el imperialismo y al enemigo interno la contrarrevolución oligárquica.

No poco favor ha hecho el sectarismo a los planes del enemigo.  Debemos reconocernos todos, pero de verdad, valorando la diversidad, la pluralidad como una fortaleza, como un rasgo que fortalece y no como una amenaza. La crítica, los enfoques distintos deben ser visto como un componente de la diversidad y pluralidad del chavismo. Pero a su vez esta debe ser seria, objetiva, madura y propositiva. Además, debe estar acompañada del ejemplo en la acción revolucionaria, sustentada en el aporte real que hacemos al proceso.

Pese a la comprometida situación estratégica de la revolución su derrota no está predeterminada. Hay una base social formidable, hay un pueblo que mayoritariamente sigue creyendo en el socialismo chavista, esa es la fuerza principal de esta revolución a pesar que una franja de ese pueblo haya votado por la derecha asumamos que la revolución está en el pueblo, en su conciencia, su capacidad de lucha y que está expresándose porque quiere un cambio, pero dentro de la revolución. Navegamos en medio de una tormenta perfecta, pero tenemos como maniobrar si la dirección revolucionaria principalmente asume la actitud que corresponde de tomar el timón para enfrentar cada uno de los problemas, corregir las malas prácticas políticas y combatir las desviaciones éticas con firmeza y sin medias tintas.

 

NOSOTROS PROPONEMOS.

 

ATACAR EL PROBLEMA ECONÓMICO

La situación económica, que es resultado, no solo de la Guerra económica emprendida por las fuerzas del imperio, sino también el  resultado de las políticas aplicadas o no aplicadas en los últimos años. A la gigantesca fuga de capitales, sobre la cual no se logró aplicar control alguno (por el compromiso de sectores del gobierno con el capital financiero), ola cada vez mayor e impune corrupción estatal, la ineficiencia e ineficacia (caso de empresas nacionalizadas, cerca de 500 y casi ninguna funcionando), la precaria producción agrícola y pecuaria, se le suma una enorme deuda externa e interna.

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Una economía, no sólo sin planificación alguna, sino fragmentada en su toma de decisiones y control de información estratégica. Un País más dependiente que nunca del petróleo y que produce menos que hace 15 años (de 2.8 millones de barriles en 1998 a 2.4 en la actualidad aprox.). Sin niveles de industrialización significativos, altamente especulativa, e importadora de casi el 80 % de lo que consume. Que ensanchó durante la bonanza de los precios de las materias primas la demanda interna geométricamente, y que es estructuralmente incapaz hoy en día de seguir subsidiando este consumo. Paralelo a ello, se despilfarró enormes reservas internacionales (casi 30 mil millones hace cuatro años) y se enfrenta a una coyuntura con el precio del petróleo en menos del 50% del presupuesto diseñado.

Este es el cuadro económico en el que nos encontramos y hay que tomar medidas revolucionarias urgentes  controlando el poder del capital financiero, comercial e importador, disciplinando a la banca (nacionalizando sectores de ella, entre otras medidas), aplicando una reforma tributaria progresiva, controlando drásticamente la fuga de capitales, limitando las importaciones y ejecutando un plan nacional de industrialización y sustitución de importaciones, todas estas medidas con el pueblo organizado como ente ejecutor y supervisor, es decir, el Poder Popular.

Se debe “Como sea” garantizar una eficiente administración y control de las divisas. Para ello hay que crear mecanismos revolucionarios para su administración, es evidente que los tecnócratas y burócratas no han podido pues solo han servido para permitir los chanchullos que hicieron posible el defalco con las importaciones fraudulentas. Una medida planteada es que un ente conformado por el Estado, el poder popular y sectores productivos nacionales que se encargue de la elaboración, ejecución y control del presupuesto de divisas en donde esté garantizado los recursos en dólares para cada sector productivo público, comunal y privado de acuerdo a una planificación central en función de las metas de producción y de las necesidades del país.

Hay “Como sea” que poner en condiciones productivas a las empresas nacionalizadas. En este sector podemos poner en práctica el modelo mixto de economía con predominancia de lo Estatal-Social, pero incorporando a sectores privados que quieran avanzar con la revolución en un plan de desarrollo productivo nacional mediante asociaciones o alianzas en donde el Estado se reserva el control mayoritario del proyecto o mediante la figura de conglomerados productivos en manos de las comunas realmente organizadas y de los mismos sectores productivos particulares.

El control urgente de una inflación insoportable pasa en primer lugar por el fortalecimiento y la articulación de las políticas de controles y fiscalizaciones contra las estructuras oligopólicas y monopólicas de los mercados financieros, importadores y comerciales especialmente para los sectores de los alimentos, medicinas, repuestos automotrices, maquinaria, insumos agrícolas y la canasta básica.

En segundo lugar, pasa por impulsar la producción nacional. No se puede desconocer que tanto por efecto de la guerra económica como por los errores en política económica esta ha retrocedido. No solo es el sabotaje empresarial, es también las condiciones reales de la economía que han hecho que muchas pequeñas y medianas empresas hayan cerrado. El problema es que cada producto que dejamos de producir es algo más que tenemos que comprar afuera y eso es más dólares que se nos escapan además de impactar en el desabastecimiento  presiona la inflación.

Hay que impulsar un plan productivo nacional para lo cual es necesario bajo la visión de economía mixta de este periodo de transición al socialismo crear las condiciones para que el sector privado pueda acompañarnos en esta tarea. La construcción de un consenso mínimo se hace necesario, no con las cúpulas empresariales, pero si con los empresarios mismos. La construcción del socialismo productivo pasa por ser capaces de echar andar una economía mixta de bienestar y justicia social.

La batalla principal en este periodo es sin duda la batalla por reactivar, estabilizar e impulsar la economía dentro de un plan de desarrollo que apunte a la superación del rentismo parasitario con perspectiva socialista. Si la economía va bien, la recuperación del apoyo, la valoración y percepción de la población sobre el desempeño de la gestión del gobierno revolucionario será positiva y esto tributará a la reconstrucción de una nueva mayoría revolucionará para poner a andar el proyecto revolucionario nuevamente en la senda de Bolívar y Chávez.

 

PROFUNDIZAR LA DEMOCRACIA REVOLUCIONARIA.

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Para poder seguir en la senda socialista, el nuevo escenario estratégico del proceso trasformador bolivariano nos impone “COMO SEA” la recomposición de una nueva mayoría nacional patriótica y revolucionaria que hemos perdido por ahora. Esta es la más trascendental tarea política que tanto la Dirección dela revolución como todo el bloque patriótico chavista tenemos en este nuevo panorama que se abre con la lacerante derrota política electoral del 6D.

Para ello es un prerrequisito recuperar la confianza, hacer crecer de nuevo las expectativas y la esperanza del pueblo en el proyecto histórico Chavista. Esto pasa por volver a los códigos ideológicos, éticos e identitarios que entusiasmaron, que sedujeron y que hicieron posible de la mano del comandante Chávez construir el consenso mayoritario para avanzar hacia las definiciones estratégicas de una revolución de carácter antimperialista y anticapitalista.

Ese paradigma político el Comandante Chávez lo denomino Democracia Revolucionaria y está basado en el papel protagónico del pueblo, el poder popular, las masas empoderadas, así como en una nueva ética socialista pero también en inclusión social, justa distribución de las riquezas para lo cual la independencia nacional es una condición.

Estas banderas lograron movilizar y configurar un elemento que sistemáticamente se iría trasfigurando en sujeto político y en una mayoría nacional expresión mayoritaria de la voluntad de cambio que permitió como hemos dicho adelantar el conjunto de trasformaciones que nos trajeron hasta aquí pero que en punto de inflexión del proceso las desviaciones burocráticas, las lógicas capitalistas que no fueron superadas entre ellas con mucha fuerza las corrupción de funcionarios públicos y dirigente  hicieron que el entusiasmo y las expectativas, la credibilidad del pueblo en la revoluciona potenciada por  las permanente  e implacables operaciones de guerra psicológica del enemigo decayeran.

Retomar entonces el camino hacia una nueva mayoría nacional pasa por profundizar y retomar los ejes constructivos de la DEMOCRACIA REVOLUCIONARIA como paradigma político para esta etapa de la transición socialista.

Para ello proponemos las siguientes ideas para del debate:

  1. Asumir la construcción de las comunas, los concejos campesinos, consejos obreros y toda forma de empoderamiento del pueblo como una de las tareas políticas centrales de la revolución en el nuevo escenario.
  2. Aplicar en profundidad todas las leyes del poder popular y por vía habilitante crear un nuevo mecanismo de empoderamiento, trasferencia de funciones, atribuciones, entre otros.
  3. Municipalizar el Poder Popular. Toda Alcaldía Bolivariana debe asumir como tarea revolucionaria de su gestión la construcción en cada rincón de su territorio los concejos comunales y comunas. Que no quede un solo municipio Chavista sin estar copado por el poder popular.
  4. Consolidar los Concejos Presidenciales del Poder Popular y avanzar hacia construir el Parlamento Nacional del Poder Popular con voceros elegidos en las bases de todos los concejos presidenciales correspondientes.
  5. Consolidar el PSUV como partido revolucionario instrumento del empoderamiento del pueblo. Esto es que sin dejar de ser un partido capaz de emplearse eficientemente en la batalla electoral sea capaz de acompañar al pueblo en su proceso de empoderamiento, en la construcción de las comunas, los concejos obreros etc. Las UBCH y CLP deben estar ligados al proceso de construcción comunal y de los trabajadores no para controlar si no para acompañar, orientarlos y servir de estructura de articulación con el gobierno revolucionario.
  6. Unificar las fuerzas políticas y sociales chavistas alrededor de un programa y un plan de acción único que debe recoger las tareas revolucionarias de la nueva etapa. El GPPSB debe convertirse en centro de definiciones estratégicas, en una dirección revolucionaria unificada en una sola estrategia, una sola táctica y una sola línea política.
  7. Impulsar desde le GPPSB el Frente Antimperialista y anti Contrarrevolucionario.
  8. Conformar una Escuela Única de Formación de Cuadros para todo el GPPSB (partidos y movimientos).
  9. Acelerar y profundizar la construcción de la Milicia Nacional Bolivariana como expresión de la unidad cívica militar y del poder armado del poder popular naciente.
  10. Promover desde la visión ética socialista una cruzada política contra la corrupción y contra la impunidad para garantizar la eficiencia y eficacia de los planes contra este flagelo de la sociedad que vulnera la soberanía popular y los valores que sustentan la revolución Chavista Bolivariana.

CON BOLIVAR, ZAMORA Y CHAVEZ DECIMOS… TODO EL PODER PARA EL PUEBLO.

 

NI UN PASO ATRÁS EN LA REVOLUCION BOLIVARIANA.

 

HOY MAS QUE NUNCA… AMOR Y LEALTAD A CHAVEZ.

 

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