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Apuntes sobre socialismo desde abajo y poder popular

De eso no se habla

Cuando el Juez Alejo Ramos Padilla dispuso el allanamiento del supuesto abogado Marcelo  D´ Alessio, seguramente se sorprendió con los resultados. Buscando un extorsionador de alto vuelo se encontró con elementos probatorios de una organización  supuestamente para-estatal que concentra el poder de fuego de la nueva estrategia de Estados Unidos  para garantizar su dominación en los países que considera sus vasallos: la combinación del la guerra jurídica  y el poder mediático que difunde noticias falsas para estigmatizar a sus ocasionales adversarios (fake news).

La reacción inmediata del gobierno fue intentar despegarse del personaje: El Fiscal Stornelli lo calificó como un loquito, la Ministra de Seguridad  lo mencionó como alguien que anduvo circulando por allí, pero siempre le mereció desconfianza, los periodistas oficialistas que lo presentaron en distintos programas de Televisión en Canal 13, TN. América, Canal 9, Canal 24, etc.  como “experto en narcotráfico”, declararon haber sido engañados. Los diarios Clarín y La Nación, donde este señor aparecía como columnista invitado , se hacen los distraídos.

Es interesante advertir que también,  cambiar de conversación ha sido la estrategia de buena parte de la oposición que estuvo ausente cuando el juez se presentó en la Cámara de Diputados.  Si bien es cierto que el juez ha sido muy medido en sus apreciaciones, tratando de evitar ser acusado de imparcialidad, era conocido que del expediente surgían hechos escandalosos que afectaban directamente a la política exterior de Estados Unidos, al Poder Judicial y a la denominada “prensa hegemónica”.  Asistir a una sección publica donde estos poderes iban a quedar expuestos significaba asumir un costo  político con ellos y no quisieron correrlos. Ya esto nos da una idea de lo que podemos esperar hacia el futuro de “buena parte de la oposición”.  

 

La teoría del chanta extorsionador

 

Promocionada por el gobierno trata de hacer  aparecer a D´Alessio como un vividor y estafador que, fingiendo tener contactos en el gobierno,  trataba de sacar provecho cuando se  enteraba de  algunos trapos sucios de los empresarios .

Esta teoría se cae porque resulta inexplicable que un simple chanta:

– Aparezca en operativos de combate al narcotráfico ordenados por el gobierno nacional. 

–  Ingrese a los despachos de Fiscales federales y participe en audiencias reservadas.

–   Se haya filtrado en reuniones del G 20, donde ademas del servicio de inteligencia argentino, actúan y controlan los servicios secretos de otros países.  

– Posea un arma que solo pueda ser ingresada al país por valija diplomática.

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–  Sea capaz de engañar e infiltrarse en el corazón de la prensa hegemónica.

 

¿Un carpetazo K?

 

El gobierno ha tratado de defenderse afirmando que se trata de una contraofensiva del kirchnerismo para tratar de embarrar la “Causa de los Cuadernos”, y una maniobra del conjunto de la oposicion para afectar electoralmente a Cambiemos. Pero también esta teoría resulta disparatada porque:

– El juez no tiene antecedente de militancia K. Es de origen radical, estuvo vinculado a los Derechos Humanos, pero precisamente a un sector de Abuelas de Plaza de Mayo, el de Chicha Mariani, que no simpatizaba con la titular de esa organización, Estela de Carlotto y tampoco otras figuras de derechos humanos  afines al kirchnerismo.

– El Fiscal Stornelli citado a declaración indagatoria  fue uno de los fiscales predilectos de Daniel Scioli, ultimo candidato a Presidente por el Justicialismo. En el gabinete de Scioli se depositaba  la confianza para dirigir la Justicia en Eduardo Casal, actual Procurador General de la Nacion y quien en el caso D’ Alessio se ha prestado con su silencio a avalar maniobras de encubrimiento.  

– La investigación no ha tocado directamente la Causa de los Cuadernos, pero si un montón de causas, situaciones y operaciones que revelan un modus operandi de espías ilegales, aprietes, extorsiones, colocación de pistas falsas y falsos testigos, que afecta en particular a los jueces Federales de Comodoro Py  y en general a toda la Justicia, que se remonta a muchos años atrás, incluso los que gobernaba el kirchnerismo. Desmontado todo ese entramado, no solo se afecta la Causa de los Cuadernos, sino buena parte de las causas en las que estuvieron involucrados estos jueces.

 

¿Una organización mafiosa?

 

Una de las formas de desvirtuar lo que muestra el expediente D’Alessio es promover la idea de que se trata de una organización mafiosa que solo se propone obtener dinero mediante extorsiones. Una mirada mas global sobre estas operaciones de la política exterior de Estados Unidos en otros países demuestra que el dinero es apenas un medio. La constante es que según el país  hay objetivos, estrategias de guerra que son priorizadas y formas de obtener los fondos para sustentar esa intervención agresiva. En Nicaragua a principio de los 80, el objetivo fue desestabilizar al gobierno sandinista, el medio fue el reclutamiento de mercenarios y la provisión de fondos se realizó mediante la comercialización de cocaína comprada a narcos colombianos y distribuida en los Estados del Sur de estados Unidos con vista gorda de la DEA. Entre otros, fueron responsable de esa operación  Eliot Abrams y John Bolton . En Venezuela actualmente después de las dificultades presentadas para una intervencion militar directa, la estrategia del Imperio parece ser reclutar mercenarios, para crear grupos de choque en las fronteras. Los responsables de esa operación son los mismos que en Nicaragua de los 80: Eliot Abrams y John Bolton.  En La Argentina la estrategia para asegurar la continuidad del vasallaje del país es una combinación de la guerra jurídica y la guerra mediática. No es casualidad que el embajador de Estados Unidos, Edward Prado , sea un juez Federal. Lo que se encontró el Juez Padilla deteniendo a D’Alessio es una pieza clave de esa estrategia, por lo que significa el personaje y por el material encontrado. Ya sabemos ademas de donde provenían los fondos para extender la red.  

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¿Qué es la guerra jurídica?

 

La guerra jurídica, o lawfare en idioma ingles , consiste en el uso ilegitimo de la ley en el plano interno o violando el derecho internacional  con la intención de dañar a un oponente o adversario, descalificándolo políticamente, paralizándolo financieramente , o dificultando el funcionamiento de sus proyectos o acceso a cargos publicos.  Lawfare fue lo que se aplicó a Lula en Brasil para que no se pudiera ser candidato a Presidente, Pero también fue lo que se intentó hacer en Venezuela con la cooptacion de la Fiscal General Luisa Ortega Díaz, y que fue desbaratado por el tribunal Superior de Justicia. El lawfare, combinado con la guerra mediática, las fake news, expresan nuevas formas de guerra asimétrica que desempeña el Imperio, contra todos aquellos grupos políticos o movimientos identificados como amenaza, para sus intereses.

Repasando algunos portales de nuestra izquierda, veo la escasa importancia que se ha dado al tema de la trama que desmonta el Juez Padilla. Pareciera que se tratara de un problema menor, algo asi como una disputa de gobiernos y empresarios o de contradicciones entre capitalistas. Creo que a veces la mirada que tenemos sobre el mundo expone nuestra pobre incidencia política.  Y seguro es así en las expresiones mas honestas. En las mas deshonestas que se  coincida con la derecha de que ” de eso no se habla”, confirma que, para algunos, transitar por  desfilódromos politicos como los que  se construyen para las murgas en carnaval, resulta mucho mas confortable, y menos peligroso que enfrentar al poder.

Para quien quiera enterarse la asociación del lawfare y la guerra mediatica en su mas alta expresión no se ha aplicado exclusivamente contra ex-funcionarios del gobierno anterior o empresarios.   Se aplicó  contra los mapuches , en particular en las acciones que culminaron con la detención de Facundo Jones Huala y el asesinato de Rafael Nahuel. Que D´Alessio no nos investigue, certifica mas bien, nuestra falta de peligrosidad política.

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Un furcio inesperado

 

En el discurso presidencial de iniciación de las sesiones parlamentarias, el Presidente, seguramente producto de la emoción del momento cometió un furcio que fue muy comentado. Dijo : “tenemos el apoyo del narcotráfico”. Y enseguida lo corrigió.

Entre los materiales incluidos  en el expediente D´Alessio,  aparece el dato escandaloso de dos reuniones del principal imputado con el jefe narco de la banda de Los Monos, detenido en la cárcel de Rosario.  Se trataría de una negociación donde se cambiaría aliviar condenas por aportes de la bandas por crear hechos que perjudicarían al gobierno socialista de esa provincia. Interrogado sobre el tema, el reconocido periodista e investigados rosarino Carlos  Del Frade  afirmó en un programa de televisión, que a pesar de que una de las banderas del gobierno ha sido pelear contra el narcotráfico, en los últimos años el país ha crecido en la exportación de drogas ilegales al exterior.  Agregó ademas que si por un lado se ha avanzado con  muy publicitadas operaciones de detención  de pequeños cargamentos, por otro hay menos control sobre las operaciones mayoristas.  En un país donde la lucha contra el narcotráfico parece ser una bandera exclusiva de la derecha, sería bueno repensar desde la izquierda políticas y acciones para enfrentar ese flagelo. Para ilustrarnos recomiendo las ultimas investigaciones del profesor Jorge Beinsten que se preocupó especialmente por las relaciones de la familia presidencial con grupos como la mafia calabresa  “la ndrangheta” y algunas otras mafias latinoamericanas.  Las conclusiones a las que arribó el profesor son muy inquietantes, sin embargo han tenido poco impacto político.  Daría la impresión que una buena parte de nuestra clase política, pero también de nuestra intelectualidad   y de  las agrupaciones progresistas y de izquierda han elegido mirar para otro lado.  Seguramente ponernos ha hablar del narcotráfico es un tema peligroso. ¿Pero será posible cambiar esta sociedad si nos autolimitamos y decimos: ” De eso no se habla”.

18 de marzo de 2019.

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