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Despidos en Clarín: relatos de la angustia

Hacia adentro y hacia afuera de la redacción de Tacuarí el panorama es igual de desolador. La tristeza y la desazón de los despedidos, con más de 20 años de antigüedad, próximos a jubilarse, recientes padres. 56 despidos en el gran diario argentino.

Foto: Carlos Brigo

El mismo día que el gobierno de Cambiemos anunció una serie de medidas económicas para intentar calmar las aguas de un país que se ahoga, la empresa de medios más importante de la Argentina despidió a 56 trabajadores y trabajadoras: 46 de Clarín y 10 de Olé.

La puerta del diario amaneció vallada y rodeada de periodistas. Ahí se fueron juntando colegas, familiares, amigos y amigas que se acercaron a apoyar a las y los trabajadores despedidos. “Es un velorio”, repetían los compañeros de Clarín. Adentro, el escenario no es muy diferente.

“Quedé, no me echaron”, escribió la periodista de policiales Virginia Messi en su perfil de Facebook. “Igual que ese desgarrador 2000. Hoy, como aquel sábado de hace casi 20 años, me mandaron la carta (esta vez por mail) diciendo que podía seguir con mi vida tal y como la conozco. Sigo acá. Escribo esto desde la redacción. Pasé el cerco de policías, la lista negra y la puerta esclusa. Estoy adentro. La tristeza es infinita. Lloro por los compañeros despedidos de hoy pero también por los de ayer”.

Waldemar Iglesias entró a trabajar como redactor en la sección Deportes del diario en 1996: en estos 23 años cubrió el Mundial de fútbol de Sudáfrica 2010, mundiales sub 17, copas América y torneos sudamericanos. El último viaje fue en 2016. Le tocó hacer la cobertura de la final de la Champions entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid en Milán. Ese día no firmó su nota. Los trabajadores del diario estaban de paro.

Fernando Otero trabaja en Olé desde su creación, en 1996. Desde hace ocho años cubre Racing. Hace unos años su hijo más chico, su madre y su tía murieron en un accidente de autos. Hoy lo despidieron. “Fue una bomba para todos” contó un ex periodista de Clarín.

Al fotógrafo Rubén Digilio le faltaban dos años para jubilarse. Llevaba más de 20 trabajando en Clarín. Esta mañana, cuando salió de su casa, todavía no había recibido el mail en el que le decían que habían decidido prescindir de sus servicios. Cuando quiso entrar al diario se enteró que lo habían echado.

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“Me siento defraudado, no merecíamos haber sido tratados como perros”, contó en este vídeo:

Hace años (¿décadas?) escuchamos, leemos, retuiteamos que el periodismo está en crisis. Convivimos en un periodismo con un modelo de negocio que ya no es negocio y que también está en crisis. Según un relevamiento de SiPreBA, desde 2015 hasta hoy alrededor de 3500 trabajadores de prensa se quedaron sin trabajo sólo en la Ciudad de Buenos Aires.

En épocas de crisis, despidos en los medios de comunicación hubo siempre. En Clarín, el más recordado por estas horas es el de 2000, cuando con idéntica metodología (correo, vallas en la puerta, listas de los que entran y los que no) despidió a más de 110 empleados y empleadas. ¿Qué pasará ahora, en medio de este panorama angustiante?

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