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EL  COMANDO  SUR  EN  NEUQUÉN

 

Hace  unos  días  nos  enteramos  de  la infausta  nueva:  El  Comando  Sur  de  los  EE UU  lograba  imponer,  luego  de  un  primer  intento  abortado  en  el  año  2012,   su objetivo de hacer pié en nuestro país para disponer una base militar en la  Provincia  de  Neuquén.   Durante  el  año  2017   el entonces  embajador  norteamericano  interino Tom Cooney   había recorrido   la  Provincia  y ratificado    la  intención  de  reactivar  la  construcción  de  la  base.  Al  mismo tiempo    destacó las  inversiones que    Chevron  y   Exxon   Mobil   realizaban   en    Vaca Muerta.

Los  medios  de  comunicación  provinciales  informaron,  en  la  semana  del  7  de  mayo,  que  un  grupo de  “técnicos”    norteamericanos   habían  arribado  la  Provincia     para  construir  las  instalaciones,  donadas  por  el  Comando  Sur  bajo  la  figura  de  “Ayuda  Humanitaria”,    donde  funcionará   la  Defensa Civil  Provincial.   El  costo  de  la  obra  asciende  a  2.000.000  dólares y  consta  de  una  sede  y  un  galpón  de  600  metros  cuadrados  que  podría  funcionar  como centro  de  evacuación  ante  catástrofes eventuales ya  que  contará  con  dormitorios,  baños,  cocina,    una  sala  de  cuidados  médicos,  otra  para  conferencias  y  un  helipuerto.  Se  ubica  sobre  la  Autovía  Norte  y  a  escasa  distancia  del  Aeropuerto  Internacional  de  Neuquén .

“No  se  trata  de  una  base militar, sino  del  Programa de  Ayuda  Humanitaria para retomar la marcha de la obra que se suspendió en 2.012 y  que consiste en un depósito y un edificio de oficinas para la coordinación de Defensa Civil y otros organismos ante una emergencia”,  afirmó  Leonel  Dacharry, Secretario  General de la Gobernación  Provincial.  Agregó   “Comenzamos los contactos en 2009 y a través del programa conseguimos un campamento para evacuados para 250 personas, que nos vino muy bien cuando se produjo la erupción del volcán Puyehue, en 2011”. El año pasado llegó la segunda etapa del campamento, que ahora puede albergar hasta 500 personas”. Informó  además  que  la  ayuda  incluyó  vehículos  todo terreno  que  integran  el  Plan  de  Manejo  del  Fuego,  se  encuentran  en  Junín  de  los  Andes y  pueden  ser  utilizados  para  búsqueda  y  rescate.  Señaló    que    “el lugar elegido está junto a la autovía  Norte y  cerca de  un centro  de distribución  estratégica  como  es el  aeropuerto (Internacional Juan D. Perón)  para el  traslado  de elementos  a  zonas  que  lo ameriten y que  no  es  una  base porque  los  edificios  quedan  bajo  el  registro  dominial  de  la  Provincia.”  Añadió  que  las  obras  habían  comenzado en  2012,  se  habían  detenido  y  que   recientemente    habían  llegado  de  EE  UU     “tres ingenieros y un arquitecto del programa de ayuda humanitaria para supervisar la continuidad de las tareas”. Agregó  que  “se  trata   de   una estructura “muy liviana, con posibilidad de expansión, estará dotada de un grupo electrógeno por posibles cortes de energía eléctrica y servirá para el acopio de víveres, los campamentos móviles y, eventualmente, para alojar personas ante alguna emergencia”.

Reiteramos  para  Neuquén  lo  que sostuvimos   en  nuestro  documento  “EL COMANDO  SUR EN  EL  CHACO”. Presentamos  un análisis de la forma como se ha aplicado y se aplica la estrategia para el control militar y de los recursos naturales estratégicos de la Región por parte del llamado “Comando Sur” de  EE  UU.

Todo  se  inició  cuando el  Comando Sur y  la   embajada   norteamericana   impulsaron un “Programa de Fortalecimiento del Sistema Provincial de Emergencias,” que fue aprobado en 2006 por el ex Ministro Aníbal Fernández, como un aporte a los programas sociales que desarrollaba el gobierno.  De esta manera  y enmascarando las reales intenciones se posibilitaba la  entrada de dicho Comando  en territorio argentino   por la puerta de servicio.     Ello implicó realizar inicialmente   campañas de “concientización humanitaria” y de  instrucción a la población  con  el  objetivo  de   establecer,   en un futuro   que   manifestaron  cercano,  personal para colaborar con la “ayuda humanitaria”,  tal como había ocurrido con  anterioridad  en  Ecuador,  Honduras,  Costa Rica,  Paraguay   y   Colombia.

Lo que el  representante  del  Comando  Sur  para  Argentina  no  ha  explicado  ahora,  como  tampoco  lo  hizo  en  el  año  2012  el  Coronel  Edwin  Pastor  cuando  hacía  las  gestiones en  la  Provincia  del  Chaco,   es como un programa con apariencia civil es  realizado  por  un    COMANDO  MILITAR  DE    EE  UU,  EL CUAL  NO GUARDA  RELACION  DE  DEPENDENCIA  CON  LA  EMBAJADA  DE  ESE  PAIS, que es la que  debería  tener  a  su  cargo o patrocinar  programas  realmente  solidarios  y  exclusivamente  civiles.

Existiendo   múltiples organismos no militares nacionales e internacionales cuya actividad se orienta hacia una misión social y humanitaria no queda claro por qué estas tareas se encomendaron al Comando Sur en forma altamente sospechosa   ya que es conocida la doble misión de las embajadas y los organismos militares de EE  UU   en los diversos programas civiles y militares de ese país para ayuda, capacitación, intercambio, cooperación, trabajo bilateral y que culminan con la realización de ejercicios militares “combinados”  con los efectivos  de los países involucrados .

Además todo  ello constituye el fundamento del funcionamiento del llamado SIAD  (Sistema Interamericano de Defensa) creado por EE  UU   dentro del cual el COMANDO SUR es el principal órgano operador para Latinoamérica y El Caribe,  independientemente de las atribuciones políticas de las  embajadas norteamericanas en el Continente.

Por un lado, Washington presenta un  componente humanitario visible al público, estructurado sobre actividades que la sociedad visualiza como ‘justas’ y en su beneficio, de modo tal que pueda justificarse una interacción bilateral.   Causas como ayuda humanitaria, sanidad y salud pública, emergencias y desastres naturales, derechos humanos, seguridad, lucha contra el narcotráfico y el narcoterrorismo.    Pero por otro lado existe una componente no visible que se encuadra en los objetivos estratégicos afines a los intereses de EE UU y muchas veces contrapuestos a los del país asistido conducidos por un comando militar.

Además  se suman  a esta operatoria los  ”Acuerdos de Cooperación” que el Gobierno Nacional  Argentino ya viene manteniendo  con EEUU  en el plano militar y civil;   sea por ejemplo para capacitación de civiles y militares con instructores estadounidenses, como son los   Programas   Internacionales para Educación y Entrenamiento Militar, de Seguridad de Fronteras y Control de Exportaciones y de Asistencia Antiterrorista. También Washington envía fondos para educación y entrenamiento policial.

Como expresa  el  Comando Sur estas estructuras de cooperación facilitan   la interacción militar con militares de la zona  la  cual  es  necesaria  para “mantener un contacto regular que construya confianza e intercambio de información relevante para la seguridad regional.”    Permite  conocer cómo trabajan otros militares (sus procedimientos y capacidades de  comando y control)  considerados importantes para una futura cooperación. Los militares estadounidenses buscan a través de estos programas, construir relaciones interpersonales con oficiales de otros países, amistad y camaradería con los altos jefes y aumentar el acceso a los militares de la región, para convertirlos en potenciales aliados en futuros conflictos.

Cuando ha sido alcanzada cierta aceptación de su accionar por la sociedad   y se ha logrado un nivel de organización aceptable, surgirá naturalmente la necesidad de instalar, por ejemplo, un Centro de Coordinación Antidrogas en la localidad, con ello las bases militares  serían entonces  Centros de Seguridad Cooperativa.    Ellas podrán materializarse como instalaciones  inocuas que podrían traer progreso a la zona.    Para ello bastará con que el Comando Sur logre disponer de estructuras, terrenos, almacenes, rutas, aeródromos, puertos que podrán ser concesionados, alquilados y/o mantenidos por la nación anfitriona, y en servicio con poco personal  permanente o temporario. Estas bases encubiertas,  listas para ser completamente activadas,     podrán tener facilidades y equipamiento predeterminado para albergar rotación de fuerzas  y  actuar como centros de entrenamiento regionales en operaciones combinadas con   EE  UU.  Pueden presentarse  como no militares   para que sean aprobadas por los Congresos de los países involucrados  y   mostrarse necesarias para el control del contrabando, migraciones ilegales y narcotráfico,  un ejemplo cercano lo constituye el predio “Mariscal Estigarribia” en el Paraguay.

Estas instalaciones operacionales extraterritoriales de EE  UU,  por una especie de metamorfosis,   se transforman con el devenir de la “amenaza” de un enemigo común  en lo que ellos denominan Base de Operaciones Principales (MOB), fortificaciones militares para comando, control y comunicaciones con fuerzas operativas permanentes; Base de Operaciones de Avanzada (FOB), extensión de la anterior para operaciones especiales  y que incluye aeródromo, fondeadero o muelle; Centro Operativo de Avanzada (FOL),   similar al anterior pero sin toda su infraestructura  y  primariamente utilizada  para operaciones antidrogas; Centro de Seguridad Cooperativa (CSL),  con poca o nula  presencia   permanente de los estadounidenses, mantenida por concesión o por el país anfitrión,  funciona como centro para actividades de cooperación con éste, rotación de fuerzas, apoyo logístico y acceso ante contingencias.  Pruebas de su existencia  las encontramos en distintos países latinoamericanos y caribeños.  Es el caso de las bases de  Comalapa, Aruba y Curazao, por ejemplo, que se clasificaban como FOL,  es decir para lucha antidrogas,   y luego fueron redefinidas como CSL (de Cooperación).  Curiosamente las  tres  están en lugares geográficos privilegiados con pistas de aterrizaje de 2,4 kilómetros   de  largo   para aviones pesados, con capacidad para operación nocturna de aeronaves,   control de tráfico aéreo, equipos de abastecimiento de combustible, bomberos, hangares, oficinas y almacenes. En ellas se registra la presencia continuada de aeronaves de combate, como los cazas supersónicos a reacción F-16  y  F-15,  aviones de reconocimiento y patrulla Orión P-3, aviones de Inteligencia de señales E-2 AEW, E-3 AWACS, aviones de rescate y tanqueros para reabastecimiento de combustible en vuelo como el Hércules  HC-130, de transporte táctico como el Hércules C-130  y  helicópteros de distinto porte.

Hay abundante evidencia de  que en estas instalaciones de EE  UU y  en  otras de mucho menor perfil se realizan en los hechos, operaciones militares encubiertas de la más diversa índole y que cumplen múltiples funciones estratégicas;  entre  ellas    apoyar ataques militares contra organizaciones rebeldes locales que estorben los intereses de EE  UU y sus aliados, y  guerra de Inteligencia de señales electrónica y de comunicaciones que permite detectar la posición de los blancos, identificarlos e implementar el ataque con bombas inteligentes.  Claro  ejemplo  de  esto fue  el bombardeo al campamento ecuatoriano en el que murió Raúl Reyes.

Las instalaciones estadounidenses cumplen además misiones de vigilancia y espionaje de los sistemas de armas y fuerzas militares del país anfitrión y sus vecinos,  realizan  acciones     de infiltración, relevamiento, influencia y control sobre las Fuerzas Armadas y poblaciones de los países con el engaño que le traerán progreso local, bienestar económico, empleos y seguridad.  La presencia militar latente de EEUU en la región facilitará planes de despliegue rápido regional y global de sus fuerzas de tareas ante conflictos. También pueden actuar como elemento político disuasivo  afín a los intereses de Washington.  Es  impresionante  la transformación sufrida  por  estas  organizaciones  que,  iniciándose  como ”CENTROS DE AYUDA HUMANITARIA” a  las  necesidades  de  las  comunidades  civiles,  se  transformaron  en  formidables  elementos  castrenses,  casi imposibles de eliminar.  Si quedan  dudas he aquí  algunos  ejemplos:    a)   Brasil:  Los   norteamericanos  habían  logrado   establecer  una  base   en  San  Pedro  de  Alcántara, cerca  de  Manaos  y    se  vieron  obligados  a  abandonarla  en  agosto  de  2003,  cuando  el gobierno  brasileño  no  les renovó  la  concesión.  Este hecho  coincidió  con  la  explosión   del  tercer  prototipo   del  VLS  –   1  (Vehículo  Lanzador  de  Satélites)  en  la  Plataforma  del  Centro  de  Lanzamiento  de  Alcántara,   donde  murieron  21  trabajadores  del  Centro  Técnico  Aeroespacial  de  San  José  dos  Campos.    b)  Honduras:  El  Presidente  Mel Zelaya quiso  cerrar  la  base  de  Soto  Cano  o  Palmerola.  Fue  derrocado  por  un  golpe  cívico –  militar  orquestado  por  EE  UU  en 2009.  Fue  secuestrado,  subido  a  un  avión  militar  y  dejado  en  el  Aeropuerto  de  San  José  de  Costa  Rica.  c)  Ecuador:  En  2009  el  Presidente  Rafael  Correa    informó  que  no  renovaría  la  concesión  de  la  base  aeronaval  de  Manta.  La  Constitución  ecuatoriana  prohíbe  la  existencia  de  bases  militares  extranjeras  en  su  territorio.    La  base fue  entregada  en  diciembre  de  ese  año;  pero  nueve  meses  más  tarde,  el  30 de  septiembre  de  2010,  se  produjo  en  Ecuador  un golpe  de  estado  orquestado  por  las  Fuerzas  de  Seguridad  infiltradas  por  la  CIA;  la  DEA  y  la  USAID.  El  Presidente  fue secuestrado  y  casi  asesinado.  Por  suerte  el  golpe   fracasó.   d)  Colombia:  El  país  se  ha  encaminado hacia  la  paz  por  el  Acuerdo  FARC  –  EP – Gobierno Colombiano.  Ya  no  hay  motivos  para  bases.  Sin  embargo  el  Comando  Sur  ha  determinado  que  el  Acuerdo  “no  implica  el  final  de  los  cambios  en  seguridad”

Una de las metas de las operaciones de Inteligencia de EE UU en Argentina parece ser materializar, poco a poco, una progresiva presencia en el país  que  no necesariamente significa  permanencia desde el inicio, ya  que  normalmente  es un    nivel cooperativo y humanitario con bajo perfil;  pero  luego  y en el momento oportuno,   se  transforma  en   una  intervención militar negociada.   Más  aún  en  la  actualidad  donde  Argentina  ha  regresado  a  las relaciones  carnales  con  EE  UU  y  Gran  Bretaña  (Ver   en  www.cemida.com.ar  “Desarmando  la Soberanía” )  a  los  cuales  se  ha agregado  el  Estado  Israel.  Dice  un refrán  popular  “ Dime  con quién  andas  y  te  diré quién  eres”

El Diputado del  PTS  –  Frente  de  Izquierda  RAUL GODOY  denunció que “mientras Macri entrega el país al Fondo Monetario Internacional y se prepara para descargar la crisis nacional que se está gestando sobre las espaldas del pueblo trabajador, en la Provincia  el MPN profundiza el intento de militarizar la región, primero autorizando la instalación de 400 gendarmes y ahora permitiendo la construcción de una base norteamericana”.  Presentó  un  Proyecto  de Resolución    donde  insta    al “Poder Ejecutivo Provincial  a  prohibir  la  ejecución  de  obras  de  la Embajada de Estados Unidos en la meseta de la ciudad de Neuquén, para la construcción del Comité de Emergencias de Neuquén (COE), con fondos donados por el US. Southern Command, bajo la figura de ayuda “humanitaria”, por implicar una avanzada sobre la soberanía nacional” y a “prohibir cualquier intento de instalar bases militares estadounidenses, en territorio de la provincia de Neuquén”.  He  aquí  los  fundamentos:

“La   Embajada de Estados Unidos decidió dar continuidad  a la  ejecución de una  obra para  la construcción de la sede del comité de Emergencias en Neuquén (COE). Esta obra había sido autorizada por el ex gobernador Jorge Sapag en el año 2012 y frenada por la   polémica  desatada en  Chaco, donde obras similares fueron denunciadas ya que se  trataban de bases militares. La ejecución de  dicha obra  se  realizaría  con  fondos  donados  por  el US. Southern Command, de  la Embajada de Estados Unidos, bajo la figura de un programa de ayuda “humanitaria”.  Por un organismo  militar que en su propia página web describe que “el Comando Sur de EE.UU.  aprovecha las capacidades de respuesta rápida, la colaboración de naciones socias y la cooperación regional dentro de nuestra área de responsabilidad para apoyar los objetivos de seguridad nacional de los EE.UU., defender los acercamientos sureños de Estados Unidos y   promover la seguridad y la estabilidad regional”.

 Luego de la Guerra Fría Estados Unidos estableció la delimitación territorial del planeta en cinco regiones que en ese momento se reafirmaban bajo la supervisión de diferentes Comandos de las fuerzas armadas.  Actualmente   los  Comandos  de  Combate son nueve:  African Command, Central Command, European Command, Northern Command, Pacific Command, Southern Command, Special Operations Command, Strategic Command y Transportations Command. Argentina ingresa bajo la órbita del United States Southern Command (Comando Sur de los Estados Unidos). A través   de diferentes    programas,  la Guardia Nacional de Estados Unidos  (Ver  nuestro  documento  “CONVENIO CON EE UU  PERMITIRÁ  QUE  SUS MILITARES  CONDUZCAN  NUESTRA  SEGURIDAD  INTERIOR”), conduce acciones y desarrolla soporte de objetivos militares,   además   de facilitar   entrenamiento en cuanto a seguridad de fronteras, desastres ecológicos y     humanitarios, logística y situaciones críticas de emergencia.   En mayo  del año 2016, el presidente Mauricio Macri autorizó a Estados Unidos a instalar bases militares en  territorio  nacional.  Washington siempre ha usado distintas excusas para instalar sus bases   militares; “ayuda humanitaria y apoyo ante las catástrofes naturales” es una de ellas,  los mismos argumentos esgrimidos en esta oportunidad para permitir la intervención de Estados   Unidos en cuestiones militares internas.   Por lo expuesto y por significar una avanzada sobre la soberanía nacional   es que solicito a los Diputados y Diputadas acompañen este Proyecto de Resolución.”

Como  cierre   comparto  la siguiente  reflexión  del  pedagogo argentino  DR.  GUSTAVO CIRIGLIANO   Cuando  un  Imperio   proclama  la  paz  trae la  guerra,  cuando  exalta  la  solidaridad  esconde  un  ataque,  cuando  reclama  adhesión  trama  entrega  y  cuando ofrece  amistad  distribuye hipocresía.”

                                                                           PROFESORA  ELSA  M.  BRUZZONE

                                                           BUENOS  AIRES,  ARGENTINA.  MAYO  DE  2018

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