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Apuntes sobre socialismo desde abajo y poder popular

El fenómeno político es el hundimiento de los partidos tradicionales

Presentamos una nueva entrega del dossier “Alternativas populares en debate” donde luchadores sociales e intelectuales críticos comparten su mirada, el análisis y su pronóstico para el ciclo de luchas necesario para una transformación profunda de la sociedad. Compartimos aquí las opiniones de Myriam Bregman *

1) ¿Ve una posibilidad de eventual “vuelta” de gobiernos progresistas en Latinoamérica? ¿Qué implicancias o viabilidad tienen estos “modelos” hoy? ¿Se agotó el denominado ciclo progresista?

Han cambiado drásticamente las condiciones económicas internacionales de crecimiento que posibilitaron esas experiencias de gobiernos pos-neoliberales. Ya Dilma Rouseff tuvo que comenzar en 2013 un ajuste que le significó pérdida de apoyo social, como se vio con las enormes movilizaciones de la juventud. También el gobierno de Cristina Kirchner en 2014 aplicó una devaluación. Quienes hablan de “volver” a aquellos años donde se crecía a “tasas chinas”, plantean algo inviable en la actualidad, para no hablar de todos los problemas estructurales que no resolvieron, ni podía resolver el kirchnerismo de aquellos años: precarización laboral, altos niveles de pobreza, déficit energético, extranjerización de la economía, avance del modelo sojero, continuidad de las privatizaciones en sectores estratégicos, la cuestión de la deuda externa, hoy agravada.

Toda promesa de reformas en este momento internacional del capitalismo, tiene menos márgenes de maniobra. En el hipotético caso de que a CFK volviera al gobierno, por la mala situación de la economía y con el contexto del ascenso de Bolsonaro en Brasil, no habría margen para una política como la que tuvo el kirchnerismo en los años de crecimiento económico, por lo cual sería una Dilma Rousseff, que apenas asumió aplicó un plan de ajuste contradiciendo todo lo que había dicho en la campaña. Y será así porque ya han afirmado que van a mantener la herencia del acuerdo de Macri con el FMI, no lo van a desconocer.

Por otra parte, no hay que olvidar que los anteriores gobiernos surgieron luego de un ciclo de grandes gestas populares, tanto Argentina como en Bolivia, en 2001 y 2003 contra el neoliberalismo que cambiaron la relación de fuerzas en el continente. En Bolivia y Argentina hubo una ruptura más clara, distinto que en Brasil donde el régimen tuvo más continuidad a pesar del ascenso de Lula al gobierno.

2) ¿Qué caracterización hace del avance de gobiernos de derechas en los países de nuestra América? ¿Se puede hablar de una crisis de esos proyectos en la región y/o del macrismo en la Argentina?

Hay una tendencia que viene profundizándose desde la crisis internacional del 2008, que es la caída de las formaciones y partidos que representan el centro político. El fenómeno político es el hundimiento de los partidos tradicionales, en el caso de Brasil el PSDB que era lo que hegemonizaba por derecha el espacio anti-PT, y que ahora pasó a ocupar Bolsonaro.

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Ahora, el fenómeno de Bolsonaro no es hegemónico, inclusive gana por menos margen del que se creía con 47 millones de votos en contra. Si solamente lo leemos como un giro a la derecha o como un ascenso de la extrema derecha nos vamos a equivocar, porque el fenómeno más profundo es el de polarización política y social.

La extrema derecha no es igual en todos lados. En Europa tienen un perfil soberanista y nacionalista. El propio Trump es una combinación de conservadurismo social y proteccionismo económico. Bolsonaro por su parte tiene un programa extraño para este tipo de derecha que es un programa de apertura, casi neoliberal clásico. Son fenómenos heterogéneos, pero sí es una tendencia que se viene imponiendo, por lo menos en esta primera etapa, donde la crisis de los partidos tradicionales es capitalizada por estas variantes de extrema derecha. Sin embargo, tampoco no se puede leer como algo lineal, donde por ejemplo si tomamos el caso de América Latina, y vemos a México que es el segundo país en importancia de la región, ganó López Obrador que es una contratendencia a la de Bolsonaro.

Hay que ver si el programa ultra liberal de Bolsonaro y su ministro de economía, el "Chicago Boy", Guedes, de privatizaciones, contrarreformas y apertura económica, lo puede aplicar. En la Argentina Macri no logró la fuerza necesaria para aplicar por ejemplo la reforma laboral. Por el contrario la aprobación de la reforma previsional en diciembre pasado fue votada en el Congreso pero hubo una enorme movilización obrera y popular, que dejó al gobierno muy debilitado. Si hoy puede hacer aprobar el acuerdo firmado en Washington con el FMI es por el aporte de gobernabilidad que le brinda el peronismo, en especial los representantes de las provincias, el ala encabezada por Pichetto.

3) ¿Qué actores sociales y diferentes proyectos políticos aparecen como alternativas al macrismo?

Desde el punto de vista de las fuerzas sociales que han presentado resistencia al macrismo, es destacable en primer lugar el movimiento de mujeres que peleó por la demanda del derecho al aborto legal seguro y gratuito. Hay una nueva generación de jóvenes de estudiantes secundarias y universitarias. Por otro lado hubo un movimiento universitario extendido nacionalmente alrededor de la huelga de los docentes universitarios.

Al mismo tiempo hemos visto duros conflictos de resistencia a los despidos como los de los mineros de Río Turbio que congregaron a toda la comunidad, en el mismo sentido que la lucha de los trabajadores de Astilleros Río Santiago que se nutrieron del apoyo de la comunidad de Ensenada y del movimiento estudiantil de La Plata, o huelgas contra los despidos como la del Hospital Posadas. de conjunto, desde las jornadas del 14 y 18 de diciembre en oposición a la contrarreforma previsional se ha expresado la tendencia a una mayor intervención del movimiento de masas pero que ha sido permanentemente bloqueada por las cúpulas de las centrales obreras. El ejemplo más claro y reciente fue su ausencia el día de la media sanción en el Congreso del presupuesto del FMI. La CGT no llamó a paro y los gremios opositores como la CTA y el Frente Sindical de Moyano y los bancarios no movilizaron más que sus aparatos.

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Esta actitud de las conducciones sindicales es funcional a la estrategia de reunificación del peronismo, que aún no está resuelta, pero donde está jugando un rol la Iglesia, como se vio en la movilización a Luján y el acto del peronismo en Tucumán.

La especulación de los distintos sectores del peronismo es clara: después de sus derrotas electorales de 2015 y 2017, buscan capitalizar el gran descontento social que existe con el macrismo para ganar las elecciones de 2019. Además, prefieren que Cambiemos haga la mayor parte de la tarea “sucia” antes de su eventual llegada al Gobierno que por otra parte no es segura.

4) ¿Con qué ejes políticos y con quienes debería articularse el movimiento popular para enfrentar a la derecha y poner en pie una alternativa anticapitalista? ¿Podría mencionar medidas y/o propuestas concretas?

Un programa para que la crisis la paguen los capitalistas. El Gobierno y sectores del peronismo están llevando adelante un saqueo histórico, con pactos a espaldas del pueblo trabajador, de forma completamente antidemocrática y violando los mandatos para los que fueron elegidos. ¿Quién votó que el plan económico lo haga el FMI? Ante esto, desde el PTS y el Frente de Izquierda, que luchamos por un Gobierno de los trabajadores, hoy hacemos una propuesta de emergencia: luchar por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana en la que se exprese verdaderamente la voluntad popular. Con un representante cada 20.000 electores, y que sea un órgano sin restricciones ni límite de ningún tipo para decidir medidas frente a la crisis.

En esa Asamblea Constituyente, contra el plan de Macri y el FMI, plantearíamos la necesidad de un programa de emergencia para que la crisis la paguen los capitalistas. Entre las medidas fundamentales, se encuentra el no pago de la deuda pública. Esa deuda, que tuvo un gran salto durante la dictadura militar, es ilegal, ilegítima y fraudulenta. Hay que destinar esos recursos, que en 2019 llegarán a $ 600.000 millones, a las necesidades de las grandes mayorías. Esto, junto con otras medidas indispensables como acabar con las privatizadas mediante su estatización bajo gestión de trabajadores y usuarios populares; expropiar a los grandes terratenientes; la estatización de la banca; el monopolio estatal del comercio exterior; derecho al aborto legal, seguro y gratuito; separación de la Iglesia del Estado.

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Junto a esto hemos propuesto comenzar la discusión de poner en pie un gran partido unificado de los trabajadores y trabajadoras por el socialismo que empiece por unir las filas militantes de las fuerzas de izquierda para dirigirse a millones con esta salida anticapitalista.

5) ¿Qué rol juega la institucionalidad democrática actual en la construcción de alternativas populares?

En primer lugar ante los avances de la derecha, las restricciones de las libertades democráticas hay que defender toda conquista por más mínima que sea. Incluso nuestra propuesta frente a esta democracia cada vez más degradada es la de una Asamblea constituyente, lo que apunta a ampliar las decisiones democráticas. La justicia actúa junto al Poder Ejecutivo, la casta política está acusada por las denuncias de corrupción, que si bien no hay un "lavajato" como en Brasil, en la consideración popular golpea tanto al Kirchnerismo como al actual presidente y empresarios amigos.

Pero también la "institucionalidad" es el lema "hay 2019" y lo que repiten los representantes del peronismo en todas sus variantes, que no van a poner obstáculos para que Macri cumpla su mandato. Los acontecimientos de Brasil tienen una principal conclusión. La vía del PT para derrotar primero el golpe institucional contra Dilma Roussef, luego el encarcelamiento y proscripción a Lula y, finalmente, el avance de Bolsonaro se podía hacer por la vía de "hay 2018". Es decir, que se los podía derrotar por la vía electoral y no poniendo la fuerza social de poderosos sindicatos que dirige el PT y la CUT en la calle.

En Argentina, si bien el proceso es muy distinto, quien lo dijo de forma más explícita ha sido el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, que en el acto del 17 de octubre en su distrito, con fuerte presencia kirchnerista y de los intendentes del Gran Buenos Aires, afirmó respecto del macrismo que “queremos que lleguen al final de su mandato y que demuestren lo malos que son para gobernar, para que después ningún argentino vuelva a elegirlos”. Dicho de otra forma, su política es “cuanto peor, mejor”. Una inmejorable confesión de que no quieren derrotar ahora el plan económico. Hacen especulaciones electorales con el hambre del pueblo.

* Myriam Bregman. Abogada de derechos humanos, trabajadores y del movimiento popular. Referente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) Diputada porteña por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT).

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