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Apuntes sobre socialismo desde abajo y poder popular

Más de 300 intelectuales franceses denuncian la violencia de Estado contra los chalecos amarillos

Bajo el lema «Nosotros acusamos» 323 académicos e intelectuales franceses firman un manifiesto en el que denuncian la violencia de Estado ejercida contra los chalecos amarillos.

Tres centenares de académicos e intelectuales franceses denuncian la violencia de Estado ejercida contra los chalecos amarillos. Lo hicieron en un manifiesto titulado «Nosotros acusamos» firmado por 323 personas.

 

Resumen Latinoamericano/ 10 de mayo 2019

Bajo el lema «Nosotros acusamos» 323 académicos e intelectuales franceses firman un manifiesto en el que denuncian la violencia de Estado ejercida contra los chalecos amarillos.

Tres centenares de académicos e intelectuales franceses denuncian la violencia de Estado ejercida contra los chalecos amarillos. Lo hicieron en un manifiesto titulado «Nosotros acusamos» firmado por 323 personas.

El texto original en francés fue traducido por Teresa Benítez y publicado en el sitio Ctxt.es.

Este manifiesto se suma al que ya habían firmado más de 1400 personalidades del mundo de la cultura en apoyo a los chalecos amarillos.

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8 de Mayo de 2019

Desde el 17 de noviembre de 2018, cientos de miles de personas expresan su inquietud ante un poder que hace oídos sordos a sus reivindicaciones. Tienen la fuerza y el valor de tomar la palabra diciendo alto y claro que están hartos y que no seguirán soportando los efectos de las políticas nefastas que, desde hace décadas, se aprovechan impunemente de su trabajo y saquean los recursos públicos.

Las voces de los chalecos amarillos han permitido poner al descubierto las mentiras y las pseudojustificaciones “científicas” dadas por el poder y su jauría de cortesanos con el fin de ocultar el alcance y la magnitud de este robo a mano armada. Su levantamiento ha puesto de manifiesto el verdadero sentido de una política que ha organizado a conciencia la transferencia de unos recursos producidos con el esfuerzo del 95% de la población hacia el 5% de los estratos más privilegiados. Su fuerza ha logrado que se tome conciencia de la hipocresía de un poder que se atreve a celebrar que ha multiplicado por cuatro las enormes riquezas acumuladas por una minoría minúscula. De la mano de la gran mayoría de los franceses y las francesas, nos reconocemos en la toma de conciencia de los chalecos amarillos. Cada uno de nosotros ha podido constatar que, en todos los sectores de la sociedad, estábamos sufriendo los efectos de las mismas políticas encaminadas a aumentar continuamente las desigualdades sociales.

Las demandas y las expectativas de cambio surgidas a raíz de este levantamiento popular se han expandido con rotundidad y han chocado inmediatamente contra un poder que no ha dejado de ignorar su contenido para aplacar su efecto desestabilizador. En primer lugar, con el silencio ensordecedor de un presidente y de su corte, encerrados todos tras los muros de sus palacios. A continuación, tratando de engañar a la gente con falsas promesas y limosnas concedidas a costa del esfuerzo de los más necesitados y el deterioro de los servicios públicos. Con la realización de un simulacro de consulta de la que se suprimió muy hábilmente toda posibilidad de interacción y de debate. Y, sobre todo, con la decisión clara y meditada de impedir por todos los medios la expresión pública de las demandas y las reivindicaciones.

El objetivo de todas estas medidas ha sido silenciar la voz de los manifestantes. Desde las primeras acciones, el poder ha optado por la violencia al exigir a las fuerzas del orden despejar los peajes de autopistas y las rotondas, bloquear el acceso a los puntos de convergencia de las manifestaciones y, sobre todo, intervenir con “firmeza”. Todos y todas hemos visto cómo se han trasladado estas órdenes sobre el terreno: hemos podido comprobar de primera mano cómo las filtraciones y los arrestos arbitrarios en las entradas de las ciudades han impedido el desarrollo de las manifestaciones y han acallado las voces. Hemos visto las cabañas de las rotondas destruidas y, una y otra vez, valerosamente reconstruidas. Las técnicas de intervención policial elegidas a propósito (cercos policiales, lanzamiento de gases lacrimógenos desde el principio de las manifestaciones, disparos de balas de goma sin previo aviso) han sido las causantes de los escasos actos violentos, centradas de forma deliberada en generar la confrontación con los manifestantes.

De manera cada vez más intensa, se han ido aplicando semana tras semana estas técnicas mortíferas y liberticidas. Protegidos por el poder y encubiertos por la omertà de una gran parte de los medios de comunicación, escuadrones de policías extenuados por el trabajo se dedican a realizar deleznables atropellos. Cientos de hombres y de mujeres que se estaban manifestando pacíficamente han sido atacados sin razón alguna y, con frecuencia, con un ensañamiento descabellado. Desde diciembre pasado, el número de heridos graves aumenta sin cesar: se cuentan por cientos las personas que han sufrido serios traumatismos. Ni el presidente de la República ni su Gobierno se han pronunciado respecto a las víctimas, ni siquiera sobre Zineb Redouane, asesinada por el impacto de una granada cuando estaba cerrando la ventana de su casa. Parece que ya nada puede detener esta escalada dramática y nos avergonzamos de tener que asistir a la puesta en escena de la autocomplacencia del poder, supuestamente llamado a contener a una “masa llena de odio”.

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La elección de la represión violenta contra todas aquellas personas que tienen el valor de levantarse para tomar la palabra frente a estas artimañas no es nada nuevo –ya se había empleado principalmente en los barrios populares y contra grupos vulnerables como los emigrantes y los gitanos, e incluso contra representantes de los movimientos sociales–, pero desde noviembre de 2018 se ha traspasado una frontera. Esta estrategia de la represión violenta llegó a su punto álgido durante la manifestación del Primero de Mayo de 2019: no solo asistimos al despliegue de todo el arsenal represivo del Estado, sino que se ha demostrado que el Gobierno, una vez más, mintió al armar un enorme escándalo sobre un supuesto “ataque” al hospital de la Pitié Salpêtrière por parte de manifestantes que intentaron refugiarse allí. Esta mentira de Estado es la gota que colma el vaso. Refleja el estado de nerviosismo y pánico de un poder en apuros.

¡Esta violencia de Estado debe cesar!

Nosotros acusamos al Ministerio del Interior de provocar deliberadamente las reacciones de violencia en nuestras ciudades, en las rotondas y los lugares de debate público, a fin de criminalizar a toda persona que se oponga a sus leyes y a sus políticas funestas.

Nosotros acusamos al Gobierno de emplear contra civiles armas de guerra prohibidas en el conjunto de los países occidentales, y de ignorar las repetidas advertencias de numerosos organismos internacionales.

Nosotros acusamos a la jerarquía de la magistratura de haber aceptado tapar esta política nefasta aplicando ciega y servilmente las órdenes emitidas por el poder ejecutivo.

Nosotros acusamos a la Inspección General de la Policía Nacional de haber realizado investigaciones fingidas que, hasta donde tenemos conocimiento, no han conducido a la interpelación de ningún miembro de las fuerzas “del orden”.

Nosotros acusamos a todas las personas vinculadas a la prensa y los canales televisivos que han aceptado convertirse en portavoces del Ministerio del Interior y de la Prefectura sin llevar a cabo ningún control sobre sus fuentes.

Hacemos un llamamiento al conjunto de los ciudadanos a unirse al movimiento social para denunciar la deriva autoritaria del Gobierno, y exigimos la dimisión del Sr. Castaner [ministro del Interior], así como la apertura de una comisión de investigación independiente para arrojar luz sobre los desatinos de los verdaderos responsables y que estos sean procesados.

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Traducción: Teresa Benítez.

Firmantes:
Mokhtari Abdenour, investigador en sociología.

Marc Abélès, antropólogo, EHESS.

Nicole Abravanel, historiadora, Universidad de Picardie.

Maira Abreu, estudiante de doctorado en sociología, Universidad de Paris 8.

Sadia Agsous, Centre de recherche français à Jérusalem.

Karen Akoka, Universidad Paris-Nanterre.

Thomas Alam, politólogo, Universidad de Lille.

Arié Alimi, abogado del Colegio de Abogados de París.

Manali Allen, literatura francesa, Universidad de Rutgers.

Paul Alliès, politóloga, Universidad de Montpellier.

Horacio Amigorena, psicoanalista, antiguo profesor Jean-Loup Amselle, antropólogo, EHESS.

Frédéric Audard, geógrafo, Universidad de Aix-Marseille.

Marie Auffray-Seguette, socióloga, Instituto Católico de París.

Saliou Ba, estudiante de Máster de Intervención y Desarrollo Social.

Magali Ballatore, Gestión Contable y Financiera, Universidad de Aix-Marseille.

Marie Baltazar, antropóloga, doctora EHESS.

Ludivine Bantigny, historiadora, Universidad de Rouen.

Jérémie Barthas, historiador, CNRS, París.

Jean-Marc Baud, estudiante de doctorado en la ENS de Lyon.

Hélène Baye, profesora de secundaria, Seine-Maritime.

Hugues Bazin, investigador en Ciencias Sociales.

Sylvain Beck, sociólogo y educador especializado, París.

Yazid Bin Hounet, antropólogo, CNRS, Laboratorio de Antropología Social.

Sami Ben Jaffel, empresario, Montpellier.

Henri Bensidhoum, panadero.

Christophe Benzitoun, lingüista, Universidad de Lorraine.

Alain Bertho, antropólogo, Universidad de Paris 8.

Stéphane Bikialo, lingüista y literato, Universidad de Poitiers.

Soline Blanchard, socióloga, Universidad de Lausana.

Cécile Blatrix, politóloga, AgroParisTech.

Françoise Bloch, socióloga y antropóloga, CNRS.

Alexis Blouet, jurista.

Philippe Bobichon, historiador, CNRS.

Yann Boniface, Informática, Universidad de Lorraine.

Pascal Bonnard, politólogo, Universidad Jean Monnet Saint-Etienne.

Stéphane André, docente-investigador en Ciencias, ingeniero, Universidad de Lorraine.

Armelle Andro, docente-investigadora, demógrafa, Paris 1.

Pascal Anger, docente, Universidad de Angers.

Fabien Archambault, historiador, Universidad de Limoges.

Christophe Bonneuil, historiador, CNRS, París.

Véronique Bontemps, antropóloga, CNRS, París.

Yannick Bosc, historiador, Universidad de Rouen.

Paul Bouffartigue, sociólogo, CNRS, Aix-en-Provence.

Ali Boulayoune, sociólogo, Universidad de Lorraine.

Philippe Boursier, profesor de ciencias económicas y sociales, Rennes.

Driss Boussaoud, neurocientífico el CNRS, Marsella.

Théo Boyadjian, profesor, instituto Aulnay-sous-Bois.

Françoise Brunel, profesora honoraria, Paris 1.

Monique Buresi, documentalista, Museo del Louvre.

Pascal Buresi, historiador, CNRS-EHESS, Lyon.

Joel Cabalion, sociólogo, Universidad de Tours.

Joseph Cacciari, Universidad Paris-Est Marne-la-Vallée.

Claude Calame, historiador, EHESS, París.

Adrian Calmettes, estudiante de doctorado en Economía, Universidad de Niza Sophia Antipolis.

Romano Carnac, politólogo, Universidad de Lausana.

Vanessa Caru, historiadora, CNRS.

Thérèse Casadamont-B., maestra de escuela jubilada, Montpellier.

Nicolas Castel, sociólogo, Universidad de Lorraine.

Jean-Noël Castorio, historiador, Universidad de Le Havre.

Antoine Chambert-Loir, matemático, Universidad Paris-Diderot.

Arnaud Chabrol, editor.

Vincent Carbonero, Universidad de Nantes-ÉSPÉ.

Laurence Charlier, antropóloga, MCF, Universidad Jean Jaurès Toulouse.

Bernard Charlot, Universidad Paris 8 y Universidad Federal de Sergipe, Brasil.

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Lucie Chartier.

Francis Chateauraynaud, sociólogo, EHESS, París.

Séverine Chauvel, socióloga, Universidad de Paris-Est-Créteil.

Sébastien Chauvin, sociólogo, Universidad de Lausana.

Delphine Chedaleux, profesora-investigadora en información y comunicación, Universidad de Lausana Luc Chelly.

Stéphanie Chevrier, editora.

Marie-Pierre Chopin, Ciencias de la Educación, Universidad de Burdeos.

Sylvie Chiousse, socióloga y antropóloga.

Cristina Ciucu, filósofa, EHESS.

Yves Cohen, historiador, EHESS.

Sonia Combe, historiadora, Centro Marc Bloch.

Fanny Cosandey, historiadora, EHESS, París.

Enzo Cormann, dramaturgo, MCF ENSATT, Lyon.

Claire Cossée, socióloga, UPEC.

Annie Couëdel, Ciencias de la Educación, Paris 8.

Pierre Cours-Salies, sociólogo, Paris 8.

Pascal Cristofoli, ingeniero de investigación, EHESS, París.

Marie Cuillerai, Paris Diderot.

Alexis Cukier, filósofo, Universidad de Poitiers.

Mariannick Dagois, Universidad Paris 8.

Leyla Dakhli, historiadora, CNRS, París.

Jocelyne Dakhlia, historiadora, EHESS, París.

Aurélie Damamme, socióloga, Universidad Paris 8.

Jean-Marie Darbon, director de investigación INSERM jubilado, Toulouse.

Fanny Darbus, socióloga, Universidad de Nantes.

Clara Da Silva, profesora de filosofía, instituto Lavoisier, V distrito de París.

Anne Dauphiné, abogada desempleada.

Corinne Davault, socióloga, Universidad Paris 8.

Etienne De Clara, biólogo, Universidad de Columbia.

Laurence De Cock, historiadora, París.

Joan Deas, estudiante de doctorado en Ciencias Políticas, ciencias, Sciences Po, Grenoble.

Alice Debauche, socióloga, Universidad de Estrasburgo.

Adrien de Jarmy, estudiante de doctorado en Historia de los inicios del Islam, Universidad Sorbona.

Christian Delacroix, historiador.

Christian Delarue, administrador del sitio amitie-entre-les-peuples.org

Frederic Delarue, doctor en Historia Contemporánea.

Fabien Desage, Ciencias Políticas, Universidad de Lille.

Clara Desmitt, estudiante de doctorado en Ciencias de la Educación, Universidad de Lille.

Sophie Desrosiers, historiadora y antropóloga, EHESS.

Victoria Diethelm, estudiante de doctorado en Letras Modernas, Universidad de Bourgogne Franche Comté.

Nicolas Dot-Pouillard, investigador en Ciencias Políticas, Beirut.

Etienne Douat, sociólogo, Universidad de Poitiers.

Yann Dourdet, profesor de filosofía.

Marnix Dressen-Vagne, sociólogo, Universidad de Versailles Saint Quentin en Yvelines, UMR Printemps.

Jeanne Drouet, ingeniera, CNRS Lyon.

Bruno Drweski, historiador, politólogo. INALCO, París.

Vincent Dubois, Universidad de Estrasburgo.

Jeanne Dulyse Pasquet, docente especializada.

François Dumasy, historiador.

Lucie Dupré, antropóloga, INRA.

Jean-Baptiste Durand, investigador CNRS, Toulouse.

Julien Durand, estudiante de posdoctorado, INSA, Toulouse.

Henri Eckert, sociólogo, Universidad de Poitiers.

Nicole Edelman, historiadora.

Suzanne El Farra, escritora, profesora.

Philippe cercados, jurista, Universidad de Lille.

Didier Epsztajn, administrador del blog “Entre les lignes entre les mots”.

Nathalie Ethuin, Ciencias Políticas, Universidad de Lille.

Corine Eyraud, socióloga, Universidad de Aix-Marseille.

Jules Falquet, feminista, socióloga, Universidad de París.

Patrick Farbiaz.

Héloïse Faucherre-Buresi, funcionaria en prácticas, ENS de Lyon.

Jean-Michel Faure, profesor emérito de Sociología, Universidad de Nantes.

Benjamin Ferron, sociólogo, UPEC.

Agnès Fine, antropóloga, EHESS.

Marianne Fischman, ciencias económicas y sociales, Academia de París

Anders Fjeld, filósofo, Universidad Paris Diderot.

Mathieu Flinois, estudiante de doctorado en Sociología, Universidad de Provence.

Jean-Philippe Foegle, jurista, Universidad Paris Nanterre.

Jean-Michel Fourniau, sociólogo, IFSTTAR.

Lydéric France, docente-investigador, Geociencias, Universidad de Lorraine.

Bernard Friot, sociólogo, Universidad Paris Nanterre.

Laurent Gabail, antropóloga, Universidad de Toulouse Jean Jaurès.

Jérôme Gaillaguet, sociólogo, EHESS, París.

Claire Gallien, MCF estudios de lengua inglesa, UPVM3, Montpellier.

Juliette Galonnier, socióloga, Ined.

Edith Galy, PU en ergonomía, Universidad de Niza Sophia Antipolis.

Camille Gardesse, socióloga urbanista, Universidad Paris Est.

Mederic Gasquet-Cyrus, sociolingüista, Universidad de Aix-Marseille.

Pascal Gassiot, Fondation Copernic, Toulouse.

Vincent Geisser, investigador CNRS, presidente de CIEMI.

Frédérick Genevée, historiador, responsable de museo.

Julie Gervais, politóloga, Universidad Paris 1 Panthéon-Sorbonne.

Mehdi Ghouirgate, historiador, Universidad Bordeaux-Montaigne.

Laurence Giavarini, profesora-investigadora, Letras, Universidad de Bourgogne.

Pascale Gillot, filósofa, Universidad de Tours.

Tommaso Giuriati, estudiante de doctorado en Sociología, Universidad de Córcega.

Boris Gobille, politólogo, École Normale Supérieure de Lyon.

Josua Gräbener, politólogo, Bruselas.

Maurizio Gribaudi, historiador, EHESS, París.

Pascal Guibert, docente-investigador, Universidad de Nantes.

Michelle Guerci, periodista.

Caroline Guibet Lafaye, socióloga, filósofa, CNRS.

Pierre Guillemin, estudiante de doctorado en Geografía, Universidad de Caen Normandie.

Elie Haddad, historiador, CNRS.

Hugo Harari-Kermadec, economista, ENS Paris-Saclay.

Samir Hadj Belgacem, sociólogo, Universidad Jean Monnet, Saint-Etienne.

Iulia Hasdeu, antropóloga, HETS Ginebra.

Jean-Marie Harribey, economista, Universidad de Burdeos.

Ingrid Hayes, historiadora, Universidad Paris-Nanterre.

Benoît Hazard, antropólogo, CNRS, IIAC.

Anaïs Henneguelle, economista, Universidad de Rennes 2.

Jacqueline Heinen, socióloga, UVSQ.

Odile Hélier, antropóloga.

Mélanie Henry, historiadora.

Odile Henry, socióloga, Universidad Paris 8.

Etienne Hubert, historiador, EHESS, París.

Romain Huret, historiador, EHESS, París.

Sabina Issehnane, economista, Universidad de Rennes 2.

Mila Ivanovic, doctora en Ciencias Políticas sin empleo, París.

Lloyd Izard, Instituto Mediterráneo de Oceanología, Universidad de Aix-Marseille.

Louis Jachiet, informático, CNRS, Lille.

Nicole Jacques-Lefèvre, profesora emérita de Literatura, Nanterre.

Lionel Jacquot, sociólogo, Universidad de Lorraine.

Sébastien Jahan, historiador, Universidad de Poitiers.

Anne Jollet, historiadora, Universidad de Poitiers.

Nicolas Jaoul, antropólogo, CNRS/IRIS/EHESS.

Pierre Jardon, profesor, Universidad de Grenoble.

François Jarrige, historiador, Universidad de Borgoña, Dijon.

Marc Jeanmougin, informático, ingeniero de telecomunicaciones, París.

Fanny Jedlicki, socióloga, Universidad de Le Havre.

Samy Johsua, profesor jubilado, Universidad de Aix-Marseille.

Elise Julien, historiadora, Sciences Po Lille.

Lama Kabbanji, investigadora, IRD-CEPED.

Damien Keller, bibliotecario, Rennes.

Danièle Kergoat, socióloga, CNRS.

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Pierre Khalfa, economista, Fondation Copernic.

Michel Kokoreff, sociólogo.

Jean-Luc Kop, psicólogo, Universidad de Lorraine.

Isabelle Krzywkowski, Universidad Grenoble Alpes.

Claire Lacour, matemática, Universidad Paris-Est Marne-La-Vallée.

Rose-Marie Lagrave, socióloga, EHESS.

Bernard Lahire, sociólogo, ENS de Lyon.

Ouida Lambert Bordji, profesora de inglés – St Germain en Lay.

Michel Lanson, profesor jubilado.

Mathilde Larrère, historiadora.

Sabine Laurent, profesora titular de universidad jubilada.

Christian Laval, sociólogo, Universidad Paris Nanterre.

Hervé Le Crosnier, editor, Caen.

Gildas Le Dem, periodista.

Eric Lecerf, filósofo, Universidad Paris 8.

Chloé Leprince, periodista.

Julien Léonard, historiador, Universidad de Lorraine.

Erwan Lehoux, profesor de ciencias económicas y sociales en Rouen.

Benoît Leroux, sociólogo, Universidad de Poitiers.

Brice Le Gall, sociólogo y fotógrafo, EHESS.

Frédéric Le Roux, matemático, Universidad Sorbonne, Universidad Paris 8 y 7.

Emir Mahieddin, antropólogo, CNRS.

Pascal Maillard, literatura francesa, Universidad de Estrasburgo.

Jean Malifaud, matemático, sindicalista FSU.

Jean-Claude Mamet, sindicalista.

Léopoldine Manach, estudiante de antropología, EHESS.

Jimmy Markoum, profesor de historia y geografía, instituto Angela Davis – Saint-Denis.

Anne Martel, biofísica, Grenoble.

Antoine Lévêque, investigador y docente temporal en Ciencias Políticas, Sciences Po Lyon.

Wenceslas Lizé, sociólogo, Universidad de Poitiers.

Gaëlla Loiseau, socióloga, Universidad de Le Havre.

Camille Louis, filósofa.

Gilles Martinet, geógrafo, estudiante de doctorado en la Universidad Sorbonne Nouvelle – Paris 3.

Gustave Massiah, economista.

Beatriz Gutiérrez, hispanista.

Béatrice Matrot, profesora de instituto, Chalon-sur-Saône.

Gérard Mauger, sociólogo, CNRS.

Guillaume Mazeau, politólogo, Universidad Paris -1 Panthéon-Sorbonne.

Véronique Melchior, psicóloga clínica.

Lamia Mellal ITRF, IREMAM.

Eléonore Merza Bronstein, antropóloga, codirectora de De-Colonizer.

Noufissa Mikou, profesora jubilada, Universidad de Bourgogne.

Christophe Mileschi, profesor, Universidad Paris Nanterre.

Lamia Missaoui, socióloga, Universidad Versailles Saint-Quentin-en-Yvelines.

Sylvie Monchatre, socióloga, Universidad Lumière Lyon 2.

Vicente Monfort, STAPS, Universidad de Lorraine.

Marc Moreigne, escritor y profesor de artes escénicas, Universidad Evry Val d’Essonne.

Danielle Moyse, investigadora asociada IRIS (EHESS, CNRS, INSERM).

Laurent Mucchielli, CNRS, Laboratorio Mediterráneo de Sociología, Aix-en-Provence.

Mustapha Nadi, PU 63ème, electrónico, Universidad de Lorraine.

Yvan Najiels, docente.

Philippe Nabonnand, docente, Universidad de Lorraine.

Erik Neveu, ciencias políticas, Universidad de Rennes.

Norig Neveu, historia, CNRS, IREMAM, Aix-en-Provence.

Olivier Neveux, docente en Lyon.

Gérard Noiriet, historiador, EHESS, París.

Vincent Nyckees, lingüista, Universidad Paris Diderot.

Anne-Claudine Oller, socióloga, UPEC.

Julien O’Miel, politólogo, Universidad de Lille.

Claude Paraponaris, economista, Universidad de Aix Marseille.

Alain Parrau, profesor adjunto de Literatura Francesa, Paris 7.

Frédéric Perdreau, docente e investigador en Ciencias de la Administración, Universidad de Saint-Etienne.

Stéfane Paris, informático, Universidad de Lorraine.

Willy Pelletier, sociólogo, Universidad de Picardie.

Bastien Pereira Besteiro, sociólogo, Universidad Lumière Lyon 2.

Anne Petiau, socióloga, París.

Roland Pfefferkorn, sociólogo, Universidad de Estrasburgo.

Anne-Laure Piallat, profesora, París.

Béatrice Pinat, profesora de primaria, Créteil.

Michel Pinault, historiador sobre ciencias y comunidades científicas.

Dominique Plihon, economista, Universidad Paris 13.

Raphael Porteilla, politólogo, Universidad de Bourgogne.

Paul Platzer, físico, Universidad Bretagne Loire.

Marion Plault, sociología, Universidad Versailles Saint-Quentin-en-Yvelines.

Clyde Plumauzille, historiadora, CNRS, París.

Pierre Puchot, escritor, periodista.

Jean Puyade, profesor de español jubilado, París.

Pablo Rauzy, informático, Universidad Paris 8.

Gianfranco Rebucini, antropólogo, EHESS.

Candice Raymond, historiadora, Universidad Paris 1.

Manuel Rebuschi, filosofía, Universidad de Lorraine.

Yannick Reix – director del cine Jacques Tati – 93.

Eugenio Renzi, docente, periodista.

Michèle Riot-Sarcey, historiadora.

Fabrice Riceputi, docente e historiador, Besançon.

Marie-Pierre Rousseau Boileau, AED, instituto Les Pannevelles 77.

Nicole Roussel, jubilada.

Valérie Roussel, docente, filosofía Académie de Limoges.

Laura Ruiz de Elvira, politóloga, IRD-CEPED.

Valérie Sala Pala, politóloga, Universidad Jean Monnet Saint-Etienne.

Alessandro Sarti, matemático, CNRS-EHESS, París.

Daniela Scancella, ingeniera de investigación EHESS.

Michel Seigneuret, biofísico, CNRS, Universidad Denis Diderot-Paris 7.

Nicolas Sembel, sociólogo, Universidad Aix-Marseille.

Silvia Serrano, politóloga, Universidad Sorbona.

Thomas Shaw, actor, París.

Catherine Simon, periodista, escritora.

Patrick Simon, demógrafo, Ined, París.

Maroula Sinarellis, jubilada, LaDéHiS/CRH/EHESS.

Rémi Sinthon, sociólogo, París.

Michèle Soriano, especialista en estudios latinoamericanos, Universidad de Toulouse-Jean Jaurès.

Paul Sorrentino, antropólogo, EHESS.

Karim Souanef, sociólogo, Universidad de Lille.

Jacques Testart, biólogo, INSERM.

Marie-Thérèse Têtu, socióloga, CNRS Lyon.

Charles Thibout, investigador, Iris.

Gérard Tollet, docente, Universidad P12-UPEC.

Christian Topalov, sociólogo, EHESS, París.

Marc Tomczak, automatismos y tratamiento de señales, Universidad de Lorraine.

Jean-Louis Tornatore, antropólogo, Universidad de Bourgogne.

Jean-Luc Tornero, jubilado, docente, sindicalista.

Jocelyne Torneos, jubilada, Universidad de Lorraine.

Michel Touzet, librero.

Maryse Tripier, socióloga, Universidad Paris-Diderot.

Vanessa Tico Rivera, ergónoma, Toulouse.

François Valegeas, urbanista, Universidad Paul-Valery Montpellier 3.

Patrick Vassallo, economía social y solidaria, Paris 8.

Mélanie Vay, Universidad de París Panthéon-Sorbonne.

Carlo Vercellone, economista, Universidad Paris 8.

Frederic Verhaegen, MCF Psicología, Universidad de Lorraine.

Pauline Vermeren, filosofía, Paris 7 / Paris 8.

Bernard Vernier, antropólogo.

Sébastien Vignon, politólogo, Universidad de Picardie.

Christiane Vollaire, filósofa, París.

Sophie Wauquier, lingüista, Universidad Paris 8, Universidad para la Paz.

Pierre-Olivier Weiss, ATER en sociología, Laboratorio Mediterráneo de Sociología, Aix-en-Provence.

Sylvie Wharton, sociolingüista, Universidad de Aix-Marseille.

Carole Yerochewski, socióloga, Universidad de Quebec en Outaouais.

Michelle Zancarini-Fournel, historiadora, Universidad de Lyon.

Nadjet Zouggar, Islamología, Universidad Aix Marseille.

Elisabeth Zucker.

Fuente: http://www.resumenlatinoamericano.org/2019/05/10/mas-de-300-intelectuales-franceses-denuncian-la-violencia-de-estado-contra-los-chalecos-amarillos/

 

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