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Octubre feminista

En el marco del 31 Encuentro Nacional de Mujeres, Elsa Schvartzman habla sobre estrategias de lucha y aborto legal para decidir

El fin de semana largo de octubre se desarrollará el 31 Encuentro Nacional de Mujeres del 8 al 10 en Rosario, sede elegida al finalizar el ENM del año pasado -Mar del Plata-, de la misma manera que cada año se “vota” la siguiente ciudad en donde se llevará a cabo: con ovaciones y aplausos.

Son 31 años consecutivos en donde el movimiento de mujeres confluye de manera autogestionada y autónoma para debatir a lo largo de los casi 70 talleres que se realizan durante dos de las jornadas. En cada Encuentro las mujeres de distintos puntos del país y la región circulan por las calles de la Ciudad sede para debatir, discutir e informarse en los talleres repartidos por temática en los edificios escolares o instituciones habilitadas para tal efecto. No se trata de espacio de aprendizje, sino de discusión en donde cada una pone en voz su pensar, su sensación, su opinión, y hasta su grito. Además hay múltiples actividades culturales en plazas y espacios militantes. Música. Radios abiertas, y medios alternativos y populares transmitiendo las vivencias y problemáticas en torno a los derechos de las mujeres.

En un mundo machista y patriarcal, circular, reír, discutir, debatir, coquetear, bailar y pelear entre mujeres implica recrearnos y repensarnos mientras vivenciamos la diferencia de caminar por las calles sin considerar la mirada masculina del entorno. La sororidad, en esos días, habita la Ciudad sede durante tres días.

Las reivindicaciones y luchas del movimiento feminista llevan más de 30 años, derecho al aborto; ni una menos por aborto clandestino; ni una menos por femicidio; ni una menos por travesticidio; basta de vilolencia física, sexual y en el trabajo; y la necesidad urgente de que el Estado dé respuestas.

El 28 de septiembre, poco antes del ENM, se conmemoró el Día de Lucha por el Derecho al Aborto en América Latina y el Caribe, fecha que pasa desapercibida en la agenda hegemónica, pero tiene vigencia desde 1990. Elsa Schvartzman, integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, relató su historia y significado.

“Durante un Congreso feminista realizado en San Bernardo, en 1990, se determinó que el 28 de septiembre sea Día de Lucha por el Derecho al Aborto en América Latina y el Caribe. Fue una propuesta de las feministas brasileñas que conmemoraban allí la libertad de vientres en Brasil, la última del continente”, dijo. “A partir de ese año se instituye esta fecha y se la sigue conmemorando como un día de lucha”, porque ésta es la motivación principal, no un día en el calendario en el que se recuerda tal o cual acontecimiento, sino habilitar un espacio más de encuentro en donde poder visibilizar y reflejar, entre muchas otras acciones y estrategias del día a día, la vulneración de derechos que viven las mujeres al transitar una maternidad forzada y no poder elegir libremente sobre su propio cuerpo. Este año, la convocatoria como siempre la realizó la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, y en CABA el punto de reunión fue en la esquina del Congreso Nacional, Entre Ríos y Rivadavia, en donde hubo mesazos, actividades de difusión, de discusión, de debate, y representaciones artísticas. Además, a la mañana se realizó una conferencia de prensa, también en el Congreso, donde se encuentra desde julio -y por sexta vez en aproximadamente 10 años- el Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) en lenta espera de su tratamiento en Comisiones. Es por eso que Elsa Schvartzman remarcó la necesidad de “seguir abonando al debate público, ya que sigue vedado al debate en el Congreso”.

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Aquel Congreso de 1990, y todo lo debatido allí “fue corolario de muchas luchas previas y de encuentros feministas anteriores en diversos lugares de América Latina. Este año, a instancias de distintos grupos feministas de América, se propuso en las Naciones Unidas que la fecha sea internacional, la traducción literal sería Día Global de Lucha por el Derecho al Aborto, no ya solamente de América Latina y El Caribe. Por eso, el 28/9 tiene que ver con poder concretar, visibilizar, organizar, discutir, debatir, movilizarse, y sacar los cuerpos a la calle por este derecho que en tantos lugares sigue siendo negado”.

 

El Proyecto IVE

Hoy, el proyecto de Ley para ampliar el marco legal de la Interrupción Voluntaria del Embarazo continúa en el mismo nivel de tratamiento de cuando fue presentado por 6ta vez en el Congreso Nacional, en julio pasado: “Fue presentado y no fue tratado en Comisiones. El 28, a las 11 horas, se llevó a cabo una conferencia de prensa llamada por diputadas y diputados firmantes, como una manera de actualizar la problemática y actualizar, a la vez, la agenda en el Parlamento. Pero concretamente, desde aquel momento no hubo llamado a reunión de comisiones, ninguna por las que debe atravesar el Proyecto; tampoco un plenario conjunto de comisiones. Lamentablemente, el estadío de la última presentación no ha cambiado aún y seguimos insistiendo”, expresó Elsa.

 

Sobre estrategias de lucha y visibilización

Cuando de derechos sexuales se trata, Iglesia y Estado parecen coincidir en poner trabas. Pero como las mujeres no somos homogéneamente vírgenes, y además abortamos, algunas, las más pobres o sin la información con la que por ley deberían contar, mueren por abortos clandestinos realizados en condiciones precarias de salud. “Nosotros planteamos que la despenalización del aborto implica un profundo cambio cultural y un profundo cambio político e ideológico, por lo tanto todos los frentes de lucha son indispensables. El lema de la Campaña es integral: Educación Sexual para Decidir, Anticonceptivos para no Abortar, Aborto Legal para No Morir, y con estas tres premisas trabajamos en la sociedad para fortalecer el debate. Lo que hacen ustedes, los medios de comunicación, es fundamental para dar una información correcta, para centrar la información en los ejes correctos, para combatir los estereotipos de género, para sacar ese peso patriarcal sobre los cuerpos de las mujeres obligadas a ser madres por la ley, en embarazos y maternidades forzadas, sin la posibilidad de tomar decisiones autónomas, como ciudadanas independientes. Los medios de comunicación son fundamentales; los debates en las escuelas, también, en el uso pleno del ejercicio de la Ley de Educación Sexual Integral, por ejemplo”.

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Luego, en cuanto a la acumulación de experiencia militante, Elsa explicó que “hay estrategias surgidas desde la Campaña que se han extendido a muchísimos grupos, y han crecido; completando el objetivo de la presentación del Proyecto de Ley”.

A modo de ejemplo detalló “la conformación del grupo de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir, que hoy es una Red a nivel nacional, integrada por alrededor de 300 personas que trabajan en salud. Estos profesionales se ocupan de difundir, conocer, y poner en práctica y exigencia las leyes y las causales, que ya son legales de acuerdo al Código Penal de 1921, con la definición última de la Corte Suprema, donde establece la causal ‘violación’ para todas las mujeres violadas, sin necesidad de denuncia; la causal ‘salud’; el cuidado del secreto profesional, el secreto médico; la no denuncia; la no judicialización. Todos puntos que se trabajan extensamente en cada uno de los lugares donde ejercen estos compañeros y compañeras”.

Con muchos más años de existencia, otro ejemplo de estrategia de lucha, más centrado en acompañar solidariamente a la mujer, es “la Red de Socorristas: mujeres que atienden a personas que necesitan información correcta, información científica y además brindan acompañamiento, en algunos casos, cuando toman decisiones. Muchos de estos grupos trabajan con efectores de salud, que logran acercarse y ejercer el derecho universal a la Salud”.

En el área Educación “se ha conformado la Red de Docentes por el Derecho a Decidir, que trabajan elaborando materiales y dando talleres; lo hacen con docentes en las escuelas, a demanda; realizan encuentros; tienen un material de recursero con información seria y científica, donde las y los docentes pueden abrevar para tener información”, agregó Elsa.

Las enumeradas “son todas estrategias que se van desarrollando y van creciendo en este ‘mientras tanto’, y resultan tan indispensables justamente porque nosotras tenemos que visibilizar a las protagonistas de esta historia, que son las mujeres que abortamos; las que en su cuerpo -no solamente en la militancia- están llevando adelante esta lucha. Lucha que muchas veces es en silencio, y otras tantas, silenciada. Esto es lo que tratamos que se conozca y se sepa”, remarcó.

 

Cuando la política pública depende de la voluntad social

La Ley de Educación Sexual Integral “no se ejerce, nunca se llegó a cumplir del todo. Hay como chispazos, pero no en acción estatal concreta, sino como que se depende de la voluntad o del interés de cada comunidad escolar. Hay escuelas donde se trabaja bastante bien, se desarrollan debates, talleres, se discute; circula la información; hay gente convocada para poder abrir o guiar el debate. Pero también hay escuelas en donde ni se habla ni existe ninguna acción”, aun amparada dentro de la Ley.

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“Éste es el fallo de la política pública -dijo la luchadora por los derechos de las mujeres-: retacea un derecho que es universal. Depende de la escuela que te toque, si recibirás la información, o no. Es como el hospital, si respeta derechos o no, es casi al azar, o por determinación del domicilio. Esto no hace a la universalidad del derecho a la salud o del derecho a la educación. Estas son las fallas de las políticas públicas, donde hay un entramado tal que no se trata solamente de los efectores de salud, o los docentes en sí, sino que el garante último de los derechos es el Estado y es quien tiene que hacer cumplir los derechos, a través de las políticas públicas, en todos sus niveles: nacional, provincial, municipal, local, barrial, etcétera. Y cada uno de los funcionarios y funcionarias, incluso maestros y médicos; somos funcionarios y tenemos que cumplir la Ley”.

 

Decidir sobre el propio cuerpo es un derecho que gritan y reclaman miles de mujeres; el mientras tanto está cargado del saber militante y la experiencia de lucha que sugieren caminos y estrategias posibles. En algunos países europeos se puso en práctica la consulta popular, pero en nuestro país “sería muy complejo -pensó Elsa-, no me atrevo a dar una opinión taxativa, pero sí creo que sería muy complejo. Primero porque en la Argentina, el Código Penal se modifica a través de los parlamentarios; son ellos quienes eligen las cámaras por voto, a modo de representantes, y son quienes hacen las leyes”. En este sentido, explicó, “establecer un plebicito no sería vinculante y podría llegar a ser muy complicado en cuanto al manejo de los poderes de comunicación. Mientras los medios de comunicación hegemónicos, así como los hegemónicos de salud o educación, están en determinadas manos, habría que ver con cuánta libertad se puede transmitir la información, y con cuánta libertad se puede decidir y elegir. No nos olvidemos de las redes que generan las iglesias, con el poder que pueden llegar a tener en cada uno de sus púlpitos y de sus escuelas, y en la feligresía. Es un poder muy difícil de contrarrestar”.

En lugar de consulta popular, “apostamos al trabajo cultural; a la posibilidad de educación, de discusión, de debate. A la posibilidad de transmisión de información correcta”, vedada y manipulada por los poderes estatales.

FIRMA Gabriela Barro Gil

gbarrog@hotmail.com

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