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Apuntes sobre socialismo desde abajo y poder popular

SACO: el pueblo impone su voz

Valencia, 31 de agosto, una tarde lluviosa cae en pleno corazón industrial de Venezuela, una reja cierra el paso, -Todo ha quedado suspendido por hoy.- es el único alegato. Tan sólo hace unos meses a ninguno de los presentes le hubiera importado en lo más mínimo que esa reja, y el edificio tras ella, permanecieran cerrados, no les hubiera importado su sola existencia siquiera. Pero hoy todo es diferente, todo muestra un nuevo cariz, ya todo cobra otra importancia, una importancia vital, no se trata ya de un grupo de gente lanzada por el azar de la situaciones, no, es ahora un colectivo consciente, que permanece allí con pie firme, que exige el paso, ni con temor, ni con reverencia, sino con determinación y altivez.

 

Nos encontramos en las puertas del centro de acopio mixto “Batalla da Carabobo”, adscrito al Ministerio para la Agricultura y tierras. El colectivo concentrado se encuentra compuesto por comuneros, productores, lideres comunitarios, mujeres, obreros y campesinos, solamente una nutrida muestra de un vivaz movimiento de organización y lucha popular, que anuncia con su sola presencia la persecución de metas más elevadas que las más básicas del ámbito local y asistencial.

Y la lucha que se nos presenta no es ya la simple pelea por la apertura de una reja, no se trata ya de un simple episodio local, uno de tantos, por el contrario, se trata de la transcendental lucha por la dirección de la economía.

Ya al fin la fuerza de una elevada moral logra la apertura del espacio, con rapidez el colectivo se dirige a tomar asiento e iniciar su reunión, no hay tiempo que perder. Una vez comenzada la asamblea se abren las compuertas de un torrente de unidad, trabajo y lucha.

 

El abastecimiento comunal, raíz y fruto de luchas.

Punto principal de la agenda: aunar la organización, potencia y efectividad del Sistema de Abastecimiento y producción Comunal (SACO), respuesta nacida de las bases populares revolucionarias del estado Carabobo a la guerra en contra de los pueblos que la crisis del capital representa. La unidad de las comunidades con el productor para romper el puñal del desabastecimiento que se abalanza sobre nuestra revolución.

En el momento en que todas las miras políticas se dirigen a regular la distribución mercantil, a fiscalizar el negocio en que la burguesía a transformado nuestra alimentación, las y los trabajadores del campo tomaron el derecho de palabra para aclarar que la producción se encuentra en su manos, no en las del parasito. Así inicio un tortuoso camino de aciertos y errores que concluyó en una certeza: el control popular de la producción y distribución de alimentos no sólo es una posibilidad, es una necesidad, en el momento la más acuciante. Los alimentos pueden llegar a las familias, a un costo mucho menor, a la vez que el campesinado puede verse dignamente recompensado por los frutos que sudorosamente arranca de la tierra, todo esto con la eliminación del burgués intermediario, del especulador insaciable, con la satisfacción de las necesidades humanas como bandera irrenunciable.

Algunas de las personas presentes, voceros de comunidades que tantean integrarse al sistema, no terminan de comprender lo que acaban de presenciar. Se inicia la reunión recibiéndoles con las siguientes palabras:

-Sólo tenemos una cosa para ofrecer, y es lucha, sólo tenemos lucha para ofrecer.-

Y es que la presencia del SACO en el centro de acopio “Batalla de Carabobo” no es fruto del capricho, el Poder Popular hace gala de su capacidad de organización participando en la administración de los alimentos allí almacenados e invitando a campesinas y campesinos a arrimar su producción en pos del beneficio del pueblo. Éstas instalaciones, nacidas del visionario sueño del Comandante Chávez, y que por el desinterés burocrático devinieron en solitario símbolo de desidia, cobran hoy nueva vida de la mano de la participación popular. Cada semana las vocerías comunales se reúnen para planificar la cuota que se requiere vender en operativos populares de abastecimiento, fijar precios y responsabilidades, toda las semanas un trajín de actividad en los espacios antes silenciosos e ignorados; cada semana encuentros con las y los campesinos para convencerlos de dejar a un lado su natural desconfianza en la insolvente institución y apoyar a sus hermanos de clase.

Un cambio de gerencia había provocado el cierre de momentos previos, la nueva dirección dio a entender de manera indirecta, anónima e impersonal, que las actividades se suspendían para poder realizar planificación, típica maniobra burocrática para iniciar la desmovilización del Poder Popular, par dejarlo fuera. Pero la única planificación valida ahora es la del pueblo.

-El SACO no existe por el buen humor de un burócrata, es por lucha.- Se decía a continuación. Ya varias gerencias habían caído en crisis ante la porfía popular, y ahora era asombroso el empeño prepotente de quien desconoce las realidades y muestra tan pobre visión del Poder Popular. Se difama acusando al colectivo de un intento violento de toma de las instalaciones, pero ¿qué necesidad hay de tomar lo que ya se tiene en posesión? La asamblea se siente dueña de su espacio, es la práctica del principio constitucional que reconoce que la soberanía reside intransferible en el pueblo y sus organizaciones.

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Acción y disciplina en la asamblea popular:

Acto seguido toman la palabra dos compañeras encargadas por la asamblea para la elaboración y registro de los formatos de control de las actividades.

El registro y el control, de los alimentos distribuidos, de las personas atendidas, de los productores y transportistas disponibles, es la base de la planificación en miras de ir más lejos. El SACO no se detiene en operativos de abastecimiento a cielo abierto , aspira a más, al conocimiento integro de las necesidades alimenticias de las comunidades, familia por familia, así como de su capacidad productiva. El SACO no es un intento de paliar la crisis, sino de trastocar sus raíces, es una apuesta al cambio profundo. No se intenta regresar a la situación anterior, no, se trata de ir hacia adelante, la meta es la transformación de la alimentación, de vil negocio, en un servicio público que garantice el cumplimiento general del derecho a una digna nutrición.

Las camaradas continúan en la exposición de sus tareas, las cuales han asumido con entusiasmo y cumplido cabalmente, ya plantean una base de datos para el procesamiento de toda la información a recolectar. Y éste entusiasmo no es poca cosa, el avance del SACO sólo es posible con la activa participación e iniciativa de los sujetos, quienes asumen la responsabilidad de las tareas y el trabajo de las comisiones que se han organizado para la ejecución de los acuerdos. No se trata ya de beneficiarios de una reivindicación filantrópica, se trata de personas que toman las riendas de sus propias vidas y la de sus comunidades.

Uno de los puntos sobre los que se desea lanzar luces es el del impacto del SACO sobre el ataque que sufren las familias a manos del mercado. Es obvio que se genera un gran impacto cuando se logra llevar alimentos con hasta un 80% de rebaja en sus precios comparados a los que impone la especulación, pero es hora de medir de cuan fuerte es ese impacto, y las posibles respuesta de los explotadores y la reacción en contra de los avances populares.

En esto es inevitable que se interrumpa un poco el hilo de la reunión para hablar de la grave situación que se vive, de la desmoralización que se esparce entre muchos, de las grandes dificultades que acechan la vida cotidiana. Pero, poder ver de primera mano la realidad, a momentos espelúznate, de la miseria campesina, de los atropellos que sufre la clase obrera y la anarquía en los mercados, ha ayudado a definir las contradicciones que se entretejen bajo lo meramente superficial. Ya a nadie le cabe duda, la actual vorágine, expresada en hiperinflación, deterioro de la calidad de vida y negación de los derechos populares es parte de la gran crisis mundial del sistema del capital, del mundo de la mercancía y el lucro, ya incapaz de sostener la vida humana; la crisis de una sociedad que separa y opone a los productores y les arrebata el producto de su trabajo y el control sobre sus propias vidas. Esta crisis, en Venezuela, es expresión de la incapacidad del capitalismo para el desarrollo de nuestra nación, dejando como saldo a una lumpen-burguesía, excrecencia parasitaria que desangra las finanzas nacionales con una colosal fuga de capitales que supera de lejos los 200 mil millones de dólares y que destruye la fuerzas productivas a pasos agigantados en pos de encadenarnos al negocio de las importaciones. Como conclusión recorre la sala un firme convencimiento, luchar.

Esta confirmación abre la inquietud de las madres y demás mujeres luchadoras presentes, mayoritarias protagonistas de la jornada, rostro de la revolución bolivariana, que con esfuerzo conjugan el trabajo, las labores domesticas y la más abnegada militancia revolucionaria, alma y sangre del movimiento popular participativo y de la movilización comunitaria que recorre cada rincón de la patria, monumento vivo a la equidad e igualdad aún por forjar. Para aclararlo todo y calmar ese mar de entusiasta inquietud se dio paso a los derechos de palabra, donde cada participante pudiera expresar las tareas llevadas a cabo.

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Buenas nuevas del trabajo colectivo.

La presente reunión se da en el momento que confluyen diversos esfuerzos, y presenta la ocasión de iniciar un proceso de orientación hacia las elevadas metas propuestas.

Se inician los derechos de palabra con el anuncio de que ya, a esa hora, se había realizado el primer arrime de alimentos por parte del Poder Popular, en este caso una carga de frutas y verduras producidas por agricultores del sur del estado Carabobo, que han dado el primer paso para superar las profunda separación impuesta entre campo y ciudad. Dicho cargamento es el primero entregado en el centro de acopio por los campesinos con la expresa intención de destinarlo a los operativos del SACO, un envió del Poder Popular para el Poder Popular. Vemos pues el surgimiento una nueva relación en la que los productores conocen el destino de sus productos y son participes tanto de las metas a las que estos se destinan y de los beneficios que otorgan.

Pero aún falta mucho por hacer para superar el abismo que separa a los trabajadores del campo de los de la ciudad, aún queda pendiente la tarea remover la telaraña de la especulación que inmoviliza y tapona los poros del campesinado. Es por eso que el próximo encuentro de las comisiones operativas de la asamblea del SACO versaría sobre la constitución de una Empresa de Producción Social (EPS) de propiedad directa comunal encargada del transporte de los rubros desde y hacía los distintos espacios de lucha social y comunitaria. Este paso es fundamental para completar el enlace con los consejos de pescadores asentados en la costa; y es que a pesar de la escaza distancia respecto al mar el monopolio de la cadena del frío por parte del parasito burgués convierte a los productos marinos en uno de los más costosos en las ciudades del centro del país.

El control de los productores sobre los productos de su trabajo, esta idea aún flota en el aíre cuando toman la palabra los camaradas del Frente de Trabajadores Hugo Chávez, expresión de la tenaz lucha obrera que abre las sendas del Poder Popular en fábricas y talleres de Carabobo. En paralelo a los operativos realizados en las comunidades el pasado sábado, la organización obrera se sumo con la ejecución de tres jornadas especiales de lo que se ha venido a llamar el SACO Obrero. Estas tres jornadas se realizaron en empresas privadas, llegándose a confrontar directamente con las patronales, enemigas acérrimas de todo rastro de organización popular. Los camaradas se proponen la lucha por la democracia en el seno mismo de la dictadura burguesa, donde actualmente se vive una guerra silenciosa y silenciada contra los derechos del pueblo trabajador. Violación y desconocimiento de la ley laboral, tercerización, despidos, extensión de la jornada de trabajo, cierre fraudulento de empresas, discriminación de las mujeres obreras, abandono a su suerte de los enfermos y discapacitados por causa del trabajo industrial; todo esto en el marco del más sórdido intento por lanzar a las mayorías fuera de toda posibilidad de consumo por medio de la especulación el acaparamiento y el contrabando direccionados desde las cúpulas de la alta burguesía. El Frente Hugo Chávez se compromete a acompañar los objetivos propuestos con el esfuerzo que se realiza desde los sindicatos de las empresas de alimentos procesados para liberar producción en pos del beneficio colectivo a través del SACO. Una perspectiva muy halagadora de como los productos del campo pueden llegar a la ciudad y a su vez los productos de la industria pueden llegar a la familia rural. Poco a poco se abre el camino de la unión comunal-obrero-campesina, pertinente reformulación del planteamiento leninista hecha desde la praxis de las bases revolucionarias de Venezuela.

Sin embargo nos encontraríamos ante una construcción muy precaria si todo se resumiera a la distribución, la necesidad de que los sujetos se integren activamente y no como entes pasivos, la responsabilidad de apoyar al campesinado en su lucha por el sustento nacional, junto a la gran extensión de las necesidades a cubrir impone que el SACO sea también un sistema de producción comunal, que sea ante todo un sistema de integración de la producción comunal. Es por eso que entre otras iniciativas se ha venido propulsando la agricultura urbana con patios productivos y viveros comunales. Un compañero, vocero comunal de Las Palmitas, uno de lo más marginados barrios de Valencia, aprovecha la oportunidad de relatar su experiencia, y la de sus vecinos, en la siembra de diversos rubros en los espacio de sus hogares y de su esperanza de que próximamente los operativos de abastecimiento comunal a realizar en la comunidad cuenten con una significativa porción de hortalizas producidas allí mismo por la comunidad organizada. Se plantea frontalmente superar el estatus de las comunidades como meras consumidoras y integrarse como camaradas de lucha al campesinado con el aporte de abonos y otros insumos de fabricación autogestionada.

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E n ese sentido pasan a presentarse voceros del colectivo “el juramento del Samán” dedicado a la producción agrícola. Alegando sobre lo imprescindible de la labor campesina, y repitiendo que la producción de los alimentos viene del esfuerzo del trabajador rural, proponen la recuperación de 120 hectáreas aledañas a varias comunidades populares. También hablaron de las dificultades tales como la falta de tractores, de los altos costos que implican el pago del servicio de arado por tractores privados, lo que condena a muchos a trabajar manualmente sus plantaciones. Como respuesta, salida de la creatividad y de la confluencia de tantas luchas, otro camarada refirió la posibilidad de colaborar con comunas que poseen tractores, los cuales son utilizados de manera solidaria para la rastra en las tierras del pequeño productor.

 

La única recompensa de nuestra lucha, ¡Más lucha!

El sol inicia a declinar y la asamblea ya se encuentra en su puntos finales, se reiteran acuerdos y responsabilidades . Queda el entusiasmo y por sobre todo la certeza de que vendrán grandes tareas por asumir. Los retos son muchos y grandes, hasta ahora se ha conformado una experiencia regional que se desenvuelve en medio de un complejo escenario nacional caracterizado por una fuerte ofensiva de la derecha que intenta arrinconar a la revolución con la imposición de medidas claramente antipopulares por medio de las cuales persigue descargar su crisis sobre las mayorías. Ante los intentos de restaurar el neoliberalismo la respuesta debe ser decidida, ni conciliatoria, ni conservadora, sino irrevocablemente revolucionaria, debe ser una apuesta cada vez más decidida por el socialismo.

El legado de Chávez es precisamente la voluntad del pueblo venezolana de levantarse contra todas las trabas que impiden su desarrollo y le niegan sus derechos; voluntad que va dando pasos, conquistando posiciones, cada día. Entre los encuentros surgen noticias alentadoras, se incorpora al SACO la empresa “Surgela”, empresa procesadora de alimentos rescatada, liberada y gestionada por sus trabajadores ante el intento de cierre y desmantelamiento que impulsa la burguesía destructora de toda producción nacional, y que hoy se alza como un pequeño ejemplo de como se puede efectivamente producir sin patrones y en contra de los patrones. Un esfuerzo colectivo, ignorado por quienes subestiman al pueblo y que ahora se da a conocer por medio de la solidaridad, comprometiendo a la asamblea a responder con todo el esfuerzo necesario para que “Surgela” prospere en el camino revolucionario.

Quedan al finalizar muchas tareas pendientes, no será, ni mucho menos, la ultima reunión, queda multitud de retos por asumir. Se ve la necesidad de politizar, de agitar, de convertir los operativos SACO en eventos políticos que quiebren el actual panorama de consensos Liberales y deje escuchar una nueva voz, la del Poder Popular, la de una nuevaa nueva opción y verdadera salida a la crisis, no rescatando o reformando al capitalismo, sino matándolo. La acción política se percibe como el deber del momento, se debe avanzar más, en la agrupación de tantas fructíferas experiencias en una sola lucha contra el capital. El punto de encuentro es la constitución del Consejo Regional del Poder Popular, llamado a ser el órgano de poder político de este gran movimiento bosquejado en el SACO. Y es que el avance revolucionario solo es posible con la movilización del gran sujeto protagonista, la masa toda de los explotados y excluidos, en su gran variedad pero también en su profunda unidad de intereses e historia compartida.

Queda pues el reto de constituir un gobierno del Poder Popular, antítesis de todas las viejas instituciones y de las odiosas separaciones que mutilan a la sociedad bajo el mandato del capital, una organización nacida de las bases del pueblo en medio de la más profunda y consecuente democracia, democracia revolucionaria socialista.

Es ante Tales compromisos que posteriormente, el día 7 de septiembre, inician en todo Carabobo las actividades del segundo congreso del poder popular, “por un gobierno obrero, campesino y popular”, siendo un ejercicio de fuerza y decisión por parte de los más avanzados destacamentos del pueblo bolivariano, quienes darán a conocer la vía popular contra la crisis del capital y hacer el llamado más amplio posible a la construcción del socialismo.

¡Unión, trabajo y lucha!

!por un gobierno obrero, campesino y comunal!

¡Viva Chávez!

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