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8M: América Latina marchó contra la violencia machista y la justicia patriarcal

En muchas coordenadas de América Latina se marchó con fuerza este 8M, aún con las restricciones impuestas por la pandemia de COVID-19. Las demandas que más resonaron en los diferentes territorios: la necesidad de políticas públicas para frenar la violencia machista y reformar los aparatos judiciales para obtener justicia para mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales, personas no binarias y de género fluido. El aborto fue otro pedido regional, y Argentina por primera vez marchó con esa demanda convertida en Ley. También se exigieron políticas públicas que mejoren y garanticen acceso al trabajo para todas, en un contexto donde la falta de políticas públicas integrales hace que la pandemia precarice espacios laborales, aumentara el desempleo y criminalice a las trabajadoras sexuales y personas en situación de prostitución.

Si bien la cantidad de personas en las marchas en algunos países fue menor a años anteriores, hubo fuerte presencia policial y detenciones en México, Chile y Paraguay.

MÉXICO: contra el pacto patriarcal

Las manifestaciones del 8M en la Ciudad de México destacaron por la alta presencia y represión  policial. También por el reclamo directo al desdén del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la violencia de género y la falta de justicia para las mujeres.

En contraste con la histórica marcha de 2020, el número de asistentes fue menor por la pandemia. Pero la fuerza de sus consignas llegó hasta las vallas de metal que blindaron Palacio Nacional (Casa Presidencial). El reclamo general fue “¡ya chole (basta) con la impunidad!” en alusión a la expresión del presidente cuando se le exigió romper el pacto patriarcal. En México diariamente 11 mujeres son víctimas de violencia feminicida y el 99.7% de los delitos de violencia sexual quedan impunes. 


“Basta de transodio”

Mujeres trans; lesbianas; personas no binarias; migrantes; integrantes de la Alianza Mexicana de Trabajadorxs Sexuales (AMETS), el Centro de Apoyo a las Identidades Trans (CAIT) y feministas cisgénero de la Alianza Interfeminista Solidaria unieron fuerzas y lograron avanzar hasta el Zócalo. Reclamaron el respeto a sus identidades, la no criminalización del trabajo sexual y exijieron: “basta de transodio”, acoso y feminicidios.

Un grupo de mujeres encapuchadas y vestidas de negro hicieron pintadas transodiantes justo a un lado del contingente interseccional visible. El hecho llevó a la confrontación a gritos. Se retiraron después de reclamar a una sola voz que “la transfobia es fascismo”.

“Al inicio de la marcha no nos sentíamos segures. No sabíamos quién era TERF y quién no. Cuando vimos a las trabajadoras sexuales, a la banda trans, fue como estar en casa. Me da gusto saber que no somos las únicas personas no binaries aquí y que tenemos toda una pandilla (grupo) que nos está respaldando”, comentaron Alexis y Nahui. 
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Represión policial

Se desplegaron 2300 policías, gran parte eran granaderos (antidisturbios), quienes en distintos puntos de la ciudad y durante la movilización reprimieron a las manifestantes. La Brigada Marabunta, organización que defiende los derechos humanos de quienes protestan, registró que la policía lanzó polvo de extintores, gas pimienta, balas de gotcha y cápsulas lacrimógenas para dispersar la movilización. Aclararon: estas herramientas están fuera del protocolo de actuación de la policía. Las autoridades negaron “categóricamente” su uso durante la protesta.

Además, previo al arranque de la marcha, la policía “encapsuló” por más de tres horas a un grupo de manifestantes y cuatro fotorreporteras fueron golpeadas, esposadas y retenidas. 

GUATEMALA: Por las vidas de las mujeres, sin violencias

Este 8 de marzo las consignas y exigencias al Estado de Guatemala se hicieron alrededor del constante asesinato de mujeres y niñas que se han agravado en el país este año. También por la represión del Ministerio de Gobernación a cargo de de su titular Gendri Reyes, acusado de represor y violentador de mujeres tras las protestas del 21 de noviembre del 2020.

Foto: Gentileza Mónica Chub Caal.

Mónica Chub Caal, activista trans de 30 años, reside en el departamento Cobán, cabecera de Alta Verapaz (a 220 kilómetros del departamento de Guatemala). Integra la “Oficina Para La Diversidad Sexual Y de Género Alta Verapaz” quien junto a grupos de mujeres indígenas rurales y adultas mayores salieron a las calles de Cobán convocadas por el “Colectivo de organizaciones de mujeres de Alta Verapaz”. Sus principales demandas fueron el despojo de tierras de parte de las hidroeléctricas y finqueros que últimamente han criminalizado a las mujeres del área rural. 

Otras denuncias: la violencia por discriminación a mujeres lesbianas y bisexuales, la falta de reconocimiento de la identidad de género de las mujeres trans de parte del Estado. La “Oficina Para La Diversidad Sexual Y De Genero Alta Verapaz” este año ha acompañado cuatro denuncias presentadas al Ministerio Público por agresiones verbales de vecinos a mujeres trans del departamento de Cobán y 15 en total desde la creación de la oficina en el 2017.

Foto: MCC.

Las denuncias de este año en el Ministerio Público concluirán en un proceso de “conciliación” entre los agresores (todos hombres) y las agraviadas. Busca llegar a un supuesto acuerdo de respeto que según indica Mónica no siempre termina en esos términos ya que es una situación que se repite.

Foto: Pilar Salazar

“Fuimos las dos únicas organizaciones que salimos a la caminata de hoy, no hubo otras organizaciones que acuerparan la caminata por la fecha.” Inició en la Plaza central y finalizó en el parque central frente a la Gobernación donde estuvieron alrededor de media hora gritando y exigiendo :#VivasNosQueremos #NoMasTransfemicidios #MujeresDiversasContraTodoTipodeViolencias, “reconocimiento de nuestra identidad como mujeres trans”, #NoAlaEstigmatización.

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Foto: Pilar Salazar

EL SALVADOR: Contra la represión del Estado 

La imagen de tres patrullas de la policía salvadoreña retrocediendo ante el grito colectivo de cientos de mujeres que decían: “no nos van a detener, no nos van a detener”, marcaron el ánimo de la marcha 8 de marzo, realizada en varias calles de la capital de El Salvador.

La multitud fue rodeada por la policía  y soldados con chalecos antibalas y fusiles para intentar detener a una participante. La acusaban de manchar las paredes del Palacio Nacional con pintura aerosol. La presión de las mujeres organizadas hizo que las fuerzas de seguridad desistieran. 

Bloques de feministas, transfeministas, ecofeministas, mujeres con discapacidad, trabajadoras y periodistas recorrieron las calles para exigir la aprobación del aborto, la investigación y judicialización de los crímenes cometidos en contra de mujeres y población LGBTI, la no persecución y acoso del Estado en contra de periodistas y defensoras de derechos humanos.

“Ellos no me cuidan, me cuidan mis amigas”, gritaban a los cuerpos de seguridad. De acuerdo a organizaciones sociales, muchas mujeres violentadas se desaniman a denunciar los hechos ante la fiscalía por la poca capacidad de investigación. Además indican que muchos casos de violencia física y sexual quedan impunes.

Las paredes y monumentos de las plazas en el centro de la capital se convirtieron en la vitrina para denunciar las desapariciones, violaciones, asesinatos y ataques en contra de las mujeres. El Gobierno preocupado por la “vandalización” fue muy efectivo en la remoción de cualquier indicio de las demandas.

Con el lema “Nosotras marchamos por nuestras vidas, cuerpos y territorios”, las mujeres mostraron su preocupación ante el avance de un gobierno que amenaza en retroceder en derechos de las mujeres, población diversa e indígena.

“Una vez más denunciamos la lesbofobia y la transfobia, además de la falta de interés de la Asamblea Legislativa en discutir el anteproyecto de ley de identidad de género. Ya tiene casi tres años de estar engavetada”, leyó Britany Castillo de la Asociación Solidaria para Impulsar el Desarrollo Humano – ASPIDH en un acto público antes de la marcha.

Las organizaciones por los derechos LGBTI reportaron en 2020 cuatro asesinatos en el país centroamericano, una disminución del 51 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior. Tres de ellas fueron mujeres trans y una persona gay, mientras que en 2019 reportaron nueve crímenes.

La población LGBTI también exigió que el Estado salvadoreño responda por las vulneraciones por parte de policías y militares que han agredido en su mayoría a mujeres trans. En 2020 tres agentes fueron condenados a veinte años de prisión acusados de asesinar a Camila Díaz.

Sin embargo, el gobierno de Nayib Bukele desmontó la dirección de diversidad sexual que pasó bajo la dependencia de la unidad de género del Ministerio de Cultura, también desapareció la línea telefónica 131 que atendía denuncias y orientaba sobre derechos y ayuda psicológica para población LGBTI.

El Salvador ha sido en las últimas décadas en exportador de personas que huyen de la violencia y la pobreza, de acuerdo al estudio sobre desplazamiento forzado interno de la población LGBTI en El Salvador “Huir y sobrevivir” realizado por la Asociación Comunicando y Capacitando a Mujeres Trans con VIH en El Salvador – COMCAVIS TRANS,  reportó 151 casos desplazamiento forzado, en el que el 67.5 por ciento fueron mujeres trans y un 17.2 por ciento hombres gays.

Honduras: Por justicia y aborto

La lluvia no detuvo a las mujeres trans y cisgénero reunidas en el parque central de San Pedro Sula para recordar el 8M. En sus palabras: no están “celebrando”, están pidiendo justicia para las mujeres maltratadas y asesinadas en Honduras.  Las congregadas en el centro sampedrano quemaron madera sobre los adoquines rojizos del parque y gritaron a viva voz. Levantaron carteles multicolores con mensajes contra las políticas estatales que las han olvidado o perjudicado. Una de ellas: el reciente proyecto de ley que condena absolutamente el aborto con penas de cárcel y elevadas multas. “Despenalización del aborto. Ni delito ni pecado. ¡Mi derecho es una deuda del Estado!” decía el principal cartel rosado que varias mujeres sostenían bajo la llovizna.

“Recordamos este día porque el Estado no nos reconoce”, dijo la activista trans Viena Ávila. Llegó al parque con un pequeño grupo de mujeres trans. “Y por tantas muertes que se deben al simple hecho de ser mujeres”. Colocaron en el suelo varias filas de zapatos para simbolizar las mujeres trans y cisgénero muertas violetamente en los últimos años. Debajo de cada zapato había una cartulina con el nombre de la mujer asesinada. 
“Las trans día a día luchamos por reivindicar nuestros derechos como mujeres. Somos las voces de muchas compañeras que ya no están. Nos identificamos por los zapatos de muchas de ellas que han puesto aquí. Muchas de nuestras compañeras trabajadoras sexuales ya no están con nosotras”, agregó Viena Ávila. 
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Para reclamar por la ineptitud investigativa del Estado, por los crímenes cometidos supuestamente por elementos estatales contra trabajadoras comerciales del sexo, mujeres trans y cisgénero, las activistas prendieron una fogata con leños y arrojaron cartulinas con nombres de autoridades gubernamentales para quemar simbólicamente el “narcoestado”. 

PARAGUAY: “Vivas, diversas y con derechos”

Colectivos feministas y organizaciones políticas y populares salieron ayer a las calles en el marco del #8MPy por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora en Paraguay. Bajo el lema “Vivas, diversas y con derechos”, exigieron el fortalecimiento real del sistema de salud, vacunas, respuesta a la crisis educativa y la corrupción, y un abordaje integral a la otra pandemia: la violencia de género

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Este año, el #8MPy coincidió con el cuarto día de protestas en Asunción por la falta de vacunas, medicamentos y una ocupación del 99,3% en las salas de terapia intensiva. La articulación feminista de Paraguay se sumó a reclamo de las movilizaciones que iniciaron el viernes con grupos de ciudadanos autoconvocados.La pandemia recrudeció la precarización, explotación, violencia, discriminación y evidenció aún más la ausencia de políticas públicas de protección y tendientes a la plena vigencia de los derechos de las mujeres. 

Foto: Jessie Insfrán Pérez

Entre sus principales reivindicaciones, el colectivo feminista incluyó un cambio total del actual Gobierno: “Que se vayan el Presidente Mario Abdo Benítez, su Vice Hugo Velázquez y todo su negligente gabinete y exigimos que el nuevo gobierno implemente políticas públicas con perspectiva de género”, expresaron en su manifiesto. Además, repudiaron la violencia desmedida de la policía contra lxs manifestantes estos días de protesta: el uso de balines y de gas lacrimógeno, incluso de un carro hidrante contra niñxs, y adultxs mayores. 

También exigieron que la nueva Ministra de la Mujer tenga experiencia de trabajo por la igualdad de los derechos de las mujeres y conocimiento sobre políticas de igualdad de género. “No aceptaremos nombramientos que respondan a la interna del partido colorado. El aumento de la violencia exige acciones urgentes y un liderazgo firme”, expresaron.

Foto: Jessie Insfrán Pérez

Mujeres indígenas, campesinas, bañadenses, afroparaguayas, trabajadoras sexuales, mujeres trans, no binarias, lesbianas, bisexuales, pansexuales y de diferentes identidades de género y sexual, neurodiversas y de creencias religiosas distintas denunciaron las violencias en espacios laborales. También el atropello a las comunidades campesinas e indígenas, vinculado al avance del agronegocio y la continuidad del terrorismo de Estado que el año pasado se hizo evidente con el asesinato de dos niñas de 11 por parte de las Fuerzas de Tarea Conjunta en Yby Yaú.

En el documento también solicitaron que las mujeres trans y travestis tengan otras opciones laborales además del trabajo sexual. “Somos excluidas, discriminadas y violentadas de los sistemas laborales. Por eso, hoy lo que para algunas es una opción, para otras es una imposición. Solicitamos que el trabajo sexual sea reconocido para las que optan por el y para las que quieren otras formas de empleo, se generen oportunidades, formación y capacitación”, apuntaron.

Foto: Jessie Insfrán Pérez

Durante la pandemia, las mujeres son las que más perdieron el trabajo. Según los datos del Observatorio de Igualdad y No Discriminación del Centro de Documentación y Estudios (CDE), los dos sectores que más concentran a mujeres: el empleo independiente o “cuentapropista” y el trabajo doméstico remunerado han sufrido caídas importantes. Ya en 2019, el porcentaje de mujeres sin ningún ingreso alcanzaba el 39,8%. 

Ayer en Paraguay, los actos reivindicativos empezaron temprano. Como todos los años, las mujeres movilizadas de la ciudad de Lambaré intervinieron la estatua tradicional La Burrerita y la vistieron de lila con consignas feministas que decían: “Vivas nos queremos”, “Libres de violencia”. También, por la mañana, activistas de la Coordinadora de trabajadorxs campesinxs y urbanxs fueron al Ministerio de Salud para reclamar la ausencia de políticas públicas que garanticen derechos para las mujeres campesinas. Por la mañana, la Plataforma de Mujeres del Bañado Sur (PMUBS) marchó a la Secretaría de Emergencia Nacional para reclamar la ineficiencia del Estado en la crisis sanitaria.

Cientxs de mujeres diversas marcharon ayer en las dos modalidades. Algunas se sumaron a través de una caravana de autos, motos y bicis que partió de la Costanera (Avenida General Santos) a las 18 horas con rumbo a la Plaza de la Democracia, donde se llevó a cabo el acto principal. 

También hubo quienes asistieron directamente a la plaza y aguardaron a la caravana para dar lectura al manifiesto. Además de las intervenciones artísticas y performáticas, mujeres de la articulación de ollas populares bañadenses ofrecieron merienda solidaria para compartir en las inmediaciones de la Plaza de la Democracia. 

Las concentraciones también se llevaron a cabo en Encarnación, Ciudad del Este o Pedro Juan Caballero. En Asunción, al mismo tiempo que se llevaba a cabo el #8MPy, continuaban las protestas frente al Congreso que intensificaron sus pedidos de renuncia del Gobierno y poner fin a siete décadas del Partido Colorado.

Foto: Jessie Insfrán Pérez

Unas 16 personas fueron detenidas anoche durante la manifestación ciudadana que se realizó en la sede de la Asociación Nacional Republicana (el local del Partido Colorado, microcentro). Por la madrugada, la Policía Nacional agredió nuevamente a los manifestantes con  balines de goma, gases lacrimógenos y carros hidrantes.

PERU: Justicia para las violentadas

El 8M en el Perú se celebró bajo los parámetros de la pandemia, sin marcha en Lima, pero con un plantón frente al Palacio de Justicia. Se exigió eso: justicia para las mujeres violentadas en estos añosviolencia que no ha parado, sino que incluso se ha incrementado en un contexto de cuarentenas y aislamiento físico provocado por la covid-19. Miles de mujeres han perdido sus empleos o han pasado a realizar una triple carga laboral con el acompañamiento a sus hijxs en las tareas escolares virtuales, otras han tenido que convivir con sus agresores impedidas de salir y denunciar la violencia que vivían, así como con el incremento de violencia sexual a menores de edad, y las desapariciones y los consiguientes feminicidios que no cesan, como lo ocurrido en Tacna, ciudad fronteriza de Perú, con Judith Machaca de 20 años y Noemí Escobar de 14. Ambas fueron encontradas en un pozo de 80 metros bajo tierra en febrero, luego de la incansable búsqueda de sus padres con apoyo de las organizaciones feministas de esta ciudad, frente a la negligencia e indiferencia de la policía, debido a que eran los policías de la división de investigación criminal los involucrados en estas desapariciones, muertes y enterramientos de mujeres. 

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Estos policías, aprovechando que tenían acceso a información confidencial de las ciudadanas de Tacna, las captaban y las obligaban a prostituirse. Como también recibían todas las denuncias de violencia sexual, extorsión y secuestros, se encubrían entre ellos, favorecían a violadores, retrasaban las investigaciones de los casos que eran denunciados por las mujeres, las hacían desistir de continuar la denuncia, o les ponían múltiples trabas para desgastarlas y que abandonen los casos, así como recibían sobornos de los denunciados.

Otra de las consignas levantadas este 8M fue la lucha contra los fundamentalismos, a menos de dos meses de las próximas elecciones presidenciales, en donde un candidato levanta todas las agendas ultraconservadoras recibiendo el apoyo de una gran parte de la población, en una manifestación del abandono institucional de décadas a la formación en derechos humanos, convivencia y respeto a la diversidad de la población, que hubieran evitado un panorama como este, y en donde fuerzas religiosas intervenían continuamente en lo estatal para mantener las desigualdades y discriminaciones a las mujeres, LGTBIQ+ y pueblos indígenas.

CHILE: “Transformar y construir juntes un buen vivir”

Las mujeres se tomaron las calles de varias ciudades de Chile, respondiendo a la convocatoria de la Coordinadora Feminista 8M para conmemorar un nuevo Día Internacional de la Mujer Trabajadora, con una huelga. Según su reporte, en Santiago se congregaron más de medio millón de personas, alrededor del eje Alameda. Hubo manifestaciones en Valparaíso, Viña del Mar, Concepción, Chillán, Iquique, Concepción y Antofagasta, pese a las restricciones impuestas por la pandemia. 

Las actividades en más de 100 territorios se difundió por redes sociales, con énfasis no sólo en el caracter feminista, sino inclusivo y libre de transodio. Este año, la invitación fue a reafirmar la lucha por “transformar radicalmente la vida y construir juntas y juntes un buen vivir”. 

Algunas de las demandas centrales de la huelga: cese de violencias patriarcales, derecho a una educación feminista y no sexista, al trabajo y la seguridad social, a la vivienda y a la ciudad, acceso a la salud y a las tecnologías, la descriminalización de la migración, y la lucha por el aborto y los derechos sexuales reproductivos y no reproductivos.

En Valparaíso la consigna “Nos matan” guió las movilizaciones. Según cifras oficiales, en 2020 fueron asesinadas 43 mujeres y este año los registros dan cuenta de siete feminicidios.

Un hito que marcó la jornada fue la detención de Emilia Schneider, expresidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, actual candidata constituyente y activista trans. Estaba pintando un lienzo en la calle junto a otras activistas, cuando cinco Carabineros se bajaron de un auto y sin justificación se la llevaron, junto a Juan Pablo Esteban, su asesor de prensa. En un comunicado, la institución alegó “interrupción del tránsito vehicular”. Los trasladaron a 19° Comisaría de Providencia y fueron liberados horas después. “La detención fue desproporcionada, y un pequeño ejemplo de la violencia desmedida y cotidiana de Carabineros”, dijo Emilia.

Al cierre de esta nota la policía reprimía la manifestación en Plaza Dignidad, luego de que un grupo de encapuchados intentó derribar el monumento al general Baquedano, mientras en ese lugar la mayoría se manifestaba de forma pacífica. 

ARGENTINA: Reforma judicial feminista y cupo laboral trans

Hubo movilizaciones en distintas ciudades de Argentina, en un contexto donde la violencia machista ya perpetró 55 femicidios en lo que va del año y al menos 2 travesticidios. Y sin que la Justicia sea capaz de reaccionar a tiempo, como ocurrió en los asesinatos violentos de mujeres que habían realizado denuncias por violencia de género. Las consignas: “visibilizar las condiciones de superexplotación del trabajo que la crisis pandémica ha impuesto a mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis, trans y no binaries”, reclamar una reforma judicial feminista para poner fin a la justicia patriarcal y aplicación efectiva de ley Micaela, la sanción de una ley de cupo laboral trans, la libertad a las presas por abortar, entre otras.https://twitter.com/PresentesLGBT/status/1369016845035012102?s=20https://twitter.com/PresentesLGBT/status/1369014948114890758?s=20

En la Ciudad de Buenos Aires la convocatoria principal fue frente al Congreso de la Nación. La cantidad de mujeres fue mucho menor que otros años. La mayoría de ellas marcharon desde organizaciones políticas, gremiales, culturales o sociales. Hubo una presencia significativa de trabajadoras de la salud. Y también más mujeres indígenas que reclamaron, entre otras consignas, Basta de chineo. También fue un año con miles de mujeres montando ferias callejeras y gestionando la venta ambulante. 

En Argentina fue la primera marcha 8M con Aborto Legal Seguro y Gratuito -uno de los reclamos más fuertes de las marchas anteriores- y el canto “Es ley” sobrevoló toda la jornada. 

Por Georgina González Álvarez y Milena Pafundi (Ciudad de México), Pilar Salazar (Ciudad de Guatemala), Dunia Orellana (San Pedro Sula), Paula Rosales (San Salvador), Airam Fernández (Santiago de Chile), Juliana Quintana y Jessie Insfrán (Asunción), Vero Ferrari (Lima), Ana Fornaro y María Eugenia Ludueña (Buenos Aires).

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