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Apuntes sobre socialismo desde abajo y poder popular

Derechos Humanos subversivos  

Introducción

Los derechos humanos han tenido varios usos en la Argentina pero es principalmente su contenido partidario o partidización política la que ha resignificado tanto su praxis (su defensa) como la interpretación de la historia reciente Argentina (memoria). Esto ha provocado un discurso sobre los derechos humanos que los usa y nombra exclusivamente desde una perspectiva de la memoria histórica, obviando sus implicancias como derechos jurídicos reclamables al Estado y de que son un amplio corpus positivizado de derechos tanto sociales, económicos, ambientales como civiles y políticos.

Sumando a ello debido a sus características disciplinares dentro del marco de la ciencia jurídica, se ha fomentado una especialización en los derechos humanos que repite discursos que se funden y alimentan el sistema jurídico hegemónico, es decir la producción, conservación y transmisión de la ideología de las clases dominantes. La forma jurídica busca colonizar y obturar una comprensión de los derechos humanos que nos permita hacerlos formar parte de la lucha de clases.     

Asimismo dentro del marco del ejercicio de la memoria se fomenta una disputa en torno a la historia reciente, que sólo discute envuelta en el sistema civilizatorio capitalista -revisionismo nac and pop o negacionismo-, coartando toda la potencialidad que tiene para las clases subalternas la memoria revolucionaria de les 30 mil compañeres detenidos-desaparecidos. En este sentido existe una cierta “especialización” en derechos humanos que obra para coartar sus potencialidades antisistema. 

Con ello los derechos humanos contienen, decíamos una forma jurídica y a su vez contienen una forma ideológica, con ello se alimenta un “discurso de los derechos humanos” que se ha vuelto una idea-fuerza de época, es en este sentido que debemos comprender estos tres aspectos en su función dialéctica para otorgarle a los derechos humanos la potencialidad socialista que la hegemonía que se despliega en torno a su sentido, le cercena.    

La idea del presente escrito es entonces mostrar las contradicciones y potencialidades que los derechos humanos contienen en el actual contexto histórico y social, pudiendo ser desde un espacio de disputa ideológica, de lucha de clases, a un programa de lucha desde abajo a la izquierda.

Teoría general de los derechos que son humanos

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El sentido deóntico del discurso del derecho, es decir las normas extraídas de los textos jurídicos por sus intérpretes, sumado a la forma ideológica, los mensajes transmitidos por el derecho con sus respectivas funciones de crear formas conductuales sociales, y de crear o recrear la ideología de la clase dominante o de su antagonista[i], son los cimientos de aplicación de la filosofía del derecho sobre los derechos humanos.

En este sentido es que La Convención de Viena[ii] nos explica las formas de leer e interpretar el derecho internacional de los derechos humanos, fomentando el sentido deóntico de los derechos humanos, es decir colaborando a comprender qué habita en la clave jurídica en la que son desarrollados los derechos humanos.

De este modo en los derechos humanos existe una hegemonía instituida que cobra sentido en que el discurso de los derechos humanos es un discurso profesional, de profesionales sobre todo en el derecho pero además, es un discurso de Estado, de funcionarios, pues es menester aclarar que los derechos humanos son Estado.

Este “discurso de los derechos humanos” es el alimento de su contradicción dialéctica, de la contrahegemonía instituyente, que contiene una eficacia que radica en la subversión de los valores éticos y morales del sistema hegemónico jurídico estatal y con ello de la subversión misma de su hegemonía, debido a que el cuerpo de derechos posible de plasmar como derechos humanos alimenta la contradicción en praxis que el Estado capitalista y las clases dominantes no pueden ofrendar para mantener el control social. Hacemos referencia, claro está, a que el Estado capitalista no quiere ni puede cumplir con derechos fundamentales como el derecho a la alimentación adecuada, a la salud, la educación en todos sus niveles, el derecho a la vivienda para todes y a un ambiente sano entre otros.

Contrahegemonía de la forma jurídica

Decíamos que el sentido deóntico nos permite abordar interpretaciones sobre el derecho internacional de los derechos humanos, fomentando una nueva epistemología que se alimenta desde el marxismo. En este sentido debemos ser claros en que existe una interpretación de las normas y leyes liberal y otra marxista.

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La liberal es la que sostienen, de alguna u otra manera la reproducción de las ideas de las clases dominantes, en este sentido conviven las distintas fracciones de las clases dominantes bajo el amparo de los derechos humanos liberales, con distintos posicionamientos interpretativos tanto sobre el cuerpo de derechos que son los derechos humanos, como sobre la historia y la memoria.

La interpretación marxista se basa en la aplicación del materialismo dialéctico y el materialismo histórico al corpus de los derechos humanos teorizando nuevas formas de sentido sobre los mismos, buscando tensionar sus contradicciones para mostrar o vislumbrar sus bases opuestas con el propio plexo normativo que forma al derecho internacional de los derechos humanos, comprendiendo que es la lucha de clases la que dinamiza sus contradicciones y antagonismos.

Contrahegemonía de la forma ideológica  

Seamos claros, los derechos humanos plantean una radicalidad democrática que esta por fuera de lo que el sistema civilizatorio capitalista puede cumplir, el Estado capitalista no puede cumplir con el derecho a la vivienda adecuada, ni con el derecho al trabajo, ni muchos menos con el respeto al derecho a la cultura o al ambiente sano. Sin embargo, estos son derechos humanos exigibles al Estado capitalista.

De ahí es que los capitalistas han obrado para que los derechos humanos sean, algo que no sea, que sea espera, ya sea mediante el desarrollo, ya sea con la progresividad, los derechos humanos son exigibles pero mediados por el derecho clásico, son objeto de gestión política, burocracia y espera. 

Esto alimenta un “discurso sobre los derechos humanos” que es para que el dominado tenga una conciencia liberal-estatal de sus derechos, que comprenda y hasta  justifique al mismo tiempo la necesidad de la espera para lograr obtenerlos provocando en los hechos, la división de los derechos humanos en derechos exigibles -los derechos civiles y políticos- y derechos progresivos y no exigibles -los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales-.

Debido a ello, debemos contraponer a esta visión conservadora sobre los derechos humanos, una interpretación de los mismos, que haciendo eje en su interconexión e indivisibilidad, muestre la radicalidad humanista que la plena vigencia de los derechos humanos esboza.

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En este sentido para contrarrestar la visión ideológica hegemónica en los derechos humanos, mostrar sus contradicciones, asumir una perspectiva radical de sus presupuestos humanistas, enmarcar su redacción desde una perspectiva del materialismo histórico, es lo que nos permite refutar sus bases liberales y capitalistas y construir unos derechos humanos para la emancipación social,  es decir unos derechos humanos socialistas.      

 Otro “discurso de los derechos humanos”

Parte de una batalla de época, es dotar a los derechos humanos de un discurso por fuera de la estatalidad. Es decir esa profesionalización discursiva que se observa sobre todo mediante la forma ideológica en la que son pensados y transmitidos los derechos humanos, esa jerga jurídica, legal e historicista que sostiene el discurso de las clases dominantes (capitalistas progres o conservadores), debe dar paso a otro discurso sobre los derechos humanos que además regenere nuevos referentes.

En este sentido, la comprensión sobre la historia reciente se vuelve fundamental para dotar a los derechos humanos de otro discurso. Parte de ello es alumbrar una perspectiva de clase sobre el genocidio[iii]. Al mismo tiempo, usar a los derechos humanos como un cuerpo de derechos que atraviesa y en ocasiones nos permite explicar sencillamente la lucha de clases y los antagonismos de clase, es lo que nos permite pedagógicamente mostrar que el plexo normativo que son los derechos humanos puede alimentar la lucha anticapitalista[iv].  

Se trata de hacer, de teorizar desde la contrahegemonía instituyente (los subalternos autoorganizados) derechos humanos con perspectiva de clase, anticapitalistas y prefigurativamente socialistas. Los tiempos que corren, muestran hoy más que nunca la necesidad de ello.

Para todos, todo.


[i] Oscar correas,  “Alternatividad y derecho: el derecho alternativo frente a la teoría del derecho”

file:///C:/Users/usuario/Downloads/3100-2926-1-PB%20(1).pdf

[ii] Véase Ravenna, Damián “Guía doctrinaria para la formación militante en derechos humanos”

https://www.apdh-argentina.org.ar/regional/cuadernillo-guia-doctrinaria-para-la-formacion-militante-en-derechos-humanos/53

[iii] véase entre otros Ravenna, Damián “De la responsabilidad empresarial, al bloque social e histórico en el marco del genocidio de clase” https://www.apdh-argentina.org.ar/publicaciones/de-la-responsabilidad-empresarial-al-bloque-social-e-historico-en-el-marco-del

[iv] Véase Ravenna, Damián “Los derechos humanos desde una perspectiva anticapitalista” ediciones contrahegemonía web y editorial Herramienta https://contrahegemoniaweb.com.ar/seccion-libros/libros-de-contrahegemonia/

Imagen de portada: Rebelión

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