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Apuntes sobre socialismo desde abajo y poder popular

Ecuador. A la dirección del Movimiento Unidad Plurinacional Pachakutik y su bloque parlamentario

Pachakutik debe retomar el vínculo con sus organizaciones de base.

De nuestras consideraciones:

El Ecuador atraviesa una situación política compleja, una suerte de entrampamiento generado por los conflictos abiertos entre el presidente Guillermo Lasso y la Asamblea Nacional y al interior de la propia Asamblea.

Una minicrisis política

En el fondo, igual los conflictos de hoy que los desplazamientos en las mayorías móviles que tratan de controlar la Asamblea, reflejan las debilidades políticas compartidas de todas las fuerzas políticas. Aunque cuenta con el respaldo de los grandes grupos económicos y de la mayoría de la prensa tradicional, el gobierno de Lasso es débil: su respaldo electoral propio es reducido y el limitado bloque parlamentario que logró elegir le hace depender de alianzas ocasionales que no han tenido mucha duración. Una primera alianza con el PSC y el correísmo se deshizo antes incluso de instalarse la Asamblea. Luego, la alianza con la ID y Pachakutik alcanzó a elegir las dignidades parlamentarias pero no podía dar viabilidad a la aprobación de las reformas neoliberales que le interesan al gobierno. Pasó después por un acuerdo silencioso con el correísmo para aprobar la reforma tributaria.

Dos importantes acciones legislativas agudizaron los enfrentamientos: la aprobación por parte de la mayoría de la Asamblea Nacional de amnistías de 268 luchadores y dirigentes sociales perseguidos judicialmente; y la decisión de archivar el proyecto de Ley de Atracción de Inversiones enviado por el Ejecutivo, lo que se sumó a la derrota temprana con el rechazo a la Ley Creando Oportunidades, un compendio del programa neoliberal. Quedó entonces claro que el gobierno no puede en este momento controlar a gusto a la Asamblea y echó a rodar las opciones de disolverla a través de la muerte cruzada y de aplicar su programa neoliberal mediante consultas populares, seguramente junto a otros temas, como la seguridad, que pueden servir de señuelos para atraer votos. El gobierno aspira a favorecerse de la desesperación de millones de personas desempleadas o precarizadas y del temor de la población frente al incremento descontrolado de la violencia y del narcotráfico.

Pero el gobierno compensa su debilidad con las debilidades mayores de sus oponentes. El PSC ha perdido el aval de una parte de los grandes empresarios, que respaldan al gobierno. El correísmo no puede aparecer como oposición consecuente, porque sus acciones son oscilantes, en busca de beneficios puntuales para sus figuras; así, su abstención hizo aprobar la reforma tributaria, una de las piedras angulares del proyecto neoliberal y de la carta de intención impuesta por el FMI. La ID colabora con el gobierno a ratos, y a ratos lo critica. Y Pachakutik cede a desgarramientos alimentados desde el correísmo y el gobierno.

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Mientras tanto, el gobierno avanza, ha anunciado su disposición a gobernar vía decretos para eludir nuevos fracasos parlamentarios. Gobernar sin la Asamblea y recurrir a las consultas requiere que el presidente mejore su imagen y su aceptación entre la ciudadanía, montando una campaña de desprestigio a la Asamblea, lo que ciertamente no requiere de mucho esfuerzo. Pachakutik debería exigir a Lasso que presente pruebas de sus acusaciones.

Estos vaivenes y el tratamiento mediático que reciben encubren tres principales líneas de conflicto que afectan a la sociedad ecuatoriana y que no encuentran resolución.

La primera es la implementación del modelo neoliberal, único programa económico del que disponen las derechas y los gremios empresariales. Este programa está en marcha ya desde finales del gobierno de Correa y se profundizó con la firma de la carta de intención con el FMI y la utilización oportunista e inescrupulosa  de la pandemia ante una sociedad desesperada y paralizada por los estragos causado por el Covid 19. Lasso simplemente refrendó los acuerdos con el FMI y pretende radicalizar y acelerar la imposición de políticas cuyos efectos ya los vivimos entre 1981 y 2005 con su secuela de empobrecimiento, precarización del trabajo, crecimiento de la informalidad, abandono y destrucción de los sistemas públicos de salud y educación, debilitamiento de la seguridad social y festinamiento de los recursos del Estado y del pueblo en beneficio de los capitales monopólicos. En el orden del día se encuentran las privatizaciones y la firma de tratados de libre comercio. Detrás de esta trayectoria está la alianza de los grupos del gran empresariado bancario, comercial, industrial y del agronegocio; los perjudicados serán los trabajadores, los campesinos, los productores nacionales, la población pobre usuaria de los servicios públicos e incluso amplios sectores de las capas medias.

La segunda es la disputa política por el control del Estado, que enfrenta a CREO, el Partido Socialcristiano y el correísmo, todos ellos interesados en impedir el aparecimiento y la consolidación de fuerzas que rompan el empantanamiento político de la dicotomía entre las derechas y el populismo. Una disputa que transita no solo los caminos de los enfrentamientos aparentemente insalvables, sino también los de acercamientos y acuerdos sorpresivos, difícilmente explicables por sus actores.

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La tercera es la posibilidad abierta por las protestas multitudinarias de octubre de 2019 y el millón ochocientos mil votos que se encaminaron hacia Pachakutik en la primera vuelta electoral de 2021: el surgimiento de una fuerza social y política netamente diferenciada de las derechas neoliberales y el populismo.

Pachakutik más allá de Pachakutik

El temor de la derecha y el correísmo por una posible participación de Pachakutik en la segunda vuelta electoral de 2021 los juntó implícita y explícitamente para impedir esa posibilidad, pero no pudieron evitar que se conviertan en la segunda fuerza política de la Asamblea. Sin embargo, el propio Pachakutik, que se levantó como una propuesta alternativa, no logra responder a esa demanda ni al espíritu de sus votantes.

La acción parlamentaria de Pachakutik ha tenido algunos puntos altos, como la investigación sobre los “Pandora Papers”, la concesión de amnistías a favor de luchadores sociales, la votación en contra de las leyes neoliberales de Lasso, pero también las acciones solidarias de algunas de sus autoridades locales frente a tragedias como el deslave en la Comuna Santa Clara de San Millán en Quito. 

También desde los GAD encabezados por Pachakutik, como en Cayambe, Guaranda, Cañar se han desarrollado importantes iniciativas en el manejo de la pandemia y en la solidaridad con poblaciones de otros cantones que han sufrido los embates de desastres.

Estos son los temas que deben concentrar la atención, sin embargo, hoy se ha puesto en primer plano la disputa entre dos sectores de asambleístas de Pachakutik que parece tener por centro la continuidad de Guadalupe Llori en la presidencia de la Asamblea Nacional. En estas fricciones, ambos sectores, uno respaldado por la dirección de Pachakutik, y otro por la dirigencia de la Conaie se amenazan mutuamente con la expulsión y se acusan unos a otros de haber abandonado el proyecto político.

Las diferencias -que son reales- aparecen hoy sobredeterminadas por las alianzas de hecho. Mientras un sector ha privilegiado los acuerdos con el gobierno (y, según denuncias del propio presidente Guillermo Lasso, algunos de ellos pidiendo puestos o proyectos a cambio de los votos en la Asamblea), el otro sector ha terminado privilegiando los acuerdos con el correísmo y, eventualmente con el socialcristianismo, en la medida en que se mantiene el pacto UNES-PSC. Resulta al menos paradójico que Pachakutik, que llegó a la Asamblea gracias al voto de un gran número de personas que se emancipaba políticamente de la dicotomía correísmo-neoliberalismo, esté ahora atrapado y rasgado por la disputa entre las derechas y el populismo.

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Pero esto es revelador de una falencia: hoy por hoy, Pachakutik carece de una línea política clara y definida. ¿Qué posición debe mantener frente al gobierno y su proyecto neoliberal y extractivista? ¿Qué posición frente a leyes que buscan la privatización de las más rentables empresas estatales, frente a leyes que impulsan la precarización de las relaciones laborales, frente a leyes que perpetúan la opresión de la mujer, como el veto presidencial a la ley sobre el aborto en embarazos causados por violaciones?  ¿Qué posición frente al correísmo? ¿Qué relación debe mantener con los movimientos sociales, con la CONAIE, en primer lugar, pero también con el Frente Unitario de los Trabajadores, con organizaciones de mujeres, de pobladores urbanos, de jóvenes y estudiantes? Limitarse a la agenda parlamentaria es insuficiente: hace falta un debate profundo, amplio y sistemático sobre los temas centrales y privilegiar la alianza con los movimientos y organizaciones sociales.

Pachakutik debe retomar el vínculo con sus organizaciones de base y el millón ochocientos mil votantes que se fijaron en él en la búsqueda de una alternativa que supere el péndulo entre el neoliberalismo y el populismo.

Suscriben:

Guillermo Churuchumbi. Coordinador de los Gobiernos Alternativos del Ecuador.

Fernando Cabascango. Asambleísta por Pichincha.

Aida Marcillo. Concejala del GAD Municipal de Otavalo.

Pacha Cutik Lema. Vicepresidente GAD Parroquial Miguel Egas Peguche.

Blanca Chancosa. Ex Presidenta de la ECUARUNARI.

Humberto Cholango. Ex Presidente de la CONAIE.

Floresmilo Simbaña. Ex Dirigente de la CONAIE.

Francisco Chasiguano. Presidente del Pueblo Kichwa Karanki.

Verónica Tene. Dirigente de la Mujer, COMICH.

Manuel Guamán. Presidente SAKIAT, Saraguro.

Kasha Yarina Rojas. Secretaria Coordinación Pachakutik – Cotacachi.

Telmo Eduardo Jaramillo Ramírez. Ex Ejecutivo Nacional Pachakutik 2003 – 2005.

Alberto Acosta . Ex Presidente de la Asamblea Constituyente.

Mesías Tatamuez. Presidente de la CEDOCUT.

Edwin Bedoya. Vicepresidente de la CEDOCUT.

Manuel Díaz. Dirigente de la FICI.

Wayra Fernández. Dirigente de la FICI.

Inti Cartuche Vacacela. Presidente del Colectivo Plurinacional Ñawpa.

Marco León Siza. Colectivo Plurinacional Ñawpa.

Carlos Camacho Mora. Colectivo Plurinacional Ñawpa.

Movimiento Revolucionario de los Trabajadores. MRT.

Isidro Luna. Movimiento Revolucionario de los Trabajadores. MRT.

Clara Merino. Movimiento Nacional Mujeres Sectores Populares. LUNA CRECIENTE.

Inés del Carmen Morales Imbaquingo. Dirigente del Barrio La Loma de Cayambe.

Mario Unda. Docente Universitario.

Adriana Rodríguez Caguana. Docente Universitaria.

Soledad Chalco. Docente Universitaria.

Christian Arteaga. Docente Universitario.

Curi Daqui Lema Maldonado. Docente Universitario.

Virginia Gómez de la Torre. Fundación Desafío.

Sylvia Bonilla Bolaños. Abogada Constitucionalista.

Maritza Idrobo. Activista de Izquierda, Revista Ñawpa.

Mariana Yumbay. Ex Jueza Constitucionalista.

Arawi Ruiz. Director de la Academia Quechua de Humanidades.

Xavier Maldonado. ALAMES Ecuador.

Elizabeth Rivera. Revista Ñawpa.

Eduardo Castro. Revista Ñawpa. Colectivo Sociocultural «La Gruska».

Erika Arteaga Cruz. Revista Ñawpa.

Henry Castro Sandoval. Colectivo Sociocultural «La Gruska».

Juan Cuvi.

John Cajas Guijarro.

Cecilia Moreta.

Raul Lema.

Carlos Lima Castillo.

Verónica Yuquilema.

Ángel Tipán Santillan.

Hendrix Castro Sandoval.

Adhesiones a la carta, escribir a: revistanawpa@gmail.com

Fuente: Rebelión.

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