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Apuntes sobre socialismo desde abajo y poder popular

Tenés que ver Parasite

Capitalismo, desigualdad y bastante mierda. La última película de Bong Joon-ho tiene mucho para decir sobre la crueldad del sistema social

No pretendo hacer una crítica estrictamente cinematográfica, aunque -aclaro- la película me gustó mucho. Parasite necesita ser desnudada para ver qué esconde detrás de su trama, personajes, escenas, diálogos y chistes. Ninguna obra de arte es disociable de su contexto de producción y, en este caso, disfrutar la primera reclama poner atención sobre lo segundo.

Sin spoilear y sintéticamente, se puede decir que Parasite narra las realidades de dos arquetipos de familia coreana modernos a partir del concepto de movilidad social. Por un lado, una familia de clase alta que disfruta de la opulencia de su mansión en un barrio exclusivo. Su casa es pulcra, amplia, luminosa y pacífica. La otra familia, sumida en la pobreza, que vive en una casa diminuta y precaria, combatiendo contra las plagas y los malos olores. Alternando entre desempleo y trabajos flexibilizados, a tiempo parcial y precarios, apenas satisfacen sus necesidades básicas. Parasite es la denuncia de un sistema que no funciona para todxs.

Corea del Sur, el milagro capitalista

Así suelen referirse los medios de comunicación tradicionales occidentales al país asiático. Una simple búsqueda en Google sobre su economía arroja uns gran cantidad de artículos que destacan el “milagro surcoreano” que modificó por completo la matriz productiva del país a partir de la década del '60. Corea del Sur pasó de ser tan pobre como Zambia o Chad a tener un ingreso per cápita similar al de Japón o Nueva Zelanda.

La receta aplicada durante una rígida dictadura fue el desarrollismo industrial que creó empresas locales de tecnología, hoy inmensas y de referencia mundial, como Hyundai, LG o Samsung. También se puede encontrar, claro, que el Estado contribuyó a semejante crecimiento. Un dato que sirve para ejemplificar el necesario rol de la política en el crecimiento económico de un país: Corea del Sur invierte aproximadamente el 4,5% de su PBI en investigación, desarrollo e innovación, mientras que Argentina apenas destina el 0,5% del suyo a estos fines.

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Pero mucho no se habla de desigualdad

La película de Bong Joon-ho nos obliga a ver otra realidad de este país, bastante alejada del idílico y marketinero milagro. El gran desarrollo productivo surcoreano lleva asociado el incremento de la desigualdad. Hoy en día la desigualdad de ingresos en Corea del Sur es la más alta de Asia.

Esta desigualdad ha persistido a lo largo de décadas, pero se agudizó en los últimos años. La diferencia salarial entre los deciles de las clases más altas y las más bajas ha aumentado como nunca antes, al igual que las diferencias salariales entre hombres y mujeres, al mismo tiempo que disminuyó considerablemente la cantidad de jóvenes con trabajo. Como resultado, se ha consolidado una sociedad polarizada, en la cual los sectores más ricos cobran cada vez más, los sectores más pobres tienen cada vez menos recursos y la clase media se ve disminuida.

Capitalismo y comunismo, la tensión corenea.

La antinomia entre capitalismo y comunismo también dice presente en Parasite, aunque de forma solapada y a modo de broma. La madre de la familia pobre que se ha infiltrado en la mansión de la familia rica (a tal punto que se siente también rica) imita al líder norcoreano Kim Jong-un mofándose de él y el país vecino. La escena es corta, pero la caricaturización dice mucho. Ella, una de las tantas víctimas del capitalismo atroz, en el único momento en el que  encuentra sus aspiraciones (falsamente) realizadas, se burla del comunismo. La víctima defiende a su verdugo. O el muerto se ríe del degollado.

La teoría de las cucharas

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La Teoría de las cucharas establece que hay tres tipos de familias: aquellas nacidas en una cuchara de oro, plata o barro, en referencia a las clases alta, media y baja, respectivamente. En Corea del Sur, la percepción es que la esperanza de movilidad social es casi nula.

Retomando la trama de la película y teniendo en cuenta estas características de la sociedad capitalista surcoreana, podemos esbozar una moraleja: si naciste en una familia pobre de Corea del Sur, casi que tu única esperanza para ascender socialmente es ingeniártelas para estafar a una familia rica, pero así y todo es muy probable que termines con mierda hasta la cabeza.

Fuente: Revista Espartaco

 

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