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Apuntes sobre socialismo desde abajo y poder popular

Un balance del 8A

 

De conservas y otras yerbas.

La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos (K. Marx, el 18 Brumario)

Se percibe a través de la pantalla que ahí adentro hay olor a rancio, retrógrado, misógino. Y un clima de solemnidad impostada que impresiona. Por momentos hasta parece un funeral (aunque de serlo, debería ser el de ese edificio vetusto y conservador que esos cuerpos están habitando, y no el de los sueños de las miles de mujeres que están afuera).

Está todo vallado alrededor, se intenta que ni siquiera se aproxime un rumor de lo que afuera es marea, optimismo y porvenir. Como tantas otras veces, el palacio se cierra sobre sí mismo, se mira el ombligo y respira aliviado: lo haremos otra vez…

Parece que solamente se trataba de dejarlos hablar. SI de algo han servido estos intensos meses de debate social sobre el aborto es para apreciar la carencia de argumentos de quienes se oponen al derecho. La lista de barbaridades ofensivas que se han dicho (con insólitos grados de apasionamiento en algunos casos) excede ampliamente los marcos de estas líneas, pero serán un valioso testimonio para la posteridad de la estrechez mental.

Claro, nadie se anima a explicitar aquello que sugieren permanentemente: que quieren que las mujeres prosigan el embarazo contra su voluntad, que las quieren incubadoras de humanitxs.

Guiados por la misma radical hipocresía que trasunta sus discursos, los también múltiples y transversales sectores anti-derechos malabarean entre el sentido común y la lisa y llana brutalidad para intentar seguir sosteniendo un dispositivo llamado patriarcado, que estamos viendo derrumbarse ante nuestros ojos, “martillado a golpes de maza simbólicos” por el colectivo feminista.

Luego de los papelones hechos en Diputados, ahora fingen haber aprendido la lección. Intentan no comparar a las mujeres con perros, canguros ni otras delicadas sutilezas. Tratan que los argumentos sean leguleyos, lo más fríos y técnicos posibles.

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Pero sin embargo, en cuanto se les suelta un poco la cadena, nos enteramos que las violaciones intra-familiares (o sea la abrumadora mayoría de las violaciones) no son violentas, que el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo es Obligatorio (sic), que las mujeres que abortan sufren profundos problemas anímicos y que pueden terminar sumidas en el alcohol, las drogas o la depresión,  que los embriones tienen alma, que sin vida no habría sesión del Senado, que las pobres no abortan y otras genialidades semejantes.

Cuanta preocupación de algunos ex gobernadores por rescatar SU provincia, SU constitución, las facultades no delegadas a la Nación, la “idiotasincracia” regional; viéndolo en abstracto por momentos parecen los campeones de la moral, el rancio conservadurismo a flor de piel.

Esa gestualidad capanga, ese tono de patrón de estancia, esos ademanes de quien ostenta títulos de nobleza regionales (venidos a menos en la “gran ciudad”). Por momentos parece una representación de los antiguos Estados Generales. Con la salvedad de que en este caso el Clero no necesita estar presente. Tiene línea directa desde Roma y atraviesa hasta algún discurso favorable al proyecto, que solicitara “no enojarse con la Iglesia”.

No en vano (y hace ya varias décadas) Natalio Botana nos enseñó el carácter estratégico del Senado, para que las oligarquías foráneas se reciclen y protejan entre ellas (como desde el pacto de dominación sellado a sangre y fuego en 1880, con Roca –el padre de la patria- como garante), en ese libro de carácter obligatorio que es “El orden conservador”.

Dieron de baja la media sanción en Diputados (que tanto esfuerzo costó obtener) y dejaron al país con la misma Ley de 1921 sin que se les mueva un gesto de la cara. N siquiera tuvieron el ademan de devolverlo a Diputados con modificaciones, prologando de esa forma el debate.

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Que uno de los discursos más encendido, radical y empático para con el movimiento de mujeres haya provenido de un hombre ya bien entrado en años (Pino Solanas) es una pequeña reivindicación para el género masculino, tanto como que haya sido él quien mencione a Norita Cortiñas y haga público el episodio de la degradación a la que fue sometida, al negársele el acceso a la histórica sesión.

Nobleza obliga, debe resultar un alivio para la querida Norita que no la hayan dejado entrar a ese recinto en las mencionadas circunstancias.

De la mujer como objeto y envase.

“Mientras el aborto legal insume meses de debate, la militarización y el endeudamiento se deciden por decreto” (NI una menos)

Siempre es triste ver cuerpos tomados por el temor al cambio social. Pero en el caso de las propias protagonistas, la sujeción aparece en forma de  fiereza. Que penoso es escuchar hablar a una mujer anti-feminista, que vacíos están sus gestos, que endurecida su mirada, cuanto de pasión triste habita en esos cuerpos que gritan a viva voz que quieren seguir siendo dóciles y a la vez intentan mantener a raya a sus hermanas.

La pobreza simbólica (no exenta en nada de ordinariez lisa y llana) de la vice-presidente de la nación es quizás la más notoria punta del iceberg (no encuentro miseria humana que no le haya quedado por hacer a lo largo de la sesión), pero el resto de las exponentes femeninas que argumentó en contra del derecho no le estuvo a la saga a la hora de las exageraciones y exabruptos.

Testimonios con el grado de cinismo sobreactuado del de Silvia Elías de Perez, con el grado de fervor opositor del de Cristina Fiore o con el grado de ignorancia del de Lopez Valverde (la que dijo que no leyó el proyecto) bien demuestran que el patriarcado, si bien dispositivo de dominación masculina, hace estragos sin diferencias de género.

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La derrota institucional de la semana pasada puede ser leída dentro de muy variadas perspectivas. En un país donde la dinámica socio-política se fagocita los temas a una velocidad asombrosa, nadie está en condiciones de garantizar que es lo que va a ocurrir con el derecho al aborto en el corto ni en el mediano plazo.

Con el mayor de los respetos, hace tiempo ya creo haber aprendido que las dinámicas sociales son  tan imprevisibles como las que hemos vivido en estos últimos meses -gobernando quienes gobiernan-, que la historia no “va hacia ningún lado”; y mucho menos hacia donde nosotrxs queremos, posición metafísica tan egocéntrica como ingenua a la hora de suponer devenires.

Un cerrado grupo de casta, plagado de privilegios, le escamoteó a la sociedad que representa una oportunidad histórica. Bien sabemos que los sueños no caben en el formato de las leyes, pero también conocemos con certeza que las derivas burocráticas deberían estar  guiadas por el calor de los tiempos que corren.

A la adolescente y mediocre sociedad argentina le ha nacido una hija brillante y valiente llamada movimiento feminista. Sobran los motivos para aplaudir dicho auténtico acontecimiento.

Sepan ELLAS (como supieron las madres de plaza de mayo enfrentar a la dictadura cuando tanto “machito” se escondía…) mantener vivo el fuego de esta hoguera verde, que arrase con todo aquello que se anime a cruzarse en su camino.

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