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UniCABA: la educación prohibida

A pesar del rechazo de toda la comunidad educativa y de la oposición, el oficialismo votó en la Legislatura porteña el proyecto de creación de la UniCABA a palazos y gas pimienta contra estudiantes, docentes y hasta legisladores.  “Es un sistema autoritario sin comprender las identidades de cada institución”, afirmó a lavaca la rectora del Instituto Superior Alicia Moreau de Justo, Vanesa Zito Lema. La represión, la educación, la democracia y lo que se viene.

-Había gente que decía que él privatizaría la salud y la educación. ¿Qué carteles pusimos? Más educación gratuita y más salud gratuita. Carteles más bobos de la publicidad que esos es imposible.

Jaime Durán Barba, publicista del PRO, habla para el documental Qué Democracia de Patricio Escobar. Su referencia es a la campaña de Mauricio Macri de 2007, cuando ganó la jefatura de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Sobre Diagonal Sur, a veinte metros de las vallas de la Policía que alejan al alumnado y a la docencia de la Legislatura, hay un cartel que parodia aquel marketing electoral: “Próximamente, vamos a destruir más educación”.

Doce horas después de entrar al Palacio Legislativo, la pizarra marca: 34 afirmativo, 26 negativos. A las cuatro y media de la mañana llegaron los y las legisladores del bloque Vamos Juntos. Sobre Diagonal, estaba el acampe de la resistencia a la Unicaba. Llegaron a esa hora por una decisión política: había que evitar cruzarse con quienes estaban en desacuerdo.

Esa fue la praxis desde el comienzo: de lo contrario, no se entiende que se haya aprobado una ley rechazada por toda la oposición, por las rectorías de los 29 profesorados, por un exministro de Educación, por especialistas de universidades públicas y privadas, el alumnado y hasta por las Madres de Plaza de Mayo. A representantes gremiales y directivos no los dejaron entrar a la votación. Incluso a empleados de la Legislatura les pidieron que no concurrieran al establecimiento.

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Un policía le pega un palazo en la cabeza a un chico. Un grupo de estudiantes se manifiesta contra las vallas y responden tirándoles gases lacrimógenos. El legislador Patricio del Corro sale a ver a la gente y le tiran gas pimienta en la cara. Un camión hidrate y dos centenares de oficiales hacen un embudo. Hay una manera de ejercer la democracia particular: a la gestión que encabeza Horacio Rodríguez Larreta el consenso no le importa ni un poco.

El proyecto que se aprueba de Unicaba es confuso. Empezó de una manera y se modificó.Habrá un ente que evaluará el funcionamiento de cada profesorado. Habrá una Universidad, a su vez, basada en el preconcepto de que funcionará mejor la educación si la formación viene por ese lado. Una especie de colmo en el Gobierno que no puede resolver problemas edilicios o al que le faltan vacantes y que promete una universidad con impresoras 4D. En principio, los 29 profesorados iban a, directamente, desaparecer. Acá la política parece más marcada hacia la dejadez y el vaciamiento: que se desgasten, que se empobrezcan, que carezcan de apoyo hasta que las nuevas generaciones no quieran ir.

Que queden los edificios vacíos: y venderlos.

De febrero a esta parte, la ley de Unicaba se votó con el total desacuerdo del resto del arco político: los que tienen bancas adentro y los que esperaban afuera. Es la segunda vez que pasa eso en esta gestión de la Ciudad: la primera fue con la ley de planeamiento urbano y la otra con el código procesal. El trío expone puntas de lanza del PRO.

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Patricia Simeone, rectora del Instituto Superior Joaquín V. González y Presidenta del Consejo de Educación de Gestión Estatal, dice: “Hay artículos muy específicos de la ley donde se puede notar que todo va a quedar a discreción del Ministerio, recortando toda nuestra autonomía”.

La Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Nora Cortiñas, en la protesta durante la votación de la UniCABA. Foto: Nacho Yuchark.

Vanesa Zito Lema, rectora del Instituto Superior Alicia Moreau de Justo, analiza: “Ellos son los que van a organizar el sistema formador, van a tener la potestad de cerrar cursos, no permitir abrir nuevas cohortes, trasladar a estudiantes de un lado a otro como consideren. Es un sistema autoritario sin comprender las identidades de cada institución”.

La intervención del gobierno puede presentarse como una disputa de poder para quien sólo le interesa la politiquería. El fondo son disposiciones ideológicas. La orgullosa concepción de la educación pública en Argentina -desde las universidades hasta los jardines- mucho ha tenido que ver con la autarquía de sus instituciones. Hablar de rendimiento sin tener en cuenta que la infraestructura escolar no es buena y que el año que viene se planifica un recorte de 70% en la inversión en esa materia es casi cinismo. Hablar de bajo nivel de aprendizaje con una gestión despreocupada por las paritarias es casi delirante.

O es falta de democracia: la Unicaba se aprueba en la Legislatura a la que Soledad Acuña, ministra de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, principal impulsora de este proyecto, no se acercó a ninguno de los debates.

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