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Apuntes sobre socialismo desde abajo y poder popular

Entrevista a Enrique Gandolfo: “es necesario desarrollar la capacidad de unir las fuerzas en un sentido latinoamericano, anti imperialista y pensando en proyectos que superen al capitalismo”

En un nuevo aniversario del 1º de Mayo, Enrique Gandolfo, referente del sindicato docente y de la CTA de Bahía Blanca, fue entrevistado para Contrahegemonía por Juan Pablo Casiello. En sus respuestas, analiza la situación de la clase trabajadora, las posibles perspectivas tras las elecciones, la intervención de las izquierdas y el clasismo en los sindicatos y la situación en América Latina.

¿Cómo ves la situación de los trabajadores en nuestro país acercándose un nuevo 1º de mayo?

 

Creo que hay dos posiciones que son parte de esta realidad frente al 1º de mayo, que es algo que venimos sosteniendo hace algún tiempo, que son el deterioro en las condiciones materiales de la vida de la clase trabajadora, un aumento en la precarización laboral y una ofensiva de las patronales acompañadas por los gobiernos y por quienes se postulan para gobernar el país a partir de octubre que, en su conjunto, atacan las conquistas de la clase trabajadora.

En este sentido, son sintomáticas las manifestaciones del presidente de la UIA atacando de lleno a las paritarias. Esta ofensiva, desde nuestro punto de vista, no tiene la correspondencia con la capacidad de resistirla. No quiero decir que no haya luchas que las hay y muchas a lo largo de todo el país, pero nos preocupa frente a este 1º de mayo la atomización y fragmentación de las mismas y, en muchos casos, la incapacidad de nosotros mismos para articular de conjunto demandas que sin duda abarcan a las mayorías populares.

En el último paro de 31 de marzo que fue tan significativo en su conjunto, las burocracias sindicales en su discurso se dirigían a interpelar casi exclusivamente a los sectores afectados por el impuesto al salario. Nos parece que este es un signo de una política que tiende a fragmentar y que todos los esfuerzos que hacemos quienes pensamos en las respuestas integrales, son importantes pero no alcanzan para pensar en una unidad social como clase trabajadora que nos permita no retroceder más y dar una salida diferente, de otro signo, a la crisis y a la política de los de arriba.

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Valorabas el paro del 31, la actuación de algunas burocracias. Vos expresás, junto con otros compañeros, la recuperación de algunos sindicatos para las corrientes clasistas, de izquierda, autónomas. ¿Qué valoración hacés de ese proceso? ¿Ves una tendencia en crecimiento, hay una meseta? ¿Cómo lo ves en perspectiva?

 

Creo que hay un crecimiento pero todavía muy débil si miramos al conjunto de la clase. Sin duda que expresa procesos de búsqueda y de unidad, pero es claramente insuficiente en relación a lo que describí al principio, de una ofensiva en todos los planos. Incluso una ofensiva de carácter internacional del capital contra el trabajo. Rescato la importancia de lo que vos me preguntas, insisto que efectivamente hubo un proceso de recuperación de sindicatos, de comisiones internas y fábricas recuperadas, todo eso existe y es muy valorable y ahí están nuestras esperanzas, pero creo que el paso que todavía no hemos dado es el de expresar estas tendencias en un mayor grado de unidad y, sobre todo, dirigirnos integralmente a sectores muchos más amplios de nuestra clase que aquellos a los que representamos en los sindicatos recuperados.

En este punto me parece que estamos en deuda pero, al mismo tiempo, advertimos que hay condiciones para desarrollar nuestra política. Por un lado hay condiciones objetivas que son las que desarrollaba al principio – el hecho de que vienen por más contra nosotros – y por otro lado la cuestión que es más difícil de resolver, que es cómo, desde nuestra propia subjetividad alentamos que más allá de las diferencias y matices, seamos capaces de pensar en caminos de unidad y dejemos de lado políticas que muchas veces de nuestra parte tienden a vanguardizar, a autoproclamar nuestra propia fuerza, porque creo que todas estas cuestiones hacen daño a la posibilidad de una respuesta integral.

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Políticas de unidad que aparecen como necesarias hacia las elecciones. Estamos en un año electoral en nuestro país y tal vez serán más necesarias aún para el año posterior a las elecciones

 

Sí, para las dos cosas, porque además es claro para nosotros que los de arriba, más allá de algunos matices y diferencias en torno a cómo y con quién gobernar, sin duda están buscando cuál es el mejor candidato que desarrolle políticas que tiendan en su conjunto hacia la devaluación, la precarización. No vemos grandes diferencias en los proyectos de los de arriba, más allá de las disputas electorales.

Pero en ese sentido también que la clase trabajadora afronte el proceso electoral sin tener instrumentos políticos más claros de unidad, aunque el FIT pueda expresar una tendencia en ese sentido, nos preocupa y mucho. Y mucho más preocupante es, si el diagnóstico que hacemos respecto a que después de las elecciones se viene un ataque en todas las líneas contra nuestras conquistas, que no hayamos alcanzado la posibilidad de unir nuestras fuerzas. En este sentido es claro y bien sintomático el hecho de que los sectores de la burocracias, como ayer registró la foto de los dirigentes del transporte de la UTA y La Fraternidad yendo a ver a Macri el día después de que ganara las elecciones en Capital, muestra que de las burocracias no hay nada que esperar y que se van a encaminar detrás de uno u otro proyecto patronal. Entonces, una vez más, la cosa pasa por construir nuestra propia fuerza y pensarla con independencia política y con peleas por lo inmediato, pero también peleas por una salida de un signo diferente.

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Hacías referencia a que la ofensiva es regional o que tiene que ver con políticas del capitalismo que claramente exceden a nuestro país. ¿Alguna referencia a cómo ves el proceso latinoamericano? La situación de Brasil o de otros países de la región que sin duda son parte de un proceso integral.

 

Es así. Son parte de un proceso integral y lo más significativo de estos últimos tiempos es que el presidente de los EEUU dicte un decreto ejecutivo que en su contenido es una declaración de guerra contra un proceso que ellos no consiguen frenar o desestabilizar como quisieran. Esta declaración de guerra es contra Venezuela, pero lo es también contra todos los pueblos que nos animemos a rebelarnos contra los planes de saqueo y dominación. En este sentido creo que la amenaza imperialista sigue estando presente en América Latina y que desde nuestro punto de vista, como clase, hay que enfrentar las políticas imperialistas que vienen por los pueblos y por nuestros bienes comunes. Entonces en este plano también es necesario desarrollar la capacidad de unir las fuerzas en un sentido latinoamericano, anti imperialista y pensando en proyectos que superen al capitalismo al mismo tiempo.

Gracias, Enrique.

 

 

 

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