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Apuntes sobre socialismo desde abajo y poder popular

Lino Barañao y los dos modelos

Las políticas de ciencia y tecnología de los últimos años han estado orientadas preferentemente a las áreas de biotecnología, nanotecnologías y modos alternativos de extracción de petróleo. Quién puede dudar que el “modelo de Macri”  comparte esta línea política. Además, si bien es cierto que han aumentado muchos los salarios y la inversión infraestructura (laboratorios para muchos), nadie habla de la precarización laboral que sostiene tanta ciencia.

 

En las últimas semanas, producto del balotaje presidencial del 22 pasado, se produjo un clima de intenso debate en todos los ámbitos.

En el ámbito universitario y científico fue notable ver cómo muchos salieron a tomar posición explícita o implícita por Scioli, con todas sus variantes: desde los autoconvocados en el extremo más puro, hasta los presionados en el otro; de carácter  individuales o inclusive  institucionales. Uno de los argumentos comunes era que con Macri perderíamos todo y se pondría en riesgo el modelo científico tecnológico construido en la “década ganada”. Estábamos frente a una militancia de no militantes, que militaban más que algunos orgánicos de los partidos u organizaciones que apoyaban a Scioli.

Se hablaba de dos modelos totalmente opuestos y únicos, obturando de manera alarmante el pensamiento y la discusión de ideas.

Se escribieron consignas como:

“La ciencia sale a la calle. Dos modelos de ciencia y educación. Dos modelos de país”

“A lavar los platos. No nos da lo mismo”

“Educación o Macri”

Desde las Universidades se decía: “Estos años creció mucho el financiamiento de las universidades públicas. También creció el salario de los docentes e investigadores. Es un crecimiento nunca visto”.

Incluso desde un espacio institucional de la UNLP se ofrecía por mail a los docentes: “estamos a su disposición para colaborar con todos aquellos que, llegado el caso, decidan abandonar el país a partir del 22. Esperamos de todo corazón que esto no sea necesario y que sigamos entre todos construyendo una mejor y más inclusiva tierra para todos”.

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Abundó el sectarismo y el macartismo.

Pasado el sacudón de los resultados del 22, ayer por la tarde escuchamos de boca del Jefe de gabinete (futuro) de Macri la mayoría de los nombres de los próximos ministros y oh! sorpresa el actual Ministro de Ciencia y Técnica Lino Barañao, estaba en la lista.

Desde el sentido común, eso sólo podía entenderse como “traición” o como una clara muestra de que los dos modelos en disputa en este balotaje no son tan diferentes, nosotros adherimos claramente a esto último.

Sin embargo hoy escuchamos a muchos periodistas decir que es una suerte que Lino siga como ministro y que ello se lo debemos a quienes lavaron los platos en la calle llamando a votar a Scioli y en defensa de la ciencia nacional y popular. Además, la propia presidenta dijo que la continuidad de Lino significaba el reconocimiento de la importancia de la ciencia en el desarrollo, y volvió a citar a los repatriados, a quienes les debemos garantías de permanencia en nuestro país “porque si se van otra vez, no vuelven más”.

¿El caso Barañao, habilitará a que muchos Kirchneristas asuman tareas en el gobierno de Macri? ¿Debe interpretarse que ello lo harán en nombre de la defensa del modelo nacional y popular? Veremos.

Las políticas de ciencia y tecnología de los últimos años han estado orientadas preferentemente a las áreas de biotecnología, nanotecnologías y modos alternativos de extracción de petróleo. Quién puede dudar que el “modelo de Macri”  comparte esta línea política. Además, si bien es cierto que han aumentado muchos los salarios y la inversión infraestructura (laboratorios para muchos), nadie habla de la precarización laboral que sostiene tanta ciencia.

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Si por lo contrario, estas  políticas  hubieran sido orientadas para promover la generación de conocimiento y tecnologías apropiadas con y para las organizaciones sociales populares, tal vez Barañao hubiese sido también el Ministro de Ciencia y Técnica, pero seguramente Macri no lo hubiera elegido para su gabinete.

Rechazamos la idea de que Macri y Scioli representaban dos modelos diferentes, la línea que los separa parece que ha sido lo suficientemente delgada como para permitir que puedan cruzarla para instalarse en la gestión Macri sin que ello les genere ningún conflicto. Esto desnuda las limitaciones del modelo nacional y popular y ello sucede porque pretende impulsarse en el marco del “capitalismo serio”.

Hay otro modelo o proyecto de país que no apareció en ninguna de las alternativas del balotaje, es el modelo de democracia participativa, con organización popular, que permita alcanzar la emancipación del pueblo con plena autonomía y soberanía.

Siempre se ha dicho que en derecho existe una gran biblioteca para defender una posición y otra igualmente grande para defender la posición contraria. Los argumentos que usan quienes festejan desde el FPV la permanencia de Lino, da cuentas de que esa lógica o capacidad ha inundado como una mancha de aceite, las lógicas de procedimiento de otros ámbitos como el académico, el científico y lo que es peor el político, y con ello se ha ido perdiendo el sentido común. Esto sucede porque lo prioritario es hoy la ambición de ocupar el estado o los espacios institucionales.

Pero el pueblo conserva intacto su sentido común y sabrá defender, como siempre lo ha hecho, con la lucha y la movilización las conquistas que quieran arrebatarle. Muchos acompañaremos esa lucha, saldrá entonces la ciencia a la calle???

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Ing. Agr. Nora Tamagno

COMUNA (Colectiva en movimiento por una universidad nuestramericana) FPDS CN

La Plata, 26 de noviembre de 2015

 

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