El pasado sábado 1 de octubre se celebraron en diferentes ciudades europeas concentraciones, minoritarias, en solidaridad con el pueblo sirio y por el cese inmediato de los bombardeos y el asedio en Alepo, por la ayuda humanitaria y la acogida a las personas refugiadas, por una alternativa democrática para Siria en contra la organización del Estado islámico (EI) y Assad y porque sea el pueblo sirio quien tenga la potestad de decidir su futuro. No son exigencias exageradas. Ni mucho menos. Hay que apoyarlas todas.
Detener el actual diluvio de bombas de todo tipo que tanto la aviación rusa como la del régimen están lanzando sobre Alepo asesinando a sus habitantes y destruyendo con saña lo poco que queda de infraestructura vital, un verdadero crimen de guerra a gran escala, es un mínimo que cualquier solidaridad mínimamente humanitaria debía tener como primer punto del orden del día. No hablamos ya de “daños colaterales”. Es muchísimo peor.
Se atribuye al presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt la frase referida al dictador Somoza de que “Puede ser que Somoza sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”. La izquierda, el movimiento de solidaridad, la gente progresista, no puede tener “sus” dictadores. En el futuro de la región no pueden jugar ningún papel gentes como Putin o Assad. Ni tampoco un Occidente que inunda de armas toda la región y, salvo casos puntuales, ha negado cualquier apoyo a la oposición al régimen y trata con crueldad a las miles de personas refugiadas que tratan de huir de horror. El futuro de Siria lo tiene que poder decidir el propio pueblo sirio.
El movimiento antiguerra y de solidaridad internacionalista tiene que reactivarse. El silencio es inaceptable. Es una obligación política y moral. Lo que está en juego va más allá del hoy. Está en juego, además, el futuro de todos los pueblos de la región, que no están condenados por ningún destino fatal a no tener más futuro que la alternancia entre dictaduras militares y despotismo teocrático como nos quieren hacer creer interesadamente todos las potencias que intervienen en la región.
08/10/2016 | Josep Daher/ Red. A l´Encontre
Los artículos que reproducimos a continuación dan la medida de la situación actual . F. Eguberri]
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Assad y Putin se ensañan contra Alepo
Josep Daher
La guerra del régimen de Assad y de sus aliados contra la población siria continúa y se intensifica, particularmente contra los barrios liberados de Alepo que no están bajo la dominación del régimen de Assad ni de los grupos yihadistas como el EI o Fateh al-Sham (ex Jabhat al-Nusra), y que cuentan aún con alrededor de 250 000 habitantes.
Entre el 26 de septiembre y el 2 de octubre, más de 350 civiles han muerto, de ellos un centenar de niños, en los bombardeos rusos y del régimen de Assad sobre el Alepo libre, mientras que sobre el terreno, las fuerzas del régimen, con la ayuda de varios miles de combatientes de Hezbollah libanés y de las milicias confesionales fundamentalistas chiitas rodean y avanzan hacia los últimos barrios bajo control de la oposición. El domingo 2 de octubre, el ejército sirio ha llamado en un comunicado a los grupos de oposición armada a evacuar los barrios este de Alepo afirmando que garantizaría la seguridad de su paso y les proporcionaría la ayuda necesaria. Hay que recordar que desde 2013 el régimen de Bachar Al-Assad lanza barriles explosivos sobre los sectores liberados de Alepo, causando miles de víctimas y destrucciones masivas.
“Una masacre de masas”
Dos nuevos hospitales, entre ellos el mayor hospital de los barrios libres (ver el artículo de A l´Encontre ndt) han tenido que suspender sus actividades como consecuencia de los bombardeos. Solo seis establecimientos están aún en actividad en los barrios este de Alepo. Hay una política deliberada del régimen de Assad y de las fuerzas rusas de destruir las instalaciones sanitarias. En efecto, entre marzo de 2011 y junio de 2016ha habido 382 ataques contra instalaciones sanitarias en Siria. El 90 % de los bombardeos han sido llevados a cabo por las fuerzas del régimen de Assad o de la aviación rusa.
Estas fuerzas han matado igualmente a más de 700 trabajadores y trabajadoras sanitarios en Siria. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Siria es el país más peligroso del mundo para el personal sanitario, con 135 ataques contra centros sanitarios en 2015.
Al mismo tiempo, los centros de la defensa civil, conocidos con el nombre de “cascos blancos”, que ayudan a la población, son igualmente objetivo de los bombardeos. Desde el final de la tregua, tres de los cuatro centros de la defensa civil en Alepo y 19 de sus vehículos han sido destruidos.
Miembros de Médicos sin Fronteras han lanzado el domingo 2 de octubre en el periódico Le Monde un grito de alarma sobre la situación de los barrios liberados del este de Alepo. La tribuna denuncia “una masacre de masas” y “el abandono de un pueblo” y detalla la terrible vida diaria de “la treintena de médicos heroicos que han sobrevivido y que han permanecido en su puesto” a pesar de “la imposibilidad de ejercer cuidados adecuados”: “operaciones realizadas sobre el suelo, carencia de medicamentos, (…) amputaciones de urgencia realizadas sin anestesia”…
Mismas causas, mismos efectos…
La prosecución de la guerra contra el pueblo sirio por el régimen de Assad y sus aliados rusos, iranís, de Hezbollah libanés y otras milicias confesionales, hace imposible toda vuelta a la paz en las condiciones actuales. Putin ha anunciado que iba a enviar más avioones de combate para intensificar su campaña militar en Siria. Las discusiones entre los gobiernos ruso y estadounidense para una nueva tregua están en punto muerto. En un comunicado, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Marc Ayrault, ha juzgado “particularmente incalificable (…) el ataque sistemático a las estructuras y personal sanitario” en Alepo… pero sin cambiar de política.
Los Estados occidentales, incluso algunas corrientes de izquierdas en sus políticas supuestamente “realistas” piensan que se puede conseguir librarse del EI y sus semejantes considerados como enemigos principales de Siria, con los mismos elementos que han alimentado su desarrollo: el mantenimiento de regímenes o grupos autoritarios y confesionales responsables de la gran mayoría de los muertos y de las destrucciones desde 2011; el apoyo a políticas neoliberales y a intervenciones militares… .Sin embargo, con este tipo de políticas se les verá reaparecer en el futuro como ocurrió en el pasado.
Se trata de enfrentarse con las condiciones políticas y socioeconómicas que han permitido su desarrollo. Hay que recordar que el EI, elemento fundamental de la contrarrevolución, ha conocido un avance sin precedentes como consecuencia del aplastamiento de los movimientos populares, alimentándose de la represión masiva perpetrada por los regímenes autoritarios de Assad y consortes y atizando los odios religiosos. Se trata de apoyar los movimientos populares democráticos y no confesionales que, a pesar de los retrocesos importantes, prosiguen a través de la región, desafiando a la vez a los regímenes autoritarios y a las organizaciones fundamentalistas religiosas. Es el único medio de evitar los errores del pasado: la paz, o una nueva Siria, no son posibles con Assad y sus secuaces.
5/10/2016
https://npa2009.org/actualite/international/syrie-assad-et-poutine-sacharnent-contre-alep
Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR