Editorial de Percepciones, Radio La Red, Mendoza.
Camilo vive a dos casas. Por las tardes sueña, debajo del árbol, que cada juguete que sale de la bolsa es parte de un mundo de realidades. Escenarios mentales que penden del hilo fino de una grúa con textura porosa de plástico moderno. Ya no son de madera ni tallados a mano, son objetos globalizados que circundan las mentes de nuestras vidas desde la más tierna edad, como gusta decir por ahí.
Como un anfiteatro sin vendimia ni reinas, el niño toma la grúa y la dispone a un borde del escenario central. La grúa como vigía de las tareas que acometen animalitos, corrales y dinosaurios que no cesan de dirigir atentamente la táctica planteada. Un descuido y ¡zas!, el brazo se precipita al vacío, los cuerpos se acomodan y el show continúa entre consternación y lágrimas del niño que ve caer toda su ilusión en un errático movimiento de ajedrez. La fiesta está servida, la fiesta en bandeja.
Nueva Fiesta Nacional de la Vendimia. Nuevo sueño de precariedades y precarizaciones. Más allá de grúas y escenarios que flotan en las improvisaciones, la fiesta pulposa de tentáculos un año más es centro de los desmanejos. Esta vez, Romeo Santos la miró por televisión y la platita de la contratación quedó en casa. Sin embargo, todo sigue igual, nada cambia. Artistas precarizados y precarizadas, infraestructura que esquiva el alud y cuerpos que corren para resguardarse de la hecatombe. Momento religioso que profundiza el rito prolijo del saqueo. La realidad es que desde hace décadas la “fiesta mayor de los mendocinos y las mendocinas” es la patentización de las políticas coloniales más extremas de la cultura hegemónica, de una cultura que no sale de show, del kiosco, del negocio. Una fiesta a la medida de las presiones de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) y el tradicionalismo que embate contra las voces de los y las de abajo, contra las voces que cargan el tacho para juntar la ficha que abraza la paga para llegar a fin de mes. Allí abajo no se habla de COVIAR, Bodegas Argentinas o del Consejo Empresario de Mendoza (CEM). Abajito se habla del tacho al hombro, de la necesidad que toda la familia salga a cosechar porque la paga no alcanza y la inflación no cesa de golpear. Abajo, en las hileras, bajo el sombrero de ala o la gorra que para el cacheteo del sol en la siesta de cosecha, no hay Vendimia Solidaria de empresarios y políticos para empresarios y políticos. No hay televisión ni dueños de canales. Allá abajo sólo el rigor de la cosecha y el dueño que marca los tiempos de días que no permiten fiesta ni show. Todo a la medida de la ciudad, de las avenidas asfaltadas. Todo a la medida de las corporaciones que discuten un dólar más alto y las exportaciones como acto religioso de desarrollo y salvación de nuestra economía y nuestros pueblos. Más sometimiento, más precariedad y precarización hacia abajo, hacia quienes menos tienen, hacia quienes el tener ya ni siquiera es una idea en la vida.
El traspunte del acto central, marca a los y las artistas en la boca de escenario lo que viene:
Cuadro 1. En las mismas narices del show, décimo año que las Asambleas Mendocinas por el Agua Pura (AMPAP), organizaciones sociales, sindicales, estudiantiles, de DDHH y políticas se concentran en Carrusel, el día sábado a la mañana, para marchar contra la megaminería y contra los ajustes que año tras año se multiplican ante las políticas donde la variable de apriete no corre su aguja, la variable de ajuste son los y las mismas de siempre: los y las trabajadoras. Décima primer marcha en 10 años. Hace una década eran sólo 50 activistas socio-ambientales que marchaban a lo largo del recorrido oficial del desfile. Claro, sólo que casi como una reproducción de un cuadro de Caravaggio y su barroco “David y Goliat”, la columna de AMPAP enfrentaba cara a cara el desfile de Carrusel, hasta llegar al palco y visibilizar su reclamo. Los años pasaron y esas 50 personas se transformaron en miles que se pronuncian cada año ante las injusticias de las medidas políticas y económicas que plantean los distintos gobiernos y, sobre todo, un rotundo rechazo a la megaminería en la provincia de Mendoza.
Cuadro 2. Así arrancó una semana marcada por las movilizaciones. Las calles ocupadas. El asfalto de la urbe sintiendo el rigor de las columnas que reclaman y dicen basta. No hay grúas ni escenarios, sólo movimiento obrero, socio-ambiental y de mujeres dejando marca en cada paso. El lunes: marcha de docentes en todo el país y paro por 48 horas. Las clases ven a Mauricio Macri en Jujuy junto al contador empresarial Gerardo Morales abrir el ciclo lectivo a pocos metros de Milagro Sala que sigue presa injustamente en la provincia norteña, a pesar que hasta la ONU y el propio gobierno de EEUU han pedido por su liberación. Provocaciones en medio de movilizaciones y paros que se hicieron sentir en todo el país. El radicalismo que cada día paga un costo más alto por los caprichos de Morales. El techo paritario del 17% ha enrarecido los ánimos y no es para menos, cuando las proyecciones inflacionarias del primer trimestre de este año marca que un año más el salario se licua y los niveles de consumo siguen en picada. Mientras tanto, las transferencias de recursos hacia las corporaciones no cesan y las CEO-cracia ya no son parte de los titulares de los diarios. Hasta Aranguren está atrincherado y el agua aumentará este mes un 23% promedio. Párrafo aparte, aunque lo dejamos en este mismo porque es parte del nudo que trama la aguja, el nuevo decretazo del gobernador de Mendoza Alfredo Cornejo respecto al aumento salarial docente trata de disciplinar y desmovilizar para mostrar a Mauricio Macri que es el mejor alumno en políticas neoliberales y de ajuste. Al ítem aula del año pasado, la estrategia ahora es incidir en la interna que se ha planteado hacia el interior del oficialismo de la conducción del SUTE, ante las elecciones de conducción provincial en el mes de junio.
Cuadro 3. Luego de idas y vueltas, más vueltas que idas, la CGT llamó a paro y movilización el martes último en todo el país. De las relaciones carnales con Macri a las relaciones en observación con Massa. El péndulo no variaba de esos dos extremos hasta concluida la marcha. Lo que no esperaban los históricos burócratas del triunvirato es que las bases un día iban a decir basta. Momento histórico que plantea una disputa bien marcada y más visible hacia el interior del movimiento obrero. Sin dudas la CGT muestra que es quien tiene la capacidad de movilización más relevante, también lo sucedido en el escenario muestra que distintos sectores de las bases no están dispuestos a que se rife esa capacidad de movilización al mejor postor. La puja es grande, los reacomodamientos también. Eduardo Van der Kooy, escribió en Clarín su columna de opinión al otro día y sus preocupaciones eran de desmarcar a Sergio Massa, responsabilizar a Macri por sus políticas y plantear un escenario de alianza entre kirchnerismo e izquierda en la “toma” del escenario. Una toma que para el editorialista de Magnetto es símbolo de barbarie y violencia. Sin embargo, lo que sucedió fue una toma al estilo de la Bastilla que vio como el atrio desde donde los burócratas discursearon se iba con una cruz funeraria en manos de obreros victoriosos. Pablo Moyano, Schmidt y compañía sintieron el miedo por primera vez. Los golpes son expresión del hartazgo y de las bases que empujan para que la CGT llame a la huelga general. Bases que no quieren a Massa ni Macri en la discusión sino un giro en la CGT que permita recuperar las calles. Tal vez, la mejor consigna que se pudo leer fue la siguiente: “tenemos los ovarios que le faltan a la CGT”.
Cuadro 4. Miércoles y el Ni una Menos que se transforma en un Paro de Mujeres a nivel mundial. Ocho de marzo que deja de ser día de rosas y bombones, para ser día de puño alzado y voces que gritan y empujan contra el machismo y el patriarcado. Movilizaciones masivas en todo el país. 54 países donde mujeres se movilizaron para que quede claro que el patriarcado está acorralado, para denunciar que la alianza es capitalismo y patriarcado y mata a mujeres en todo el planeta. Fecha matria, fecha de mujeres luchadoras que avanzan por sus derechos, por un mundo más justo. Las mujeres se organizan en todo el mundo mientras el basta es más fuerte que nunca, un basta que dice “vivas nos queremos”, porque las mujeres quieren una vida libre de violencias. Mientras las marchas se multiplicaban, el día miércoles en Guatemala asesinan a 37 mujeres, a 37 niñas, por reclamar por sus derechos. Ocho mujeres eran detenidas por la policía en Ciudad Autónoma de Buenos Aires luego de la marcha, el dedo acusador de tres varones relacionados a Viva Cristo Rey, el mismo grupo que supo tapar, en el año 2009, el mural de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo al costado del Consejo Deliberante de la Municipalidad de Godoy Cruz, en Mendoza. Caza de brujas en clave posmoderna y colonial. Caza de brujas que intenta demostrar que el capitalismo y el machismo no permitirán que sean jaqueados sus privilegios. Privilegios que no ahorrarán sangre para imponer, una vez más, la dominación de los cuerpos de mujeres trabajadoras. Liliana Felipe que resuena: “nos tienen miedo porque no tenemos miedo”. Las mujeres ya no callan y el patriarcado está cayendo. Los cuerpos y las vidas de las mujeres no son mercancías, como tampoco los cuerpos y las vidas de sus hijos e hijas en la tierra.
La grúa sigue su recorrido. El sistema que la utiliza para acomodar prolijamente las mercancías en el barco que está por zarpar. De frente, el pueblo sigue organizándose y empuja hasta que la tortilla se de vuelta.
marzo 13, 2017
por Eduardo Latino
https://percepcionesenradio.wordpress.com/2017/03/13/mundo-grua/