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Apuntes sobre socialismo desde abajo y poder popular

De fórmulas y sinonimias: Producción-Productividad-Poder (PPP) = Pobreza.

La consigna es “crecimiento de la economía”. Y, en verdad, ésta parece estar creciendo a nivel global, superándose así el estancamiento.

De eso se ocupa quien fuera funcionario de Menem, en el Clarín Económico  (15/10/17), Jorge Castro.

Lo aparentemente paradójico es que hay crecimiento y no hay aumento, o es muy débil, de la productividad. A ello atribuye el autor tanto la pobreza subsistente como la falta de inclusión.

La falta de productividad, dice, se debe al agotamiento de la revolución tecnológica del procesamiento de información. Restando aun el de la incorporación a la producción de “pleno despliegue de una nueva revolución industrial”.  Y para ello es necesario asegurar un margen de ganancia a través de recorte de impuestos para obtener las inversiones necesarias. Está hablando de los EEUU.

De lograrse ese despliegue estaríamos frente una sinonimia (sic): producción=productividad=poder: PPP. Y “consecuentemente”, un impulso a la inclusión (¿)  en el planeta.

La propia desigualdad, llamada aquí concentración de la riqueza, en los EE.UU. se debe no al bajo crecimiento económico sino a la falta de productividad. De allí que los trabajadores norteamericanos hayan sido los grandes perdedores de la globalización con el consiguiente hundimiento del ingreso per cápita.

La  economía creció  +2,1%  anual en los últimos 10 años, la productividad apenas  +0,5%.

La concentración en EE.UU. significa que está en el 1% de arriba que recibe el 40% del total de la riqueza y el “estancamiento” de los ingresos de más del 80% de la “clase media”.

No es lo mismo que ocurre en China, pero es EE.UU. de quien depende la suerte del conjunto de la economía global.

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“Más del 40% del crecimiento de este año es obra de China, y el 19% de India”. A EEUU corresponde sólo el 15 %. China/Asia arrastran la expansión. Su productividad continúa débil (1,5% anual). Pero China ha crecido en los últimos 6 años a una tasa de +6,9% anual y su ingreso per cápita es de +8,5% por año, por encima de su PBI. Por eso ha podido bajar la pobreza gracias a que ya hubo aumentado su productividad en un 8,5% anual entre 1978 y 2016.  De este modo  China es responsable de la baja de la pobreza en más de un 75%. Por eso China arrastra la expansión mundial.

Por lo tanto EE.UU. debería aumentar, si asciende la productividad, la inclusión de los perdedores.

Si así fuera éste sería un punto de inflexión de un nuevo ciclo de larga duración del capitalismo  y los EE.UU. el otro gran protagonista. De ahí la sinonimia: producción/productividad/poder.

Pero está claro: hacen falta inversiones. De modo que si hay crecimiento con baja productividad, es porque el primero está separado dela segunda y se cuenta o se contabiliza como crecimiento lo que no es producción.

Pero así también está claro que el crecimiento no tiene nada que ver con la desigualdad ni la pobreza. Aun si no hablamos de la forma en que China aumentó su productividad, cosa que Jorge Castro no hace. China aumentó lo hizo a costa de la mano de obra esclava, suya y asiática, y de una política demográfica patriarcal casi nazi. Así acumuló, y el descenso de la pobreza en China no significa una mejor vida sino un mayor consumo, aunque sea ahora de mejores proteínas.

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Según Castro la mejoría de la productividad en EE.UU. vendría de la mano de los inversores y, para ello, Trump baja las tasas impositivas del 35% al 20% a las corporaciones.

Sin embargo, el mismo Clarín Económico, publica un trabajo del Premio Nobel Stiglitz. Éste sostiene que la política fiscal de EE.UU. tiene cuatro problemas centrales: a) ensanchamiento de la desigualdad de ingresos, b) la creciente inseguridad laboral, c) el cambio climático y, d) el crecimiento anémico de la productividad. Además del de reconstruir su infraestructura y fortalecer su sistema educativo.

La respuesta que ofrece Trump es “un plan tributario  que proporciona una abrumadora porción de beneficios no a la clase media – una gran proporción de cuyos miembros, en los hechos, puede que pague más impuestos — sino que los proporciona a los millonarios y multimillonarios de Estados Unidos. Si anteriormente la desigualdad se constituía en un problema, la promulgación de la reforma fiscal propuesta por los republicanos hará que dicho problema empeore muchísimo”.

“Al fin y al cabo, no se está en una situación en la que las grandes corporaciones de Estados Unidos se encuentran hambrientas por dinero en efectivo; ellas están sentadas sobre una silla que contiene un par de millones de millones de dólares. Y la falta de inversión no se debe a que las ganancias, ya sea las ganancias antes o después de impuestos, sean demasiado bajas; las ganancias corporativas después de impuestos como una proporción del PIB casi se han triplicado durante los últimos 30 años”. Los “…recortes fiscales como éstos no conducen a un crecimiento más rápido, sino que solamente conducen hacia ingresos más bajos”.

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Bien parece que es éste el verdadero Poder de la productividad y de las inversiones. Cuento que nos quiere vender Castro, en sintonía con la publicidad del gobierno nacional.

El poder de generar otra pobreza y una mayor desigualdad.

Por eso la sinonimia, al ocultar el destinatario de la productividad en la P/P/P, y, por lo tanto, el del Poder, se transforma en otra: P=P. Irracionalmente, la productividad (capitalista) equivale a pobreza. Porque el Poder oculto es el poder que no se nombra: el poder político y económico de los poseedores del capital. O lo que es lo mismo: A  mayor Productividad más Poder y más Desigualad. Y la desigualdad significa Pobreza.

Distinta, pero pobreza. Relativa, pero pobreza. Aunque muchos no lo vean ni lo crean.

Pobreza económica, pobreza cultural, pobreza ética, pobreza jurídica. Muchas pobrezas.

 

 

 

Edgardo Logiudice

Octubre 2017

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