*Especial para Contrahegemonía
En el marco del “Campamento Climático: Pueblos contra el Terricidio” conversamos con Janeth, militante del “Movimiento Guevarista Tierra y Libertad” de Ecuador. A lo largo de la entrevista abordamos diversos temas: los levantamientos populares del año pasado en su país, el concepto de “terricidio” acuñado por el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, posibles estrategias de lucha y formas de organización popular, entre otros.
¿Cuáles son las manifestaciones del terricidio en tu territorio?
Vamos a hablar sobre las Escuelas del Agua que está asociado con lo que tú me estás preguntando. Las Escuelas del Agua nacen del análisis del movimiento de comenzar a evidenciar que hay una problemática común que nos está uniendo en varios espacios, comunidades, barrios o lo que se puedan llamar, y es el tema del agua por diferentes razones. Una de las razones, evidentemente, es el tema del extractivisimo que abarca varias actividades macro como son las hidroeléctricas, las petroleras que ya están hace mucho tiempo, el tema de la deforestación, la agroindustria y últimamente en nuestro país algo que ha incursionado, que no es como por ejemplo en la Argentina o en Perú o en Brasil, donde ya llevan muchas décadas con la megaminería. En nuestro caso están realmente en una fase inicial se puede decir, a pesar de que tenemos dos proyectos que ya iniciaron la siguiente fase que es la de explotación, ya pasaron de exploración a explotación, sin embargo todavía es incipiente porque la mayoría de proyectos está en esa etapa de exploración. Entonces esa es como la más candente, pero todo esto un poco partiendo de entender que a veces tenemos la tendencia, y eso es parte de lo que el sistema logra hacer en nosotros, que es fragmentarnos la lucha porque es como que solo vemos hasta aquí. Entonces el problema es del agua porque vienen las empresas mineras y se van a llevar mis recursos y van a contaminar el río y toda la cosa. Pero no vemos lo que realmente origina eso que es este sistema capitalista, que es un sistema depredador por naturaleza, que es violento por naturaleza, que hace todo eso por la necesidad de acumular y de tener ganancia. Porque el sistema capitalista está en crisis y ahora está en una nueva crisis similar a la que vivimos en 2008 y se está ahondando. Normalmente los que las tenemos que pagar siempre somos los pueblos. Y ante la necesidad de ellos de ganar mercado y de seguir acumulando ganancias una de las actividades fuertes que se están lanzando es el tema de la megaminería. De hecho a nivel de Latinoamérica nosotros representamos un cuarto de las inversiones a nivel mundial aproximadamente, de las inversiones en esto de la megaminería me refiero. Es fuerte lo que nosotros estamos queriendo proveer de esa materia prima pero a costa de qué, de desalojar a las mismas comunidades de donde viven. Cuando tú me dices cómo se vive el terricidio es tanto de explicar y tan complejo, justo el fin de semana anterior a este yo estuve en una comunidad donde incluso la plaza donde la gente se reúne y el 95% de ese pueblito está concesionado, y la gente no sabía eso. Porque saben que hay la concesión, pero como están en la etapa de exploración todavía no empiezan las escombreras, las piscinas de relave y toda la cosa que es eso, entonces cuando tú le das la cifra de que es el 95% de esto hasta ni te la creen. Obviamente los datos que yo estoy dando son datos que se han hecho con gente que investiga el tema y con gente geógrafa que incluso armó la cartografía de cómo está la concesión. Entonces vos te das cuenta de que hay una depredación absoluta ¿Y qué va a hacer la gente ahí? ¿Adónde se va a ir? ¿Qué va a pasar con la gente? Y cuando te das cuenta de que es todo generado por ese enemigo común que tenemos que es este sistema, porque este sistema siempre va a querer depredar porque necesita ganar, ganar y ganar porque eso es de lo que vive. Y porque finalmente con las crisis luego para cuando hay acaparamiento de los mercados comienzan a darse esas guerras comerciales que bien sabemos que es China contra Estados Unidos. Así se comienzan a aliar entre los poderosos, y finalmente esas crisis terminan siendo absorbidas por nosotros. ¿Cuándo pagan el imperio o los grupos económicos parte de esas crisis? ¡Nunca! O explotan más recursos desalojando y despojando y haciendo lo que tienen que hacer o también nos vienen con leyes que precarizan al trabajador, donde te dicen “no, ahora puedes trabajar en varios sitios a la vez”: ¡Uy qué emocionante! ¡Uy qué lindo! Entonces te precarizan, te quitan y es una manera de explotarte más para ellos poder seguir manteniendo su ganancia. Entonces hay que entender toda esta lógica que se nos viene así.
¿Y concretamente las Escuelas del Agua que papel desempeñan frente a esta explotación?
Antes en los 60 o 70 decíamos, a nivel latinoamericano, que el tema era la tierra, la pelea por la tierra. A partir de este análisis que hicimos y cuando evidenciamos esta necesidad concreta y que ahora es la pelea por el agua, eso nos hizo entender que es importante ir conversando con la gente, pero también comprender que no es que puedes llegar a un espacio y decir “bueno, la megaminería” ¿Y qué tal si aquí no hay megaminería? Es como “bueno, ¿de qué me vas a hablar?” El tema es el agua, pero entonces en tu espacio ¿qué está pasando? Hay espacios en los que cuando conversas con la comunidad te comienzas a dar cuenta que están queriendo privatizar el agua así como muy por debajo. En el Ecuador las comunidades se mueven por una instancia que se llama Juntas del Agua que son manejadas por la misma gente de la comunidad, y sucede que ahora les están separando y dividiendo. Entonces la gente comienza a cansarse y empieza a decir “no, que se haga cargo el municipio”. Pero sucede que después el municipio le da a un ente privado, entonces es una manera sutil de ir privatizando, y ahí te das cuenta de que hay un problema que tratar, y es en torno al agua también. Sí, el agua es vida pero entonces ¿por qué nos está pasando esto? Y comienzas a evidenciar otras cosas que están detrás de todo eso que es “ah, estamos divididos”. Porque tú eres una comunidad y tú eres otra comunidad, la tuya quiere salirse de la Junta y tú quieres que se permanezca, pero ya están divididos, “divide y vencerás” y eso es lo que vemos que pasa. Evidenciamos que falta unirnos y además nos falta organizarnos, porque no estamos totalmente organizados. En determinadas comunidades tenemos la experiencia de que ya existe una organización como tal pero entonces hay que fortalecer la organización, porque eso es también lo que hay que hacer, a veces tenemos organización pero no estamos fuertes, estamos débiles. Ir entendiendo esas dinámicas para comprender que ahorita va a ser el agua ¿Y cuándo nos vuelvan a querer subir el combustible? ¿Qué tenemos que hacer? No nos vamos a quedar solo con lo del agua, hay que también salir a pelear si es necesario otra vez, hay que hacer derogar esas medidas. Supongamos que de tres hay dos que trabajan para tal empresa y sucede que como se aprobó una nueva ley en donde ustedes van a ganar menos o van a tener que trabajar más horas y entonces ¿Ahí qué hacemos? ¿No es necesario organizarnos para eso? ¿No es parte de esa dignidad que tenemos que reclamar? Pero claro, por eso la organización es para pelearle al enemigo común y perdón que recalque pero es importante saber eso. Sí es del agua, pero ¡por supuesto carajo! La Pacha Mama nos da todo, nos da la vida, nos da de comer, y no queremos que ese enemigo común sea el que nos arrebate esa vida y por eso no podemos quedarnos solo en el agua. Hay que apuntarle a destruir el sistema, a ese hay que apuntarle y tal vez no sea de un año o de dos años, y tal vez quién sabe si lo alcance a ver, pero no importa si lo alcanzo a ver, lo que importa es ir sembrando, porque eso algún día se va a cosechar, y se va a cosechar para la gente, por fin para el pueblo, por fin para la gente pobre y no para los ricos.
¿Cuáles son las estrategias de acción o métodos que te parecen más apropiados para acceder a esos objetivos?
Esta es una iniciativa que apenas empezó el otro año, es totalmente nueva y todo es un proceso. Entonces decirte en este momento como Escuelas del Agua “nosotros de aquí pensamos tomarnos el campamento o lo que sea” no lo sé, porque además no es una decisión del movimiento, es una decisión de la misma gente que nosotros como movimiento tenemos que estar acompañando y estar al frente. Nosotros no creemos que las decisiones se tomen desde arriba, se toman desde abajo y en función de eso se tienen que hacer las cosas. Nosotros no descartamos ninguna forma de lucha, somos marxistas-leninistas y en esa medida, como decía Lenin, todas las formas de lucha son posibles y hay que hacerlas y combinarlas. Por tanto, lo que pasó en el paro de octubre, sí había que salir a la calle y había que estar al frente peleando con la gente, y había que darse con los “chapas” (policía), hay que entender que esas formas de lucha son válidas. Nosotros no descartamos absolutamente ningún tipo, ni tampoco vamos a descalificar como hacen los famosos oenegecistas que asoman diciendo que apoyan a la comunidad y cuando la comunidad se para duro, como una comunidad en nuestro país que prefiero no mencionar por seguridad: ellos se tomaron el campamento, quemaron una parte muy pequeña, pero esa fue una acción fuerte y que era necesario hacerla. No puede ser que las ONG vengan luego a descalificar una acción. ¡Cómo! ¡Les van a calificar de terroristas!” ¡Por Dios! ¿Quién es el terrorista? ¿No es el estado el que me está matando de hambre? ¿No es el estado el que me está quitando mi tierra? ¿Eso no es ser terrorista? Y luego cuando yo reacciono para defender lo que me corresponde me llaman a mí terrorista. ¿Quién es el terrorista aquí? ¿Quién el violento? Porque además hemos estigmatizado la palabra violencia: “¡no, la violencia no!” Porque es el mismo sistema el que nos ha metido en la cabeza “no a la violencia”. Porque por ejemplo en nuestro país y también escuché que aquí en Argentina se dice “somos un país de paz”, país de paz ¿para quién pues? Un país de paz ¿de dónde? Que cuando te bancan una crisis te dicen “ay, estamos viviendo una crisis y todos tenemos que poner nuestra parte” ¿Todos? ¿Todos? ¿Quién es todos? El pueblo, porque los ricos yo no veo que pongan ninguna parte, ellos siguen enriqueciéndose y buscan la manera de seguir haciéndolo. ¿Y nosotros? ¿Todos vamos a pagar? ¿Es de verdad eso? No es cierto. Entonces no pueden llamarnos ni violentos ni terroristas porque además es un derecho del pueblo rebelarse, es un derecho del pueblo tomar las medidas que crea necesarias para levantarse. Ahora yo decirte “este es el camino a seguir” no lo puedo decir porque, como te digo, esta es una construcción con la gente, con el pueblo. Porque lo que hay que hacer es ir construyendo poder pero poder de la gente, poder popular, eso es lo que hay que ir construyendo. Y en esa medida la gente va diciendo “ah listo, ahora estimamos que hay que ir a tomar”. Entonces nos vamos a ir a tomar, si hay que quedarse en las calles porque ahora es necesario salir a las calles y pegarnos con los chapas listo, vamos a salir a pegarnos con los chapas como hicimos en el paro. Pero ahora capaz es necesario hacer una demanda, también vamos a hacer esa demanda porque tampoco quiero que nos digan “es que si ustedes demandaban nosotros les hubiéramos dado lo que pedían, pero como ustedes no hicieron eso entonces tengo que meterte a la cárcel además o matarte”. Porque eso pasa, en el Ecuador tenemos tres líderes sociales asesinados por oponerse a la megaminería: Bosco Wisum, Fredy Taish y José Tendetza. ¿Cuál de esas muertes se ha resuelto? Ninguna, todas en la impunidad. Porque siempre pasa que cuando somos los pobres los que ponemos el cuerpo no pasa nada, pero si yo por defenderme si tú vienes y me atacas y yo te mato ¿qué va a pasar? Pero eso no lo vemos, por eso hay que ver cuál es el camino a seguir, no descartamos ninguna forma de lucha, pero hay que ir viendo también el contexto, la realidad, ir haciendo todo un análisis de coyuntura, ir viendo qué camino tomar, qué es lo mejor que podemos hacer, y en ese camino también nos podemos equivocar. Pero es eso, si nos equivocamos lo corregimos, la cosa es seguir avanzando siempre con la gente, no solos ni creyéndonos vanguardia de nada sino avanzando con la gente. Porque la revolución es amor y las cosas se hacen bien por amor a la gente.
¿Cómo es tu balance de las jornadas de octubre y cómo sigue resonando todo en la actualidad?
En el análisis de octubre hay algunas aristas. En general si me decís al global nosotros consideramos que es un triunfo, no estamos creyendo que lo logramos todo pero sí fue una pequeña batalla ganada, y la guerra se compone de batallas ganadas y batallas perdidas, entre más batallas ganemos más estamos apuntándole a ganar la guerra. Creo que esta fue una batalla chiquita que la ganamos, eso es un resultado global. No creo que haya sido el éxito de todo, nos siguen metiendo leyes por debajo ahora que hacen que no sientas el golpe, te están pegando pero no sientes. Ahora, ¿cuál es el otro análisis que es importante ir mencionando? Hubo algunos elementos importantes en este paro, uno de ellos es que hubo un recambio generacional y eso es re importante, ya no estamos las mismas caras de siempre. Cuando ya ves a los jóvenes ahí dices: ¡qué bien! Ahora sí fue de verdad, los jóvenes de las últimas generaciones no sabían lo que era un paro, yo casi no llegué a ver una huelga, yo creo que viví la última en un día y ya no viví más. Peor para las generaciones que vinieron, no tenían ni idea, me acuerdo que mi hija me preguntaba ¿pero cómo es una huelga? No tienes idea porque yo te puedo dar el concepto de una huelga pero si no la vives no entiendes lo que es una huelga o lo que es un paro. A veces confundían con que la huelga, porque a veces se utilizan mal los términos y sin ser peyorativa con nadie, cuando dicen “la huelga del 8M”, eso es una marcha y está bien pero no es una huelga. Entonces cuando mi hija me decía eso yo le contestaba “eso no es huelga, eso es marcha”. Por eso cuando se dio lo del paro, con todo el recambio generacional, los chicos y las chicas dijeron “ah, esto es una huelga”. Ése es uno de los elementos del paro que fue súper importante, entonces también hay que ver estas otras cosas no solo el resultado global. Otro elemento muy importante es que por ejemplo, si bien aparentemente los transportistas iniciaron el paro, porque eso es lo que las noticias dan, en realidad claro que fueron unos de los que dijeron públicamente que iban a paralizar pero también los trabajadores, las mujeres, los estudiantes en las ciudades al día siguiente comenzamos a salir, fue así, ipso facto comenzamos a salir. Y bien sabemos que los transportistas nunca han tenido identidad de clase, ellos son un gremio que como gremio solo persigue su bienestar y nada más. Cuando tú tienes identidad de clase entiendes que no es para mí que estoy peleando, estoy peleando para todo un pueblo. Cuando ellos se retiran no hubo problema, aunque pensaban que retirándose ellos iban a debilitar el paro, pues la novedad fue que no, que la gente estaba de verdad molesta y te hablo de la gente en la ciudad, de los jóvenes, de la gente de los barrios pobres, la gente ya está cansada de verdad. Los jóvenes se gradúan del colegio y tienen que dar un examen del cual de aproximadamente 100 ingresan 20 ¿y qué haces con los otros 80? ¿qué oportunidad tienen? Sé que acá hay casos todavía más drásticos, pero En Quito hay gente que come una vez al día con suerte y no comen más, ¿no te cansa eso? Ves la injusticia y la vives, no es que es teoría. La gente estaba cansada de todo eso, con esto de las medidas saber que aparte de que ya estás jodido te suben el combustible y te va a subir absolutamente todo, ¿pero de qué voy a vivir? ¿qué va a pasar? Como te digo, ése fue el segundo elemento y hay también un tercer elemento súper importante, al tercer día de lo que en Quito estábamos peleando llega el Movimiento Indígena y se fortalece más el paro, porque ya había una unión y ese es el tercer elemento importante: hubo una unión campo – ciudad, que hacía rato que no la teníamos. Normalmente es el Movimiento Indígena el que se ha mantenido en pie, pero ahora fueron los dos elementos y eso tiene mucho valor y mucha fuerza para lo que se está viniendo. Y luego te das cuenta de que se va expandiendo en las provincias y allí también comienzan a salir y comienzan los cacerolazos. El día en que el desgraciado nos declara el toque de queda y el estado de excepción a las tres de la tarde nos mandó encima a los militares, solo que ellos decidieron no disparar porque la orden era disparar contra los que estábamos ahí, por eso hubo un montón de gente que se fue, y no estoy juzgando porque estás en tu derecho de decidir qué hacer, obviamente eso amedrentó a la gente. Unos miles se fueron y otros miles nos quedamos y eso había que hacer y si te tocaba ese día te tocaba. Afortunadamente no pasó eso, lo que no significa que durante las manifestaciones el nivel de represión no haya sido alto: tuvimos 11 muertos que hay que recordar y una cantidad de gente que también se quedó sin ojos, entre nuestros compañeros hay varios que sufrieron unas golpizas terribles de las cuales todavía tienen secuelas complicadas. Cuando ves todo eso con todos esos elementos vos dices ¿fue o no fue positivo? ¡Claro que fue positivo! Porque además fue una demostración de que unidos y medianamente organizados, porque realmente esa fue una debilidad, esa es una autocrítica que nos hacemos, que faltó más organización, que todavía no estábamos preparados organizativamente para eso, pero unidos en la calle peleando por lo que es justo puedes lograr algo. Y teniendo estos elementos que es importante también mencionarlos, porque eso a veces como que lo pasas pero no, eso también es importante mencionar. ¿Y cómo está ahora? La gente está con ganas de pelear, eso vemos cuando visitamos con las Escuelas del Agua, la gente está por el agua pero también está indignada: “¡Sí, aquí tenemos que organizarnos!” Antes era mucho más complejo pero ahora ves a la gente. En una de las últimas comunidades donde estuvimos, en esa que está afectada por la megaminería, vinieron dos compañeras diciendo: “¡pero no nos hemos enterado del taller!” Ellas tenían un puestito de ventas allí en la calle y habían estado ahí vendiendo y alguien pasa diciéndoles “¿no se enteraron de que están dando el taller sobre los impactos de la megaminería?” “¡En mi comunidad también tenemos ese problema!” A lo que me refiero es a como la gente está prendida, pero claro viene el otro lado de la represión, dentro de estas comunidades hubo una muy fuerte. En el camino para entrar por donde tienen que pasar los mineros pusieron llantas quemándose, para que tú que eres minero no pases. Intervinieron las autoridades, los llamaron a conversar al centro poblado, o sea les sacaron de la comunidad y nos contaban que llegó toda una tropa de chapas, el ejército peor que yendo a guerra, en un pueblo chiquitito donde todo el mundo se conoce. Les preguntaban: “¿Qué estabas haciendo ahí?” Amedrentándoles, “¡no vuelvas a hacer eso!” Y luego otros se acercaban y les decían: “te vas preso por tres años si vuelves a hacer eso”. Pero no te lo dicen en la reunión sino que lo dicen individualmente. Entonces tú dices “yo ya no me meto”, porque por un lado meten miedo y por otro lado dividen. Porque hay gente que piensa que si nos dicen que sí hay que hacer entonces sí hay que hacer, hay que pelear entonces, pero dice “en cambio mi cuñada y mi sobrina ya no quieren. Pero sí quedó una mecha prendida para continuar con las diferentes acciones y con la gente siempre caminando ahí y conversando, porque es un proceso largo.
¿En este tiempo posterior se avanzó en niveles de organización?
Eso es parte de las Escuelas del Agua, por eso estamos en eso, porque vimos esa necesidad. Si bien es cierto que nosotros como movimiento tenemos otros frentes que ya tienen trabajo, vimos la necesidad de aumentar aún más ese trabajo justamente de organización, de trabajar con la base, con la gente para organizar. El Frente Femenino Popular Manuela León, que es otro de nuestros frentes, trabaja con mujeres, en barrios y en comunidades. Nosotros no necesariamente nos declaramos feministas pero sí creemos en la emancipación de la mujer, en la igualdad de la mujer siempre desde una posición de clase, o sea yo no estoy peleando por la mujer que me oprime, estoy peleando por la que es oprimida. Tenemos el otro frente que es la Juventud Guevarista, ellos hacen trabajo con juventudes, colegios, universidades u otros espacios donde estén los mismos compas. Eso es ir entendiendo que tenemos estas diferentes alas o patitas del movimiento que hacen que nosotros podamos ir fortaleciendo el tema organizativo.
¿Cómo es la relación con los partidos de izquierda?
Nosotros creemos en la unidad y si todos nos proponemos realmente el mismo objetivo, luego poder ir conversando para que vayamos confluyendo en el camino en buena hora. Con partidos políticos electoreros no nos metemos, nosotros no descartamos pero no es nuestra prioridad, nosotros normalmente siempre llamamos al voto nulo, nosotros no votamos por nadie, no creemos que esto sea una democracia el que te llamen cada cuatro años a votar, eso no es democracia. Se ha comprobado que compañeros y compañeras que teóricamente eran comprometidos y han estado en puestos de poder a la hora del té: ¡Naranja! ¿De qué sirve eso? No sirve. Por eso las relaciones si son partidos electoreros que pueden autodenominarse de izquierda no sirven. Para ellos el compromiso no está con el pueblo, el compromiso está en mantener un status, en mantener una condición de figurar, nosotros no vamos por ese camino, definitivamente.
Retomando el tema de los levantamientos de octubre, ¿cuál fue el papel de la CONAIE?
Fue muy importante el Movimiento Indígena, estuvo liderado por la CONAIE de hecho, vinieron los dos grandes representantes que fueron Jaime Vargas y Leónidas Iza, evidentemente ellos son los líderes a nivel nacional. Mejor dicho, a nivel nacional el presidente es Jaime Vargas, Leónidas Iza es de una de las filiales, porque también en la Amazonía tienen la CONFENAIE y hay otra chiquitas pero todas se adscriben a la CONAIE. Por eso les decía, al tercer día llega el Movimiento Indígena y por eso se fortalece, evidentemente es uno de los actores muy importantes en el país.
¿Existen formas de articulación entre el Movimiento Guevarista de Ecuador y otras organizaciones de Indoamérica?
Vine en nombre del Movimiento. Nosotros internacionalmente pertenecemos a la Coordinadora Internacional Guevarista, en la que estamos Chile, Argentina, Ecuador, Bolivia y no recuerdo qué país más. Pertenecemos a la Coordinadora Internacional y por ahí un poco también se articulan por lo menos en difusión de información y, en la medida de lo posible y si hay cómo, también actividades. Eventualmente también vine a esto y si esta articulación se da entonces también vamos a estar en esto, es como si se van abriendo espacios en donde podemos confluir y si no hay contradicción entre lo que tú y yo perseguimos ¡listo, ahí estamos! Por eso les decía que siempre tendemos a buscar la unidad, no es que queremos estar solos ni nada, siempre buscar la unidad también a nivel de movimientos.
¿Cómo ven la movilización popular en Ecuador para el año que viene que hay elecciones?
Es complejo porque muchos de los que puedan ser candidatos es posible que también quieran utilizarlo como plataforma electoral, hay que tener cuidado con eso. Nosotros siempre trataremos de estar apartados de eso y más que apartados, no apartados de la movilización social pero sí apartados de esas plataformas electorales o de ser utilizados para unas plataformas electorales, y no solo me refiero al movimiento sino a la gente misma. Es un poco entender en qué estás y en qué no estás y nosotros definitivamente siempre llamamos al voto nulo y no creo que esta vaya a ser la excepción.