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Apuntes sobre socialismo desde abajo y poder popular

Mínima Elegía a Aute

Dicen las noticias que se murió el trovador Luis Eduardo Aute, y habrá que andar con cuidado porque nadie puede creerse del todo tanta infamia repetida. Será tiempo en estas horas de revisitar melodías de aquél náufrago que hizo del amor su isla habitada, de aquél militante que escupió en la cara a tanto converso y oportunista de la época, de aquél poeta que supo dedicar “Al alba” a los fusilados por el franquismo, de aquél niño español que se enamoró de Katy Jurado, una actriz mexicana que aparecía en papeles secundarios en los westerns de Sam Peckinpah, y a quien le escribió el vals más bello que se haya escuchado por estas tierras llamado “Cinco minutos”.

Se fue Aute, dicen las noticias por estas horas. Pero qué saben las palabras de aquello, qué saben de lo terriblemente absurdo que es estar vivo, qué saben de los diablos borrachos cantando a la luna de Tepoztlán, qué saben de aquellos que no rozaron ni un instante la belleza. Qué saben de Luis Eduardo Aute.

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