Los resultados de las elecciones del 18 de octubre de 2020 en Bolivia, donde salió victorioso el binomio Luis Arce – David Choquehuanca del Movimiento al Socialismo (MAS), causó confusión en los sectores políticos de derecha, quienes estaban convencidos que ganarían o que máximo llegarían a una segunda vuelta. Ni siquiera el MAS se esperaba una victoria con el 55 %, ya que el escenario mediático aún mantenía un fuerte discurso anti plurinacional y sobre todo anti Evo Morales. En ese contexto, analizaremos algunos puntos que consideramos importantes para comprender la nueva victoria del MAS.
Con la asunción a la presidencia interina de Jeanine Añez[1], las nuevas figuras políticas que respondían a sectores religiosos cristianos y agroindustriales, consideraron que la salida de Evo Morales del gobierno significaba también la salida de símbolos, discursos y cuerpos indígenas. Este balance superficial, acompañado de una inmensa base social urbana descontenta con el caudillismo de Morales, les llevó a quitar la Wiphala[2] de las instituciones públicas del Estado y hasta algunos policías, del departamento de Santa Cruz, retiraron dicho símbolo de sus insignias para luego quemarlo como señal de la derrota del “masismo”[3]. Tales hechos provocaron que diversos sectores sociales populares e indígenas saliesen a las calles en defensa de sus símbolos, ya que estos fueron asumidos por los sectores blanco-mestizos como sinónimos del MAS (ver Box). Si bien los sectores sociales populares e indígenas salieron en una primera instancia en defensa de sus símbolos, esa fuerza social fue poco a poco traduciéndose en favor del MAS ante la ausencia de nuevos liderazgos y fuerzas políticas que respondan a sus intereses.
El gobierno transitorio de Jeanine Añez fue responsable por dos masacres en contra de los manifestantes de noviembre, uno en Senkata (El Alto) y otro en Sacaba (Cochabamba), demostrando que, más allá de llamar a elecciones – única tarea que le fue encomendada -, este gobierno tenía fuertes intereses políticos. Estos intereses fueron sostenidos por los medios de comunicación bolivianos que repetían los discursos del gobierno de que los manifestantes eran “terroristas”, “salvajes” y “masistas”, términos que evidenciaron los estereotipos y el racismo direccionado a las poblaciones indígenas que ocuparon las calles de Bolivia en 2019.
A partir de ello, el gobierno transitorio de Jeanine Añez tuvo que afrontar problemas de legitimidad social y política durante sus primeros días de gobierno, sin embargo, fue la llegada a Bolivia del nuevo coronavirus la que destapó el carácter revanchista de la nueva clase política gubernamental. El 10 de marzo de 2019, a cuatro meses de los sucesos de Senkata y Sacaba, se registraron los primeros dos infectados del Covid-19 en los departamentos de Oruro y Santa Cruz. El pánico en las ciudades de los diferentes departamentos se expresó en el atiborramiento de farmacias y ferias, donde la población, en su desespero a contraer la enfermedad, buscaba equiparse de insumos básicos de cuidados sanitarios, como el alcohol en gel, barbijos, ibuprofeno, paracetamol, entre otros.
Ante este escenario, donde cada día las noticias reportaban nuevos casos de Covid-19 que se expandían en diferentes partes del país, el gobierno transitorio asumió políticas de prevención sin buscar salidas alternativas, sobre todo para los diferentes sectores sociales informales. De ahí que medidas como la cuarentena rígida, bonos y la educación virtual fueron asumidas por la población mayoritariamente indígena cómo determinaciones que favorecían a la clase media alta asalariada, la cual podía darse el “lujo” de quedarse en casa.
Poblaciones como la ciudad de El Alto, que se sustentan económicamente por el comercio informal y que habían sufrido recientemente los sucesos de Senkata, acusaron a las políticas de Jeanine Añez de revanchistas, ya que mientras se militarizaba las principales calles de la ciudad de El Alto, no se tomaron las mismas medidas en los barrios residenciales de la ciudad de La Paz, donde existían más casos de infectados por coronavirus. De tal forma que los discursos de “cuidar la salud” y “luchar contra el Covid-19”, empleados por el gobierno transitorio, sirvieron como justificativas para militarizar las calles de la ciudad de El Alto y así tener control de los sectores contestatarios.
Los bonos aprobados por el gobierno transitorio por la pandemia fueron insuficientes, entre 400 y 500 bolivianos, y fueron distribuidos después de casi cuatro meses de cuarentena, siendo utilizados por Añez para beneficiar la propia campaña en las elecciones generales. Diversas fueron las irregularidades del gobierno, desde usos indebidos de bienes públicos hasta el caso de la compra de respiradores a sobreprecio, la venta indiscriminada de tierras fiscales en Santa Cruz, pasando por indicaciones absurdas al ministerio como fue el posicionamiento de Branko Marinkovic como Ministro del Gobierno, empresario cruceño-croata responsable por diversos discursos racistas en contra de las poblaciones andinas.
A más de tres meses desde que se presentaron los primeros infectados por Covid-19, con más de 7.000 infectados y cerca de 3.000 muertos en todo el país, el gobierno transitorio pretendió ampliar su mandato por tercera vez hasta principios de 2021, bajo el mismo discurso de “cuidar la salud”. Sin embargo, la población, sobre todo popular e indígena, al no encontrar puntos de dialogo con el gobierno y viéndose afectada económicamente, empezó a ocupar las calles con puntos de bloqueo[4] solicitando que la fecha de las elecciones fuera establecida para los siguientes meses, el movimiento fue primeramente llamado por la Central Obrera Boliviana (COB), pero tomó un camino más independiente cuando la COB y el MAS aceptaron la fecha del 18 de octubre definida por Jeanine Añez y por el presidente del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, Salvador Romero, sin consultar a las bases que estaban en las calles[5].
La elección del binomio Luis Arce – David Choquehuanca en el interior del MAS no fue necesariamente horizontal, ya que la mayor parte de las bases sociales vinculadas al partido eligieron a David Choquehuanca como candidato a la presidencia, decisión negada por Evo Morales que definió a Luis Arce como candidato a la presidencia y David Choquehuanca para la vicepresidencia. La sentencia de Evo Morales desde el exterior fue acatada por el MAS y desnudó un interés político importante, el de mantener la alianza entre el “desarrollismo neoextrativista” y los discursos pro-indígenas. Eso porqué Luis Arce fue Ministro de Economía y Finanzas Públicas durante el gobierno de Morales y ha mantenido un apoyo incondicional al ex mandatario durante la campaña, mientras David Choquehuanca, ex canciller, tenía conflictos con las acciones del ex presidente, conflictos que lo alejaron de los altos cargos gubernamentales por un tiempo. Eso quedó explícito durante las campañas, ya que David Choquehuanca salió para los medios de comunicación[6] y para los espacios populares indígenas[7] mientras Luis Arce no comparecía a las entrevistas “oficiales” de los presidenciables. En este sentido, David Choquehuanca fue una figura importante para la victoria del MAS, frente el racismo y las medidas elitistas del gobierno provisorio de Jeanine Añez.
A mediados de septiembre, ante el crecimiento del MAS en las bases populares e indígenas, Añez retiró su candidatura a la presidencia con el discurso de que “el MAS no puede volver”. La presidenta interina no expresó claramente su apoyo a alguno de los representantes de la oposición (Carlos Mesa, Tuto Quiroga o Fernando Camacho), aunque el ministro de gobierno de Añez fue visto en una reunión privada con el candidato a vicepresidente de Carlos Mesa, Gustavo Pedraza. El gran problema estratégico de Carlos Mesa en las elecciones fue el alejamiento que el candidato construyó con las comunidades populares e indígenas, alejamiento por su ausencia en estos espacios y por su uso discursivo elitista. Mientras David Choquehuanca hacía largos discursos en aymara, Carlos Mesa repetía que no buscaría alianzas en el MAS “never in the life”[8].
La oposición al MAS apostó por un antimasismo como estrategia para ganar las elecciones, de este modo los debates presidenciales presentaron más los errores del MAS que proyectos de gobierno. Las elecciones el 18 de octubre dieron la victoria a Luis Arce y David Choquehuanca con el 55% de los votos válidos contra 28% de Carlos Mesa, segundo lugar, y un 14% a Fernando Camacho en tercero lugar.
El MAS, como único partido cercano a las demandas populares (aunque sea solamente en el discurso), ha tenido en la victoria más que un apoyo personificado o ciego al partido, la crítica popular al proyecto de derecha anti-plurinacional[9], racista y del empresariado, una crítica de cuerpos que ocuparon las calles desde noviembre de 2019, crítica a las masacres de Senkata y Sacaba, a la militarización, a los estereotipos racistas construidos desde el gobierno y sostenidos por los medios de comunicación, posición que fue critica incluso al MAS cuando el partido desconsideró las voces de las bases sociales indígenas en agosto. En el evento por la victoria de Luis Arce y David Choquehuanca en la ciudad de El Alto (24 de octubre de 2020), una frase reverberaba entre las organizaciones sociales, indígenas, gremiales y sindicales que desfilaban ante a los nuevos representantes políticos: ¡Somos Mayoría!, la frase no presentaba personificaciones políticas – como era común con relación a Evo Morales[10] – y el sentido de mayoría desbordó del partido la heterogeneidad de movimientos que no aceptarían un gobierno fascista como el de Jeanine Añez, pero tampoco estarían de acuerdo con los errores del pasado. El Somos Mayoría se expresó en contra de los movimientos clasemedieros de extrema derecha, antiindígenas, republicanos, y no en defensa de un partido, sino en defensa del proyecto plurinacional que perfila la lucha en los ámbitos del Estado, en este sentido la frase se relaciona más a la negación del gobierno de Añez que a la afirmación de personajes políticos partidarios.
El discurso de posesión del vicepresidente David Choquehuanca corroboró diversos elementos de las epistemologías aymaras, entre ellos la relación con la Pachamama, la hoja de coca, la rebeldía con sabiduría que en aymara se expresa por la palabra “larama”, pero también de otras naciones indígenas bolivianas como el Patujú y el arco-íris que representan los pueblos indígenas del oriente boliviano. Entretanto, el vicepresidente en medio de la exposición simbólica ha sostenido que el proyecto del MAS de alianza entre el discurso simbólico indígena y la economía neoextractivista se mantiene, en sus palabras: “Nuestra verdad es muy simple, el cóndor levanta vuelo solo cuando su ala derecha está en perfecto equilibrio con su ala izquierda”[11]. Eso es apenas el primero de los resquicios de que la lucha indígena y popular no se detendrá, el poder popular desborda de las fronteras del Estado, porque la lucha indígena no está en el ámbito discursivo, ella no percibe una diferencia entre discurso y construcción viva de mundos. David Choquehuanca se olvidó que, antes del alineamiento de las alas, el cóndor solo levanta el vuelo cuando parte del suelo.
Roger Adan Chambi Mayta[12]
Chryslen Mayra Barbosa Gonçalves[13]
BOX. LA ECONOMÍA SIMBÓLICA DEL MAS En los casi catorce años de gobierno del MAS con el binomio Evo Morales – García Linera, hubo un intento de vincular los intereses “desarrollistas” (en este caso neoextractivistas) con los discursos indígenas del Suma Qamaña – Vivir Bien. Para eso el gobierno exportaba elementos de las epistemologías indígenas, sobre todo con la ayuda del ex canciller David Choquehuanca, mientras buscaba construir una carretera en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isibóro Sécure (TIPNIS) sin la consulta previa a los indígenas. El gobierno de Evo Morales se apropió de los símbolos andinos como la wiphala y el liderazgo histórico de Tupak Katari y Bartolina Sisa, a fin de constituir una imagen pro-indígena, pero cooptó los liderazgos de grandes organizaciones sociales bolivianas como la CONAMAQ y la COB. La manutención de la candidatura de Evo Morales, mismo después del resultado del Referéndum de febrero de 2016 que negó el cambio constitucional para la re-elección, desconsideró el muyu de las comunidades andinas, la rotación en los cargos de autoridad como lo señaló la nación indígena Qhara Qhara: “Desde el fondo de nuestros corazones y con gran pesar te decimos, ¿dónde te perdiste? ¿Porque no vives dentro los preceptos ancestrales que nos dicen que debemos respetar el muyu?, solo una vez debemos gobernar”. Fuente: Diario Página Siete 08/11/2019 https://www.paginasiete.bo/nacional/2019/11/8/qhara-qharas-evo-prostituiste-la-pachamama-no-eres-indigena-236756.html Por estos motivos el MAS fue también responsable por la asociación que se hizo en los movimientos de derecha clasemedieros entre el partido y todo lo que es indígena, por la apropiación de lo simbólico en los últimos catorce años, elemento denominado por Silvia Rivera Cusicanqui como la plusvalía simbólica. Diversos movimientos indígenas negaron los símbolos como la wiphala y la vitoreada en aymara “Jallalla” durante las manifestaciones en contra del gobierno, comprendiendo estos como vinculados al MAS y que se alejaban de las realidades indígenas. Fue el caso del movimiento del municipio aymara de Achacachi (2017) en contra de actos de corrupción del Alcalde vinculado al MAS, en una de las manifestaciones que ocurrió en la ciudad de El Alto un representante reprimió el uso del Jallalla afirmando que se trataba de un término del MAS. |
[1] Jeanine Añez asumió la presidencia de Bolivia después de la renuncia de Evo Morales junto con otros representantes del Movimiento al Socialismo en la vicepresidencia, en la cámara de senadores y los ministerios. El posicionamiento de Añez el 12 de noviembre de 2019 fue cuestionado por sujetos políticos de Bolivia como la militante del colectivo feminista Mujeres Creando, María Galindo, que en una nota afirmó que la elección de la senadora ocurrió a puertas cerradas en la Universidad Católica y que, en esta reunión, estaban presentes el embajador de Brasil, el rector de la Universidad Mayor de San Andrés (Waldo Albarracín), Fernando Camacho (representante de los movimientos de derecha, opositores del MAS), Tuto Quiroga y, posiblemente, Carlos Mesa (ambos candidatos a la presidencia en 2019). En la crítica de Galindo, estos sujetos eligieron para la presidencia alguien que fuera funcional a sus intereses, perspectiva que fue comprobada durante los casi doce meses del gobierno provisorio de Añez. Fuente: https://muywaso.com/sedicion-en-la-universidad-catolica-o-como-armaron-el-golpe-los-patriarcas/
[2] Bandera multicuadriculada de los pueblos andinos.
[3] Término despectivo utilizado para referirse a los sujetos vinculados con el Movimiento al Socialismo. La asociación que se hizo entre el partido y los indígenas, de la cual el mismo MAS fue responsable, sirvió para una utilización de los sectores clasemedieros blancos bolivianos del término “masista” direccionada a todos los indígenas.
[4] Los bloqueos son formas de manifestación en los andes que remiten a diversos movimientos históricos, como fue el cerco de Tupak Katari y Bartolina Sisa en 1781. Los bloqueos son organizados a partir de agrupaciones barriales, gremiales y sindicales, en una lógica de rotación, grupos distintos de personas que ocupan los puntos de bloqueos en diferentes horarios para que estos espacios nunca queden vacíos. Los bloqueos tienen la intención de impedir el pasaje de alimentos y demás insumos para las ciudades, incluso impiden el paso de personas, en el caso de agosto, debido a la pandemia, fue autorizado pelas organizaciones sociales el paso de ambulancias, camiones con insumos para abastecer a hospitales y farmacias, y coches funerarios. Nosotros estuvimos en los puntos de bloqueo de Senkata, Río Seco, Costanera y del Distrito 14, y acompañamos la apertura de paso de tales insumos y de personas enfermas, pero el discurso del gobierno que se repetía en los medios de comunicación era de que los movimientos de bloqueos atentaban en contra la vida por no autorizar el paso de insumos necesarios para el reabastecimiento de oxígeno en los hospitales, reabastecimiento que no ocurría desde julio.
[5] Sobre los movimientos de agosto y la traición de la COB escribimos un artículo: https://iela.ufsc.br/noticia/emergencia-social-na-bolivia-durante-pandemia-o-que-querem-os-manifestantes-e-bloqueadores
[6] Un ejemplo interesante fue la entrevista que la feminista del colectivo Mujeres Creando, María Galindo, ha hecho con David Choquehuanca, cuestionando los errores del antiguo gobierno y en la cual David Choquehuanca afirmó que los representantes del gobierno anterior no volverían al nuevo gobierno: https://www.youtube.com/watch?v=ugiflxajLic
[7] David Choquehuanca visitó a las comunidades indígenas durante la campaña, apareciendo al lado de su mujer Lidia Gutiérrez, mujer chola aymara, y evidenciando prácticas de producción de la tierra y espirituales. Esto volvió a acercar los indígenas al Movimiento al Socialismo, ya que miraban en David Choquehuanca un nuevo rostro, indígena, que representaría un cambio.
[8]Fuente: https://www.opinion.com.bo/articulo/verificado/mesa-aclara-buscara-alianza-mas/20201008120342790349.html
[9] Jeanine Añez expresó muchas veces su aversión a los preceptos de la plurinacionalidad, sobre todo a la figura de la Pachamama, defendiendo un proyecto más republicano. Ya Carlos Mesa es defensor de un sentido de mestizaje harmónico que niega la necesidad de la Plurinacionalidad, en especial en su libro “La Sirena y el Charango” (2013).
[10] Evo Morales creó una personificación extrema sobre su imagen en los años del gobierno, eso se expresó en discursos de representantes del gobierno como el vicepresidente Álvaro García Linera que afirmó en 2015 que “si Evo se va, el sol se esconderá … y todo será tristeza”, construyendo una idea de líder único e insubstituible, alejada de la necesidad de rotación del poder existente en las comunidades. Fuente: https://www.paginasiete.bo/nacional/2015/11/25/garcia-linera-asegura-escondera-todo-sera-tristeza-78126.html
[11] Discurso completo disponible en: https://www.la-razon.com/nacional/2020/11/08/lea-el-discurso-completo-de-la-posesion-del-vicepresidente-david-choquehuanca/
[12] Maestrante en el Programa de Posgrado Interdisciplinario en Estudios Latinoamericanos en la Universidade de Integração Latino-americana (UNILA, Brasil). Miembro del grupo Aymara “Colectivo Curva”.
[13] Doctorante en Antropología Social en la Universidade Estadual de Campinas (UNICAMP, Brasil).