Existe respecto a la salud y la propiedad intelectual una fuerte disputa hacia adentro de los derechos humanos a través de dos interpretaciones doctrinales, una liberal que hace énfasis en el derecho a la propiedad intelectual desde una mirada individualista y mercantil, y la otra desde una mirada integral y anticapitalista, sujeta el derecho a la propiedad intelectual a los derechos colectivos.
Esta tensión sobre la interpretación doctrinal tiene enorme repercusión en la actualidad con la distribución, acopio y producción mercantil de la Vacuna contra el Covid19, pero además es fundamental para observar la utilización de los derechos humanos por parte de algunos sectores de la comunidad internacional como parte de la regulación capitalista y mercantil en claro antagonismo con una mirada de los mismos desde la emancipación y el anticapitalismo.
Dice la Organización Mundial de la Salud (OMS) que[i] “el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social”.
Ahora bien el artículo 15 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales[ii] dice en su inciso “C” que” Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a: Beneficiarse de la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.”
Esto pone justamente el problema en toda su dimensión, veámoslo por ejemplo en un músico que cobra dinero cada vez que pasan su música en la radio, aquí uno observa cierta racionalidad, una producción artística que amerita el cobro de honorarios[iii]. Ahora pensemos en una empresa farmacéutica que produce medicinas vitales, elaboradas en base a descubrimientos científicos propios, los cuales no comparte porque son su propiedad intelectual, y los comercializa, es decir transforma la medicina en un producto de consumo, bajo las reglas del mercado.
Pero el punto “B” del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales[iv] también dice que “Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a: Gozar de los beneficios del progreso científico y de sus aplicaciones;” Es así que el comité de este pacto en su observación número 17[v] buscó clarificar así la diferencia entre los derechos humanos y la propiedad intelectual “Mientras que el derecho humano a beneficiarse de la protección de los intereses morales y materiales resultantes de las producciones científicas, literarias o artísticas propias protege la vinculación personal entre los autores y sus creaciones y entre los pueblos, comunidades y otros grupos y su patrimonio cultural colectivo, así como los intereses materiales básicos necesarios para que contribuyan, como mínimo, a un nivel de vida adecuado, los regímenes de propiedad intelectual protegen principalmente los intereses e inversiones comerciales y empresariales”.
Así de esta manera ingresa el antagonismo principal, el capitalismo es como el rey midas que todo lo que tocaba lo convertía en oro, pues el capitalismo todo lo que toca lo convierte en mercancía.
Es por ello que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recientemente le pidió al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la exención de la propiedad intelectual de las Vacunas para el Covid19. [vi]
Este pedido lo realiza la OMS debido a que hay muchos países que no han podido acceder a las vacunas contra el Covid19, países con capacidad de compra, pero que debido a las formas de comercialización de la vacuna, no han podido ni siquiera comprar, lo que se suma a muchos otros países sin la capacidad de compra para toda su población, que signan una oprobiosa humanidad donde las bases civilizatorias del capitalismo han forjado la supremacía del más apto sobre la solidaridad, que sólo Cuba nos muestra con su vacuna “Soberano” ofrecida de manera gratuita.
Es por ello que la tensión entre los derechos humanos y las formas de producción y mercantilización de todos los aspectos de la vida humana, muestra así de una manera muy clara, el antagonismo real entre los derechos humanos y el modelo civilizatorio capitalista, o producimos derechos o producimos mercancías.
Para todos, todo
Damián Ravenna
Presidente
Asamblea Permanente por los Derechos Humanos Zona Norte de la Provincia de Buenos Aires
(APDH ZONA NORTE)
[i] https://www.who.int/mediacentre/news/statements/fundamental-human-right/es/
[ii] https://www.ohchr.org/sp/professionalinterest/pages/cescr.aspx
[iii] La propiedad intelectual sobre obras artísticas desde una mirada anticapitalista también es cuestionable, pero es sólo de ejemplo sobre la sociedad actual que lo puse. En una sociedad socialista donde el artista será un miembro más de la clase trabajadora y donde el arte será masivo y no de una élite, donde además no existirá la actual mercantilización del arte, ni la mirada burguesa sobre las formas de crear arte, pues el artista se liberará del yugo opresor del comercio y sus formas de producción, sin tener que “alcanzar niveles de vida adecuada” a través de la propiedad intelectual de sus obras.
[iv] https://www.ohchr.org/sp/professionalinterest/pages/cescr.aspx
[v] https://www.escr-net.org/es/recursos/observacion-general-no-17-derecho-toda-persona-beneficiarse-proteccion-intereses-morales-y