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La salud es lo primero

La nueva ola de la pandemia ya está acá. Las medidas sanitarias para enfrentarla son tardías e insuficientes: la frontera sigue perforada por la “repatriación”. Las aglomeraciones en transporte público siguen. En los lugares de trabajo no se cumplen las medidas de seguridad. Todo esto provoca más diseminación del virus. Las vacunas no alcanzan y las producidas en Argentina no vuelven. Ante este panorama, la autodefensa en salud es imperiosa necesidad. ¡Que la producción de vacunas en Argentina se envase aquí en laboratorios públicos!

* La “nueva ola” ya está aquí

La epidemia recrudece. La “primera” ola iniciada en marzo 2020 nunca desapareció. Apenas se atenuó, permaneciendo una “meseta” con alta cantidad de contagios. Al igual que el año pasado, dado el carácter de pandemia, los virus se diseminan a partir de las personas que ingresan del exterior. Desde marzo de 2021 ya era pública la situación en países vecinos, pero se demoró un mes para adoptar medidas restrictivas que no son suficientes, ya que entre miles de personas que regresan, se hace imposible impedir que se “cuelen” portadores de nuevas variantes del virus. Los casos de nuevos contagios ya superan los 8 mil por día. Las medidas gubernamentales han sido tardías. Nuevas variantes del virus ya están aquí. Las presiones empresarias, de sus políticos derechistas y sus medios de comunicación para que no se suspendan las actividades es monstruosa. Toda la propaganda se centra en la “responsabilidad individual”. Eso no es política sanitaria. Eso es facilitar la propagación de la epidemia, que es un problema social y no individual.

* Cómo enfrentar la pandemia en los lugares de trabajo

Mientras continúen las aglomeraciones laborales y los hacinamientos en el transporte público, no habrá forma de detener la circulación y diseminación del virus. Ni el gobierno ni las empresas están dispuestos a solventar económicamente lo que epidemiológicamente es la única herramienta sanitaria capaz de frenar la progresión de los contagios: interrumpir la circulación comunitaria. Como el período de incubación de la Covid es de 14 días, en un mes se interrumpiría en gran parte la circulación comunitaria del virus y la epidemia quedaría circunscripta a focos. Dicen que no hay recursos. Con una cuota de pago de la ilegal deuda externa contraída por los fugadores de capital y con un impuesto a la riqueza suficiente y a tiempo se podrían subsidiar todos los salarios de un mes de ocupados y desocupados. Como esto no ocurrirá, en lo inmediato, desde la clase trabajadora debemos realizar nuestra autodefensa de la salud y la vida. En los lugares de trabajo, debemos incrementar el control de las medidas de seguridad biológica, porque los famosos “protocolos” funcionan poco y nada. Partiendo de muchas experiencias en este año de pandemia, debemos conformar miles y miles de comisiones de control y ser muy estrictos. Persona con síntomas sospechosos de Covid debe ser licenciada inmediatamente. Y lo mismo las personas que son la cadena de contactos, cosa que las gerencias de personal violan constantemente, incluso en hospitales y clínicas privadas. Esta conducta inhumana es además un delito (art. 205 del Código Penal). Debemos exigir que el famoso “plan detectar” se cumpla, algo que tampoco se hace. Hay que exigir a empresas y autoridades de salud pública que todas las personas que han tenido contacto laboral con otra persona enferma o sospechosa de Covid, sea testeada y que no regrese al trabajo hasta tanto se confirme que es negativa. Y hay que dejar pasar 72 hs. para realizar ese análisis para que no dé un falso negativo. Mientras, deberá tener licencia igual que si estuviese enferma. Esto es distanciamiento preventivo y debe hacerse en fábricas, comercios, escuelas, oficinas y todos los centros hospitalarios y de salud, públicos y privados. La única garantía de su cumplimiento serán nuestras organizaciones de control.

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* La vacunación

Las vacunas son imprescindibles. Evitarán enfermedad grave, hospitalización y muertes. Pero no interrumpirán en forma inmediata la epidemia. Pero la escasez de vacunas y los acomodos escandalosos en todas las jurisdicciones y muchas instituciones han provocado una lentitud alarmante en la vacunación. Esta situación ha desatado otra campaña monstruosa para privatizar las vacunas, campaña que promueven los mismos que hasta hace poco ponían en duda la efectividad de vacunas que no fuesen las producidas en Estados Unidos (Pfizer y Moderna). De hecho, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires entregó vacunas a empresas de medicina pre-paga para sus asociados. Esta promovida privatización es el intento de privar a millones la posibilidad de vacunarse. Además de inhumana, esta mercantilización es sanitariamente inútil: no permitiría proteger a la mayoría de la población y la epidemia seguirá su curso. El gobierno ha hecho contratos para traer vacunas. El primero, con el laboratorio anglo-sueco AstraZeneca, productor de la vacuna Oxford. Esta empresa decidió elaborar la vacuna en Argentina en la empresa mAbxcience del grupo empresario Insud, del magnate Hugo Sigman, y envasarla en México, en fábricas contratadas por el multimillonario Slim. Ya se produjeron más de 24 millones de dosis, pero AstraZeneca incumplió el contrato aduciendo que en México no tienen los insumos para fabricar los frasquitos de vidrio. ¿Y entonces cómo y por qué esas empresas firmaron el contrato? Entre enero y marzo deberían haber entregado millones de dosis. No lo hicieron. ¡Hemos perdido tres meses! El gobierno está habilitado para exigirle a la empresa local Insud a que regrese los millones de dosis y realizar el envasamiento acá. No es nada fácil, porque no se ha previsto un mecanismo adecuado para tener a mano todos los insumos necesarios para fabricar los frasquitos. ¡Pero hay que hacerlo! Existen laboratorios públicos con larga experiencia en fabricar y envasar vacunas y medicamentos: el laboratorio de Hemoderivados de la Universidad Nacional de Córdoba y el Instituto Biológico Tomás Perón de La Plata. Numerosas organizaciones gremiales y profesionales ya se lo han exigido al gobierno (https://prensafesprosa.blogspot.com/?m=1 Argentina produce millones de vacunas…). No podemos reparar el daño hacia atrás, pero sí podemos empezar a solucionarlo. Además, el gobierno firmó un contrato con Rusia para la provisión de la vacuna Sputnik. Los medios de comunicación y grupos de “científicos” lanzaron una campaña de desprestigio y mentiras, para sembrar miedo y hacer presión para que se compre la vacuna de Pfizer, laboratorio de Estados Unidos. Esta empresa pretendía “garantías” contra juicios con bienes del Estado nacional. Pero Rusia demoró excesivamente las entregas. También se recurrió tardíamente a contratos con laboratorios de China.

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* Exigimos más recursos para Salud

A esta altura, ni siquiera todo el personal de salud del país está vacunado. Nuestra primera línea que ha puesto cientos de víctimas en la tarea asistencial (77.698 contagiados, 456 fallecidos al 01/03/21 https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/trabajadores_de_la_salud_01_03_21-se09.pdf) está desprotegida. Y además, precarizada y miserablemente remunerada. Salarios por debajo de la línea de pobreza que fuerzan a las y los trabajadores y profesionales de salud al pluriempleo. ¡Están extenuados y sus familias angustiadas! ¡Y ya estamos con una nueva ola de contagios que provocará una nueva sobrecarga física y mental! Hay que impedirlo antes que sea tarde. Los gobiernos y los centros privados deben triplicar el salario (el sueldo promedio de bolsillo de una enfermera es de 35.000$). Lo mismo vale para científicxs y técnicxs del CONICET que han desarrollado maravillosas investigaciones y tests. A todo esto sigue en pie la discusión acerca de los criterios respecto de quiénes son considerados sectores esenciales. Podemos mencionar como ejemplo a lxs trabajadores de transporte público, alimentación, servicios básicos que no pararon nunca. El INDEC dice que el salario límite de pobreza debería ser de 58.000$. Pero el gremio de Aceiteros demostró en diciembre que el salario mínimo debe ser de 91.000$. Y lo conquistó con una gran huelga. Respaldamos la reciente huelga de ATSA (Sanidad). Otra vez, gobiernos y empresarios alegan que no hay recursos. Falso. La plata está: ¡tómense los fondos destinados a pagar la ilegal deuda y aplíquese el impuesto al puñado de multimillonarios! ¡Es una cuestión de vida o muerte!

* Convocamos a organizar Comisiones de Autogestión de Salud

* Defendamos nuestras condiciones de vida y de trabajo

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