Ante la segunda ola, hay desmotivación de quiénes están en la primera línea de batalla. Sueldos que no alcanzan y desigualdad social en el testimonio de una médica en Tucumán.
Mientras la segunda ola de contagios por Covid llega
a picos históricos, los trabajadores de la salud no están preparados para
afrontarla. Tucumán es una de las provincias en la que este miércoles los
trabajadores salieron a la calle con 102 mamelucos recordando a sus colegas
fallecidos por la pandemia.
“Hay una desmotivación importante y en esta segunda ola no está el equipo de
salud parado de la misma forma. Vemos que nuestro trabajo no vale, sentimos el
desprecio del Estado y a veces de la comunidad a la que uno sirve, que no
entiende que no somos robot, sino personas también con necesidades”.
El testimonio es de Adriana Bueno, Infectóloga y Jefa del servicio de Clínica
del Hospital Regional de Concepción radicado en la capital de la provincia
norteña. Bueno es Secretaria General Sindicato de Trabajadores Autoconvocados
de la Salud (SiTAS) y hace un recuento detallado de las condiciones de los
trabajadores de la salud, el contexto social y político en la provincia.
-¿Cómo están los trabajadores de la salud?
-Estamos muy mal. Desde el punto de vista motivacional horrible porque toda la
carga del 2020 y el estrés físico, emocional y psicológico de haber atendido a
compañeros, amigos, vecinos y muchos compañeros de trabajo fallecidos, ha sido
un golpe tremendo. Tenemos una sobre exigencia importante con una retribución
absolutamente magra, que nada tiene que ver ni con la función ni con la
responsabilidad que nosotros tenemos para ejercer nuestro trabajo.
-¿Cómo es la situación salarial?
-Se ha ofrecido de un 31 a un 34 por ciento en concepto de 2021. Tucumán no
tuvo paritarias en el 2020, directamente desde el 2019 se pasa al 2021 y
hagamos de cuenta que el 2020 no existió. Lejos de querer un privilegio, en
Tucumán la carrera de médico son 7 años más las residencias, estamos hablando
por lo menos 11-12 años con la especialidad y eso no se traduce en el sueldo.
En nuestro sistema tanto los administrativos como los choferes tienen sueldos
que están por debajo de la línea de pobreza. Hoy en día se necesita 58.000 pesos
para no ser pobres, sin embargo con el aumento propuesto, en octubre esas
categorías, incluso con el presentismo, van a cobrar 54.000 pesos. Vaya a saber
cuánto va a ser la canasta básica en septiembre si faltan todavía seis meses.
-¿Y qué respuesta les ha dado el gobierno provincial?
-Se nos ofreció una propuesta donde es eso o nada, donde no podemos cambiar ni
una coma. Para nosotros no fue una verdadera paritaria, fue un simulacro, donde
el Estado tiene garantizado el sí del resto de los gremios estatales que son
oficialistas no porque uno lo crea sino que forman parte del gobierno y son
socios. Es difícil tener puestas dos camisetas y servir a dos amos a la vez.
Nuestro gremio no está a favor ni en contra de este u otros gobiernos, pero
tiene un pliego de reivindicaciones y de necesidades donde transmite las
decisiones de las bases y es la gente la que decide.
-¿Cuáles han sido las medidas de fuerza?
– Cada cosa que hacemos nos ponen resoluciones y medidas que dicen que somos
ilegales. Ahora el Estado programa, porque para esto tienen tiempo pero no para
luchar contra el coronavirus, cómo va a descontar todos los días de paro en el
mes de marzo. Responde iniciándonos acciones penales, sumarios, traslado y
hasta descuentos de 16.000 pesos a dos trabajadores, que para los funcionarios
es un vuelto pero para un trabajador es poner una familia en zozobra. En
nuestro sector los paros son siempre parciales porque «nuestros hospitales
siguen siendo covid» porque la meseta siempre fue alta. Cuando nosotros hacemos
protestas atentamos contra la población, pero cuando el Estado no organiza la
atención de otros tipos de enfermedades como cardiopatías, diabetes,
accidentes, no pasa nada.

Movilización en Tucumán con el homenaje a los 102 trabajadores fallecidos
-¿Hay otros problemas?
-Tucumán lidera todo: el porcentaje de pobreza en el NOA con el 47 por ciento,
la legislatura más cara ya que gastamos el 4,3 por ciento el presupuesto y es
el más alto del país. No tenemos garantizada el agua potable en las escuelas.
Hay mucha gente sin trabajo o con un plan de 10.000 o 12.000 que es su piso y
también el techo. Eso es todo su sustento. Esa población es la que después
nosotros atendemos. No solamente con Covid, sino con todos los problemas
sociales como nuevas epidemias que ya son viejas como los fallecidos por
accidentes viales. Pero esto no se lleva en la estadística.
-¿No pueden evitar este contexto?
– Nosotros como agentes de salud estamos dentro de la comunidad a la que
asistimos. Cada vez tenemos menos médicos porque hay falta de motivación.
Quieren que se hagan de nuevo las terapias de Covid, pero no hay médicos. La
gente no está dispuesta, no hay energía, ni predisposición. Nos pusimos al
hombro todo esto. Solamente hay aplausos pero a nosotros nos llueven las
boletas de luz, de gas, las necesidades familiares. Incluso para inscribirte en
un curso para actualización. Un médico gana menos de lo que cuesta un
televisor. Se ha perdido la relación entre nuestro trabajo y lo que cuestan las
cosas.
-¿La vacunación permite resolver el problema de la pandemia?
-Muchos docentes no quieren volver porque no están vacunados, los trabajadores
de la salud trabajamos un año sin estar vacunados. Pero aún si te ponen las dos
dosis, las escuelas no están en condiciones porque los baños están trancados
con caca, porque no hay agua potable, porque no hay baños con puertas y tablas
donde sentarse, con jabón, papel higiénico, toallas. ¿Por qué hay que
naturalizar que el baño tiene que ser algo sucio?. Acá no hay ordenanzas que
limpien las escuelas en muchos lugares. La escuela enferma. Antes se
contagiaban de hepatitis, ahora no porque han puesto la vacuna. Han puesto la
vacuna porque era más barato vacunar a todos los chicos contra la hepatitis que
asegurar el saneamiento básico como cloacas, agua potable, recolecciones de
residuos. Es tremendo. El análisis es que de haber habido escuela, se hubieran
enfermado.
-¿La situación social entonces es la pandemia?
– Acá hay médicos que yo he atendido de 79 años que han terminado el
aislamiento y tenían que volver al consultorio porque no les alcanza la
jubilación de 30.000, 40.000 pesos ni para sostener los gastos de la casa.
Estos porque tuvieron la suerte de tener la mente lúcida, pero otros no
pudieron porque los invade la enfermedad. Maltratados cuando trabajamos
activamente y mendigos lisa y llanamente cuando somos pasivos. El mensaje es
que el que estudia, pierde. La mayoría que estamos en el gremio somos hijos de
obreros y nuestros padres se sacrificaron para que nosotros estemos mejor y que
íbamos a tener libertad a través del estudio. Que distinto y difícil el futuro
que ellos creían que íbamos a tener.
Adriana Bueno, Médica Infectóloga y Jefa del Servicio de Clínica del Hospital Regional de Concepción de San Miguel de Tucumán
Secretaria General del Sindicato de Trabajadores Autoconvocados de la Salud (SITAS), con 4.000 afiliados
Secretaria Gremial de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud (FESPROSA)
Fuente: https://elmegafono.net/11606/2021/04/09/