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“Madres de abril”, unidas por el luto, reclaman justicia en Nicaragua

Managua, 11 may (dpa) – Vestidas de negro, con pañoletas blancas al cuello o sobre sus cabezas, más de 200 mujeres se reunieron este jueves en una avenida de Managua. En sus manos llevaban las fotos de sus hijos muertos en las protestas que han convulsionado a Nicaragua desde hace tres semanas.

“Madres de abril” es el primer movimiento cívico integrado por las progenitoras, abuelas, tías o hermanas de los estudiantes afectados de una u otra forma por los sucesos violentos que sumieron al país centroamericano en la peor crisis de su historia reciente.

“Decidimos unirnos porque nos mueve la solidaridad con las madres de los muchachos asesinados por la Policía”, declaró a dpa la conocida poeta y teóloga Michele Najlis, una de las promotoras del grupo, que se propone mantener reuniones semanales.

“También representamos a las madres campesinas cuyos hijos han sido asesinados por este régimen en zonas rurales”, acotó la economista Ruth Selma Herrera, coordinadora del movimiento al que ya se han unido abogadas, escritoras, periodistas, ambientalistas, médicas y sociólogas.

“Queremos demandar justicia porque la muerte de mi hijo no puede quedar en vano. Él fue asesinado por este Gobierno delincuente y corrupto”, dijo Rosa Sánchez, madre de Michael Cruz, de 30 años, que cursaba una maestría en la Universidad Politécnica y falleció el 20 de abril por un disparo en el pecho.

Ella emigró de Nicaragua a Estados Unidos en busca de trabajo hace 18 años, y hace unos días regresó para asistir al entierro de su hijo. No confía en la comisión de la verdad creada por el Gobierno. “Porque es absurdo pensar que ellos mismos se van a condenar. Sólo creo en la justicia divina y en la justicia internacional”, dijo.

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A pocos metros marchaba la madre del periodista Angel Gahona, de 43 años, asesinado mientras transmitía por Facebook live los disturbios en la ciudad de Blueelds (surcaribe). Un impactante video que registró los últimos segundos de su vida estremeció las redes sociales el 21 de abril.

“Por la memoria de mi hijo, yo quiero la verdad sin tapujos”, dijo con tristeza Amanda Gahona, en medio de otras mujeres que se secaban las lágrimas mientras clamaban “¡Justicia, justicia!”

La Policía detuvo a dos jóvenes afrodescendientes y la Fiscalía los acusó por la muerte de Gahona, cuya familia sospecha que el crimen fue cometido por uniformados. “Que se investigue a los verdaderos culpables, que están libres”, insistió la madre.

“Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, gritaron las mujeres en torno a la rotonda de Metrocentro, una transitada zona comercial de Managua. “Eran estudiantes, no eran delincuentes”, corearon otras madres, en un reclamo similar al de los familiares de los 43 normalistas mexicanos de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala, en 2014.

Con las “Madres de abril” se solidarizó también la ginecóloga argentina Ana María Pizarro, exiliada por la dictadura militar (1976-1983) y radicada en Nicaragua desde la revolución sandinista. Trabajó con el primer Gobierno de Daniel Ortega, entonces uno de los nueve comandantes izquierdistas que dirigían el país.

“Es increíble para mí estar viviendo esto ahora en Nicaragua. Después de haber participado en una revolución, me encuentro con los mismos reclamos de las madres argentinas frente a la dictadura militar: el cese de la represión y la justicia para los asesinados y desaparecidos”, aseveró.

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La crisis que enfrenta Nicaragua estalló hace casi un mes, con una manifestación estudiantil en rechazo a una reforma al Seguro Social, que aumentaba las cuotas de miles de trabajadores, jubilados y empresas. Sin embargo, las protestas se multiplicaron tras la violenta respuesta de la Policía y de fuerzas de choque del Gobierno contra los manifestantes.

El Gobierno reconoció diez fallecidos durante cinco días de protestas, pero la no gubernamental Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) asegura que al menos 59 personas murieron y más de 400 resultaron heridas, en su gran mayoría jóvenes estudiantes.

Fuente: El Digital de Asturias

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