Existe un intento de generar un relato o discurso sobre los derechos humanos que haciendo foco en la fuerte institucionalización de los mismos, los consumen como dádivas o regalos del gobierno. Lo que esconde esa mirada más allá de la notoria cuestión del fetichismo estatistai y de la institucionalización de los derechos humanosii, es que al no existir dentro de este relato relaciones sociales de poder, los derechos dependen más de la ayuda y gestión estatal, que de la lucha de clases y de la construcción y acumulación política.
En este sentido ciertas construcciones identitarias que se observan entre otros espacios en las redes sociales hacen foco en una mirada vulgarizada sobre la historia, donde por ejemplo el aguinaldo, las vacaciones pagas y muchos derechos de la clase trabajadora son obra exclusiva del peronismo, del gobierno de Perón. Este relato busca quitar la historia que hay detrás de la lucha de la clase trabajadora para conseguir esos derechos -que son fruto de la lucha y no de los gobiernos- debemos por ello resaltar que el Estado capitalista otorga derechos siempre que estos no rompan con el orden imperante, de aquí que siempre sea más fácil conseguir derechos civiles y políticos y no derechos económicos, sociales y culturales.
Es en está sintonía que por ejemplo agradecen a la “jefa” o al gobierno desde la vacunación contra el covid19 hasta la reciente aprobación del cupo laboral trans-travesti. Los derechos humanos pasan así a estar mediados por la gestión y no por la lucha. He aquí la gran cuestión y función de este relato, que ya se transformo en una idea fuerza que se diseminó por toda la sociedad y lo que es peor aún, por ciertos sectores de la militancia que defiende los derechos humanos.
Es debido a esta construcción y a que ciertamente la discusión y la formación política no están dentro del ideario de las clases gobernantes para sus gobernados, que existe un relato de los derechos humanos para la regulación y dominación social con enormes repercusiones y presencia en la sociedad, transformando a los derechos humanos en un obstáculo para la lucha, porque se ejercen, se construyen para mantener la gobernabilidad.
Esta es por ello una pelea central, ya que se trata de una pelea por el sentido de los derechos humanos, o están para regular o están para emancipar, o son parte del sistema o están en contra. Para nosotres anticapitalistas, una mirada sobre los derechos humanos que sea para la emancipación, debe contener un análisis de las relaciones de poder y por supuesto de la lucha de clases, además de fomentar prácticas prefigurativas poscapitalistas.
Es de resaltar que cuando hablamos de poder acá lo hacemos desde dos acepciones, hay una forma de poder relacional, presente en cada hálito de la existencia humana y su sociabilidad, este es un poder que se presenta horizontal. Hay otra forma de poder, un poder que es mío o tuyo, nos-me pertenece pero la cuestión es el cómo se ejerce, esta forma de poder tiene digámosle una forma o un ethos jurídico para interpretarse y asimilarse, contiene por ello un ejercicio de poder que se presenta vertical.
Pero vayamos con un ejemplo de derechos humanos desde la regulación y gestión, el gobierno armó el Consejo Económico y Social, quienes militan los derechos humanos para la dominación social festejan este intento de generar una instancia de discusión de derechos fundamentales con empresarios, sindicatos y el Estado. Este consejo sería una instancia de dialogo para consensuar políticas a largo plazo, nos dicen. Pero si observamos las relaciones de poder sabemos que los sindicalistas con la CGT a la cabeza son burócratas oficialistas y además empresarios, el Estado tiene un sentido de clase y quienes lo gobiernan son, pertenecen a las clases dominantes y qué decir de los empresarios, pues el único goce que sienten es el de la ganancia. El maquillaje discursivo pretende hacer creer que los derechos humanos son cumplidos por el Estado o que el gobierno tiene por lo menos políticas orientadas a su cumplimiento, pero en realidad mediante la institucionalización de los derechos humanos, la mirada historicista alejada de las luchas sociales y el fetichismo estatista construido en aparejo con la perspectiva neokeynesiana sobre la economía y el rol del Estado que fecunda el ideario del progresismo nacional y popular, son la triada de una operatoria cultural que busca quitarles a los derechos humanos todo lo disruptivo que puedan contener.
Es por ello que es necesario hacer hincapié en que une defensor de derechos humanos, debe en su análisis sobre cómo se ejercen las violaciones a los derechos humanos, observar la relación capital-trabajo, para comprender dónde se coloca el Estado en esta relación y cómo se irriga sobre el tejido social esta fundamental relación social, que siempre esconde mecanismos de opresión que es preciso dilucidar para fomentar y defender los derechos humanos.
Además dentro de esta comprensión y análisis observar las relaciones de poder tanto en lo que hace al ordenamiento legal como así a la práctica, hacen a corroborar que la cuestión del poder es de fundamental trascendencia para ver y comprender las violaciones a los derechos humanos, es así que la relación entre gobernantes y gobernados es claramente una relación de poder, de aquí que hay que deconstruir el discurso de cierta militancia en torno a la aceptación de la conducción verticalista y al obsecuente seguidismo, ya que esta forma de conducción política ciertamente tiene mucha relación ontológica con el capital y sus formas de dominación dado la alienación inherente que convoca.
Atacar las miradas “compañeras” que fomentan la dominación a través de los derechos humanos, como la triada institucionalización-vulgarización historicista-fetichismo estatista del movimiento progresista nacional y popular, es tan necesario como atacar las miradas sobre los derechos humanos de cualquier otro capitalista, ya que los derechos humanos y el capitalismo son antagonistas.
Esto es de suma importancia ya que sin la observancia de las formas de poder, los derechos humanos son para la dominación social, ahora cuando a los derechos humanos le agregamos el análisis de las relaciones de poder y la lucha de clases, ahí obtenemos una mirada sobre los derechos humanos más genuina y epistemológicamente desde la emancipación.
Para todos, todo
Damián Ravenna
Presidente
Asamblea Permanente por los Derechos Humanos Zona Norte de la Provincia de Buenos Aires
APDH ZONA NORTE
iPara mayor profundidad sobre este concepto: http://eldiariodejosecpaz.com.ar/el-fetichismo-en-la-construccion-de-los-derechos-humanos/
ii Para un mejor y amplio abordaje de este concepto:http://eldiariodejosecpaz.com.ar/la-institucionalizacion-de-los-derechos-humanos/