Con el entramado histórico y complejo del colectivo docente casi que podemos contar la historia del Capitalismo contemporáneo de nuestro país, pasando por Keynesianismos, neoliberalismos y hasta un esbozo de los flamantes libertarios-liberales.
Les propongo, entonces, hacer un breve recorrido.
El precariado docente
Quisiera contraponer dos realidades que hacen a la docencia y a les trabajadores docentes, realidades que son dos caras de una misma moneda y que se relaciona con la economía, el capital, el patriarcado y los DDHH.
En la Argentina, como en el resto de América Latina, hay vastas experiencias de programas de alfabetización. En el caso de Argentina, muchos de ellos se llevan a cabo por voluntaries, sin retribución económica como es el caso del programa Nunca es Tarde.
También podemos recordar los llevados a cabo por los gobiernos actuales y anteriores donde a les docentes se los contrata bajo condiciones precarias. Estoy hablando del aspecto más vulnerable en materia de derechos, dentro de lo que compone el gran abanico de la educación argentina. Lo mismo ocurre en las Universidades con les ayudantes de cátedra, o en los nuevos programas de contingencia pedagógica que vienen a salvar, al estilo manotazo de ahogado, al Estado de su responsabilidad como regulador de los derechos sociales y económicos del pueblo. Algunos ejemplos son el plan FINES (Finalización de Estudios Primarios y Secundarios) que surge en el 2008, el ATR (Acompañamiento a las Trayectorias y Revinculación) surgido durante la pandemia, al igual que el FORTE (Acompañamiento a las Trayectorias y la Revinculación).
En estos tres ejemplos que doy de programas educativos que surgen dentro de la misma escuela formal, se concretan, como dijimos antes, en condiciones de precarización laboral, condiciones quedan claras y evidentes en las resoluciones expresas de los programas, que los podemos en encontrar las páginas del Ministerio de educación de la Provincia de Buenos Aires. En las tres resoluciones de estos planes se explica con claridad que les docentes contratades sólo tienen derecho a licencia por maternidad o ART.
En el caso del FINES, que son contratos cuatrimestrales sin derecho a titularización, solo se puede faltar hasta tres veces y, en algunos distritos del país se ha conocido que les docentes se vieron obligados a firmar una nota de consentimiento a renunciar al derecho a huelga. Los otros dos programas, se sujetan a las mismas condiciones, aunque son contratos anuales y pueden faltar algunos días más, creo que son hasta diez.
La emancipación del colectivo docente y el Estado opresor
Les docentes de la provincia de Buenos Aires tenemos una ley de acuerdo paritario interesante y, comparativamente con otros gremios, e incluso dentro de la docencia a nivel nacional, está muy por arriba en cuanto a materia de derechos laborales y esto fue producto de la lucha de les trabajadores de la educación, que son quienes lograron emanciparse frente a las condiciones de opresión de su empleador, que es paradójicamente el Estado. Lograron mejores regímenes de licencia por embarazo y cuidado de hijes, teniendo en cuenta que es un gremio mayoritariamente de mujeres y personas con posibilidad de gestar, del acceso al trabajo, de la estabilidad laboral, de licencias por estudios y perfeccionamiento docente, artículos que expresan el cuidado de les trabajadores frente a la vulnerabilidad de las condiciones sociales con la que trabajamos cotidianamente, a la salud, entre otros aspectos. Todos estos logros, emancipaciones que la lucha de les trabajadores de la educación conquistaron, en estos nuevos programas de educación no se respetan, y sus modalidades de contratación quebrantan la ley del Estatuto Docente.
¿Cómo es posible que, por parte del mismo Estado, que es quién debe garantizar el pleno ejercicio de los derechos, más aún los conquistados, sea quien los vulnere?. Pero otras condiciones de precariedad económica, además de las desentramadas en los tres programas que les mencioné, también se reproduce esta situación. Esta perpetuidad de precariedad en les docentes que están en condiciones estatutarias se evidencia en los acuerdos paritarios del sueldo y en otras reglamentaciones que violan, incluso, el artículo 14 bis de la Constitución Nacional. En relación a esto último, por ejemplo, un docente de la Provincia de Buenos Aires, puede titularizar hasta dos cargos de Maestra de Grado, de preceptor, Maestra de Inicial o Maternal y un profesor hasta 20 módulos. Muches docentes precisan, por los magros sueldos, trabajar hasta tres cargos.
Cuestión suficiente como para pensar cuál es el rol del Estado que permite a sus propios trabajadores someterse a estas condiciones extremas, sino que también vulnera la calidad educativa. Ahora entonces viene la cuestión planteada en relación a la violación, por parte del Estado, de derechos constitucionales. Estos terceros cargos o módulos, fuera de lo estipulado, se pagan al 70% del sueldo oficial docente, o sea, se nos reduce un 30 por ciento el sueldo, por realizar la misma tarea. Este panorama complejo, este entramado en las condiciones laborales de les docentes pone en evidencia la aquiescencia estatal, donde el mismo Estado permite, y en la mayoría de los casos que describo, fomenta, violaciones a los DDHH. ¿Por qué sucede esto? En un sistema capitalista, el Estado “necesita” ahorrar gastos, y más aún como Estado contratista, necesita en términos de acumulación del capital, tener un excedente para poder mantener otros aspectos de la economía del gasto público como el pago de la deuda externa, por dar un ejemplo, gasto que conocemos todes y que tiene que ver con el ámbito privado del que se han beneficiado las clases dominantes. De esta manera, podríamos decir, entonces, que si el Estado como “patrón” necesita un excedente que deduce de la paga de sus empleades, está generando un plus valor a partir de una paga menor, lo que llamaríamos plusvalía.
El salario, un derecho económico, dentro de los DDHH o Un derecho económico que nos garantiza otros derechos.
Si pensamos algunos derechos humanos universales como el acceso a la vivienda, a la soberanía alimentaria, a la educación de calidad, al esparcimiento, trabajo digno y en condiciones plenas. ¿Qué es lo que viene a garantizar el acceso a estos derechos? El sueldo. Pero como dijimos, el Estado no retribuye una paga acorde a “igual remuneración por igual tarea” (como dice el art 14 bis de la CN), incluso tampoco permite el acceso a un sueldo digno, en término de poder garantizar los derechos antes mencionados. En la última paritaria docente de la Provincia de Buenos Aires, el “acuerdo” salarial, aunque se haya anunciado por parte del Gobierno y de las conducciones sindicales como un aumento del 45,5%, que se recibió en un principio con alegría por parte de les compañeres docentes; al desglosar este anuncio, en realidad este porcentaje suma el 30 % que habíamos acordado en la primera paritaria del año, y el real, en esta última paritaria es del 5% a cobrar en septiembre con el sueldo de agosto, el 4,6 en octubre y 5,9 en diciembre. Puede parecer algo interesante si nuestros sueldos fuesen suficientes al momento, pero esto se traduce en que el aumento en concreto es de aproximadamente 1300 en octubre para cobrar en noviembre y una suma similar para el sueldo de noviembre a cobrar en diciembre. Sabemos que 1300 pesos aproximadamente, no es una suma considerable para garantizar siquiera, el derecho a una alimentación digna, sin mencionar el resto de los derechos sociales.
Esta suma, incluso, no contempla el poder adquisitivo perdido en 2020 que fue del 4,6% debajo de la inflación y tampoco contempla lo perdido en años anteriores, 2016 y 2018 que fue de un 16% por debajo de la inflación. Sin entrar en detalles que no todos perciben el mismo aumento, de acuerdo a la antigüedad, y escalafón, y distorsiona, como siempre sucede, la escala salarial. Si a esta realidad le sumamos que el sueldo docente es el indicador, un regulador de los sueldos de les empleades públiques del Estado, el mismísimo Estado ahorra, en este afán por ajustar los ingresos de les trabajadores de la educación, una porción importante de recursos económicos que se deducen de nuestros bolsillos, de todes les empleados estatales, y por ende de nuestra calidad de vida, de nuestra condición humana. Así es como el Estado reproduce las formas de producción del capitalismo, generando plusvalía y vulnerando derechos humanos universales. Volvemos al concepto de aquiescencia estatal, donde no solo hace caso omiso en materia de DDHH, donde el Estado está obligado a hacerlos cumplir, sino que es quien los incumple. Esta realidad se profundizó mucho más en el contexto de cuarentena, donde la escuela, los insumos, los recursos materiales fueron solventados en su totalidad por les docentes.
La feminización de la pobreza, un rasgo que nos hace más pobres.
Nos pregunto. ¿Desde dónde nos ubicamos para ver la realidad? Y hay un aspecto más, que mencioné al comienzo: cómo se entrama la cuestión patriarcal en la realidad de les docentes, cuestión que nos hace más pobres aún, en términos económicos: a lo que llamaríamos FEMINIZACIÓN DE LA POBREZA. Cuestión que a les docentes como colectivo de trabajo, históricamente nos hace más pobres. Pensemos. Las mujeres constituyen aproximadamente el 70 % de las personas pobres del mundo y la Argentina no es la excepción. Los datos (por ejemplo Economía Feminita, 2020, 30 de abril) muestran que casi 7 de cada 10 personas del grupo poblacional con menores ingresos son mujeres y la relación se invierte para el grupo poblacional de mayores ingresos, de manera que quienes concentran la riqueza son mayoritariamente varones.
Esta realidad se siente fuertemente en el colectivo docente. ¿Por qué? En la Argentina, por cuestiones históricas, desde los inicios, y aún en la actualidad, la docencia es un trabajo fuertemente “femenino”. Y si pensamos en el presente: El censo docente del 2014 revela estos datos respecto de la relación educación – género. -Tres de cada cuatro docentes -de todos los niveles- son mujeres (el 77,7%).- Esta realidad histórica y al presente, caracteriza nuestro salario, que, desde sus orígenes, fueron salarios magros pensados en el rol de mujer como un complemento del salario del varón “jefe” del hogar, o mujeres “solteras”, que vienen a suplir un rol maternal o de sacerdocio al servicio de un Estado patriarcal que precisa de ellas para perpetuar estos roles.
El acceso a los escalafones frente a los mandatos patriarcales
Hoy cuestionados estos valores con las devenidas olas feministas, aún es difícil salir de ese sitio histórico, frente al Estado, que no escapa de los mandatos patriarcales que el sistema capitalista impone, y los reproduce, eludiendo su rol de regulador de los DDHH. Otra cuestión relacionada con lo que vengo desarrollando es que en todo el mundo el sistema patriarcal y la perpetuación de los roles de género fomentan desigualdades sociales, culturales y económicas que generan pobreza. La desigualdad laboral es uno de los principales factores que potencian la feminización de la pobreza con salarios más bajos, trabajos no remunerados y mayor tiempo dedicado a los cuidados. Un trabajo que pocas veces es reconocido y valorado. En relación a esto, en el colectivo de trabajadores docentes la participación femenina caracteriza los niveles más bajos del sistema educativo nacional (educación inicial y primaria) y presenta mayor participación masculina en los niveles más altos (educación media, formación docente, formación técnico profesional).- Acá podemos ver, que los sueldos de les trabajadores docentes más bajos del sistema educativo perciben menos ingresos: Docentes de inicial y primario, mientras que les profesores de secundaria y terciarios son mayores.
Si a esto le sumamos el acceso a los cargos jerárquicos, podemos ver que en su mayoría, comparado con el porcentaje de mujeres trabajadoras de nuestro colectivo, son mayoritariamente varones. Es decir, la pobreza aumenta la brecha de género y la desigualdad de género provoca pobreza. Un círculo que es necesario romper y, queda esclarecido, desentramando la compleja realidad de la docencia en la argentina, y en particular en la Provincia de Buenos Aires, que siendo el Estado el empleador, el Estado quién tiene la responsabilidad de promover y cumplir con derechos humanos básicos: acceso a la vivienda, a la salud, a la educación, a la alimentación, a la dignidad humana, no escapa a la genealogía del sistema capitalista, a la necesidad de acumulación del capital, generando plusvalía con porcentajes insuficientes de sus PBI dirigidos a invertir en magros salarios de sus empleades y permite estás desigualdades de género, no dando la posibilidad a regulaciones que no permitan ventajas históricas al acceso de cargos jerárquicos por parte de los trabajadores de la educación varones.
Una metáfora de la realidad
Para cerrar, y darle un giro metafórico a esta intervención, les dejo una cita de Galeano, con la que comienza su obra “Patas para arriba/La escuela del Mundo al Revés” que dice: “Si Alicia volviera Hace ciento treinta años, después de visitar el país de las maravillas, Alicia se metió en un espejo para descubrir el mundo al revés. Si Alicia renaciera en nuestros días, Hoy no necesitaría atravesar ningún espejo: le bastaría con asomarse a la ventana.”
Julieta Bottoni
Delegada en San Isidro de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos Zona Norte de la Provincia de Buenos Aires (APDH ZONA NORTE)
Delegada SUTEBA San Isidro