Ya acercándonos a fin de año, en un tiempo político hegemonizado por las disputas gobierno vs oposición, entre las PASO y las elecciones del 14 de noviembre, con la inflación derrotando a los salarios, lxs docentes santafesinxs protagonizamos un importante conflicto por reclamos salariales.
El hecho tiene cierta significación porque, en los tiempos que corren, no son muchas las peleas por sostener el poder adquisitivo de nuestros ingresos y por los elementos que están en la base de esta “anomalía”.
El marco, la propuesta, el rechazo
Como en otros gremios, en el mes de marzo se había acordado en paritarias -luego de dos semanas con paros de 48 horas- un aumento escalonado hasta septiembre que totalizaba un 35%, y luego preveía una revisión en octubre.
En la nueva paritaria el gobierno propuso otro 17% en tres tramos (10 en octubre, 5 en diciembre y 2 en febrero) para totalizar un 52%.
La conducción provincial del gremio encabezada por Sonia Alesso, la también Secretaria General de la Ctera, salió feliz con la propuesta.
La misma propuesta fue para todos los estatales. Y las conducciones burocráticas de ATE, UPCN y SADOP, subordinadas a los gobiernos provincial y nacional, rápidamente expresaron su beneplácito con la oferta.
Pero en Amsafe la propuesta debe ser sometida a la consideración de las bases. Así se hizo y, ¡oh sorpresa! se impuso el planteo impulsado por Amsafe Rosario y otras seccionales opositoras que planteamos el rechazo y un plan de lucha de 24 y 48 horas.
El gobierno y los grandes medios de comunicación (generosamente aceitados por la pauta oficial) instalaron la gran pregunta: ¿por qué todos los gremios estatales aceptan y Amsafe no?. Con más enojo se planteó que en esos días los metalúrgicos de la UOM habían aceptado un 50% y nosotrxs ¡rechazábamos un 52%! El extraño misterio no es tal; no hace falta tener una gran capacidad de análisis para entender que las conducciones que firman salarios a la baja es porque no consultan a nadie y que, en cambio, cuando las bases opinan, no expresan mucha voluntad de aceptar ingresos miserables
En lo concreto dos eran las razones más inmediatas del rechazo docente:
- La propuesta partía de un salario inicial para una maestra de $59.500, y así es necesario tener 20 años de antigüedad para superar la línea de la pobreza
- Se volvían a aumentar las cifras no remunerativas o “en negro” que vienen afectado seriamente a la Caja de Jubilaciones y la Obra Social.
Pero sin duda, además había que sumar un profundo malestar:
- Con la situación social, económica y política en general luego de todo lo transitado durante la pandemia
- Con el gobierno del Frente de Todos encabezado por Perotti
- Con el maltrato recibido por la docencia de parte de las autoridades del Ministerio durante estos casi dos años.
Más de 28000 docentes participaron de la votación y el rechazo se impuso con 15.500 votos contra 12.500.
Paro total a pesar, sobre todo, de su dirección
El paro fue total. Fueron tres días: 13, 20 y 21 de octubre. La unidad en la lucha es parte de la tradición en Amsafe, pero vale destacar que en esta ocasión debimos enfrentar:
- las aprestadas del gobierno que anticipó que iba a realizar los descuentos cargando masivamente las ausencias en el sistema
- la campaña de los medios que insistían sobre lo inexplicable de la medida y la falta de solidaridad de la docencia
- una conducción provincial que, en lugar de dirigir y fortalecer el conflicto, desde el primer día hizo todo lo posible por cerrarlo
Hubo algunas concentraciones y movilizaciones de cierta importancia y un extendido malestar con la conducción de Sonia Alesso, pero no había desborde.
El cierre buscando salvar al Frente de Todos
Cumplidas las dos semanas de plan de lucha, sin nuevas medidas votadas, gobierno y conducción provincial trataron de estirar todo los posible las negociaciones.
A diferencia de tantos conflictos anteriores, en esta ocasión el gobierno se puso firme y ratificó la misma propuesta. Lo que sorprende -o quizás hasta enoja- es que se trata de un gobierno muy debilitado, que viene de recibir una paliza en las PASO, que tiene muy bajos niveles de adhesión y que probablemente se encamina a una nueva derrota electoral. Solo se sostiene en los grandes medios de comunicación (pagados) y en las conducciones de los sindicatos y las organizaciones sociales encuadradas en el Frente de Todos.
En esta segunda votación la Celeste hizo la tarea con puntillosidad. El eje fue el miedo: por los medios, las redes y en las escuelas repitió que se trataba de elegir entre aceptar la propuesta que ya habíamos rechazado o sufrir los descuentos y no sé cuántos males más.
Con la dirección jugando así y sin ánimo de desborde los números se invirtieron. Ahora los votantes fueron 32 mil (en algunos departamentos oficialistas los números parecen un poco exagerados) y ganó la aceptación por 17.500 contra 14.500.
Perotti puede respirar un poco más aliviado; llega a las elecciones sin el conflicto en educación.
Algunos breves comentarios finales
La situación de la clase trabajadora y sus organizaciones es compleja y hay que huirles a las simplificaciones. Pero parece bastante evidente que las direcciones de los sindicatos, ampliamente ubicadas bajo el paraguas del Frente de Todos, vienen cumpliendo un rol destacado en esta extraña “paz social”. Hay un profundo malestar que se expresa en las elecciones nacionales pero que también lo hace cuando se abre algún espacio de participación gremial como fue el caso de la docencia santafesina.
En Amsafe la conducción Celeste expresa un importante desgaste y el desafío es saber aprovecharlo.
Se impone combatir el desánimo y las salidas individuales o por derecha; para ello hace falta construir una alternativa.
A mediados del año próximo se renuevan las comisiones directivas y los sectores combativos tenemos una buena oportunidad de dar batalla por la conducción provincial y la de los distintos departamentos.
Juan Pablo Casiello (Secretario Gremial Amsafe Rosario)