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Apuntes sobre socialismo desde abajo y poder popular

Presupuesto 2022 refleja que el gobierno insiste con las exigencias del FMI

El profesor Benito Aramayo afirmó que sigue la lógica de ajuste y beneficios para algunos sectores. En 2021, 4.000 millones de dólares fueron a políticas sociales y 13.300 millones se pagaron como intereses a los bancos por las Leliqs. Recordó el default de 2002 y el crecimiento hasta 2007 y señaló que el pueblo va a apoyar.

El día que el ministro Martín Guzmán iniciaba el tratamiento parlamentario del Presupuesto 2022, 13 de diciembre, el economista Benito Carlos Aramayo anticipaba por Radio Nacional de Santa Rosa, La Pampa, que la lógica del proyecto de ley “está atravesada por la discusión sobre la deuda contraída durante el período macrista” y que está hecho a la medida de las exigencias de ajuste que hace el Fondo Monetario Internacional (FMI).

 “Lo que se impone -entonces- como una necesidad nacional, popular, es suspender todo tipo de pago hasta tanto no se investigue uno por uno los fraudes, los negociados, los grandes atropellos que ha hecho a la soberanía nacional”.

Beneficiados

La propuesta que llevaba Guzmán a la Comisión de Presupuesto “se inscribe en la estrategia que adoptó el gobierno de ir haciendo una perspectiva de gasto primario que exige el FMI y mantenga los subsidios como para la Ley de Hidrocarburos que le concede importantes beneficios para los oligopolios petroleros, la Ley Agroindustrial para el núcleo de poder de los monopolios y de los terratenientes, que son el Consejo Agroindustrial, las 51 entidades que ponen en el centro lograr elevar las exportaciones”.

Pero al aire por el programa “Rebeldes sin cauce” de la AM 730, también hizo otra comparación quizás reveladora. Dijo que el ajuste tiene que ver con que el déficit primario no supere el 1,5% del PBI, un ajuste -agregó- que ya viene con el presupuesto 2021 que se están terminando de ejecutar ahora”.

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El gasto primario particularmente tiene que ver con seguridad social y desarrollo social. En 2021, la partida destinada a la primera (seguridad social) ronda los 40.000 millones de dólares, allí entran jubilaciones, pensiones, coberturas de obras sociales. En la de desarrollo social, de 4.000 millones de dólares, entran la Asignación Universal por Hijo (AUH), el programa Potenciar Trabajo y antes, el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que fue suspendido en 2020. Ese fue un primer recorte.

Mientras tanto, “el gasto corriente que hace el Estado para cubrir los intereses de las Letras de Liquidación (Leliq) va a terminar siendo este año de 13.000 millones de dólares”, ejemplificó el economista y agregó que ese “es el secreto de por qué se está emitiendo tanta moneda”.

Las Leliq son papeles que solo pueden comprar las entidades bancarias, a las que el Banco Central (BCRA) les paga una tasa de interés para que lo hagan. De esa manera saca de circulación los billetes de pesos que a va emitiendo.

“Desde el pensamiento neoliberal se atribuye que la emisión tiene que ver con el gasto social. Falso”, sentenció. “Es un absurdo lo que está ocurriendo y lo peor es que lo van a seguir haciendo”.

Ajustazo

“En 2021 se había proyectado un déficit primario de 4,5% del PBI y va terminar el año con 1,5%. Es decir, se han ahorrado el 3% del PBI, bajando todo lo que tiene que ver con desarrollo social”, apuntó Aramayo.

“El malhumor social y la bronca que existe por la política social y la política salarial, por la pérdida del poder adquisitivo, que es la capacidad real de compra, parece ser que no forma parte del balance necesariamente autocrítico que tendría que hacer el gobierno”, dijo apelativamente.

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Bisagra

“O recordamos la experiencia histórica de lo que significó 2002-2007, o repetimos la historia que va a llevar a un fracaso y a una situación mucho más grave desde el punto de vista político y social”, señaló Aramayo sobre las actuales circunstancias. Hacía así referencia al default declarado en 2002 por el “efímero gobierno de Rodríguez Saá, tras el 19 y 20 de diciembre de 2001”.

A partir de ahí y hasta 2007 tuvimos años de crecimiento, de desarrollo, de recuperación del salario real de los trabajadores, por lo tanto, la experiencia está hecha, apuntó.

“Creo que ha llegado el momento de la verdad y hay que parar la pelota. Creo que el pueblo argentino va a estar apoyando este tipo de medida ejemplar, como en el 2002, para avanzar hacia el encuentro de los niveles salariales que necesita la demanda de la industria argentina, los jubilados y los empleados públicos que han perdido poder de compra particularmente en este 2021 y ver que la recuperación del país se continúe sobre la base de no destinar ni un solo dólar a pagar esa deuda ilegítima”, concluyó el economista.

Entre el próximo 22 de diciembre y marzo de 2022, las obligaciones de pago de deuda externa suman 8.690 millones de dólares. Y las reservas líquidas netas del BCRA, son 541 millones de dólares, según su propio informe de hace 15 días atrás.

¿Se entiende la urgencia de hacer este tipo de negociaciones con el presupuesto y el Fondo?”, subrayó Aramayo.

Fuente. El Megáfono

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