El 19 de enero de 2022, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ofreció una rueda de prensa en la Sala Este de la Casa Blanca, en Washington.
En la conferencia de prensa, Biden hizo un comentario sincero sobre la Doctrina Monroe (1823), que considera a América Latina como el «patio trasero» de Estados Unidos. «No es el patio trasero de Estados Unidos», dijo Biden. «Todo lo que está al sur de la frontera con México es el patio delantero de Estados Unidos». Es decir, siguen pensando en todo el hemisferio, desde el Cabo de Hornos hasta el Río Grande, no como territorio soberano, sino, de un modo u otro, como su «patio». No hizo mucho diferencia que Biden continuara diciendo «somos pueblos iguales», ya que la metáfora que utilizó —el patio— indicaba la actitud de propietario con la que Estados Unidos opera en las Américas y en el resto del mundo.
La misma actitud que los personeros y personeras del FMI que con arrogancia fijan auditorías trimestrales para verificar que aquí abajo cumplimos con sus metas de sometimiento, acompañada de políticos serviles dispuestos a arrodillarse ante el poder económico y de grandes empresarios prestos incrementar ganancias a costa de exprimir el trabajo asalariado y saquear los recursos de la naturaleza.
Al escuchar a Biden, como no recordar el poema de Mario Benedetti de 1985 «El sur también existe» .
Con su ritual de acero
sus grandes chimeneas
sus sabios clandestinos
su canto de sirenas
sus cielos de neón
sus ventas navideñas
su culto de dios padre
y de las charreteras
con sus llaves del reino
el norte es el que ordena
(…)
pero aquí abajo abajo
cerca de las raíces
es donde la memoria
ningún recuerdo omite
y hay quienes se desmueren
y hay quienes se desviven
y así entre todos logran
lo que era un imposible
que todo el mundo sepa
que el Sur también existe