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A 10 años de la masacre de Once, “Sólo laburantes viajan en tren”. La lucha de los trabajadores de EMFER

Hace diez años atrás, recibíamos la lamentable noticia. Las personas fallecidas iban en aumento, las noticias no hablaban de otra cosa. Entre compas de Emfer, también era tema casi excluyente, la patronal nuestra era la misma que TBA. Eran mismos dueños, y no éramos ajenos a las noticias anteriores. Estábamos al tanto de las “amabilidades” que habían tenido los Cirigliano para con Jaime, que iban desde prestarle su avión privado para unas vacaciones exprés en Brasil y también estábamos al tanto de cheques millonarios para el ex funcionario, salidos del seno mismo de Emfer. Teníamos bastante claro que semejante tragedia, cambiaría rotundamente nuestra situación laboral. Las preguntas y debates entre nos, por mensajes primero, y luego los días siguientes en la fábrica, se agolparon de a miles. Qué va a pasar con nuestro futuro, era un cuestionamiento casi obvio. Se abrieron debates internos que abarcaban esas cuestiones, pero lo central, lo más importante y lo que dolía hasta los huesos eran las personas fallecidas. Rápidamente surgió el sentimiento que podría haberle pasado a cualquiera de nosotros, a nuestras personas queridas

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Sólo laburantes viajan en tren

Desde el cuerpo de delegados, fue nuestra postura desde el inicio, no podíamos estar del lado de la patronal, a quienes permanentemente les veníamos marcando y anunciando que el mantenimiento era muy diferido -esto quiere decir que las unidades hacían muchísimos más kilómetros en las vías que lo aconsejado para un correcto mantenimiento-.

Rápidamente pudimos ponernos en contacto con familiares de las víctimas, como con Paolo Menghini, papá de Lucas Menghini Rey.

Una mañana llegamos a la fábrica y algunos compas del turno nocturno nos hacen saber que en la noche y furtivamente hubo movimientos muy inusuales, colectivos y camionetas tipo fletes, entrando y saliendo. Y yendo hacia el cuarto gremial, advertimos el humo que salía de dos Volquetes llenos de documentación. En el medio de todo eso, un delegado del sector de mantenimiento entra a revisar la caldera con la que se abastecía de agua caliente a los baños y también encuentra una pila enorme con cajas llenas de carpetas, toda documentación de la ex TBA. El sótano donde estaba la caldera solía inundarse, por lo tanto esa cantidad de documentos estaba semi sumergida (hablamos de un sótano muy grande).

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Por lo tanto, no lo dudamos. No podíamos dejar de pensar en eso, que las personas fallecidas podrían haber sido una hija, un tío, hasta nosotros mismos. Rescatamos documentación del fuego y pudimos llegar a meter la denuncia con el entonces fiscal Delgado. La repercusión en los medios fue inmediata, un allanamiento a una de las fábricas de los Cirigliano. Y puertas adentro también, entiendan que era nuestra fuente de laburo y parte de la base no era ajena a aquellas naturalizaciones tales como “no se le muerde la mano a quien te da de comer”, “¿Cómo van a denunciar al patrón?”. Con el tiempo podemos decir que lo que prevaleció entre la abrumadora mayoría de ex laburantes de Emfer y Tatsa, fue que estuvimos del lado de las víctimas y no podíamos ser ajenos y mirar para otro lado. Hubo debates muy encendidos, que con el tiempo fueron saldados. Paolo Menghini visitó un par de veces la fábrica, solidarizándose también con nosotros pues la patronal lanzó una batería de causas de desafuero y penales contra el cuerpo de delegados, de memoria nombramos una donde nos acusaron de “robo en poblado y en banda” por la denuncia de la quema y ocultamiento de documentación, delito federal con penas de muchos años de cárcel. Después vendría también las luchas por la expropiación y estatización de Emfer y Tatsa, enfrentamos la represión y convivimos con móviles de la bonaerense en la puerta de la fábrica hasta que para no quedarnos sin laburo vinimos a laburar al ferrocarril.

Son muchas las añoranzas que mantenemos, porque esa fábrica se perdió, perdiendo no sólo nosotros la fuente de laburo, sino se perdió una escuela y una de las últimas fábricas con enorme capacidad operativa para reparar y hasta fabricar trenes. Emfer era una verdadera escuela, con un saber enorme entre laburantes con décadas encima de experiencia en el rubro.

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Claramente esas denuncias que hicimos no fue los motivos de que Emfer cerrara, pero en estas fechas queríamos rescatar esa actitud que se sostuvo desde un grupo de laburantes que decidió hacerle frente a una patronal y a un sistema perverso cuya desidia se llevó la vida de 52 laburantes.

One thought on “A 10 años de la masacre de Once, “Sólo laburantes viajan en tren”. La lucha de los trabajadores de EMFER

  1. Gracias Una lección de como comportarnos colectivamente como lo que somos:parte de la misma clase social con intereses propios
    Saludo fraternal

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