La Nakba es un presente continuo para el pueblo palestino que vive tanto en los territorios ocupados del ’48, en Cisjordania, Gaza, los campos de refugiados o en la diáspora, es una ocupación prolongada. En la misma lógica, el estado ocupante Israel no ha dejado nunca de agredir, asesinar y expoliar el territorio, y aunque se puede considerar a 1948 como un momento clave de ruptura y trauma colectivos, la nakba no deja de ser un proceso en curso, una catástrofe que ya empezaba a gestarse a finales del siglo XIX cuando el proyecto sionista ve en Palestina el territorio a ocupar, con la complicidad de los imperialismos del momento, especialmente del mandato británico.
La Nakba es una catástrofe incesante, que persiste desde que el colonialismo de asentamiento va avanzando sobre el territorio con la finalidad de garantizar una mayoría judía, para lo que necesita generar toda una ingeniería demográfica que fragmente, aísle, expulse, niegue la existencia del pueblo nativo. La expansión territorial necesita de un férreo control y de la eliminación del otro, crear el mito de “una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra”.
Soy la segunda generación palestina de mi familia nacida en la diáspora. Mi abuelo era de Haifa, su madre lo puso a él y a sus hermanos en un barco. He crecido con los recuerdos, nostalgias y lágrimas de mi abuelo por la patria perdida, con tradiciones familiares que pudo conservar y nos fueron transmitidas. He crecido con una madre recordándonos permanentemente nuestra ciudad de origen. He podido conocer parte de mi historia y reconocerme en una identidad colectiva como pueblo palestino. He soñado desde pequeña con mi bisabuela, la he imaginado con otras mujeres resistiendo la colonización y esperando el regreso de sus hijos anclada en el puerto de Haifa.
A pesar de los intentos coloniales de limpieza étnica, apartheid, negación de derechos, discriminación racial, judaización, vallas, muros de la vergüenza, a pesar de todo Palestina existe y resiste. Palestina enseña vida como dicen sus poetas. Y nos vamos encontrando desde la diáspora, los campos de refugiados y los territorios de toda Palestina para reafirmar de manera persistente y revolucionaria nuestro inalienable derecho al retorno, a la autodeterminación, a la liberación de toda palestina desde el río al mar.
Ana ismi Zulema, ana filastinia
اسمي زوليمة انا فلسطينية