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IX Cumbre de las Américas: la Cumbre de la Exclusión

La IX Cumbre de las Américas que se desarrolló en Los Ángeles (EEUU) tomó estado público más por las controversias respecto de los países excluidos de la convocatoria que por el temario a tratar en ella. En paralelo funcionó la Cumbre de los Pueblos.

Los documentos preparatorios de la IX Cumbre abarcaron Salud; Energía “limpia”; Infraestructura digital; Economía “verde” y Gobernabilidad democrática como se deduce fácilmente son temas de largo alcance, ningún punto de ese temario incluyó los problemas coyunturales que agobian a los países de la región: cuestiones de la pos-pandemia; economía de baja intensidad; inflación global; precio de los alimentos; crecimiento de la deuda pública; extrema concentración de los ingresos…

Al mismo tiempo y como oposición a lo que denominaron Cumbre de la Exclusión, sesionó, también en Los Angeles, la Cumbre de los Pueblos, con un temario que incluyó Democracia para quién; El pueblo por encima del lucro; Lucha por la democracia; Visión de nuestro futuro y De quiénes son las calles.

Exclusiones

La confirmación del presidente Joe Biden de que Cuba, Nicaragua y Venezuela no serían invitadas desató una catarata de críticas y países como México, Bolivia, Guatemala, Honduras y 14 naciones caribeñas manifestaron que sus presidentes no asistirían. Argentina en un principio se sumó a este bloque y propuso aprovechar la presencia de ministros para organizar una reunión de la Celac. Chile también manifestó su malestar, incluso el presidente de Brasil no asistiría, aunque por otras razones. Finalmente una oportuna gira de urgencia del senador Christopher Dodd, enviado especial de Biden, hizo que los presidentes Boric, Fernández (a cambio de una bilateral) y Bolsonaro (a cambio de una reunión privada y el compromiso de que no se hable de la deforestación de Amazonas y de sus críticas a la Corte Suprema) viajaron. El cónclave de la Celac fue cancelado, no obstante el presidente argentino, en su calidad de presidente “pro tempore” del organismo reiteró su posición en cuanto a que “…no puede haber integración con exclusiones  y bloqueos”. El discursi del presidente Fernández, que cerró las intervenciones presidenciales, fue al más duro. Cuestionó la convocatoria de EEUU “Ser anfitrión no otorga derecho de admisión sobre los países”,  criticó a Trump, cuestionó a la OEA, y terminó invitando al presidente Biden a la próxima reunión de la Celac.

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Fracaso

La convocatoria de EEUU resultó un verdadero fiasco. Tanto por la escasa representatividad regional como por la ausencia del presidente mexicano López Obrador, cuya presencia requería el presidente Biden para tratar el candente tema de la migración, y poder firmar junto a otros países la Declaración de Los Angeles, por la cual los países vecinos se comprometerían a contener en sus territorios futuros migrantes.

 Precisamente en estos días una caravana de unos 15000 migrantes (venezolanos, centroamericanos y africanos)  partió de Chiapas rumbo a la frontera, al grito de “Libertad, libertad, somos migrantes no delincuentes”. El director del Centro de Dignificación Humana estimo que la caravana está compuesta por 5000 familias, 93 embarazadas y unos 3000 niños.

Contrariamente el presidente Biden necesitaba excluir a Cuba, que sin embargo asistiera a cumbres anteriores, para garantizarse el voto de la comunidad cubana de Florida cuando faltan solo cinco meses para elecciones parlamentarias, donde puede perder la mayoría en ambas cámaras. Al mismo tiempo ha flexibilizado las relaciones con Cuba (vuelos y remesas) y Venezuela (participación en la explotación petrolera) y levantó la restricción a que los europeos compraran petróleo venezolano. Asimismo anunció la capitalización del sector privado del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) prometiendo inversiones de empresas privadas en países centroamericanos, especialmente los del llamado Triangulo del Norte (El Salvador, Honduras y Guatemala). Mientras, lanzaba la Asociación para la Prosperidad en AL (tal vez un revival de la fracasada Alianza para el Progreso de los años 60 del siglo pasado), un intento por competir con la Nueva Ruta de la Seda en la región, cuando China ya es el principal socio comercial y financiero de numerosos países de Nuestra América.

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Contexto geopolítico

Los EEUU y la OTAN buscan ampliar su política de alianzas para enfrentar la guerra de Ucrania. Este es el contexto en que fue convocada esta IX Cumbre, muy distinto al que había en 1994 cuando la primera de estas reuniones. Hoy las relaciones entre EEUU y su “patio trasero” no son de subordinación como en aquella década de hegemonía neoliberal.

 En un reciente artículo el analista Rosendo Fraga, (Clarín, 5 de mayo) constata que “…la guerra de Ucrania va registrando un proceso de autonomía de las potencias regionales respecto a las partes en conflicto”. A esta conclusión llega luego de revisar una secuencia de votaciones en organismos internacionales respecto de la guerra. Me permito sintetizarla:

* El 24 de marzo, a un mes de iniciada la guerra, en la Asamblea de las Naciones Unidas votaron por el cese de la confrontación 140 países sobre 196 (todos los del G7 y de Europa, y 29 de los 34 de América latina).

* Once días después, en la votación para separar a Rusia del Consejo de DDHH los votos contrarios a Moscú bajaron a 97 y las abstenciones crecieron de 38 a 51, mientras que los votos negativos pasaron de 5 a 24. Los países que abandonaron el rechazo a Rusia fueron encabezados por Brasil y México (AL) Nigeria y Egipto (África) Arabia Saudita e Indonesia (Asia)

* El 20 de abril en la reunión de ministros de Economía y Finanzas del G20 no hubo consenso para expulsar a Rusia del grupo, según lo propuesto por EEUU y la UE. Se opusieron los 9 países de AL, África y Asia, mientras que el G7 se fracturó. Los representantes de Alemania, Japón e Italia permanecieron en sus lugares cuando ingresó el representante de Rusia, el resto se retiró.

* En la reunión del 21 de abril de la OEA se votó la suspensión de Rusia en su calidad de Observador. 5 votos fueron a favor, 8 abstenciones, un ausente y ningún voto en contra. Un rechazo contundente a Moscú, con la salvedad que entre las abstenciones están las tres economías más grandes de la región: Brasil, México y Argentina. “A diferencia de lo sucedido en otras regiones del mundo, en que las potencias regionales arrastran los votos de su entorno, esto no pasa en la región” constata Fraga.

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* En la reunión del 26 de abril de la OTAN, para coordinar el apoyo militar a Ucrania, a los 30 países que la integran solo se sumaron 13. “Participan de esta OTAN ampliada un cuarto de los países con derecho a voto en la ONU, pero no lo hacen los que pueden considerarse potencias regionales”. De ALyC no participó ninguno, ni siquiera Colombia, único “socio global de la OTAN en la región”.

En definitiva nos dice el director del Centro de Estudios para una Nueva Mayoría “…las potencias regionales condenan la invasión pero no participan de las sanciones económicas. Esta posición predomina en Asia y África y comienza a plantearse en América latina”.

Globalización en transición

Tal era la incertidumbre acerca de la asistencia a la Cumbre que recién una vez iniciada pudo el país anfitrión oficializar la lista de los participantes. Una representación de la región muy debilitada cruzada por las ausencias y las diferencias en relación a la guerra y a Cuba, Venezuela y Nicaragua. La política aislacionista de la administración Trump dejó espacios para el avance de China y Rusia en la región y esto pesa en las decisiones y facilita cierto grado de autonomía relativa de los países frente a la declinación de la hegemonía de EEUU. El discurso del presidente argentino es una muestra del mayor margen de maniobra de nuestros países. Esto explica en parte los movimientos en el tablero internacional.

Como lo hemos reiterado en notas anterires lo que está presente es el llamado riesgo de una “globalización fragmentada” en bloques geopolíticos. EEUU, Reino Unido y UE, a los que se les podrían sumar los países reunidos en el AUKUS, conformarían un primer bloque. Un segundo bloque se formaría con China y el sudeste asiático, dependerá de cómo salga Rusia de la guerra, si fortalecida y formando un bloque propio con el sureste asiático o bien debilitada y  subordinada a la China, Se verá como jugaría la India en cada circunstancia.

No es clara todavía la ubicación futura de América Latina en esta reestructuración del mapa de poder mundial, pero las fichas se están moviendo…

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