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Remando contra el miedo

A dos semanas de la feroz represión policial contra estudiantes y profesorxs del Instituto Superior de Formación Docente N° 103 de Villa Urbana, en Lomas de Zamora, que el 22 de junio se movilizaron hacia Puente La Noria a raíz de un robo violento para reclamar por seguridad, corredores escolares, infraestructura y transportes accesibles, la comunidad educativa realizó una jornada de reflexión en la que se debatió las violencias y se repusieron demandas urgentes de justicia social. Tras el ataque de la bonaerense a palos, gases y balas de goma, que terminó con personas heridas y varixs detenidxs, la Provincia concedió al Instituto los micros que se pedían históricamente para transportar a alumnxs y personal educativx, y patrulleros, que volvieron a saturar la zona, dicen, esta vez en modo protección.

La semana pasada realizamos una jornada de reflexión sobre los sucesos que acontecieron entre los días martes 21 y viernes 24 de junio. Nos reunimos en el hall de la planta alta docentes y estudiantes de las carreras de Biología, Química, Matemática e Historia. Fue espontáneo e inmediato el deseo de expresarse, tras la conmoción que sufrieron en estos últimos días.

-¿Se sintieron insegurxs más de una vez? -preguntamos…

La respuesta nos ensordeció: fue un sí rotundo, que quiso ganar los pasillos, las aulas y las calles. No era una novedad, pero la necesidad de gritarlo está latente.

Inseguridad de todo tipo, la de los robos sumada a la inseguridad laboral, a la inseguridad de poder terminar la carrera, porque cargan con el estigma odioso del “no podés”, desde sus raíces; la inseguridad de estar maternando y paternando bien, dejando a niñxs al cuidado de otrxs mientras se dan “el lujo” de venir a estudiar.

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La palabra miedo circuló con contundencia al hablar de sensaciones. Miedo de venir a cursar por la llegada y por la partida a sus casas, miedo de perder lo poco que traen al Instituto, sumado al riesgo físico que se corre.

También la indignación se hizo presente por la indiferencia de las autoridades municipales y provinciales encargadas de organizar estrategias de seguridad: acompañamiento de estudiantes hasta la parada de colectivos, corredores que lxs conecten con lugares donde tengan acceso al transporte.

Indignación por los dichos del ministro de Seguridad, Sergio Berni, que literalmente habló sin saber o sabiendo que tenía que mentir.

Mientras tanto, compañeras contaron que van hacia la parada de colectivo con el termo de agua caliente como medida de defensa… Son ellos o nosotrxs. Ellos o nosotrxs como si habláramos de un relato de Tolkien, donde Orkos se enfrentan a Elfos.

Alguien por acá y por allá dijo que mañana serán nuestrxs estudiantes, o son sus familiares… ¿Entonces? ¿Qué se hace con esto? ¿Queremos llenar el barrio de policías? ¿O queremos justicia social?

Lo cierto es que fue muy fuerte escuchar las expresiones:

“Llegué a mi casa, vi a mis hijos, y me puse a llorar.”

“Más de una vez, cuando iba al Instituto, del pánico di media vuelta y me volví a casa.”

“Mi familia me sugiere permanentemente que deje de estudiar…”

Hartazgo, situación de vulneración permanente de toda la comunidad educativa. Por lo que sucede y que nadie niega, la mitad de nuestrxs niñxs y adolescentes pobres. Y nosotrxs remando contracorriente para que no nos siga alcanzando la miseria. Que sea la educación la respuesta a la opresión.”

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La autora es Profesora del Instituto Superior de Formación Docente y Técnica N° 103 e integrante de la Red de Docentes por el Derecho al Aborto Seguro, Legal y Gratuito

Fuente: Página/12

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