ContrahegemoniaWeb

Apuntes sobre socialismo desde abajo y poder popular

Horacio Silva

Aquel día fue un hermoso día. Acompañamos a Horacio a presentar su documentado trabajo sobre la Semana Trágica “Días Rojos, Verano Negro”. Bayer había hecho el prólogo y Horacio me pidió que también participara en la presentación de ese texto que hacía tanta falta. Y fue una noche hermosa, mucha gente, mucha calidez y Horacio estaba particularmente feliz y con razón. Uno de los últimos mensajes me lo recordó: “tengo ese recuerdo atesorado entre los más valiosos de mi pequeña vida, junto a Osvaldo, con vos”. Fue hace 11 años a medidos de noviembre y hacia calor en la Biblioteca Popular Ingenieros abarrotada de gente. Luego, cuando se mudó a Mendoza, casi no nos vimos, nos escribimos cada tanto, intercambiamos datos sobre temas a investigar, ambos metidos en la propia vorágine diaria que de pronto ciega lo verdaderamente importante. Y cuando uno lo advierte, a veces es tarde con en este caso. Una persona muy noble y generosa. Tengo su libro entre manos y en la dedicatoria me agradece “la solidaridad de acompañarlo en la presentación”. Así de noble. Realmente la noticia de su muerte es una noticia tan espantosa como injusta. Y ni que hablar de todo lo que aportaba con sus escritos. Otro golpe más. Mis profundas condolencias a su familia.

Te puede interesar:   Ocho hipótesis sobre la nueva izquierda argentina después del 2001

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *