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Entrevista. ¿Qué pasa entre Somaliland y Puntland, dos países olvidados por la prensa?

Entrevistamos a Omer Freixa, historiador, africanista y especialista en estudios afroamericanos tras la reciente matanza de 21 personas en una región disputada entre dos países no reconocidos, Somaliland y Puntland, para conocer qué está pasando en el Cuerno de África.

El 2023 comenzó con una represión sangrienta en una región disputada por dos países del Cuerno de África poco conocidos y abandonados por la presa internacional: Somaliland y Puntland. Alrededor de 21 manifestantes murieron y cientos fueron heridos en los últimos por las fuerzas armadas de Somalilandia – una región secesionista autoproclamada independiente en el norte de Somalia – reprimiendo las protestas de los habitantes de Puntland. Esta región fue colonizada por Italia y Gran Bretaña a mediados del siblo XIX y desde entonces, incluso luego de su independencia, jamás logró construirse una nación unificada, más bien fue producto de intervenciones militares imperialistas bajo las máscaras de “ayuda humanitaria” como la ocurrida en 1993 por Estados Unidos. Para conocer en profundidad sobre este tema hablamos con Omer Freixa, historiador, africanista y especialista en estudios afroamericanos.

En los últimos días se vio una represión de las autoridades de Somaliland sobre unas protestas en LaasCaanood una ciudad disputada con Puntland. Nos podes contar en primer lugar que son estos dos territorios?

O. F.: Somaliland es prácticamente un país reconocido por nadie. Surgió en 1991, aprovechando la debacle luego de la caída en Somalía del gobierno del dictador Siad Barré y proclamó su soberanía, no reconocida por Mogadiscio, la capital somalí. Obviamente el anterior no lo reconoce pero tampoco lo interviene porque no cuenta con la capacidad adecuada para someterlo y, además, el régimen disidente de Hargeisa (capital de Simaliland) cuenta con la ventaja, desde la perspectiva somalí, de no ser una nación reconocida. Somalía se encuentra desde principios de la década de 1990 sumida en una crisis absoluta y, en forma paradójica, Somalilandia mantiene mayor estabilidad que su vecino, pese a temas estructurales como la pobreza, con capital, gobierno estable y moneda, ajena a la conflictividad en mayor parte del territorio somalí. Por otra parte, Puntland comparte frontera con Somaliland, desde 1998 tiene un gobierno semiautónomo y al igual que en el vecino del oeste, hay ejército propio. En cierta forma, ambos territorios comparten determinados atributos, se desligaron por distintas vías de la guerra clánica que empezó a devastar al país del Cuerno de África, durante los 90s. A diferencia de Somalilandia, Puntland no es tan pacífica, la piratería hace de las suyas si bien se la ha logrado contener bastante. Otra diferencia con la anterior es que ese territorio desea formar parte de Somalía aunque con un status de autonomía. Por último, ambas entidades sirven de refugio a poblaciones somalíes que escapan del conflicto si bien Puntland es escenario, aunque en menor medida, de ataques e incursiones del grupo terrorista Al-Shabaab que opera principalmente en territorio somalí y es combatido por el gobierno federal con ayuda de misiones internacionales.

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¿Que está desatando este conflicto que podría ser el primer enfrentamiento bélico del 2023?

O. F.: Hace tiempo ambos Estados mantienen un pleito por la disputa territorial de un área limítrofe y el conflicto surgió en una de las ciudades ocupadas por Somalilandia casi en el borde con el Estado vecino, en la cual su población protestó por el trato dispensado, represión mediante, se produjo la muerte de al menos una veintena de personas en la última semana. En líneas generales la población aspira más a pertenecer a Puntland que al vecino occidental. Se supo, además, que la manifestación tenía como eje la protesta contra el presidente del país no reconocido por la comunidad internacional. También Hargeisa, con antelación, advirtió al gobierno de Garowe de no interferir en sus asuntos. Ya hay problemas graves, desde 1991, en todo el país del Cuerno de África como para desatar una nueva guerra civil en el norte del mismo entre dos entidades políticas a las que Mogadiscio prácticamente no controla y podría hacer poco y nada frente a otro conflicto en una zona sumamente comprometida.

Como puede verse afectada la región, en particular el cuerno de África en medio del conflicto abierto en la región de Tigray, Etiopía, y la presencia de grupos como Al Shabab en Somalía, un país que continúa bajo crisis humanitaria desde hace décadas?

O. F.: Una escalada de la violencia en el norte somalí ya implicaría un compromiso mucho mayor para una región caótica bajo la coyuntura que vive en estos últimos tiempos el Cuerno de África en donde destaca la sequía más profunda de los últimos 40 años y que pone en riesgo a casi 40 millones de personas. Si bien la región de Tigray en teoría se ha pacificado, resta el retorno de miles de personas refugiadas provenientes de Sudán y sanar las heridas de una guerra que provocó al menos 500.000 muertes desde noviembre de 2020 y la profundización de una crisis humanitaria galopante. De todos modos, plantearía con cautela la posibilidad de paz al norte de Etiopía pues varias experiencias en conflictos armados africanos enseñan que las treguas y las paces muchas veces han quedado en letra muerta.

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Fuente: economist.com

Teniendo en cuenta estas tensiones que venís explicando entorno al Cuerno de África ¿Qué rol están jugando las principales potencias mundiales en esta región?

O. F.: La región es de importancia geoestratégica por su ubicación, como conexión al Oriente, a Asia, dada la importancia atribuida siempre al Canal de Suez, no tanto por la presencia de recursos naturales como en otras zonas africanas. El caso de EEUU es peculiar. Luego de la infructuosa intervención entre 1992 y 1993 para intentar estabilizar Somalia, Washington se retiró de la región. Volvió casi treinta años después, en 2019, reabriendo su embajada en Mogadiscio. El país norteamericano está presente desde entonces y coopera en torno al combate contra el grupo islamista Al-Shabaab.

También se da una puja de intereses de las grandes potencias en el Cuerno africano, por lo que Rusia, China y los EEUU están presentes. De hecho, hace más de dos años se habló del proyecto de creación de una base naval rusa en las costas del Mar Rojo, en Sudán, que finalmente no prosperó por la rivalidad principalmente con el país americano. Por su parte, siguiendo el eje geoestratégico y su posición privilegiada, Djibouti acoge varias bases, incluyendo de la exmetrópoli, Francia, así como de China y de USA. Parte importante de la razón de ser de esos establecimientos militares es el combate contra la piratería y su conexión directa con Suez.

El Cuerno de África, al igual que el resto del continente, es escenario de la rivalidad entre las dos grandes superpotencias, EEUU y China. Ambas naciones han mostrado esfuerzos diplomáticos por poner fin a varios de los conflictos en la primera región así como cooperación y con el objeto de combatir la crisis humanitaria actual desarrollada en las preguntas anteriores. En el caso de Beijing es notoria la buena relación con Etiopía, un pivote fundamental de la región por su potencial aunque no le falten problemas como el conflicto (se supone resuelto) en Tigray. Por ejemplo, con capitales chinos se construyó el cuartel general de la Unión Africana, en Addis Ababa, capital etíope y ciudad símbolo de la unidad continental. Asimismo, el país asiático ha tenido significativo involucramiento en la construcción de la Gran Represa del Renacimiento Etíope que genera rispideces entre el gobierno etíope enfrentado al de Egipto y Sudán. También el Cuerno es eje de otras tensiones. Por ejemplo, en 2020 Taiwán inauguró una representación diplomática en Hargeisa, capital de Somaliland, correspondiendo esta en el otro país, e incitando la cólera china estos movimientos. Se compara a la isla asiática y al país no reconocido africano dentro de la óptica de casos parecidos, al no ser reconocidos por una nación más grande pues China no reconoce ningún grado de autonomía taiwanesa y la considera territorio propio.

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Teniendo en cuenta la magnitud la situación porqué crees que estos conflictos son totalmente abandonados por la prensa internacional?

O. F.: África es considerada una región periférica, en efecto el renombrado economista egipcio Samir Amin en el pasado describió al continente como “periferia de periferia” en relación al circuito atlántico de trata esclavista entre los siglos XVI y parte del XIX. Hay razones históricas para el olvido africano en los medios internacionales, la Gran Trata Atlántica y el racismo derivado lo explican en parte, aunque lo que llama la atención es que si bien es un territorio muy rico, su saqueo es silencioso y esa pantalla explica el desinterés por lo que acontece allí. Solamente, y en líneas generales, se expone la imagen de un continente -como si fuera un país- devastado, donde prevalecen noticias de hambre, pobreza y conflictos, o a lo sumo imágenes de paisajes exuberantes y las poblaciones como meros decorados. Así se explica el cliché de que el continente viva en una suerte de estado de naturaleza en el cual se toma como un dato acrítico más la pervivencia de conflictos armados como “naturales” del paisaje y sobre los cuales no es necesario ahondar ni explicar sus causas profundas cuando en muchos casos son promovidos desde el exterior por razones principalmente económicas, extractivistas. A primera vista, entonces solamente interesan cuando afectan algún objetivo occidental y, si no es así, si despiertan el interés por ayudar, la misión de salvataje occidental, la obligación del blanco en satisfacer su ego y mostrar lo honrado que es, en suma lo que se conoce como el “complejo del blanco salvador”. En breve, si la víctima es africana, negra, no conmueve tanto (o absolutamente) como si fuera de origen ucraniano. Este último año fue muy patente esa comparación y en el trato otorgado a personas que huían de Ucrania de acuerdo a su origen, nacionalidad y, sobre todo, fenotipo.

Fuente: La Izquierda Diario

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