Desde hace un par de días, en que distintos medios dieron cuenta que el Centro Cívico de Bariloche experimentará una serie de modificaciones, entre ellas será trasladado de su ubicación central la estatua ecuestre del general Roca la derecha comenzó un cacareo notable. Lo más singular del asunto es que varios historiadores “progres” esos que editan libros sobre “notas de color” edificantes del estilo que comida le gustaba más a San Martin y que escriben para grandes medios se unieron al cacareo.
Mucho más interesante resulta hojear un medio patagónico como “El Cordillerano” que da cuenta que además de otras reformas del Centro Cívico será reubicado el monumento: “El intendente ya había manifestado que “los pueblos originarios se sienten afectados por la presencia de Roca. Para evitarlo, es bueno buscar un lugar que no sea tan central para la mirada de quien va al Centro Cívico, que es utilizado por todos” (24/07/2023). Son los mismos medios que cuando en EEUU se retiraron la estatua del general confederado Lee felicitaron. En EEUU esta bien retirar a un general racista pero aquí no es correcto reubicar a quien restableció la esclavitud contradiciendo los valores de la Asamblea del Año XIII.
Evidentemente cada vez son más los ciudadanos de distinto signo político que advierten que el relato oficial sobre el pasado infantiliza la historia y nos pone en una disyuntiva simple como planteo en el texto “Pedestales y Prontuarios. Arte y discriminación”: existen individuos que fueron colocados en altos pedestales que en realidad merecen prontuarios.
Son numerosas las ciudades que se sienten “incómodas” con señalética urbana y monumentos que más que encumbrar personalidades destacadas terminan insultando a los vecinos. Como es público, Bayer comenzó hace ya mucho tiempo esta campaña por Desmonumentar a estos personajes que encumbró una elite enquistada en el puerto de Buenos Aires que le dio la espalda al interior y al resto de Latinoamérica. De esa manera son numerosas las ciudades donde se reemplazó a Julio Roca y su hermano Ataliva, a Rauch, Uriburu y otros individuos oscuros. Tal como planteo en el texto nada es tan peligroso como una estatua en su aparente inmovilidad. La estatuaria es modélica, derrama significación y sentido. Por otra parte, como es notorio, Bariloche hace años viene intentando ocultar a Roca y por eso al llegar las fiestas de finde año lo cubre con el arbolito navideño.
En buena hora saludamos esta iniciativa que prueba sin duda que estamos asistiendo a un cambio de paradigma. El uso político del pasado que utiliza al general Roca como mascarón de proa de aquella Argentina irreal que se sueña blanca bajando de los barcos comienza a resquebrajarse. Pronto tendremos más novedades. Es lento, pero viene…