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Apuntes sobre socialismo desde abajo y poder popular

PASO, dólar y la espiral de la crisis sin fin

¿En qué situación estará la economía argentina luego de las PASO? ¿Qué ocurre si Unión por la Patria saca más votos que Juntos por el Cambio? ¿Y si ocurre al revés? ¿Qué efecto tendrá el voto a Milei? Mientras el gobierno espera que el directorio del Fondo valide el acuerdo técnico firmado hace un par de semanas, la incertidumbre es lo que prima.

Los días previos a las elecciones primarias (PASO) reina la tensión en el mercado del dólar. La cotización de las transacciones abiertamente ilegales (dólar blue) subió aceleradamente y superó los 600 pesos por dólar.

De todos modos, la presión no lo llevó aún a los niveles de pánico de julio/agosto de 2022, cuando el valor había llegado a un equivalente (si consideramos la inflación acumulada) de 680 pesos aproximadamente.

Las otras cotizaciones múltiples también subieron aceleradamente, pero de forma más moderada rozaron por abajo la cotización de 6 gambas. En un nuevo guiño al Fondo, esta dinámica es acompañada por una aceleración de la devaluación oficial en el dólar mayorista, ahora a un ritmo superior al 10% mensual. En paralelo se aprecia una suba sostenida de las acciones de empresas argentinas que cotizan en el exterior, y sube el valor de los títulos de la deuda pública, al tiempo que cae el riesgo país.

¿Los grandes inversores creen que sus intereses ya triunfaron más allá del resultado electoral?

Mientras tanto el clima político se enrarece en las últimas horas, frente a tragedias sociales como la muerte violenta de una niña en un robo callejero en Lanús, represión de manifestaciones en el Obelisco (con el asesinato del periodista Facundo Molares, por parte de la policía de la Ciudad de Buenos Aires) y conatos de bronca social en la Estación de Trenes de Constitución (reprimida por la policía Federal).

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Todo trasmitido en vivo por radio y televisión en directo, y con expresiones de miseria política sin precedentes.

¿Esto alimentará la desazón y la indignación colectiva a través de un voto bronca conservador y un nivel de ausentismo acrecentado? ¿Serán estos hechos los cisnes negros que condenarán al gobierno a una derrota sin atenuantes ni chances de remontada?

El gobierno enfrentará el resultado electoral mientras espera la ratificación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), contando con que ello signifique el ingreso de unos 7,5 miles de millones de dólares, esenciales para fortalecer las reservas y con ellas enfrentar la aceleración de la corrida hacia la dolarización de activos financieros típica de los tiempos pre-electorales.

Recordemos la devaluación posterior a la derrota de Macri en la PASO de 2019. En el marco de un sistema de múltiples restricciones y tipos de cambio (el llamado “cepo”), es difícil que ocurra algo similar, lo que no quita que la inestabilidad financiera persista.

La situación es límite para el gobierno. Recordemos que en las últimas semanas pagó los vencimientos de intereses de la deuda con el FMI con nuevos créditos. Pagó intereses aumentando la deuda en moneda extranjera, ahora con China, la CAF (países de América Latina y el Caribe y un crédito “puente” de cortísimo plazo del Estado Qatarí.

Las reservas brutas del BCRA apenas superan el respaldo del dinero depositado por los ahorristas en moneda extranjera (encajes). Por fuera de eso, no queda casi nada. Por eso el gobierno multiplica las restricciones al pago de importaciones y las encarece, aun si ello pone en riesgo el crecimiento de la economía y el empleo, unos de los poco “méritos” que todavía podía mostrar. Méritos a medias, lógicamente, pues el capitalismo argentino sólo multiplica masivamente las ocupaciones precarias con sueldos de hambre (6 de cada 10 puestos de trabajo creados son informales o no asalariados), con un patrón de crecimiento extractivista, contaminante y destructor de la vida.

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Entre las PASO y la primera ronda electoral de octubre, el gobierno deberá transitar dos largos meses en la cornisa. Trabajará con lo poco que tiene para contrarrestar un clima económico y político de terror: anuncios de mejoras parciales e insuficientes en los salarios, jubilaciones y transferencias junto a promesas de un futuro venturoso, en una economía que no permite ilusionarse.

La oposición por derecha buscará construirse como una opción de mayorías prometiendo un ajuste sin medias tintas.

¿Cuáles son los niveles de sufrimiento que atraviesan las mayorías populares para poder elegir un giro conservador, de mayor ajuste y violencia estatal?

Las encuestas marcaban una situación de paridad entre los dos grandes frentes electorales, y al interior de JxC.

¿Quién sabe a ciencia cierta qué ocurrirá en las urnas?

Se cierra una nueva década perdida con un horizonte de renovado empate hegemónico. A diferencia del empate sesentista-setentista, esta vez percibimos grandes niveles de frustración y microviolencias colectivas en el marco de un sistema político cuestionado y fracturado, incapaz de canalizar las ansias de cambio social para vivir mejor, y un capitalismo voraz que sólo ofrece más saqueo y destrucción. No lograremos frenar la crisis social en ciernes si no logramos organizar la resistencia.

Fuente: Tramas.ar

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