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Apuntes sobre socialismo desde abajo y poder popular

Socorro: pequeños comentarios sobre una coyuntura de mierda

Desde el domingo a la noche, frente a los resultados electorales de las PASO he estado leyendo, reflexionando, pensando, angustiándome, haciendo números y buscando lo positivo sin mucho éxito.

Escuché  muchas radios, programas de TV, leí a Fernando Rosso en La Izquierda Diario, leí lo publicado por ContrahegemoníaWeb, a las compas de Ni una Menos haciendo un análisis feminista, a Seman, a Natanson en El Dipló, escuche la charla virtual de Le diplomatique, me conmoví con la mirada juvenil y optimista de Mar Korol, seguí los análisis del programa de radio y TV de Bercovich, escuche y leí a compas feministas, a Mariano Feliz y Melina Delelicque, a cumpas de las organizaciones, a Vilca contándonos de las elecciones en Jujuy. Sacamos cuenta de los votos del conurbano y de las provincias, nos abrazamos en cumpleaños familiares tratando de entender y no bajonearnos. En una palabra, estoy quemada con tanta información y primeros análisis. Y recordé todo lo que pasó también en estos días; el asesinato de Facundo Molares, el ataque al corte en Pumamarca, el Malón de la Paz que sigue en la permanencia activa sin ser recibidos por instituciones gubernamentales.

Qué reconfortante es que Lali Espósito, Trueno y Catriel, entre otres, le saltaron a la yugular al facho de Milei.

En ese proceso fui a la escuela a buscar a Sabino, que tiene 8 años y estaba impresionado con el triunfo de Milei. Es un nene curioso y, como todas las niñeces, una esponja de todas las cosas que están dando vuelta. Me contaba que el Pato, su compañerito, estaba preocupado porque si no había más escuela pública ¿a dónde iba a ir? Si su mamá y papá no podrían pagar una escuela privada.

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Y, además, me contó con mucha sorpresa que la mamá y el papá de una nena de su grado habían votado a Milei y que él le había respondido con el tema de la ESI, de los derechos, de la educación y salud pública. Para colmo, cuando nos íbamos, los votantes de Milei nos saludaban desde su auto y lo cargaron por tener la remera de Boca.

Esto me llevo a pensar, recordando una vieja serie de ciencia ficción: “Están entre nosotrxs”, que sí, están entre nosotrxs los extraterrestres y lxs votantes de Milei.

Pueden ser les cumpas de las organizaciones territoriales enojadxs por la mala vida, será la auxiliar de la escuela que tiene dos laburos o el pibe precarizado de la moto que tiene que hacer más pedido porque le subieron el alquiler, o la doña que cría a sus nietxs y este mes no llegó a comprarle zapatillas, o las pibas que querían ir a Bariloche al encuentro Plurinacional pero que no llegan con la guita, o el carnicero que solo abre tres veces por semana porque vende cuando hay descuento para la clientelada, o los vagos de la esquina que no votan nunca pero ahora para cagarlo al gobierno le ponen el voto a este jetón de pelo raro, o el pibe de la escuela secundaria pobre que se creyó que con este tipo su mamá va a cobrar en dólares. Escucho en la radio que mucha pibada estudiantil de la Jauretche de Florencio Varela lo votaron.  

Tantos dolores, tantas faltas de expectativas, tantas subjetividades heridas, tantos años de mentiras y promesas no cumplidas. 

Pero también me paso algo lindo. El muchacho que limpia vidrios en el semáforo y yo no tenía un peso, le dije. Él me contestó cargándome que recibían patacones, pesos paraguayos, de todo un poco. Y yo le dije: -¿Y un Milei?-  Se rio y dijo que mejor pasaba. Me preguntó a quién había votado. -A la izquierda-, contesté. Me preguntó quién era la candidata, Myriam Bregman. Se acercó al vidrio sucio y me hizo un corazoncito: -para que tenga buen día y sea feliz, -dijo con una sonrisa grande. Qué rabia me dio no poder darle algún mango por ese momento de alegría.

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Y, encima, parió la abuela

El lunes mismo la devaluación, donde se vieron concretamente las exigencias del FMI que nos ahoga, nos precariza la vida, nos deprime y nos hace entrar en crisis desde lo colectivo e individual, he escuchado muchas veces a escritorxs. Hablan de lo individual, que es ponerse a borronear páginas en blanco antes de construir ideas, tramas, de ensayos, artículos, novelas, poesías.

Salvando las distancias, porque no escribo lindo, así me siento. Empecé a escribir este artículo el martes y lo sigo editando, cambiando y reescribiendo cuando logro escuchar a cumpas que siguen construyendo lo cotidiano en las asambleas territoriales, buscando alimentos para comedores, en las asambleas del laburo, en las conferencias de prensas contra impunidades, rescatando las luchas de militantes de los ‘70 y abrazando la vida de Facundo, enojándose por las injusticias contra Laura Villalba, rescatando dentro de las declaraciones en los juicios de lesa Humanidad los recuerdos de Robi Santucho y tantxs otrxs; cuando veo las luchas de comunerxs del Malón de la Paz que, con lluvias, frío y calor se sienten abrazados por artistas populares y activistas sociales pero ninguneados por las instituciones, y aun así no decaen.

Frente a estas situaciones empiezo -hoy 17 de agosto- a volver al eje; a rescatar lo positivo de por qué la seguimos, por qué no nos ponemos elitistas y descargamos nuestras broncas contra les votantes de responsables de crímenes como la Bullrich o los autores de propuestas de locuras apocalípticas.

¿No será que en nuestras sociedades tendría que haber un poco de locura para parar tantas democracias mentirosas, burocráticas, de las resignaciones, de lo “que se puede y no exijan mas”, de tanto progresismo que están con Dios y con el diablo? No se puede, la historia de las luchas de clases nos dice que es así desde la historia de cambios sociales.

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No estamos contentas, pero tampoco desesperadxs… la seguimos.

Termino con “Los portadores de sueños”, un poema de Gioconda Belli, escritora revolucionaria: “Hoy, como muchxs, me levante con el alma prendía de un hilo, la esperanza rota y una tristeza indescriptible. Y después recordé que el arte de la derecha es desmoralizar a los pueblos. Nosotrxs vamos a seguir siendo, porfiadamente, unxs soñadorxs de un mundo más justo”.

Celina Rodríguez Molina. Espacio de géneros FPDSCP. Integrante de la Cátedra Libre Virginia Bolten. UNLP/ Feminista del Abya Yala. FAY

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