A 40 años de democracia nos preguntamos justamente sobre las rupturas y continuidades en el acceso a derechos y condiciones de vida y trabajo en el país; sobre cuales son hoy los procesos de organización, lucha y resistencia; y el papel de las organizaciones y movimientos sociales en las disputas por el financiamiento público, y los procesos de democratización. En esta línea, resulta imprescindible, por tanto, preguntarnos también, sobre las continuidades en el proyecto del capital. En esta línea, se intentará focalizar el análisis denunciando las condiciones estructurales de desigualdad en todos sus órdenes (económicas, políticas, culturales) que muchas veces las instituciones en las que trabajamos reproducen y legitiman. De tal manera, que debemos poder situarnos en qué momento del orden mundial nos encontramos: Capitalismo, en nuestro caso en los países de AL y en particular en Argentina las características que adquiere este capitalismo es un capitalismo dependiente. Siguiendo a Osorio (2017) para la teoría marxista de la dependencia (TMD), el capitalismo dependiente constituye una “forma” de capitalismo, distinta a otras formas posibles, como el capitalismo desarrollado o central. De tal manera, que este capitalismo dependiente es una forma de capitalismo, original, que emerge como resultado de los procesos relacionales que dieron vida al sistema mundial, en donde se gestan desarrollo y subdesarrollo. No podemos entender el sistema mundial capitalista, sostiene Osorio (2017), como “adelantado o atrasado”, o “maduros e inmaduros”. Una de las características central de los países periféricos y dependientes del capitalismo, es que a medida que transcurre el tiempo se profundiza y se agravan los términos de intercambio entre los países centrales y los países dependientes periféricos. Ese agravamiento hace que por ejemplo, en países como el nuestro: tomemos un ejemplo de un bien que tiene una importante función en la sociabilidad imperante en nuestro tiempo, como por ejemplo, el teléfono celular, dónde nosotrxs somos solamente terminales de ensamble de ese producto; pero la carga tecnológica, el aprendizaje de esa tecnología, los puestos de trabajo relacionado con la producción de tecnología, se quedan en los países centrales; nosotros elaboramos el producto final con un costo, que se puede medir en salarios elevadísimos. Un celular, de calidad media en Argentina hoy equivale a un salario mínimo o más, entonces la fuga de Divisas que ocasiona la compra de esa tecnología para hacer el ensamble, agrava aún más los problemas de desigualdad en los intercambios comerciales con los países centrales, y los puestos de trabajos, la tecnología y el aprendizaje se quedan en esos países y nosotros generalmente adquirimos la tecnología obsoleta desplazada por nuevos avances tecnológicos. Esto ocurre en todos esos países que no tienen un desarrollo industrial o tiene un desarrollo industrial incompleto como Argentina y el resto de América Latina; agravando un problema histórico, que lo vivimos hoy, el problema histórico de las crisis de balanza de pago, en donde la Argentina necesita las Divisas para mantener funcionando su industria, porque como no producimos bienes de capital adquirimos tecnología e insumos en el exterior. Con la exportación de granos, productos agropecuarios nunca nos va a alcanzar el dinero para poder seguir adquiriendo esos consumos que tenemos. El proyecto inconcluso de la sustitución de importaciones implicaba en su momento el desarrollo de tecnología pesada, un desarrollo tecnológico que permita construir esos bienes de capital en la región, en Argentina en particular eso fue inconcluso. Entonces revertir eso, y sobre todo cuando lo trasladamos al consumo de los trabajadores y de los sectores más empobrecidos, revertir eso, implica necesariamente un cambio revolucionario, no hay posibilidades dentro de las reglas del capital. El capitalismo fija estas reglas. (o poder tener una transformación como la de Corea del Sur o la de China, para que en esos países haya habido esa transformación hubo una fuerte intervención del estado y la fuerte dirección de la economía por parte del Estado, apuntalando tecnologías o ramas productivas bajo la protección Estatal, con fuerte planificación y un costo para lxs trabajadores). Esta es una particularidad de la reproducción del capital en el capitalismo dependiente, que implica que los capitales que operan como ejes de la acumulación en la región pueden prescindir de la demanda de lxs trabajadores, ya que ese capital está más preocupado del consumo del capital y del de lxs trabajadores de las economías y regiones en donde se realiza la plusvalía: Gran Bretaña en un tiempo, Estados Unidos, la Unión Europea y Japón más tarde, y China, si pensamos en las economías del Cono Sur regional. Nos encontramos con Estados y gobiernos que sostienen esa forma de producción, distribución y consumo; estados y gobiernos que sostienen una relación estructural del capital, una relación en donde el valor producido es del trabajo, en donde una población cada vez más reducida se apropia de la riqueza socialmente producida y se acrecienta la población cada vez más pobre. Hay un elemento que la región completa comparte a partir de la década de los golpes cívico militares, década del 70, en esa década los gobiernos cívico militares vienen a establecer un tipo de políticas económicas que no han sido modificadas por los gobiernos subsiguientes, ni siquiera por los gobiernos de sesgo progresistas. En la región no se modificó la matriz de ese proyecto instalado por las dictaduras cívico militares. Allí encontramos gran parte del origen de las desigualdades que no se pueden revertir, a menos que se modifique esa matriz establecida que es la primarización de la economía, donde las leyes de las dictaduras, leyes financieras no han sido modificadas. Por ejemplo, aquellas leyes que le permiten a las multinacionales el giro de utilidades sin obligación de reinversión en los territorios nacionales, la formación de activos en el exterior de los capitalistas locales. Quizás, el ejemplo más fuerte de eso sea durante la década kirchenerista, de corte netamente progresista, no vamos a negar eso con acceso a ciertos tipos de políticas públicas que permitían una mejora en las condiciones de vida, pero sin embargo, a pesar de esas ciertas mejoras, las condiciones de vida a los grandes capitalistas argentinos le permitió juntar 84,000 millones de dólares en el exterior, son datos que están en el Banco Central, se formaron activos en el estilo que se llaman FAE – formación de activos en el exterior – de capitales argentinos, por valor de 84,000 millones de dólares. Durante el gobierno de Macri por ejemplo, se fugaron de capitalistas locales nativos 65,000 millones de dólares. Esa es la matriz productiva y la matriz financiera en la que se accede a la democracia después de los golpes, si hay algo que no ha modificado la democracia son las leyes y las reglas de juego instaladas por la dictadura, entonces pensar que en una democracia que por más que tenga sesgos progresistas; algún gobierno como el de Lula; o el de Cristina; o el de Correa; o el de Evo; no ha modificado ese problema de raíz ninguno se atrevió a modificar eso. Entonces, ¿qué pasa? que por oleadas pueden venir ondas expansivas de la economía argentina, brasilera, o de la boliviana, o de la colombiana, o de la región, y pueden permitir a través de la política pública;porque la precarización como forma de contratación ya está establecida. Ejemplo de eso; las leyes laborales del menemismo en los 90, no fueron tocadas, era anunciada como una medida que se había aplicado como forma de emergencia ante el desempleo en el año 2000, la contratación como monotributista, hoy está establecida y es el propio estado el que contrata bajo la modalidad de monotributo, y otras formas más precarias de contratación, a su vez. también está instalado que cientos de empresas tercerizan la forma de contratación de sus trabajadores, generando que en una misma rama hay trabajadores que cobran un salario inferior al que debería por convenio colectivo de trabajo, siendo esto una violación de los convenios colectivos de trabajo, y el Estado no ha modificado eso, aunque hayamos tenido 10 años de gobiernos progresista. Entonces la mejora en los patrones de distribución viene a través de políticas del Estado a través de la asistencia, entiéndase planes o programas sociales, transferencia recursos a través de subsidio al consumo de energía, los transportes, a algunos bienes de la canasta básica, pero en esencia el capitalista no ve ningún avance sobre sus intereses (nadie los ataca) de tal manera que la avanzada conservadora viene sobre los derechos democráticos, pero los derechos económicos no modifica nada, porque ningún gobierno progresista lo modificó de fondo. Entonces, hay que hacer una diferenciación entre esos derechos democráticos y los derechos económicos, porqué saludamos y aplaudimos los avances en derechos democráticos, que fueron parte de la agenda de la lucha y organización histórica, entiéndase la ley de matrimonio igualitario, la ley del abordo seguro y gratuito, la ley de Educación sexual integral, entre muchas otras. Pero no se ha discutido lo central, las condiciones de vida de las grandes mayorías de la población, esa es una de las grandes tareas que tienen los movimientos sociales o los sectores de izquierda, los sectores que luchan por los derechos de las grandes mayorías de la población, es por supuesto, no solo defender las conquistas democráticas, sino también, avanzar sobre esto. Por ejemplo, el acceso a la tierra, es una de las grandes problemáticas hoy en la Argentina, el acceso a la vivienda y el acceso a la tierra, miles y miles de familias que alquilan o que no tienen acceso a un pedazo de tierra para construir su casa, o lxs pequeños productores que son presxs del alquiler de una pequeña parcela de tierra para producir frutas y hortalizas, y al mismo tiempo se va concentrando la producción en empresas de alto desarrollo tecnológico de gran inversión de capital; (estos son capitales intensivos que permiten la apropiación de la renta de la tierra, después, tenés siete u ocho compañías – Grobocopatel por ejemplo- que son los que comercializan lo producido en Argentina, quienes además, por declaración jurada, dicen cuánto comercializaron y si quieren liquidan los dólares que hacen falta para la reserva y si no quieren no lo liquidan, entonces el estado tiene que dar un dólar diferencial) Estos son los derechos económicos que perdimos como clase trabajadora. Ese es el punto que nunca hay que perder de vista porque es el que condiciona, que haya hoy, por ejemplo, seis niños de cada 10 estén viviendo por debajo de la vida pobreza, que tengamos un salario promedio en Argentina $120.000 cuando la canasta básica estaba en $360.000, que una familia de trabajadores no pueda acceder al alquiler de una vivienda o pueda acceder a una vivienda propia. Discutir esto, es también discutir cuáles son los alcances de la Democracia hoy y cuáles han sido las rupturas y continuidades que ha tenido. De tal manera las continuidades han sido, sobre todo, en el plano económico, no hubo modificación, y esa es una gran deuda desde los movimientos políticos, académicos, desde los movimientos sociales de poder poner cada vez más, en debate esa cuestión. Podemos arribar a decir, que en lo que interviene el estado a partir del 2003 en Argentina, por ejemplo, o con Lula en Brasil, o con Evo en Bolivia, en lo que interviene el estado, son en las consecuencias del estado neoliberal. Ahora bien, nos tenemos que detener a pensar sobre las causas, cuáles son las causas que hacen que el estado deba intervenir en las consecuencias, gran parte de esas causas son las reformas neoliberales de los finales los 70 y principios de los 90 en Argentina, que aún siguen vigentes. De tal manera que el ciclo de gobiernos progresistas garantizó mejoras en condiciones mínimas para la clase trabajadora, pero ninguna de ellas, por las formas o los programas políticos, fue de crítica al capital. Creo que en este momento hemos pasado a un estadio de la lucha política y económica a nivel global que es algo inédito para nosotrxs. Nuestra región, América Latina, se comienza a transformar en un territorio de disputa entre los grandes países capitalistas o grandes países que poseen recursos para hacer inversiones capitalistas, para apropiarse de esos recursos/bienes de la naturaleza de América Latina, y sobre todo centran su interés en el Triángulo del litio: Chile, Bolivia y Argentina. Tenemos en nuestra región, para el capital, insumos que, en el futuro cercano, ya en el presente, van a ser fundamentales para el desarrollo capitalista. Esos insumos (para el capital) así como les pasó a algunos países en África en la década del 70 y 80 con el petróleo, los minerales (el oro, los diamantes) en América Latina también comienza a avizorarse esa disputa. En esa nueva reconfiguración del capital (que quizá es muy pronto para decir si hay una nueva reconfiguración) pero sí hay ciertos rasgos que empiezan a avizorarse en esa nueva reconfiguración, o en esa nueva forma de enfrentamiento entre las grandes potencias capitalistas, la región se puede estar transformando en un territorio de disputa. Ahora, tenemos que pensar cómo la región, cómo nuestro país, como las clases sociales, los sectores políticos, los actores políticos, responden a esta disputa global sobre los recursos/bienes que tenemos. Hemos presenciado por ejemplo, el golpe de estado a Evo que la movilización popular pudo revertir y pudo encarcelaría a Añez; hemos visto lo que pasó en Brasil con un Bolsonaro que a pesar de contar con el apoyo del imperialismo y los grandes capitanes brasileros no pudo sostenerse en el poder más que un periodo; hemos visto un gobierno como el de Macri en Argentina, que contaba con todo el apoyo del capital y terminó con un país quebrado; vemos en Chile, donde se sigue luchando por derogar una constitución establecida por la dictadura; vemos la conflictividad en Ecuador, la inestabilidad política existente en Perú que en los últimos años pasaron 10 presidentes; vemos lo que pasó en Paraguay desde el derrocamiento parlamentario de Lugo hasta hoy se han sucedido gobiernos de derecha que han terminado implicados en casos de narcotráfico, lavado de activos, fuga de Divisas y demás, (que es también una forma de capitalismo). Entonces hubo resistencia desde los 90 hasta hoy, se ha reconfigurado ese tipo de resistencia porque hay una incorporación al Estado de una buena parte de ese movimiento. Mucha de esa resistencia de los sectores o de los actores sociales más desprotegidos organizados por abajo, han debido centrar su reclamo al Estado desde la asistencia. Entonces, la pregunta también surge ahí si esos “movimientos políticos sociales” no quedaron atrapados en lógicas que los iban cerrando, y quedaron encapsulados en “movimiento social” perdiendo gran parte de su agenda política, quedando algunos incorporados a la estatalidad, sobre la disputa y gestión por los recursos del estado, quedando en segundo plano poner en tensión la lógica de producción y reproducción del capital. En Argentina ha habido, hay lucha de trabajadores todo el tiempo, pero fragmentadas. Debería ser un gran debate poder pensar como clase trabajadora de conjunto, unificar los reclamos; a pesar de ello no pasa un día en la Argentina en la que no haya algún reclamo de algún sector de lxs trabajadores, lo que no se ha logrado después del menemismo en la coordinación de esas luchas y esa lucha fragmentada por supuesto que debilita. Quizás, la lucha más evidente y más fuerte que hemos tenido en los últimos tiempos, esto que hablamos de las disputas de los grandes capitales y de la disputa geopolítica, por los recursos/bienes de la naturaleza en América Latina, es en el Triángulo del litio, quizás sea lo que ha sucedido en este tiempo en Jujuy, desconocer derechos ancestrales de las comunidades sobre sus territorios para favorecer la explotación de los grandes capitales que buscan esos recursos/bienes. Manuel Fontela (2023) sobre los hechos de Jujuy, va a plantear que toda la violencia represiva que vemos hoy en Jujuy, no cabe en Gerardo Morales, ni en Juntos por el Cambio. Hace años, desde el histórico y sangriento 2001, la represión es una práctica político-estatal cotidiana que convive con/dentro/y a pesar de la democracia. Lo hemos visto innumerables veces en los últimos 22 años. Solo a modo de ejemplo Fontela menciona la represión en Chubut (2021), en Villa Mascardi (2022), en el Parque Indoamericano en Buenos Aires (2010), Tucumán (2015), Andalgalá (2012), Jujuy (2011, 3 muertos), Chubut-Pu Lof Cushamen (2017), Rio Negro-Lafken Winkul Mapu (2017), Santiago del Estero-comunidad campesina (2022), Formosa (2021). Sin embargo, creo que merece un punto central de atención lo que sucede en Jujuy, porque es el modelo que se viene planteando, que se plantea como un modelo futuro y se hace presente. Se avanza entonces, desde formas “democráticas” como las reformas constitucionales de Jujuy, y las que se están sucediendo en la región, pero termina cercenando todo derecho humano existente, y se presentan como esa respuesta consensuada de todas las vertientes políticas (hegemónicas), más allá de debates por twitter; lo cierto es, que avanza el extractivismo, usando las herramientas disponibles y garantizadas por el estado. Finalmente, quiero expresar, que entendemos que el estallido contemporáneo, demuestra el inconformismo contra las medidas regresivas del neoconservadurismo, pero no garantiza su contención o su superación, o paralización.
Claudia Montoya, 11 de agosto 2023. Fragmento de ponencia panel de cierre 1⁰ Jornadas de Trabajo Social UNSE. FAUATS Noa 2023 “Democracia, Estado, políticas públicas y movimientos sociales”
Osorio, J. y Reyes, C. (2020). La diversidad en el sistema mundial capitalista. Procesos y relaciones en la heterogeneidad imperante. México: Gedisa–UAM. 272 pp.https://revistas.unc.edu.ar/index.php/anuariohistoria/article/view/36382
Fontenla, M. (2023). Jujuy, una llama que no se apaga. Litio, Estado y represión ¿regla o excepción? Revista digital contrahegemoniaweb. Recuperado de https://contrahegemoniaweb.com.ar/2023/07/19/jujuy-una-llama-que-no-se-apaga-litio-estado-y-represion-regla-o-excepcion/