En estas elecciones, la posición que se debería adoptar frente a la ultraderecha ha generado una polémica que atraviesa a la izquierda, que si bien no es nueva tiene en este momento características específicas dado el espacio que han logrado las figuras y expresiones del fundamentalismo neoliberal propias del neo fascismo ¿Cómo posicionarse ante su crecimiento electoral y la repercusión lograda por sus ideas y, sobre todo, cómo enfrentarlo? Dado que en varios textos ya he fijado mi posición ante la actual encrucijada, me limitaré aquí a algunas reflexiones sobre puntos que se incorporaron en el debate y se explicitan como un parteaguas ante lo cual la izquierda solo tendría una única opción. [1]
1- Es útil analizar la situación latinoamericana y sus experiencias electorales para interpretar el cuadro argentino, la validez de las conclusiones dependen del rasero que se utilice. Si bien considero que esta, la llamada segunda oleada progresista, que ha llevado a la presidencia de varios países latinoamericanos a diferentes referentes populares, es de conjunto aún más conservadora que la primera, entiendo que equiparar a Lula, AMLO, Gustavo Petro y a Gabriel Boric, con Sergio Massa y todo lo que su trayectoria histórica y actual desempeño evidencia, es cuanto menos, un gran fallido. El caso de Bolivia presenta el matiz del enfrentamiento entre Arce y Evo, que lleva casi inevitablemente a una fractura del MAS. En Brasil y sobre todo en Chile y en Colombia, los triunfos electorales y limitados cambios, fueron obtenidos en contra de gobiernos de derecha existentes. En México quien ocupaba el gobierno era Enrique Peña Nieto del derechizado y corrupto PRI, con muchos puntos de semejanza con el Partido Justicialista. En nuestro país la situación es totalmente diferente, Fernandez es quien gobierna o desgobierna con Massa como superministro de economía. Este es un gobierno de derecha con una impostada retórica populista, que fue elegido sin plan ni programa, con un peronismo totalmente desmovilizado, ninguna de las modestas ilusiones que se plantearon, de investigación de la deuda, recuperación del salario y las jubilaciones, defensa de los bienes naturales, control de la inflación, para nada se cumplieron, ni siquiera se atrevieron a enfrentar al minúsculo sector que salió en defensa del el fraude y la estafa de Vicentin. Está aplicando un ajuste de dureza sin precedentes desde el 2001 a esta parte..
Más allá de nuestra América, la experiencia europea es clara, ni la decadente socialdemocracia, ni otras versiones de una izquierda conversa y complaciente, ni las variables como Podemos o Syriza cuando perdieron su perfil antisistemico, sirvieron para frenar a la derecha proto-fascista, como Meloni o Vox. Las medidas reaccionarias y las acciones represivas de Macron, son una confirmación de los resultados de haber optado en su momento por el mal menor.
2-No creo que afirmar que la presencia de Argentina los BRCIS sea suficiente para sostener que Massa, confronta con EEUU. Es una lectura lineal propia del campismo simplificador incluso no faltan quienes llegan al desatino de comparar esto con los No alineados de los 60 y los 70. Es comprensible que la derecha política no esté de acuerdo con que Argentina esté en los BRICS, porque en la disputa intercapitalista y su guerra comercial, opta por los Estados Unidos. Lo que no obsta que sus lazos económicos con China y Brasil sean fuertes, porque ambos están entre sus principales socios comerciales y como siempre, para ellos, negocios son negocios. Por otra parte la mayoría de los integrantes de los BRICS no son trigo limpio. Ni la Rusia de Putin, que sostiene una invasión fratricida en Ucrania, ni la monarquía de Arabia Saudita, que es el socio privilegiado de EEUU en el mundo árabe y su principal comprador de armamento, el que usa para bombardear sistemáticamente a la población de Yemen, ni los autoritarios y represivos gobiernos de la India, Egipto, Etiopía, los Emiratos Árabes Unidos e Irán, son ejemplos de democracias populares. El expansionismo de China también es un capítulo para analizar en profundidad.
3- ¿Será con Massa y su entorno, claramente de derecha, que se enfrentará a la ultraderecha? Nunca aconteció ni va a suceder. Es obligatorio preguntarse ¿porque, con el Frente de Todos en un gobierno de una alianza para la foto y 4 años de fracasos, la derecha y la ultraderecha se fortalecieron electoralmente, y lo que es peor aún, ganan la disputa ideológica cultural?. Si no pudieron frenarlos hasta ahora, ¿porque podrán hacerlo después de las elecciones? Solo actúan a la defensiva, y cediendo a las presiones, corriendo desde atrás de la agenda que fijan Milei y la Chocobar balbuceante de Bullrich, que los medios difunden, alimentan y amplían.
4-¿Qué tipo de cultura política se sostiene, acatando la dedocracia, la verticalización extrema de la política, ignorando la crisis de la representación y de la representatividad del sistema republicano, practicando la rosca, alianzas sin principios ni ética, abandonando la capacidad de sostener un mínimo de pensamiento crítico y autocritico, todo lo que ha conducido a esta realidad lamentable que nadie quiere asumir?. ¿Quién eligió a Daniel Scioli, a Alberto Fernández y ahora a Sergio Massa, todos candidatos de derecha? ¿Quien ejerce una vicepresidencia tan ausente ante la crisis como la presidencia de Alberto y sus ministros? Votaron disciplinadamente por Perotti gobernador peronista que, tal como burócratas infames como Barrionuevo y Gerado Martinez, entre otros, admiten públicamente simpatía por Milei, tal y cómo antes votaron a Schiaretti, el que estuvo a punto de integrarse al JXC. Y el mismo Massa dice que si gana convocará a conformar un gobierno de unidad con esa derecha que dice enfrentar. Sostienen a Sáenz en Salta, quien fuera candidato a la vicepresidencia de Massa en la elección de 2015, socio de los bodegueros, de las mineras y del banquero Britos (dueño de Macro), a Arcioni, miembro destacado del partido de Massa, repudiado por sus negocios con las empresas mineras y responsable de la violencia represiva en Chubut. Nada dijeron cuando el PJ de Jujuy le voto la reforma a Morales, amigo tanto de Massa y como de Manzano, el que se vanagloriaba de robar para la corona y ahora es el dueño de Edenor, de multimedios, de la minera Aguilar y la explotación de litio, con la plata que robo junto a Menem. Cómo puede olvidarse que en 2019 Massa, junto a Pichetto, el que fue luego candidato a vice de Macri, Scharetti, y Urtubey intentaron un reagrupamiento conservador con perfil pejotista repudiando a La Campora. Podríamos sumar a Gioja, socio de la Barrick Gold, y al monarca formoseño Infran que cumplió 28 años como gobernador. Otro ejemplo de los intereses que protege este gobierno lo dio la designación de Antonio Aracre, ex CEO de la multinacional china Syngenta, la segunda empresa que más agrotoxicos vende en el país, el mismo que ahora pasó a colaborar con la campaña de Bullrich. La naturalización del cinismo, donde todo vale y todo se puede justificar, pone la vara está tan baja que cualquiera la puede cruzar. Es una linea en la arena fácil de correr o borrar. El nivel de degradación y naturalización de esta deshilachada democracia parece no tiene fin.
La desmemoria es el camino más corto para el oportunismo presentado como pragmatismo. El peronismo de hoy es una fuerza en descomposición, al igual que las restantes organizaciones políticas burguesas, todas sin participación de la militancia, atravesadas por actos de corrupción, que habiendo perdido hace tiempo toda capacidad disruptiva, en lo esencial gobiernan al servicio de los mismos intereses que sostienen a Bullrich y Milei. Quienes alientan la ilusión de un cambio de rumbo de Massa se auto engañan porque nada permite suponer que impulsaría un giro copernicano a favor de los intereses de las mayorías. Deben saber que vendrá sangre, sudor y lágrimas.
5- La lógica de responder a la profunda crisis socioeconómica, pobreza e indigencia extrema que padecen millones de familias, solo con el miedo de que podría venir algo peor, es el camino que, como era de prever, nos condujo adonde estamos. Nada augura que quienes están y quieren seguir en el gobierno quieran y puedan cambiar, y los insuficientes paliativos que anuncian a los tropezones junto con promesas marketineras que no son más que zanahorias electorales, desaparecerán sepultadas por los compromisos asumidos con el FMI y los grupos que concentran el poder económico y financiero del país, totalmente ligados a los intereses de las corporaciones internacionales. La pregunta simple y obvia es ¿por qué esperar que el superministro hiciera algo muy distinto de lo que viene haciendo desde hace un año en el gobierno actual?
6- En lugar de encarar un debate crítico, fraterno y sincero sobre las tareas de la izquierda, quienes la acusan de haber perdido la brújula, deberían revisar el cuaderno de bitácora en el que registraban mucho de lo que ahora silencian. La escalada represiva que preparan Milei y Bullrich, no puede tapar el accionar derechista de Sergio Berni, ministro de seguridad durante todo el gobierno de Kicillof, como si hubiera reprimido con suavidad y dulzura, promoviendo múltiples y violentos desalojos de los que necesitan tierra para vivir, declarándose orgulloso de ser uno de los que más familias ha expulsado, respaldando a la policía del gatillo fácil y que es parte de las redes de narcotráfico y trata de personas, utiliza a adolecentes para hacerlos delinquir… Todo eso sería tolerable y preferible en comparación con lo que proponen Milei y Bullrich. Deliberadamente se olvida que Anibal Fernadez, el actual Ministro de Seguridad fue como el también ex ministro Sola, uno de los responsables de la Masacre del Puente Pueyrredón, del asesinato de Dario y Maxi. Como si la condena a la ultraderecha exonerara de toda responsabilidad a los que llevan cuatro años al frente de la violencia estatal.
7- Es incuestionable que el FITU mantiene un rol consecuente al lado de los que luchan, con dirigentes y militantes que están en las antípodas de los tránsfugas políticos carentes de toda ética que pueblan los partidos, sindicatos y agrupaciones de la oposición de derecha y también del oficialismo, ampliar su bancada ayuda en esa dirección , pero considero equivocado y contraproducente proponer o sugerir la conveniencia de votar a Massa en primera vuelta con el argumento de se debería “garantizar” que llegue al balotaje, lo cual implica en el mejor de los casos llamar a cortar boleta, con lo cual de la gastada táctica de apelar al “voto útil” se pasa a considerar que el voto a Myriam Bregman sería un voto perdido, lo que por añadidura repercutiría negativamente sobre el conjunto de la lista.
Es común escuchar, con maniqueos argumentos, de quienes se refugian en la creencia de que se puede entender la realidad mirandola desde la raja de una urna, que la izquierda tiene un techo electoral insuperable, que sus relativamente pocos votos revelarían su escaso aval en la sociedad. Sin pretender con esto eludir el necesario análisis de las limitaciones y debilidades del FITU, cabe recordarles lo que escribió Brecht: “Cuando los que luchan contra la injusticia son minoría, no por eso tienen razón los que sostienen la injusticia”. Debilitar a Myriam Bregman y el FITU implica reforzar esa lógica que margina o estigmatiza a “los zurdos” y sirve para facilitar la reproducción de la ficción democrática de las elecciones y la representación burguesa. Myriam y los otros candidatos de FITU son la contracara de los otros presidenciables y sus listas, por su praxis política: la reivindicación ética de los ideales en correspondencia con los actos deben primar y marcar un signo diferente ante el lábil poroteo electoral.
Todos sabemos que en la urna no registra programas ni mandatos, no caben críticas ni matices en la papeleta, todos los votos por Massa serán iguales, más allá de las intenciones de cada elector. Es el acto más recurrente de apropiación de soberanía para luego usarla en tu contra. El resultado será leído como un respaldo a su actual política de miseria y entrega, un aval a negociar el pago de la deuda, al mantenimiento de la pobreza y la indigencia, a la megamineria, a la sojizacion y el agronegocio, al ecocidio, al fortalecimiento de las fuerzas represivas, al manejo discrecional de los asuntos políticos y socio económicos conforme a los intereses de los que ejercen el poder real. Quienes repudiaron durante años las posturas de Massa y su Frente Renovador, batiendo el parche con la figura del traidor, y ahora llaman a hacer campaña por su candidatura, condenan a su militancia a una tarea más ímproba que la del mítico Sisifo.
Llegado el momento del eventual balotaje, será el tiempo de fijar posición. Debatirlo hoy es poner el eje en el sitio equivocado, más aun cuando la interna del FITU, que no fue a mi juicio, el mejor camino, puede haber dejado cicatrices.
8- Las elecciones son un espacio para el debate y la confrontación de ideas, e incluso en determinadas circunstancias una forma de acumulación política, pero considero que lo más importante es el contexto en que se dan y el posicionamiento ante la crisis existente. Resistir el embate de la derecha y la ultraderecha es incompatible con la resignación y conformismo ante lo dado y con dejar de ver que es el resultado de lo que hicieron o dejaron de hacer los sucesivos gobiernos, la vuelta infinita a más de lo mismo, sin otro horizonte totalmente desesperanzador y desmovilizante que soportar lo que se viene, porque siempre puede haber algo peor. Con esa misma retórica se dio apoyo a la fórmula Fernandez- Fernandez, sin movilizar, sin exigir proyectos claros ni compromiso alguno, y antes aún se frenó la confrontación con el gobierno de Macri, para no sacar los pies del plato y sostener la gobernabilidad esperando al 2019 , acuñando la idea de que lo único que importaba era sacar a Macri y después se vería: ese después es lo que ahora está a la vista. Y peor aún, pues lo que se viene ya lo estamos padeciendo: no hay expectativas proyectuales, la crítica asordinada al gobierno de Alberto Fernandez dejó lugar al liso y llano continuismo. Quienes hoy se limitan a proponer votar para darle una prorroga a quienes gobiernan, sin cuestionamientos ni ejercer una praxis diferente, abonan en tierra yerma. Se soslaya o minimiza la necesidad del llamado a luchar, a movilizar para tratar de imponer otra dinámica política, donde los que sufren las consecuencias de esta políticas puedan hacer valer sus derechos. Los sumisos acatadores de la dedocracia no hacen otra cosa que cuidar y aprovechar los pequeños espacios que les asignan los que deciden. Sostener este status quo es seguir abonando el camino de una ultraderecha que encontró en el descontento, manipulado por los medios y por el vaciamiento cultural, el nicho para crecer. Es la llamada pospolitica que el candidato Massa vende como un mérito: “Yo no tengo un buen discurso, me siento y trabajo, gestiono”, gestión sin ideología explícita, llamando a evitar la confrontación política y social, aprovechando una despolitizacion que alimentaron y cultivaron descartando medidas convocantes y emancipadoras. El renunciamiento a toda confrontación con el pueblo en la calle fue su signo y el de la mayoría de las organizaciones que lo apoyan. Piensan enfrentar a la ultraderecha como el lunes 5 de septiembre, cuando la infamia se hizo presente en la Legislatura, a través de un personaje tan nefasto y repudiable, negacionista y apologista del terrorismo de Estado, cuando junto a la movilización de quienes tenemos memoria, sus ausencias volvieron nuevamente a ser ominosas.
Quienes se consideran de izquierda, deberían estar al frente de la impugnación de esta democracia fallida y vaciada de todo protagonismo, una farsa de justicia, de parlamentarismo cretino, y plantear una democracia verdaderamente popular, que tenga como opción ante la barbarie capitalista, un horizonte socialista. Darle un significado transformador a la bronca y el rechazo a lo existente. No llamar a convalidarla, ni dejar que los siniestros proyectos de los energúmenos de la ultraderecha manipulen este hastío y desesperanza poniéndolo patas arriba.
9- No deberíamos dejarnos influenciar por las conductas de un sector de la sociedad que padece de ataraxia, carente de todo pensamiento crítico, que se recluye en la redes y piensa que votando cada 2 o 4 años a alguna variante sistémica como única posibilidad de supervivencia, que ahora ni siquiera alcanza el rango difuso y poroso de progresista, es suficiente para acallar su conciencia. Un sector que ahora se desespera abrumado por la impotencia, golpeado por una sorpresa que no es tal, que busca en los otros la culpa, en vez de involucrarse y tomar partido e insiste en alimentar falsas expectativas en quienes han demostrado fehacientemente de qué lado están. Si se decidieran a recorrer los barrios pobres, las villas, los asentamientos, las comunidades arrasadas y envenenadas por el agronegocio y la megamineria, conocer de cerca la dura realidad de les trabajadores a quienes el sueldo se les esfuma en pocos días, de los desocupados, a quienes son víctimas recurrentes del gatillo fácil y la represión, y decirles que su único futuro es seguir igual, sin otra opción que vivir en la miseria, porque como sabemos, Milei y Bullrich son peores.
8 de septiembre de 2023
[1] http://silvioschachter.blogspot.com
http://silvioschachter.blogspot.com/2023/04/no-vamos-hacia-el-abismo-ya-estamos-en.html