¿Qué significa votar a Milei? Estudiar los nudos centrales del discurso que La Libertad Avanza utiliza como plataforma de comunicación de sus ideas principales y modelo de país, se vuelve necesario para comprender cuál es el contenido semántico que hoy aparenta dar respuesta política a las necesidades sociales más sentidas de la población argentina. ¿En qué sector social posee su mayoría de votantes? Según las investigaciones realizadas por Micaela Cuesta y Pablo Villareal de la Universidad Nacional de San Martin, los resultados obtenidos develan que las ideas liberales libertarias posee más arraigo entre los sectores juveniles y las redes sociales de moda: “del total de sus potenciales votantes, el 71% tiene entre 16 y 40 años” y además “al momento de elegir redes sociales sus preferencias ya no se dirigen hacia Twitter o hacia Facebook, sino que ocupan los primeros lugares Instagram y Tiktok” (Ari, Tariq y Butler, Judith; 2023). El ideario liberal libertario Liberalismo: es el concepto central de su construcción ideológica (citado en múltiples oportunidades). Casta: el enemigo principal del universo de significantes que super-explota el liberal-libertarianismo en cada oportunidad (el término fue popularizado, con otros fines de clase, por el representante español de Podemos Pablo Iglesias, identificado ideológicamente con el pensamiento de izquierda, los populismos y el progresismo). Los “otros ismos”: englobamos aquí a los diferentes conjuntos ideológicos que el ideario de Milei identifican como “la causa de todos los males”: socialismo, peronismo, kirchnerismo, marxismo, radicalismo, etc. Meritocracia: una idea sostén indispensable para la justificación de las desigualdades sociales, que consta de invisibilizar las determinaciones sociales del devenir existencial humano, remplazándolas por un criterio subjetivo anclado en el esfuerzo individual y la concepción antropológica moralista que acarrea. Pretensión mesiánica: El prácticamente patológico intento perpetuo de alimentar un personaje “divinizado”, depositario de las esperanzas de quienes consideran al líder libertario un “salvador”, dejando entrever entre los operadores de fidelización de la audiencia, una religiosidad política característica del pensamiento dogmático. Utopía liberal: La Argentina previa al primer gobierno radical, el país que impulsaron los liberales de comienzo de siglo, sumado al menemismo y la “política outsider” de Mauricio Macri, configuran para Milei el paraíso al que debemos retornar, donde la mano invisible del mercado regula la existencia humana, liberada por fin del yugo de la justicia social y el igualitarismo empobrecedor. Relato ficcional: Una antojadiza interpretación de la historia, basada en ficciones y relatos sin ningún respaldo documental ni aval científico, y anclada en la visión individualista del liberalismo, conforman un relato del pasado, de la cotidianeidad presente y del futuro de nuestro país altamente funcional a sus objetivos políticos. Perversiones semánticas: conceptos como “lucha”, “libertad”, “política”, “casta”, etc. se resignifican bajo el ideario libertario, y pervierten su sentido previo para adaptarse a la amalgama de conceptos que Milei utiliza como manto para cubrir su visiones falseadas de la realidad histórica, creando así puentes semánticos significativos en la subjetividad de sus potenciales seguidores. ¿Quiénes son la casta? Parcializando la idea de libertad, Milei construye un ideal de casta, constructo teórico poco preciso en el que el líder ubica a quienes no identifica como propios, considerándose a sí mismo como un guerrero libertario, con la misión de divulgar las ideas del liberalismo, es decir: adoctrinar. Ejemplo mediático de una “enajenación enajenante”, esta “discursividad del caos” se asienta en un contexto socioeconómico de creciente angustia, con alto grado de malestar social. En medio de un contexto internacional de resurgimiento de las denominadas “nuevas derechas”, Milei canaliza con astucia comunicacional que “la sociedad está mutando, de manera acelerada” y “son corrientes submarinas que apenas podemos intuir” (Ari, Tariq y Butler, Judith; 2023). Enemigos Imaginarios Una de las categorías más simples de ilustrar por su presencia reiterativa y omnidiscursiva, es la clara construcción de un “nosotros” idealizado, y un “ellos”, demonizado sin disimulo. De acuerdo a los discursos tenidos en cuenta en esta oportunidad, la caracterización de cada una de estos grupos de referencia, sería la siguiente: ●Nosotros: Gente de bien, honesta, emprendedora y sacrificada, pero también transgresora y rebelde, que justifica su accionar “poco formal” con una indignación moral proporcional a su grado de adhesión ideológica. ●Ellos: Gente del mal, identificada con la “casta” y toda estructura política de trayectoria y/o colectivo que se organice alrededor de la esfera estatal o pública (peronismo, kirchnerismo, marxismo, políticos, ñoquis, corruptos, chorros, gremialistas, feministas, docentes, diversidades sexuales, universidades públicas, humanidades, Derechos Humanos, científicos del Conicet, etc.) A partir de ese rígido sistema de referenciado, donde “los buenos” se organizan contra “los malos”, la Libertad Avanza impulsa una peligrosa matriz de movilización de masas de criterios pragmáticos, supeditada a la voluntad política del líder y anclando el poder de su construcción discursiva en el repudio de un “ellos” imaginario estratégicamente construido. Deseo de Caos El interés por analizar discursos de relevancia social se cimienta en la intrincada vinculación que las representaciones sociales poseen con la construcción de la subjetividad, y por lo tanto, en la tendencialización de la opinión política. “Milei es un deseo de shock”, nos dice José Natanson, deseo de protagonizar la historia de forma activa aunque sea simplemente como elemento disruptivo: “el deseo mismo del hombre se constituye como deseo de hacer reconocer su deseo” (Lacan, Jaques; 179). La “doctrina del caos” que opera como principio subyacente a la asimilación de la propuesta de Milei (todo está mal, por eso no podemos estar peor), es una forma de construcción política para las variables liberales, debido a que el shock “desarma a la sociedad hasta el punto de que se someta voluntariamente a una reprogramación radical” (Byung-Chul, Han; 2014). Milei pareciera saber que cuando reinan la angustia y el hartazgo, y el gobierno no da una respuesta eficiente ante ello, un Yo satisfecho es un Yo que putea y se abraza a su eco, que más fuerte retumba, cuanto más cerca se está del abismo. El león y el gatito mimoso ¿Cómo explica Milei a sus seguidores la trama de alianza y apoyos cada vez más grande, de sectores tradicionales de la política y el gran empresariado local? ¿Hacen mella estas críticas en algunos sectores del potencial electorado liberal libertario? ¿Cuál de los dos es Milei? ¿El outsider rebelde o el títere de la oligarquía local? ¿Pueden convivir ambos personajes en la misma performance política? ¿Qué tan profunda puede tornarse esa contradicción con el avance del proceso de conformación de la identidad política de La Libertad Avanza? La lectura casi “milimétrica” de las necesidades insatisfechas de amplios sectores de la población (inflación creciente, salarios de pobreza, altos índices de informalidad, violencia social ascendente, etc.) y la posterior oferta de respuestas adaptadas (la mayoría de las veces de forma falaz o pervirtiendo el representante semántico de los significantes sociales en disputa) por parte de los equipos técnicos de La Libertad Avanza, le permite a Javier Milei ofrecer un relato de la realidad y un proyecto de país anclados en la ficción principal de su construcción discursiva: el concepto de “casta”, utilizado como un operador pragmático que actúa en reemplazo de la categoría sociológica de “clases sociales”, desplazando así el centro de su discurso político, de forma fluida según lo requiera la táctica del momento, hacia el representamen más adecuado en cada circunstancia, vaciándolo de su contenido crítico para pervertirlo en una categoría funcional a la necesidad política que demande la inmediatez de la agenda mediática. La Ficción principal: libertad… ¿para quienes? Cuando Milei ofrece libertad… ¿libertad de qué o de quiénes? ¿Es lo mismo la idea de libertad para Galperín que para una trabajadora de Pedidos Ya? ¿Se desenvuelven ambos sobre el mismo escenario cotidiano de determinaciones sociales? ¿Cómo logra el líder libertario unificar bajo una misma representación política estos opuestos? El análisis de sus estrategias comunicacionales devela algunas puntas por dónde es posible empezar a desentrañar la maraña ideológica en la que estamos inmersos. El análisis realizado nos permitió agrupar sus principales ejes estratégicos en un conjunto de cinco campos esenciales del discurso liberal: A- Perversión semántica B- Épica y representación afectiva C- Repetición apelativa D- El sistema de pertenencia/reclutamiento E- Capitalización táctica de la comunicación digital Sin profundizar en ellos, sintetizaremos lo expuesto afirmando que la estrategia discursiva del espectro ideológico que se identifica con la propuesta política liberal libertaria encarnada en la persona de Javier Milei, se construye a través de la perversión semántica de conceptos sentidos por los sectores populares y capas medias, pero resinificados en una épica basada en la representatividad afectiva, en la movilización emocional, que recurre a la repetición apelativa como herramienta de refuerzo para su sistema de reclutamiento, que a través de la generación de representaciones de pertenencia, logra capitalizar políticamente el profundo trabajo realizado en redes y el mundo virtual, hoy espacio de construcción de la subjetividad juvenil, tan históricamente en disputa. La Estrategia Avanza Detrás de cada votante hay una lógica, salpicada por la matriz fluida del discurso liberal libertario. Estas son rastreables, fácilmente identificables, estratégicamente planificadas, y por lo tanto, rebatibles, plausibles de resistencia: lo político deviene en una ética, en un modo de existir. La humanidad en juego Recuperar parte de la precariedad del tejido social en que las grandes mayorías sostenemos nuestras subjetividades (situación crítica que la pandemia profundizó), posee un valor intrínseco que la psicóloga social Ana Quiroga, siguiendo a Fraser, destaca debido a que “estamos atravesando una crisis integral que todo lo penetra. No pensemos que se trata de una crisis económica o financiera, creo que cada vez es más evidente que también es un tipo de crisis, donde está puesto en riesgo nuestra posibilidad de vida en la Tierra. La frecuencia de las turbulencias climáticas y su impacto en nuestra vida cotidiana, ese quiebre de lo cotidiano, es uno de los datos”, afirma la reconocida psicóloga argentina. “Cooperación o extinción”, sintetizó Chomsky, que es la contradicción filosófica principal que requiere resolverse para poder encarar un proyecto de mundo cuya dirección sea a contramano de la lógica de la ganancia y la explotación del capital. Para lograr “cambiar el paradigma existencial”, como diría Enrique Dussel, la generación de espacios de intercambio se convierten en una premisa necesaria para, desde la misma cotidianeidad, develar el “entretejido subjetivo de enunciación”, formar parte de él, y poner en cuestión el estilo de Milei, que busca crear un contexto cognitivo que reduce la interpretación del mundo a sus categorías ideológicas excluyentes y clasistas dominantes. Es posible dar batalla al avance de los discursos de las nuevas derechas: delinear los andamiajes de una comunicación horizontal, basada en la reciprocidad y la equidad, requiere poner en crítica práctica los discursos dominantes en el propio terreno donde coagulan ideológicamente: la compleja red de las relaciones humanas cotidianas. *Síntesis del trabajo de análisis del discurso “La Casta y Otros Enemigos Imaginarios”, que puede leerse completo en el siguiente enlace aquí

El león y el gatito mimoso*
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Genial mica te sigo desde instagram,me gustaría que hagan un grupo para poder ir a escuchar sus charlas y lo que opinan
Genial, hay un poco de análisis en el sesgo pero rescato el ojo para ver la estrategia de la libertad avanza, podríamos decir que estamos ante la campaña más barata (en términos de inversión y publicidad) y también la más popular de la historia, aunque a algunas personas no les guste la palabra “popular” fuera de su ideología, realmente un fenómeno transversal a toda la sociedad, desde los que no tienen para comer hasta los que dan trabajo a duras penas, todo indica que será en primera vuelta, abrazo.