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Bolivia en Alerta roja

A dos meses del golpe en Bolivia, la persecución se agudiza. El país andino amazónico vive una restauración conservadora, apoyada por una buena parte de la sociedad civil que durante todo el gobierno de Evo Morales fue debidamente estimulada por las campañas de odio tan conocidas en nuestra región.

Repasemos algunos casos que evidencian tal afirmación.

El 27 de diciembre la encargada de negocios de la embajada de España en La Paz visitó la residencia de la embajada de México, donde permanecen exiliados 9 ex funcionarios de Evo Morales. Lógicamente, en función del contexto lo hizo acompañada de un grupo de élite de las fuerzas de seguridad de su país.

A la salida de la legación, un grupo de civiles exaltados golpeó el vehículo diplomático en la creencia de que allí podría encontrarse el ex ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana. La policía local no intervino.

México ya había denunciado acoso oficial a su legación ante la Corte Internacional de Justicia; Bolivia expulsó a la embajadora azteca y a la encargada de negocios de España. Cuando la embajadora mexicana dejó la residencia con dirección al aeropuerto, su inmunidad diplomática fue violentada por los mismos grupos civiles que requisaron su vehículo, nuevamente sin intervención policial. Todo esto no mereció ningún comentario desfavorable en la prensa ni en el gobierno.

Este caso desató una nueva cacería de brujas, pero esta vez de alcance transcontinental. El regente del Ministerio de Gobieno, Arturo Murillo, realizó otra puesta en escena acompañado por dos diputados del partido ultraderechista español VOX, en el que reveló una nueva supertrama internacional de narcofinanciamiento entre las huestes de Evo Morales y las de Pablo Iglesias.

Los eurofascistas lucían extasiados y el cowboy Murillo ordenó a la fiscalía boliviana citar a declaración al nuevo vicepresidente de España (Iglesias), junto a Íñigo Errejón, Juan Carlos Monedero, el ex juez Baltazar Garzón y el ex jefe de Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.

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La diputada del MAS Sonia Brito caracterizó al cruzado boliviano de manera precisa: “Murillo dice un montón de mentiras que tendrá que probar. Él es juez, fiscal, testigo, el ya juzga y sanciona a las personas que odia, haciendo absoluto abuso de poder, eso se llama dictadura”.

Horas antes ella misma había sido acusada falsamente de cometer diversos delitos ante un periodista, sin capacidad de repregunta.

El acompañamiento mediático que ofrece el paraguas necesario para consolidar toda esta sarta de atropellos tiene un capítulo fascinante, encarnado por el enviado especial del medio ultraderechista español OKDIARIO, Alejandro Estrambasaguas, quien llegó a Bolivia para “investigar” el financiamiento de Evo Morales al partido de Pablo Iglesias.

Como primera medida, el comunicador se dio a la tarea de hostigar a los agentes de seguridad españoles que abandonaron Bolivia desde el aeropuerto de El Alto. Allí el periodista se presenta en plan ciudadano indignado y monta su show; entre otras acusaciones cuestiona que los agentes huyan a la una y media de la mañana del aeropuerto.

La escena es digna de ver.

El aeropuerto internacional de El Alto tiene pocos vuelos internacionales y uno de los más utilizados para conectar con Europa es el que sale diariamente a las 2.30 A.M. hacia Bogotá.

Empoderado tras la escena del aeropuerto, Estrambasaguas entrevista al ministro de Defensa Fernando López, quien fue el encargado de convencer a los militares de dar el golpe contra Evo. Del encuentro nace el siguiente titular: “Pablo Iglesias representa el hilo conductor de la mafia terrorista sediciosa”.

La próxima misión de Estrambasaguas fue ir tras los pasos del ex ministro de Gobierno de Evo Morales, Carlos Romero. El periodista encuentra el edificio donde se “esconde” la ex autoridad y monta guardia, ahora parece más un agente de inteligencia al servicio de la dictadura boliviana que un profesional de la comunicación. Informa que Romero sale de su casa el 27 de diciembre, reporta que visita dos domicilios en la zona sur de la ciudad y que visita en reiteradas oportunidades la embajada argentina.

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¿Aguantó la guardia tanto tiempo o recibe información de la policía boliviana capitaneada por Murillo?

Publica en su medio: “Acudía en taxi a la residencia de la Embajada de Argentina en La Paz de la calle Macario Pinilla, muy próxima al apartamento donde se esconde, allí pasaba varias horas reunido con altos cargos diplomáticos argentinos e incluso, en alguna ocasión llegó a dormir en las dependencias de la embajada”.

El periodista finalmente acosa a Romero en la entrada de su domicilio y horas más tarde Murillo vuelve a comparecer en TV, para informar que Romero ha sido citado a declarar.

En medio de toda la trama, los diputados de VOX visitan los sets televisivos en horario central. El congresista Hermann Tertsch afirma: “Los tenemos, tenemos a la gente que después forman Podemos, los tenemos también en otros países, los tenemos en Ecuador, pero sobre todo los tenemos en Venezuela. Los tenemos haciendo lo que es técnicas de represión, técnicas de desinformación, técnicas de guerra psicológica en la universidad, los tenemos haciendo todo tipo de prácticas de, de, de, de lo que es penetración comunista en general, y penetración y creación de cuadros comunistas precisamente para la represión…”

Antes de lanzar Podemos, el grupo de sus cuadros principales pertenecían a una especie de think-tank de izquierda llamado CEPS (Centro de Estudios Políticos y Sociales). Esta fundación asesoró los procesos constituyentes de Venezuela, Ecuador y Bolivia. Por supuesto que no lo hicieron de manera gratuita.

El 11 de noviembre el militante y comunicador argentino Facundo Molares Schoenfeld fue internado en el Hospital Municipal Alfonso Gumucio Reyes Santa Cruz de la Sierra, en estado crítico. El origen de su dolencia es dudoso, unos dijeron que padeció una insuficiencia renal aguda y otros que tenía heridas por combatir con grupos contrarios a Evo Morales. El ciudadano argentino había pertenecido a las FARC e informó que estaba haciendo una cobertura periodística. Fue atendido en el hospital, detenido y trasladado a una prisión al Altiplano. Hace más de un mes no se sabe nada sobre su estado.

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Durante la noche del sábado 4 de enero, la doctora Mirtha Mery Sanjinez Alcócer, jefa del hospital, fue detenida por haber prestado atención al paciente.

El 7 de enero, el Ministerio de Comunicación incautó equipos de la Radio Kausachum Coca que desde hace décadas es la voz de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba.

La Ministra de Comunicación, Roxana Lizárraga, informó que la radio de los cocaleros no cumple con el objeto de informar y educar con la verdad. «Respetamos la libertad de expresión, pero pondremos límites si pretenden desinformar».

Es la misma funcionaria que acusó de sediciosos a Rolando Graña y al equipo de TN.

Pocos días antes del golpe, Lizárraga había visitado Miami donde fue invitada al programa del operador Jaime Bayly, quien al presentarla saludó su presencia gracias “a los buenos oficios de mi amigo Carlos Sánchez Berzaín”.

Sánchez Berzaín, más conocido como “el zorro” o “el chulupi” (cucaracha en guaraní), es un estrecho colaborador de la CIA que ofició como ministro de Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada y es prófugo de la justicia boliviana por la masacre de octubre de 2003.

Actualmente, 592 ex funcionarixs de Evo Morales están siendo investigadxs por la justicia boliviana. Mis fuentes me informan que los fiscales compiten por ver quién pone a más gente tras las rejas.

En la semana fue Donald Trump el encargado de ponerle el marco adecuado a toda esta situación.

“La prestación de asistencia de Estados Unidos a Bolivia en el año fiscal 2020 es vital para los intereses nacionales de Estados Unidos”.

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