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Apuntes sobre socialismo desde abajo y poder popular

El cumpleaños del Papa Francisco: posible escenario de festejo en el poder del Vaticano

“Los movimientos sociales del mundo apagan las luces, Francisco pide los deseos, sopla las velas y todxs juntos aplaudimos entorno del nuevo líder mundial de la conciliación de clases.”

“El capital nuevamente agradece a la iglesia por este gran piloto de tormentas para superar la crisis.”

A partir de esta escena sintetizada a modo de provocación, intentaré colocar (con los límites que esta nota permite) algunas reflexiones surgidas durante estos años de experiencia en mi recorrido, tanto por la iglesia en la adolescencia, como por los movimientos sociales posteriormente. De alguna forma habiendo sido formado en la Iglesia y los movimientos sociales, la intención de esta opinión crítica es realizar una contribución honesta de lo que pienso a partir de lo vivido-estudiado. Espero que no solo provoque, sino que ayude a la reflexión crítica y autocrítica.

 

“El Reino de Dios surge de la acción de los más pequeños, es decir, de los más pobres, de los más miserables, de los desheredados, de los sin poder.

Su práctica pasa desapercibida al principio, no cuenta. Hace su trabajo silenciosamente, debajo de la tierra, para salir luego a flor del suelo y crecer sin parar hasta transformarse en la práctica más poderosa. Todo lo transforma.

Desde allí ha de venir el impulso incontenible de la liberación. Se trata de la construcción del poder popular que es el poder de Dios, porque Dios está en el pueblo”

Rubén Dri (Teólogo Argentino)

El poder de la Iglesia Católica en la construcción hegemónica de este nuevo bloque histórico.

El Vaticano es el estado menos democrático y con mayor influencia en la población y en las políticas de gobierno de otros países. Territorialmente asume una realidad diferente a la de otros estados-nación, se inserta mundialmente en otros territorios, como “levadura en la masa”. La elección del jefe de estado y su mandato dura para toda su vida, excepto… Esta vez. El 13 de mayo de 2013, dos meses después de las grandes movilizaciones que acompañaron la siembra del comandante Chavez en Venezuela, la Iglesia reemplaza un Papa con vida, por primera vez en la historia.

La actual situación abierta por la crisis internacional del 2009 generó la necesidad de que la iglesia se adapte al mundo, una vez más. Sucesivos escándalos, incluyendo el Vatileaks de 2012, dieron lugar a una crisis interna de la iglesia que definió el traspaso de poder. El gatopardismo de la Iglesia no pudo esperar a la muerte de Benedicto XVI, necesitaba una cara nueva que pueda asumir nuevos discursos, nueva política. Sólo 115 personas (Cardenales) en conspiración, eligieron el jefe del estado Vaticano.

El Vaticano es todavía uno de los estados más poderosos del mundo occidental. Con más de 1200 millones de fieles en el mundo, ejerce una influencia mucho mayor que la doctrina asumida por cada uno de ellos. La iglesia católica puede presentarse como la mayor terrateniente de occidente y es responsable de uno de los bancos más poderosos del mundo. Cabe destacar también que el Catolicismo, es la religión con mayor influencia mediática en occidente.

La Iglesia Católica es la principal herramienta de mercantilización de la educación, especialmente en las periferias. Según los datos del Anuario Pontificio la Iglesia administra 71.188 jardines de infantes, 95.246 escuelas primarias, 43.783 institutos secundarios, la mayoría con subsidio estatal. Desde el territorio de la escuela, el poder de la iglesia en la construcción de hegemonía es incomparable al de otros aparatos. En este ámbito el Vaticano amplía su función social en la legitimación del capital.

La estructura jerárquica y vertical de la Iglesia es rígida y, al contrario del testimonio dejado por Jesús en su tiempo histórico, garantiza los valores de la propiedad privada y la familia encima de todo. La frecuencia semanal obligatoria de participación en la comunidad, y el poder de los sacramentos para pertenecer son algunos de los aspectos que forman un carácter militante en la mayoría de sus fieles. Se destaca el perverso poder de la confesión, que les permite a los sacerdotes (y su sucesiva línea jerárquica), perdonar a las personas en nombre de Dios, previo paso por el arrepentimiento. Alimenta el secreto y la administración de esos secretos en las altas esferas para la conspiración.

Durante más de 2000 años esta Iglesia ha sabido adaptar sus intereses al poder de turno. En la actual crisis civilizatoria surgida por el límite de la ruleta especulativa del capital financiero, Francisco se presenta como una figura que llama al encuentro entre los hombres, volver a lo concreto. Una necesidad para que el sistema económico pueda recomponerse a partir del sector productivo.

Como bien dice Guillermo Cieza en un artículo que sintetiza mucho de lo que pienso: “No es la iglesia que cambia al mundo, sino el mundo que cambia a la iglesia”.[1] En el actual bloque histórico, dado el crecimiento económico de China (y el BRICS de conjunto), se va configurando un mundo multipolar. Lenta y progresivamente se descentraliza el poder en diferentes estados nación, y se abren nuevos desafíos tanto para los pueblos, como para los poderosos. La iglesia sabe de eso, y por su compromiso con el poder, no puede permitir la emergencia de otro líder de los pueblos como fue el Comandante Chavez. Por eso en la conspiración de las altas esferas de la sociedad, resulta necesario elegir el líder que pueda eclipsar nuevas grandes figuras con las que el pueblo pueda identificarse. Y sembrar un fanatismo en los pueblos.

 

El perfil del Líder que hoy festeja sus 79 años con el mundo entero.

Sabemos que Francisco es Bergoglio, un hombre, blanco y del sur. Durante toda su vida, Bergoglio vivió comprometido y coherente con las opciones que realizó. Siempre formando parte y ocupando, desde hace muchos años, la dirección de estructuras religiosas, políticas e ideológicas a través de las cuales asumió un rol en la sociedad: la conciliación.

La iglesia (los jesuitas), y el peronismo, son las dos vertientes principales del pensamiento político de Francisco. A lo largo de su historia, asumió el rol de piloto de tormentas frente a las crisis, obteniendo un protagonismo ejemplar en sus posturas de centro que en largo plazo acabaron legitimando la dominación. Sólo por elegir dos momentos significativos de la historia Argentina: 1) Durante la dictadura, no había lugar para conciliar, pero se las arregló para cumplir una función intermediaria, y que las sospechas sobre su complicidad no ganen protagonismo en la escena. Hasta consiguió construir una versión de compromiso con los Padres Iorio y Jalics que supuestamente el mismo habría entregado[2]. 2) En la crisis del 2001, producto del neoliberalismo, tuvo una gran prueba al frente de la Iglesia de Buenos Aires, con los pies en el barro y entre los pobres llamó a la conciliación y la calma, cuando la resistencia había ganado la escena y todo estaba para ser transformado. El papa de la conciliación sabe de masificación del discurso, siempre perteneció a grandes aparatos que alternadamente se han posicionado de un lado u otro en la sociedad de clases.

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Francisco se presenta como Puente y los es, de alguna forma todxs nosotrxs somos puentes. El Papa puente media la relación personal entre los fieles y Dios pidiendo siempre: “Recen por mi”. Un gran líder, con la capacidad de mediar entre el creyente y su Dios (idea). Como fue en la dictadura Argentina, tendiendo un puente de silencio absurdo por donde circuló la impunidad. Será un puente también hoy para que nuevos escenarios permitan la circulación de capitales mas humanos y menos destructores de la casa común.

Es el Papa de la conciliación, y cumplirá su rol en la Iglesia mundial: va a garantizar los pilares de la familia y la propiedad privada mientras que, adaptándose a los tiempos, les va a pedir a los poderosos del mundo que la copa derrame hasta que alcance para que todxs tengan un Techo, un Trabajo y una Tierra donde sembrar. Fue elegido meticulosamente romper un sistema, sino para reconocer a los excluidos, para integrarlos finalmente, abrir un espacio determinado de participación para segmentarlos más efectivamente. En esta etapa el sistema, para superar la crisis, necesita de los más humildes cumpliendo una función, dentro sintiéndose parte, con esperanza. Pero no todos pueden decidir sobre el rol que deben cumplir en el cuidado de la casa común.

Cabe preguntarse por el rol que se les da a las mujeres: Al menos ahora no se las quema como si fuesen brujas. Se las perdona por abortar. Cuánta ironía que irrita en esta Iglesia impune, que ni siquiera se pronuncia sobre el aborto social que realizan los hombres sistemáticamente. ¿Cómo se puede hablar de Francisco sin hablar de Clara en la historia de la Iglesia? Ocultarlas en el silencio tal vez sea una práctica más sofisticada, menos violenta, pero igual de efectiva.

La luz de los movimientos sociales, esa que no alumbra desde el poder institucional.

“Ellos tienen a Obama, nosotros tenemos a Francisco”

João Pedro Stédile, Vocero del Movimiento Sin Tierra, Brasil.

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Los Movimientos Sociales, particularmente en América Latina, fueron un faro encendido que guio las luchas de resistencia al neoliberalismo. Es conocida la experiencia de los pueblos en lucha desde los zapatistas, desde la guerra del agua y el gas en Bolivia, las movilizaciones indigenistas en Ecuador, el movimiento piquetero en Argentina, etc. La máxima expresión como movimiento social organizado de esa resistencia, es el Movimiento de los Trabajadores rurales Sin Tierra en Brasil (MST).

Las luchas de los 90 decantaron en gobiernos progresistas en la mayoría de los países de la región. Esa ola rosa de diversas intensidades colocó a los movimientos en un debate, que no fue saldado, sobre su relación con el estado. En el actual escenario político en la región está demostrado, en qué medida las políticas de conciliación han ayudado al restablecimiento de la hegemonía del capital y las derechas en el poder.

Esa luz atenuada, atrajo al Papa. La iglesia vino a buscar a los movimientos, a partir del 2013 entra en relación con el MST (tal vez el movimiento social más importante del mundo), usando un discurso popular, a través de organizaciones surgidas en medio de las crisis, enraizadas en prácticas populares entre los más necesitados. Ese vínculo se consolidó más que nunca durante este año después del segundo encuentro de movimientos populares con el Papa Francisco, en Bolivia. Con la intención de suplantar el liderazgo mundial del Chavismo, la iglesia confluye con movimientos que por diferentes motivos también encuentran privilegios en ese caminar juntos. – “Ellos tienen a Obama, nosotros tenemos a Francisco”. Dijo Stédile para los medios de comunicación después del encuentro.

Desde mi humilde posición, considero que las dirigencias de los movimientos sociales, hoy seducidos por el papa, cometen un gran error. Abruptamente se suplanta el liderazgo internacional de Hugo Chavez, por la Figura de Francisco. A muchos de los que contribuimos con 24hs del día a la militancia en esos movimientos, no nos da lo mismo. A pesar de la necesaria unidad en esta etapa que comienza, la construcción del chavismo como una corriente política en América Latina estará dividida por la figura de Francisco.

Esta simbiótica relación entre Francisco y los movimientos sociales de la región, no se explica a través de los orígenes eclesiales de los movimientos, surgidos por trabajos de base de la teología de la liberación en los años 70, sino por sus opciones políticas actuales. En algunos casos no se trata de un error de alianzas tácticas. Sino que es el producto de adherir durante muchos años a una política de conciliación con el poder institucional, lo que repercute en profundos procesos de burocratización de sus prácticas.

Por ejemplo, en el MST, su relación con el Partido de los Trabajadores en el poder durante estos años lo ha llevado entre otras acciones extremamente contradictorias, a participar con fervor de la campaña electoral de Dilma (PT) para las elecciones del 2014, después de haber soportado el gobierno que menos tierras expropió a favor del movimiento. Actualmente debe soportar la agenda de gobierno neoliberal, y a la mayor representante del agronegocio (Katia Abreu) al frente del ministerio que atiende la cuestión agraria. Al mismo tiempo, internamente este movimiento que fue ejemplo y faro para otros movimientos del mundo, en estos años ha profundizado un centralismo cada vez menos democrático, con líderes elegidos a dedo por los antiguos dirigentes. Y en su funcionamiento cotidiano, entre otros signos de la burocratización se observa que ya no existe la crítica y autocrítica que se acostumbraba realizar al interior de la organización, ha disminuido la cantidad de acciones directas de ocupación en el campo, y se ha instrumentalizado la mística como el máximo espacio de participación política para las bases.

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La práctica del MST es ejemplar para otros movimientos de la región. Y su dirigencia influye también en otros movimientos sociales del continente. La vinculación directa a las reivindicaciones del pueblo, sin mediar por el sacralizado análisis de relaciones de fuerza desfavorables, es llamado de “izquierdismo” por la dirigencia. Y el pecado del izquierdismo es sentenciado y castigado al interior del movimiento con aislamiento de tareas. De la misma forma otros movimientos en América Latina comulgan con prácticas estereotipadas llamando de “trosquismo” aquellos grupos que no pueden conducir a su propia línea política.

En estos años de gobierno de la política de conciliación, en Argentina por ejemplo, la derecha se ha fortalecido. Después años de progresismo en los que se concretizaron derechos conquistados por las luchas del 2001, la política pensada desde la agenda del gobierno Kirchnerista permitió la vuelta democrática a un gobierno de corte neoliberal. Y en la práctica de los movimientos la lógica institucional imprimió su sello: la opción del camino electoral que desde los movimientos sociales hemos asumido, amplió los presupuestos económicos que se administraban y los volcó a la publicidad y propaganda de la personalidad de sus líderes (en su mayoría hombres).

¿Cómo puede pensarse un reposicionamiento de la iglesia hoy en día, si el lugar de la mujer no ocupa lugares protagónicos?  En el movimiento de Jesús en su tiempo histórico, se destaca el rol de las mujeres dentro del movimiento, un rol protagónico y de dirección.[3] Tal vez en esto también haya un punto de contacto entre Francisco y los movimientos sociales que le brindan su apoyo. En esta etapa donde a decir de Gramsci, “lo nuevo no termina de nacer y lo viejo no termina de morir”, hay esperanza, porque lo viejo puede reinventarse. El germen está también en sus propias prácticas. Cada 8 de marzo, a partir de las mujeres, el MST retoma las acciones directas que refuerzan su identidad. Durante años las mujeres campesinas brasileñas vienen marcando el camino y la orientación necesaria en las luchas. Tal vez no falte mucho tiempo para que una mujer campesina brasileña sea quien aparezca para la sociedad como líder del Movimiento Sin Tierra. Son las mujeres en los movimientos sociales las que tienen como en toda la sociedad, la capacidad de renovarlo y reproducirlo, de re-crearlo. Sin duda que los grandes cuadros que han conducido hasta este momento con sagacidad política innegable y brillantez intelectual, sabrán reconocer que en el actual bloque histórico es pertinente cambiar de rol y que traerán mejores contribuciones para el movimiento y para la lucha de clases en el país desde otro lugar.

Es completamente diferente la lógica de pensar la política desde los gobiernos, que desde los pueblos. Los movimientos sociales asumen en esencia la agenda política de los pueblos. Si la militancia del movimiento piensa y actúa con la agenda de los gobiernos, se instrumentaliza el movimiento. El comandante Chavez, o Evo Morales, Fidel Castro, llevaron la agenda del pueblo al gobierno. Sus gobiernos han representado el pueblo en el poder.

El Papa Francisco, elegido por la elite mundial, necesita la legitimidad de los movimientos sociales para dirigir un discurso de renovación de la iglesia para el pueblo. El vaticano sabe que hay dos agendas, la de los pueblos y la de los gobiernos. Generando grandes eventos masivos intenta unificarlas, para controlar, sintetizar, desviar esas agendas, para reconciliarlas. La conciliación que el papa representa es grande. El desafío de los movimientos sociales revolucionarios es mantener la autonomía y evitar ser llamados por el canto de sirenas.

Los movimientos sociales están necesariamente en un territorio diferente al del Vaticano. Generando desde abajo la ola transformadora, y no subiéndose encima para surfearla. Dialogan para fortalecerse, desde prácticas sociales que no tienen relación con el pensamiento mágico generado por la religión y el fervor místico. Por ejemplo, en Argentina, la mística del peronismo que envuelve dentro de sí, la mayor contradicción de la explotación del hombre por el hombre, nunca pudo digerir los cambios impuestos por jornadas protagonizadas por movimientos sociales clasistas, como el Cordobazo. O como las jornadas de diciembre del 2001 donde el Kirchnerismo no es protagonista de la ola sino que se sube un buen tiempo después para surfearla (con gran habilidad por cierto).

El movimiento social necesariamente debe separarse de Francisco para poder hacer avanzar la historia. Francisco fue elegido para ser mártir, para ser venerado por los que luchan, no fue designado Papa para ser el héroe que hace avanzar la historia. Un papa será conciliador, o no será papa. Un movimiento social, será combativo, o se irá institucionalizando.

Me quedo con la esperanza de la renovación de los movimientos sociales a través de las luchas que se abrirán en esta nueva etapa. La bandera de Socialismo surgida de un corazón que todavía late fuerte, en el final del VI Congreso de los Sin Tierra en Brasil, es un símbolo de la mística construida desde la formación política no como herramienta para homogeneizar una determinada alianza táctica, sino realmente aquella expresión de dónde queremos ir.

La teología de la liberación que todavía resiste.

“La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, el espíritu de una situación carente de espíritu. La religión es el opio del pueblo”
Karl Marx

La dimensión espiritual del ser humano es una realidad innegable y afecta a su bienestar, sea cual fuere la forma que asuma. La religión actúa directamente en este aspecto de las personas. La iglesia católica es la institución del mundo occidental que más poder acumuló al respecto de esta dimensión humana, a lo largo de siglos. No podemos proclamar por un mundo sin religiones, ni negar el poder acumulado por las iglesias.

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La Teología de la Liberación, que rescata profundamente el Jesús histórico, no nace conciliadora. Por el contrario, la Teología Popular, lo es en su esencia. El carisma y el programa de Francisco está enmarcado en la Teología Popular: – “Con esas dos cosas tienen el programa de acción: las Bienaventuranzas y Mateo 25 no necesitan leer otra cosa, se los pido de corazón.”[4] El programa reduce y manipula el evangelio. Como Buena Noticia para los oprimidos el Evangelio trae un programa económico que en el evangelio de Marcos incluye el llamado a compartir, en lugar de acumular y la condena a los ricos (Mc 6, 30-44; 8, 1-10; 10, 17-31).

La teóloga y escritora brasileña, Ivone Gevara asumió rápidamente una posición política al respecto del nuevo Papa.

“Si es en el sur que algo nuevo está pasando políticamente, nada mejor que un Papa del sur, un latinoamericano para enfrentar este nuevo momento político y preservar intactas las tradiciones de la familia y la propiedad.”[5]

Por mas que las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) y la Teología de la Liberación puedan usar algunos aspectos de los discursos de Francisco para dar una disputa por el modelo de iglesia en cada territorio local, la relación de fuerzas no se compara con la que existía en los años ´70; como tampoco el contexto histórico, ni la radicalidad del discurso. Después de un tiempo del pontificado de Francisco, y reconociendo el carisma y la potencialidad del discurso para “hacer un buen trabajo de base”, Ivone Gevara insiste en el pedido de no confundirse con los objetivos que mueven al poder eclesial, y recomienda a Bergoglio informarse al menos por Google sobre teología feminista de la liberación.[6]

Considero necesario diferenciar claramente la Teología de la Liberación, de la Teología Popular. Jesús confrontó con el Imperio Romano, con la religión (centro del poder político en su época), la familia y la propiedad privada. La Teología Popular no profundiza en el rol histórico de Jesús, hoy Francisco llegó para sostener esos pilares. Principalmente no se apoyan en las mismas lecturas y apuntan a horizontes diferentes. La teología de la liberación contribuye a formar con autonomía la agenda de los pueblos, su trabajo de base, masificado puede construir una nueva ola en la lucha de clases. La Teología Popular estará del lado de la agenda de los gobiernos, dialogando con el escenario político diseñado por los grandes medios del poder.

Reflexiones finales para seguir haciendo y preguntando.

No es en grandes sinagogas ni en aparatos consolidados donde Jesús construye su movimiento. Los mejores momentos de los movimientos sociales no fueron debajo de grandes aparatos que apostaron a “lo posible”, una agenda neodesarrollista, y la conciliación de clases. Sino que fue escapando de ese canto de sirenas que hicieron avanzar la historia. Francisco tendrá muchos enemigos por derecha, (como los tuvo Kirchner, como los tiene Dilma) pero no es eso lo que debe interesarnos a los movimientos sociales autónomos, sino la realidad de las necesidades del pueblo y la radical transformación del sistema. El capital también está inventando una nueva salida, construyendo una nueva hegemonía discursiva, usará esas “instituciones renovadas” para sobrevivir a la crisis y mantener su forma de producción: la explotación de la pobreza que se produce en el mismo acto de producir riqueza.

¿Disponer del líder mundial para colocarse debajo de su paraguas (sotana), o construirla desde abajo, por el camino de las luchas y el amor al Pueblo? La unidad necesaria en el actual contexto será, sin lugar a dudas una unidad de acción en la resistencia. Es la práctica en la lucha la que va a unirnos o diferenciarnos cuando lo nuevo termine de nacer en esta etapa.

¿Si la tarea es la construcción de contrahegemonia, será posible hacerla en alianza con los poderes hegemónicos? Fue la intemperie, el espacio creativo para la construcción del movimiento transformador de Jesús. Es la histórica tarea del movimiento social, hacer de la intemperie del espacio público, el lugar del encuentro en cada territorio, un espacio creativo para las resistencias que se vienen. Los movimientos sociales tenemos dos opciones, como dijo ya el gran Educador Simón Rodriguez “O inventamos, o erramos”. Y la intemperie es el mejor lugar para inventar, mucho mejor que el paraguas conciliador de Bergoglio.

Somos muchos los que no queremos enfilarnos detrás de la figura de Francisco. muchos cristianos que todavía necesitamos la Teología de la Liberación. Somos muchos que pensamos como el comandante Chaves, el arañero, que arraigado en el Pueblo cristiano latino-americano, y encarnando desde el inicio el testimonio de Cristo, y no de la institución, supo decir:

“El Papa no es ningún embajador de Cristo en la tierra, como ellos dicen. ¡Por el amor de Dios! ¿Qué cosa es esa? Embajador de Cristo. Cristo no necesita embajador, Cristo está en el pueblo”[7]

Hoy es 17 de diciembre. Es el cumple de un buen tipo. Esto es sólo una opinión, que continúe el festejo. “Feliz cumple Mario, que sea con choripán y vino tinto.”

…¡Y vamos por las 6 horas de Jornada Laboral, y Vacaciones para todxs!!! (¿Francisco vendría también?)

Diego Ferrari.

Exdirigente parroquial de la Juventud de Acción Católica Argentina, La Plata.  Asistente Social Recibido en el Instituto Monseñor Lodigiani, CARITAS. Militante de Derechos Humanos, integrante de la Agrupación “Filhos e Netos por Memoria Verdade e Justiça” en Rio de Janeiro. Participó de movimientos sociales como el Frente Popular Dario Santillán en Argentina, Y contribuyó como Coordinador Político Pedagógico en la ENFF del Movimiento Sin Tierra en Brasil. Actualmente cursando la revalidación del título de Asistente Social en la UFRJ.

[1] https://contrahegemoniaweb.com.ar/los-caminos-de-francisco/

[2] Verbitsky, Horacio. El silencio: de Paulo VI a Bergoglio: las relaciones secretas de la Iglesia con la ESMA. Sudamericana (2005). 2006 1ed. La Pagina: Buenos Aires.

[3] Dri, Ruben. El Movimiento Antiimperialista de Jesús: Jesús en los conflictos de su tiempo – 1ra ed. Buenos Aires, 2004.

[4] Palabras del Papa Francisco durante la Jornada Mundial de la Juventud. Rio de Janeiro, 2013.

[5] https://eukleria.wordpress.com/2013/03/17/la-geopolitica-del-secreto/

[6] http://www.brasildefato.com.br/node/15381

[7] Comandante Hugo Chavez Frias, 2010.

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